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Suplicando tu amor por Fullbuster

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Deidara Uzumaki POV


Mi hermano llegó tarde a casa, pero no me extrañó mucho, porque al pasar por el salón había encontrado una nota donde me explicaba que iba a acompañar a Sasuke a su casa. Me senté en el sillón y le esperé, tenía que contarle todo esto y no sabía cómo hacerlo, intentaba encontrar las palabras adecuadas, pero no había unas palabras “adecuadas” para esto.


Miraba el reloj una y otra vez, porque me sentía algo contradictorio, me gustaría que mi hermano llegase rápido para poder contarle todo, pero por otro lado, quería que tardase porque necesitaba alargar el momento de mi humillación ¿Cómo decirle a mi hermano pequeño que estaba embarazado? Yo intentando siempre ser un buen ejemplo para él y ahora ¿Qué ejemplo le estaba dando? No sólo que estaba embarazado… es que ni siquiera sabía de quien.


Cuando la puerta se abrió, me puse nervioso y es que se iba a dar cuenta de que ocurría algo y algo serio además, porque aún no había podido dejar de llorar desde que había entrado por la puerta de casa. Tampoco había apartado las manos de mi vientre, me sentía extraño, sentía una vida creándose dentro de mí y era raro ¿Qué debía hacer? Mi hermano me vio en el sofá sentado llorando cuando dejó las llaves de casa en la mesa y se acercó hacia mí corriendo con cara de preocupación.


- Dei ¿Qué ocurre? – me preguntó acercándose y abrazándome


Me dejé abrazar unos segundos, necesitaba que lo hiciera y no sé si seguiría pensando igual de mí cuando le dijera todo esto que estaba pasando.


- ¿Te ha pasado algo en el trabajo? Porque si es así iré ahora mismo a decirles cuatro cosas.


- No, no es del trabajo – le dije – siéntate Naruto – le pedí.


- Eso es malo – me dijo – siempre que me haces sentarme es que vas a soltar una bomba ¿Qué te ha pasado?


- ¿Recuerdas los dolores abdominales que tenía?


- Sí y me dijiste que irías al médico si no se te pasaban.


- He ido a urgencias – le dije – y no son buenas noticias.


- Dios… ¿Tienes cáncer? ¿Te estás muriendo? – preguntó preocupado levantándose de golpe del sillón.


- No, no es nada de eso. ¡Dios! ¿Cómo te digo esto sin que creas que estoy loco? – pues lo solté a lo bruto cerrando los ojos para no ver su reacción – estoy embarazado.


El silencio se hizo de golpe y abrí un ojo esperando la respuesta de Naruto, pero no llegó, al menos no como esperaba, porque empezó a reírse ¡no se lo creía! Pero no le culpaba ¿Quién iba a creerse que un hombre estaba embarazado? Pues nadie, ni siquiera terminaba de creérmelo yo.


- Como broma no está mal – dijo riéndose – me habías asustado enserio, no vuelvas a asustarme así.


- Naruto, es verdad – le dije – no sé cómo ni por qué, pero tienes que creerme, por favor – le dije serio.


- Qué narices… no puede ser, eres un chico ¿Cómo? – me preguntó y luego recapacitó – bueno cómo no, ya sé cómo se hacen los niños, no quiero recordar tu escena en la ducha, pero… ¿Cómo? – preguntó


- No lo sé, algo me dijo el médico de que tengo un útero que al parecer… debe de ser el único masculino que ha decidido funcionar.


- ¿Cómo no van a darse cuenta los médicos de eso? ¿No hay una solución?


- Operar – le dije – pero estando embarazado no pueden quitarlo sin matar al bebé – le comenté.


- Vale, necesito unos minutos para mentalizarme de esto Dei, no termino de creérmelo ¿Va enserio? ¿es el día de los inocentes y no me he enterado?


- Lo siento Naruto – le dije - ¿Te importa si me voy a descansar y hablamos tus dudas mañana? Me han mandado reposo y no me tengo en pie ya, quiero… dormir un rato.


- No, ve a dormir si quieres, lo necesitas – me levanté para irme a la cama, cuando Naruto pareció darse cuenta de algo – lo necesitáis – comentó refiriéndose al bebé y a mí.


