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Suplicando tu amor por Fullbuster

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Deidara Uzumaki POV


Tras la visita de Sasuke, me tensé bastante, porque había quedado con Sasori y no sabía cómo explicarle todo este lío. Me había tomado el primer día una manzanilla para el dolor, pues el médico dijo que era buena para el dolor aunque no debía abusar de ella, así que decidí sólo tomarme una para evitar problemas. La verdad es que me relajó bastante el dolor, incluso cuando Sasuke colocó las manos, me relajó ¡y eso que con él decidí tomarme un vaso de leche! Como decía el médico, mejor no abusar de las hierbas, una no hacía daño, pero no era cuestión de abusar ni de tomarlo todos los días.


Me hizo ilusión que Sasuke viniera a verme, me calmaba bastante su presencia y además… saber que mi hermano había encontrado a un chico tan centrado como Sasuke, me relajaba, porque Sasuke le pondría las pilas, incluso para estudiar. Me alegraba mucho de que Naruto hubiera encontrado su felicidad en Sasuke, era un gran chico, siempre tan aplicado, tan cariñoso y aunque quizá era algo controlador, eso le venía bien a Naruto, porque era demasiado impulsivo.


Sasori llegó poco después de que Sasuke se marchase y sé que tenía la vez con el médico para la revisión, así que debía darme prisa con las cosas, me gustaría que Sasori me acompañase, aunque no sabía cómo iba a reaccionar cuando se enterase de todo esto. Cuando llegó, quiso darme un beso, pero yo aparté la cara haciendo que besara mi mejilla. Le invité a sentarse y tras ponerse un café, se sentó en el sillón para escuchar todo lo que tenía que decirle y esperé unos segundos.


- Estoy embarazado – le comenté porque prefería hacerlo rápido.


Cerré los ojos y esperé a qué él dijera algo, pero lo que escuché, fue una risa porque no se lo creía. Abrí los ojos y aunque él creía que estaba de broma ¿Y quién habría creído eso a la primera?


- Voy enserio – le dije muy serio cortándole la risa de golpe – no sé cómo ni por qué, pero estoy embarazado y me gustaría por un momento, que dejarás de tomártelo a risa – le comenté.


Sasori dejó de reírse de golpe y me miró, pero sinceramente, ahora mismo me sentía mal, por el simple hecho de que no creyese en mí, de que no creyese en lo que le estaba diciendo, sabía que era algo extraño y que era difícil de creer, pero me gustaría que alguien me creyese por primera vez a la primera, sin tener que darle explicaciones.


Me desesperaba tanto que nadie estuviera confiando en mí y tener que repetir tantas veces lo que el médico decía, que respiré con pesadez cerrando los ojos intentando no llorar por la desesperación que me causaba tener que dar tantas explicaciones, me agotaba tener que dar excusas, tener que explicarlo todo y me sorprendí cuando sentí los brazos de Sasori a mi alrededor abrazándome.


- Lo siento – me dijo - ¿estás bien? – me preguntó.


- No – le dije – no estoy bien.


- No pasa nada, no entraba en los planes esto pero… podemos superarlo.


- No lo entiendes Sasori – le dije mirándole – es que ni siquiera sé si es tuyo – le comenté mientras él soltaba de golpe confuso de la información – lo siento, pero es que… Itachi abusó de mí hace algo más de un mes


Sasori se petrificó pero no había vuelto a cogerme y no pude evitar llorar al soltar aquella frase, supongo que Sasori tampoco se esperaba aquella confesión mía tan de golpe.


- Joder – fue lo único que escuché de Sasori antes del intenso silencio que duró demasiado.


- ¿Puedes hablarme? – le pregunté


- ¿Qué quieres que te diga Dei? – me preguntó – estás embarazado y no sabes de quien ¿Crees que es algo fácil de asimilar?


- No es fácil de asimilar, pero necesitaría que dijeras algo.


