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Suplicando tu amor por Fullbuster

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Deidara Uzumaki POV


 


Trabajé toda la tarde en aquel local en el que Sasori me había conseguido meter, aunque claro… no era nada del otro mundo, hacer recados, cobrar a los clientes, reponer los productos que se agotaban en las estanterías… era agotador, pero no era un trabajo complicado y al menos… algo era algo, ya podía dar gracias de tener un mínimo trabajo y aunque deseaba irme a casa a descansar porque empezaba de nuevo a dolerme el abdomen, no podía irme, porque aún me faltaba la jornada nocturna en el bar.


Esto de tener dos trabajos acabaría conmigo, pero no había más remedio, así que nada… ¡Al lío! Como solía decir. Salí del primer trabajo y prácticamente tuve que correr hasta el otro, porque me daba el tiempo justo. Tuve que coger dos metros haciendo trasbordo y es que el bar… estaba un poco lejos de mi casa y de mi primer trabajo.


Antes de entrar en el bar, sólo con la caminata desde la estación al local, creía que iba a morirme del dolor, porque me estaba matando el abdomen ¿Qué narices me pasaba estos días? Desde que había sufrido aquella caída no podía ni moverme apenas, me dolía todo.


Entré por el local y el jefe me metió en la barra a servir a los clientes. Me recogí el cabello en una coleta alta y empecé a trabajar. No sé la de bebidas que coloqué esa noche pero no era eso lo que peor llevaba, sino la de clientes que me hablaban e intentaban ligar conmigo ¡yo sólo quería hacer mi trabajo!


No era muy gratificante estar tras la barra aguantando a los pesados y sirviendo bebida tras bebida, pero no había ningún trabajo mejor para mí, supongo que acabaría el resto de mi vida en algo así, o cuidando y aguantando a ricachones como Itachi o en un mugriento bar poniendo copas.


Para colmo… creo que mi jefe me miraba raro, al principio creía que era porque estaba controlando mi trabajo, quería saber si hacía un buen trabajo o no. Sinceramente… ya había trabajado una época en un bar, así que me desenvolvía bien, exceptuando que a veces no encontraba algún vaso o algún ingrediente concreto, pero enseguida algún compañero me solucionaba el problema.


Un cliente entró sentándose en la barra frente a mí y pidiendo un whisky con hielo, así que busqué la botella y preparé la bebida. Cuando coloqué el vaso en la mesa para dárselo, el hombre agarró el vaso y también mi mano, por lo que intenté apartarla con rapidez viendo que era imposible, por suerte escuché la voz de Sasori al lado.


- Yo de usted soltaba ahora mismo antes de que le rompa la mano – le comentó Sasori en tono serio y amenazante.


El hombre soltó mi mano y me dirigí hacia mi novio quien me preguntó si estaba bien, claro que le dije que sí ¿Qué iba a decirle? ¿Qué no me gustaba nada trabajar de noche? Como si eso fuera a cambiar algo, más me valía aguantarme.


- Se te ve cansado – me dijo Sasori y le sonreí.


- Y con dolor – le comenté.


- Llevas días con ese dolor ¿Por qué no vamos al médico?


- En tres días tengo libre, te prometo que iré.


- ¿Qué no pase de esos tres días?


- Si. ¿Qué te pongo?


- Soda – me dijo


Fui a buscarle la bebida y se la coloqué quedándome un rato con él hablando mientras no entrasen clientes, aunque a medida que avanzaba la noche, entraba más y más gente, este trabajo iba a acabar conmigo de verdad, porque no pude sentarme ni una vez, no paré de moverme todo el rato y me dolía demasiado.


Sasori se tomó su bebida y se despidió de mí para ir a casa. Supongo que se habría quedado más tiempo aquí conmigo a vigilarme, pero tenía que levantare temprano a la mañana siguiente para ir a trabajar, así que era mejor para él retirarse temprano, bastante le agradecía ya que hubiera pasado por allí a verme un rato.


Estaba limpiando la pringosa barra por culpa de las bebidas que se derramaban, cuando escuché una voz conocida. Cuando me giré hacia quien me hablaba, me sorprendí de ver a Pain pidiéndome un chupito de tequila. ¿Enserio estaba Pain aquí en la ciudad pidiéndome tequila? Estaba sonriendo y venía no muy arreglado, la verdad es que casi no le diferenciaba con su atuendo de calle, pero su sonrisa me tranquilizó un poco, al menos le conocía.


- Claro – le dije buscando el tequila.


- ¿Qué haces trabajando aquí? – me preguntó sonriendo mientras abría la botella para ponerle el chupito.


- Pues… supongo que ganar dinero – le dije sonriendo - ¿Qué haces tú aquí? Creía que estarías por los viñedos.


- Eso está bien los fines de semana – me dijo – pero entre semana trabajo con los Uchiha ¿Recuerdas? Soy socio


- Cierto… en la empresa.


- Sí – me dijo – había salido a tomar algo con unos compañeros y resulta que te reconocí en la barra, así que vine a saludarte.


- Que amable – le dije con una sonrisa


- ¿Estás mejor? – me preguntó extrañamente serio y creo que sé a qué se refería.


- Oh por favor… dime que no estuviste en la fiesta.


- Pues… no estuve en la fiesta – me dijo.


- ¿Enserio?


- No, pero es lo que querías escuchar. Siento haber visto el entretenido documental sobre apareamiento pero… si te sirve de consuelo, peor debería sentirse el Uchiha que tu. Tu salías más favorecido – intentó bromearme para animarme.


- Oh, muchas gracias.