Me metí en la cama y me tapé con las mantas esperando poder dormirme, pero aunque ya no tenía más lágrimas para derramar, seguía sin poder dormirme, estaba demasiado nervioso con todo esto, todo me daba miedo, no quería estar en esta situación, pensaba que quizá cuando me despertarse me daría cuenta de que todo estaba bien, de que era sólo un mal sueño, pero creo… que seguiría ahí, no era un sueño, era una pesadilla en carne y hueso, no podía evitarlo.


Naruto entró por mi cuarto a los veinte minutos o cosa así y se tumbó conmigo pasando la mano hacia mi vientre y tocándolo con cuidado.


- Todo va a estar bien – le escuché decirme – no estáis solos – me dijo – al fin y al cabo, será mi sobrino, le querré igualmente. Además Sasori se pondrá contento.


- Naruto… no sé si es de Sasori – le confesé y se incorporó en la cama.


- ¿Qué? ¿Hay algo más que no me hayas dicho? – me preguntó - ¿Con quién diablos te has acostado si no es con tu novio? Oh por dios Dei… ¿En qué pensabas?


- Abusó de mí – le dije llorando de nuevo y se paró de golpe.


- ¿Quién ha sido el desgraciado? – fue su pregunta.


- Déjalo ¿Vale? Ya está hecho, no sé si es de Sasori o no, supongo que sí, no lo sé.


- En principio lo has hecho más veces con tu novio, esperemos que el otro desgraciado no tenga mejor puntería.


-  No lo sé Naruto, no sé de quién es. ¿Qué hago si no es de Sasori? ¿Tú tendrías un hijo fruto de una violación?


- ¿Quién era? – me volvió a preguntar y aunque traté de evitar el tema, volvió a preguntarme aún más serio.


- Itachi, Itachi Uchiha – le respondí.


- ¿El hermano de Sasuke? Ahora entiendo que me diera el dinero tan fácil.


- ¿Qué? – le pregunté.


- Nada, voy a matar a ese cabrón – me dijo levantándose de golpe de mi cama donde estaba e intentando ir a la puerta. Le detuve de milagro.


- No hagas nada, por favor, ya tengo bastantes problemas, no añadas uno más. No es mala persona.


- ¿Cómo puedes decir eso? ¿Después de lo que te ha hecho?


- Le quiero – le dije llorando y se asombró.


-  ¿Qué? ¿te has vuelto loco? ¿Cómo puedes querer a alguien que te hace tanto daño?


- No lo sé, es algo que siento, no puedo decidir de quien me enamoro. No estaré con él, eso te lo prometo, pero por favor… no le hagas daño, no hagas nada, déjalo, por favor… - le supliqué llorando y pareció calmarse volviendo a la cama.


-  No le buscaré, pero espero que no se cruce en mi camino o se va a enterar – me comentó.


- Vale.


- ¿Estás pensando en abortar? – me preguntó de golpe.


- Sí


- No puedes hacer eso Dei, es un crío, él no tiene la culpa de nada, es inocente.


- Lo sé, pero tengo miedo, no sé si mi cuerpo aguantará, no sé si podré criarlo, no sé quién es el padre, no sé nada Naruto.


- No puedes hacerlo, prométemelo.


- Naruto…


- Prométemelo, ni se te ocurra abortar – me dijo


- ¿Por qué no lo ves?


- ¿Por qué no lo ves tú Dei? No es un infierno, es un don, ningún hombre puede tener un niño y tú estás rompiendo las normas, vas a tener un bebé y va a nacer en la familia Uzumaki, le querremos, estará bien, es un don que te han dado, aprovéchalo.


- Soy un monstruo – le dije.


- No lo eres, tienes la oportunidad de tener ese niño, ningún hombre la tiene, pero tú sí, tienes que aprovecharlo, no puedes abortar Dei.


- ¿Y si es fruto de la violación? – le pregunté.


- Le querremos igual, su padre será un bastardo pero el crío no tiene la culpa.


Para Naruto era muy fácil todo, un niño le alegraba, claro, pero no veía las cosas que veía yo, desde niño tuve que ocuparme de él y no era fácil, había muchos gastos en la casa y un bebé tenía el doble de gastos y encima… si era de Itachi no sabría qué hacer, porque vería a ese niño y vería la violación, no podía tenerlo, pero tampoco podía quitarle la vida, era como decía Naruto… un ser inocente ¿Qué tenía que hacer?