- Pues no lo sé Dei, no sé qué pensar, ni siquiera sé si ese niño es mío. Por dios Dei… que lo hemos hecho con preservativo siempre hasta hace unos meses.


- ¿Y qué quieres que haga si ha pasado? – le pregunté - ¿Crees que a mí me gusta ésta situación? ¿Qué es fácil para mí?


- No es fácil para ninguno, pero no puedo asimilarlo así de golpe, entiéndeme… ¿Qué hago a esta edad con un niño si no fuera mío? – me dijo de golpe - ¿Crees que quiero atarme a un niño que no sé si es mío o no?


- ¿Y qué quieres que haga yo? Ya está creciendo en mi vientre. Si quieres marcharte ahí tienes la puerta – le grité.


- No es eso, sólo necesito tiempo para pensarlo Dei, no es algo tan sencillo como tenerlo o no, cambia la vida de todo el mundo ¿Crees que para mí sería algo agradable criar a un niño que no fuera mío? Necesito una prueba de paternidad.


- ¿Crees que para mí sería agradable criar un niño fruto de una violación? – le pregunté gritando – si quieres pensarlo ahí tienes la puerta, yo me voy al médico – le dije cogiendo mis cosas y saliendo de allí – te traeré la maldita prueba.


Caminé para despejarme de todo esto, porque ni siquiera ahora tenía claro que mi relación con Sasori fuera a ir bien, enterarme de que esperaba un niño, estaba trastocando toda mi vida, me habían despedido, no podía ir a trabajar a los nuevos empleos, mi hermano estaba frustrado con todo el asunto y quejándose de la familia Uchiha, a Itachi seguía amándole aunque sabía que debía alejarme y mi relación con Sasori se tambaleaba, ¡Todo salía mal! Sólo necesitaba que alguien me apoyase, que alguien por una vez, se olvidase de mi embarazo y me tratase igual que antes, que dejaran de traerme problemas.


Fui a la cita del médico y cuando cruzaba el parque, me encontré con Pain que venía hablando por teléfono sobre unos negocios, supuse que algo de la empresa. Cuando me vio, prácticamente colgó el teléfono y se acercó hacia mí con una gran sonrisa que casi me alegraba el día, porque hacía mucho que nadie me sonreía.


- ¿Dónde vas, Dei? – me preguntó


- Al médico – le dije


- Por cierto, enhorabuena – me comentó sin pedirme explicaciones, por primera vez nadie me pedía explicaciones, simplemente se alegraba.


- Gracias – le dije.


- ¿No debería estar tu novio aquí contigo? – me preguntó.


- Supongo que sí – le dije entristeciéndome un poco – no sé, creo que no va muy bien la cosa con él.


- Entonces déjame acompañarte a mí – me comentó con una sonrisa – siempre es bueno ir acompañado a estas cosas


- Vale – le dije sonriendo.


El paseo con Pain estuvo muy bien, fue muy ameno, al menos con él, mis problemas parecían olvidarse. Sonreí mucho y es que Pain contaba anécdotas de su vida que me hacían reír, era muy gracioso. Estuvo conmigo durante todas las pruebas y no se apartó ni un segundo, hasta algún médico se confundió tratándole como el padre del bebé, aunque se apresuraba a negarlo con una sonrisa.


Pedí la prueba de paternidad, pero me comunicaron que tardaría bastante los resultados, así que no había más remedio que esperar. Cuando salimos y cruzábamos el parque, mi sonrisa se esfumó al encontrarme a Itachi, quien acabó discutiendo con Pain dejándome a mí al margen de todo.


- Ya vale los dos – les dije - ¿De qué quieres hablar Uchiha? – le pregunté.


- De tu embarazo, ¿Cómo pudiste ocultarme algo así? Si soy el padre quiero saberlo, quiero estar contigo.


- Ya claro… como Sasori – le dije – pero si no es tuyo os lavais las manos, no entiendo vuestra forma de querer.


