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¿Hermanos? por Fullbuster

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Itachi Uchiha POV


 


Por fin tenía los dieciocho años y podía hacer lo que quisiera. Mi sueño era marcharme a la capital y estudiar medicina pero mi padre estaba poco de acuerdo con esa decisión mía, de hecho quería que me quedase aquí a ocuparme del rancho, pero yo lo odiaba, bueno… no lo odiaba, pero no era como Sasuke, sé que él sí quería ocuparse de la administración de este enorme lugar, pero yo no servía para esto, tenía inteligencia y sé que podía sacarme la carrera de medicina, así que intentaba convencer a mi padre, pero era muy terco y sólo pensaba en sus opciones y su opción, era que me quedase aquí a llevar la hacienda.


Habían pasado seis largos años en los que Naruto no había vuelto a ser el mismo chico de antes, no sé que le había ocurrido. Antes siempre estábamos muy unidos y ahora, seguía siendo ese chico sonriente y enérgico pero… apenas se relacionaba con nosotros, muchas veces prefería irse con la cabra loca de Deidara a jugar que estar con Sasuke y conmigo. Estuve años pensando que quizá fue por aquella vez en que les enseñé a masturbarse, quizá no debí hacerlo, pero lo hecho, hecho estaba, no podía dar marcha atrás a las decisiones.


Sasuke seguía como siempre, reservado, frío, orgulloso y soso, tremendamente soso y es que desde que Naruto ya no solía hacer nada con él, se había recluido en su habitación y estudiaba, nada más, a veces se ocupaba del rancho ayudando al resto de empleados o se iba a montar a caballo solo por los extensos terrenos de la hacienda, se había vuelto muy solitario exceptuando a su novia, porque ahora tenía novia… algo que nunca creí ver en Sasuke.


Con Sasuke siempre era dura la convivencia, más que nada por lo serio que era, pero él y yo siempre habíamos tenido una relación perfecta de hermanos, me adoraba y yo habría hecho cualquier cosa por él, pero con Naruto… eso sí era difícil, porque realmente no era nuestro hermano, pero yo lo quería como si lo fuera igual que Sasuke, era complicado tratarle como a nuestro hermano cuando ambos sabíamos que no lo era y es que… incluso a mí empezaba a gustarme ese chico, era imposible no ver lo guapo que se estaba haciendo con tan solo quince años, ese cabello rubio, esos ojazos azules, su vitalidad, sus ganas de vivir, su sonrisa, todo él era impresionante.


Creo que Sasuke empezó a salir con esa chica de su clase para quitarse de la cabeza a Naruto y es que era casi imposible. Ambos sabíamos que era nuestro hermano, pero es que nos volvía locos a los dos tenerle por aquí siempre con nosotros, intentábamos llamar su atención como fuera y queríamos que se fijase en nosotros, pero claro… era nuestro hermano, no podíamos pedirle salir o nuestros padres habrían puesto el grito en el cielo, así que ambos tratábamos de evitarle en la medida de lo posible y sólo nos quedaba tratar de olvidarle.


Salí aquella mañana muy temprano para echar la solicitud a la universidad en la capital, no quería que mi padre se enterase y es que tenía el apoyo de mi madre, siempre lo teníamos, pero mi padre… por dios que era cabezón como él solo. Salí con mucho cuidado de mi casa y cogí uno de las tapas de la olla que utilizaba mi madre de la cocina para protegerme de los bolazos de barro que Deidara siempre me lanzaba, pero extrañamente y aunque salí muy rápido tratando de evitarlos, dejé de correr y bajé la tapa cuando no sentí nada ¿No estaba Deidara? Porque él siempre me esperaba en la valla para llenarme de barro.


Era muy extraño, miré hacia la valla de la hacienda vecina y todo estaba en silencio. ¡Que raro! Me acerqué a la valla con cierta precaución de que saliera de golpe y me sorprendiera, pero nada, no había nadie, de hecho ni siquiera estaban los coches aparcados en la entrada. No le di mayor importancia, era posible que alguno de la familia se hubiera puesto enfermo y se lo hubieran llevado al médico del pueblo así que cogí el coche y conduje hasta el pueblo. Eché el sobre con mi solicitud de ingreso y volví caminando hacia el coche. Ya estaba a punto de llegar a mi coche cuando apareció Ino caminando por la acera y la detuve con una sonrisa.