- Dei – me llamó por el diminutivo ¿Qué le pasaba a todo el mundo últimamente con llamarme por mi diminutivo? – si necesitas algo, avísame ¿Vale?


- Que me toque la lotería – le dije sonriendo – pero creo que no puedes hacer eso


Pain empezó a reírse y su única respuesta, es que podía comprarme un cupón de lotería por si tenía suerte. Extrañamente, no me importó cuando Pain tocó mi mano al coger el chupito. Rozó sus dedos por el dorso de mi mano y no dejó de mirarme fijamente, me imponía tanto y me daba tanta vergüenza, que acabé agachando la mirada hacia su mano. Soltó sólo para coger con fuerza el vaso y beberlo de un trago.


Dejó el vaso en la barra y con una sonrisa, me dijo que luego me vería, supuse que tenía que irse un rato con sus amigos antes de que le echasen de menos.


- ¿Qué era eso? – escuché una voz al otro lado de la barra y me paralicé al ver a Itachi sentado tomando un vaso de algo, creo que era whisky.


- Lárgate – le dije enfadado.


- Dei… - me llamó.


- No me llames así, deja de llamarme así, no tienes ningún derecho, quiero que te vayas.


- Vamos Dei, sólo quiero hablar contigo.


- Ya pues no es ni el momento ni el lugar, estoy trabajando.


- Estas trabajando pero tienes tiempo a coquetear con Pain – me dijo como echándome la culpa.


- No estoy coqueteando y si lo hiciera que más te da, te recuerdo que grabaste como me violabas y lo pusisteis delante de todo el mundo.


- Fue Hidan quien lo puso.


- Pero tú lo grabaste y en vez de destruir la cinta la guardaste, eres igual de culpable que tu amigo, me has hecho daño y no quiero saber nada de ti.


- No es cierto, sé que me quieres – me dijo.


- Te quería – le confesé – supongo que me enamoré de una ilusión, creí ver un Itachi que estaba cambiando, que se preocupaba por su hermano, que se interesaba por los problemas de la gente, pero no, sólo era otra de tus muchas caras para conseguir lo que buscabas, como siempre haces. Fue imbécil al dejarme engañar, pero no volverá a pasar.


- Deidara por favor, no me hagas esto, no me alejes de ti – me pidió y me estaba agobiando.


Me agobiaba ver su carita de niño bueno cuando sabía que era un maldito truco suyo, porque sabía que esa cara me daba tanta pena que volvería a caer y no podía permitírmelo. Sentía dolor, demasiado dolor en el abdomen, tanto, que tuve que cogerlo con ambas manos antes de comentarle a mi compañero que iba al baño. Itachi se quedó allí preocupado intentando preguntarme si estaba bien, aunque no le contesté, sólo salí al baño.


¡Estaba sangrando! Orinaba y salía sangre ¿Qué narices me pasaba? No aguantaba el dolor y me daba miedo ver la sangre salir. Estaba agotado y creo… que iba a desmayarme en cualquier momento, porque apenas me tenía en pie del dolor que sentía.


Cuando salí del baño, Pain estaba hablando con Itachi y ambos se giraron al verme acercarme hacia ellos con la cara pálida y agarrándome a la barra para no caerme. Ambos dejaron de discutir y me miraron con preocupación hasta que llegué hasta ellos.


- Necesito un médico – le dije hacia ambos – estoy sangrando.


Itachi fue el primero en levantarse y ayudarme a mantenerme en pie mientras Pain le comentaba a mi jefe que me llevaban al hospital. Me quejé un poco al caminar y al final, Itachi acabó cogiéndome en brazos aunque a mí me daba mucha vergüenza que lo hiciera, encima me sentaba fatal tener que pedirle ayuda a él, precisamente a él. ¿No tenía suficiente con la humillación en su casa que ahora… tenía que venir él a salvarme? No lo aguantaba más.


- Coge sus cosas – le exigió Itachi a Pain quien buscó mis cosas tras la barra cogiéndolas. - ¿Por qué no has ido al médico aún? – me preguntó enfadado.


- No tuve tiempo.


- Joder, le dije a tu novio que te llevase – me dijo - ¿qué estabais haciendo para no ir?


- Le dije que no quería ir – le comenté.


- Ya claro… que novio más obediente tienes, da gracias de no haber estado conmigo te habría cogido como un saco de patatas si era necesario y te habría llevado a la fuerza. – Estaba enfadado, se le veía, pero no enfadado conmigo, más bien estaba preocupado - ¿te duele mucho? – me preguntó intentando calmarse.


- Sí – le dije.


Pain nos acompañó también y me llevaron a urgencias. Intentaron pasar conmigo, pero el médico los retuvo en la sala de espera mientras me hacían pruebas, porque sé que algo no les cuadraba, tras una prueba simple, hicieron otra más compleja, y otra… y otra más ¿qué estaban buscando? ¿O qué intentaban descifrar? Porque no podía ser tan complicado, yo esperaba piedras en el riñón como mucho o algún hematoma por la caída, algo así, pero con tantas pruebas y sin contarme nada… me estaban preocupando.


Al final… acabé de las diferentes salas de pruebas, en una consulta no muy grande, sólo y esperando a que alguien entrase a explicarme qué me ocurría, porque sé que algo estaba mal. ¿Y si tenía un cáncer o algo terminal? No podía dejar a Naruto solo en el mundo, era mi obligación cuidarle. Me estaba preocupando mucho y la duda junto a la espera… no me ayudaba a calmarme, cada vez estaba más nervioso y cada vez… me dolía más el abdomen.


 


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