- No pienso lavarme las manos, no sé lo que habrá dicho tu novio, pero yo te quiero, tanto a ti como a ese niño, me da igual de quien sea, os quiero a los dos – me dijo muy seguro – déjame demostrártelo.


- No – le dije de forma seca – estoy harto de confiar en ti para nada, siempre me haces daño y no dejaré que le hagas daño al bebé con tus indecisiones.


- No lo haría – me dijo – vamos Dei… os quiero a los dos. Déjame cuidaros


- No puedes hacer nada – le comenté pero él cogió mi brazo para apartarme y que Pain dejase algo de espacio.


Pain intentó bloquearle para que no se acercase a mí, pero Itachi fue más rápido y acabé diciéndole a Pain que no pasaba nada, así que dejé que me apartase hacia un lateral, aunque Pain no me perdió de vista ni un segundo por si necesitaba ayuda.


- ¿De qué vais a vivir? – me preguntó Itachi bajando la voz – Naruto está estudiando y tú no puedes trabajar en el bar, es malo para el bebé.


- Ya lo sé – le dije – buscaré algo más tranquilo, no sé.


- Trabaja para mí – me dijo de golpe – necesito una secretaria nueva, ésta que ha puesto mi padre me está mareando – me comentó – prometo no hacer nada que pueda ofenderte, pero es un trabajo tranquilo, sólo concertarme las citas de negocios, nada más.


- No voy a trabajar para ti ¿Qué diría tu padre?


- De eso me ocuparía yo, enserio… ¿Qué trabajo tranquilo encontrarás estando así? – me preguntó – déjame ayudarte y quédate esto para los gastos médicos – me dijo Itachi dándome el cheque de nuevo – tu hermano vino a devolvérmelo, pero prefiero que lo tengáis vosotros, os hace más falta. Por favor… no me alejes de ti.


- No me lo pongas más difícil Itachi – le dije a punto de llorar.


- No te voy a pedir nada Dei, sólo quiero ayudarte, por favor. No me importa si tu novio estará contigo o no, yo estaré siempre aquí para ayudarte, me da igual si ese pequeño es de él o es mío, siempre estaré aquí. Acepta el trabajo por favor – me suplicó.


- Vale – le dije


- Nos vemos mañana entonces.


- Sí – le dije viendo como se marchaba.


Pain me acompañó hasta casa y cuando entré, Naruto estaba allí y eso sí era raro. Al parecer había discutido con Sasuke hasta tal punto, que habían cortado su relación. Me afectó mucho escuchar aquello, porque a Sasuke ya le quería como a alguien de la familia y me enfadé con Naruto por la excusa que había utilizado, a mí no me importaba que saliera con Sasuke, ni que viniera por casa, ni ver a su hermano, discutí tanto con él, que acabé diciéndole que iba a trabajar para Itachi Uchiha, algo que a él también le enfadó porque quería alejarle de mí.


- Es mi vida Naruto – le grité – sigo siendo el mayor y no tienes derecho a decidir sobre mi vida – le dije – yo no te eduqué así, estáis siendo unos egoístas los dos – le comenté cabreado – Sasuke no es como su hermano y lo sabes, él no tenía la culpa de nada y espero que te quede claro esa idea de una maldita vez, no puedes controlarlo todo ni juzgar a todas las personas generalizando como lo has hecho, que su padre y su hermano sean unos capullos no convierten a toda su familia en lo mismo, es un buen chico – le dije – mi problema con su hermano es sólo mío, no necesito que mi hermano pequeño me defienda, necesito que hagas tu vida, que no juzgues a todo el mundo como lo estás haciendo – le comenté.


Desde aquella discusión, Naruto estuvo más raro que de costumbre y venía a casa deprimido y enfadado. Supongo que no fue una semana fácil para él en el instituto, más viendo a Sasuke todos los días tras su ruptura, porque yo sabía, que aún lo amaba con todas sus fuerzas, pero ambos eran demasiado tercos para darse la segunda oportunidad.


 


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