Aquella noche, no dormí mucho, pero al menos descansé bastante mi conciencia sabiendo que ya no le ocultaba cosas a mi hermano, sabiendo lo que realmente me estaba pasando durante todo este último mes y es que… estaba embarazado. Naruto durmió toda la noche conmigo, abrazado a mí y sin separar su mano de mi vientre.


De verdad que Naruto era lo mejor que tenía en mi vida, era mi preciado hermanito y aunque de pequeño me había dado muchos quebraderos de cabeza, era lo más importante para mí y yo lo era para él. No creo que fuera a separarse mucho tiempo de mí ahora que sabía que estaba embarazado, quizá yo no tenía carácter para enfrentarme a Itachi si resultaba ser de él o tampoco tenía carácter para enfadarme cuando este niño creciese y me hiciera gamberradas, pero Naruto estaría allí, él sí tenía carácter, afrontaba los problemas y aunque era el pequeño… acababa siempre preocupándose por mí.


Si hubiera tenido que elegir de quien de los dos debería ser el niño, no habría podido decidir, me encantaba mi vida con Sasori, era calmada y tranquila, aunque rutinaria y sosa, no había la pasión que Itachi sí me daba, pero Itachi era… poco fiable, demasiado poco pero le quería, quería a los dos, quizá a Itachi llegué a amarlo mientras que a Sasori sólo le quería, pero… Sasori me daba todo lo que yo necesitaba, así que seguramente, habría decidido que fuera de él, aunque sabía… que tener un hijo con la persona que realmente amabas, debía de ser maravilloso ¡no sé de quién sería! Y eso me carcomía por dentro, porque no quería hacerles daño. Supongo que sería de Sasori, lo hice muchas más veces con él, pero quien sabía… no podía estar seguro. De momento… lo único que tenía claro, es que no quería decirle nada a Itachi, no después de todo lo que me había hecho.


Aún así, cuando me desperté por la mañana, no sé qué narices hacía Fugaku en la puerta de mi casa, pero me tensé. Naruto seguía durmiendo y yo era el único allí para afrontar lo que tuviera que decirme y desde luego… este hombre se enteraba de todo, porque al parecer… Itachi fue quien pagó el hospital ayer, así que al informarse Fugaku de todo, había ido a hablar con el médico y enterarse de qué ocurría ¡Sabía que estaba embarazado! Aunque a él le convenía demasiado que Itachi no se enterase de eso, menos después de lo del video, porque aunque no sabíamos quién era el padre, Fugaku no quería correr riesgos.


Fugaku acabó dándome un cheque con una cantidad de dinero desorbitante, todo para que abortase, ¡por si acaso era de Itachi! Supongo que así “cubría las cagadas de su hijo” como él las llamaba, eliminaba todo lo que se interponía en su camino y punto, ni siquiera se dignó a verificar si era o no de su hijo, era mejor eliminar el problema de raíz, por si acaso.


Quise tirarle el cheque a la cara, pero no pude hacerlo, me quedé paralizado cuando me dijo que yo no era capaz de cuidar un bebé, que no tenía nada que ofrecer a ese crío y en parte… era verdad, era una de las cosas que más miedo me daban ¡dio justo donde más me dolía! Y es que me preocupaba no ser suficiente para poder cuidar de ese niño.


- Por si usted no lo sabe – escuché a mi espalda a mi hermano – Dei me ha cuidado desde los tres años – dijo – es más que capaz de cuidar de ese niño, además… debería controlar mejor a su hijo y así no haría “cagadas”, porque aún puedo denunciarle por el abuso a mi hermano – me defendió Naruto y sonreí – ahora haga el favor de largarse de nuestra casa, no es bien recibido aquí y dígale a su “respetable” hijo… que si vuelve a acercarse a mi hermano, le partiré yo mismo la cara.


Me quedé allí de pie con el cheque en la mano y Naruto fue quien me lo quitó de las manos mientras veíamos como se marchaba y nos decía que lo pensara bien, porque era lo mejor que podía hacer, abortar. Naruto me miró una vez se fue Fugaku y me hizo volver a prometerle, que no abortaría.


 


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