- Ey preciosa ¿Dónde vas? – le pregunté y ella sonrió forzadamente.


- De vuelta a casa – me dijo - ¿Qué haces por aquí? Creía que estarías por la hacienda.


- He venido a hacer unos recados –le comenté sin decirle la verdadera razón de que estuviera aquí y es que no quería que mi padre se enterase de que había echado la solicitud – oye… ¿Y tu hermano? No lo he visto hoy y es raro, porque siempre me espera para lanzarme esas malditas bolas de barro.


- Mi hermano… - calló unos segundos – se ha marchado – me dijo a punto de llorar.


- ¿Y eso? ¿A dónde? – pregunté sorprendido.


- A Alemania, estará allí un tiempo.


- ¿Cuánto tiempo? – pregunté.


- No lo sé – me dijo.


- ¿Se ha ido a estudiar? – le pregunté


- Algo así – me dijo y no sé por qué… creo que ocurría algo, pero no sabía el qué.


- Ino, vamos a casa – escuché que la llamaba Inoichi Yamanaka, su padre.


- Buenos días señor Yamanaka – le saludé y él al verme se acercó a saludarme también y me tendió la mano.


- No te había visto Itachi, ¿Qué tal está tu familia? – me preguntó.


- Están muy bien, muchas gracias por preguntar. ¿Ustedes están bien?


- Sí, perfectamente – me dijo forzando una sonrisa y algo me daba a entender que no todo estaba bien – lo lamento Itachi, pero hoy tenemos un poco de prisa, dile a tu madre que pasaremos a verla en cuanto podamos y aceptaremos ese té al que nos invitó con gusto.


- Se lo diré – le dije mientras veía como se marchaban.


Ino aún se giró un par de veces a mirarme con una mirada triste, supongo que por la ausencia de su hermano y es que esos dos siempre habían estado muy unidos. Aquí pasaba algo extraño, supongo que Deidara se habría ido a estudiar fuera, pero no tenía ni idea, algo olía muy raro. Apoyé el codo en el capó de mi ranchera y recosté suavemente el cuerpo mirando aún como se marchaba la familia Yamanaka.


Volví a casa y no paré de pensar en posibles motivos por los que Deidara se marcharía, no tenía ni idea, quizá sus padres se habían cansado de los problemas que ocasionaba en el colegio y el instituto o simplemente es que quería estudiar en una universidad fuera de aquí, pero… ¿Alemania? Él no sabía alemán, jamás lo aprendió ¿Qué había en Alemania para él? Absolutamente nada, todo esto era rarísimo.


Llegué a casa y mi madre salió a recibirme en cuanto vio que aparcaba el coche. Le comenté que me había encontrado a la familia Yamanaka y que me habían comentado que Deidara se había marchado fuera del país, también se extrañó igual que yo. Mi madre entró primero hacia la cocina y yo miré a la valla de los Yamanaka, creo que echaba de menos que Deidara me tirase sus bolas de barro, echaba de menos sus sonrisas cuando acertaba de lleno y sonreí al recordarlo, le echaría de menos, pero al menos esperaba que estuviera bien y si se había ido a estudiar, que volviéramos a vernos en algún momento de nuestra vida, aunque ahora con dieciocho años los dos… cogíamos caminos diferentes, quizá no volveríamos a vernos nunca.


Me senté en la mesa de la cocina y el primero en bajar a desayunar fue Naruto muy animado como siempre. Nos dio los buenos días, nos dio un beso en la mejilla a todos tal y como acostumbraba y se sentó hambriento a coger de todo lo que había en la mesa dando las gracias a mis padres por la comida.


- Siempre con un hambre voraz – le dije sonriendo y él me miró extrañado dudando si coger el bollo que iba a coger segundos antes sin miramiento alguno.


- Come hijo – dijo Fugaku sonriendo y golpeándome con suavidad con el periódico en la cabeza – no hagas caso a este cabezón, le gusta pincharte – le comentó y Naruto sonrió cogiendo el bollo.


Mi hermano Sasuke apareció por la puerta serio como siempre y aunque le insistimos en que se sentase a la mesa a desayunar con nosotros, nos comentó que había quedado con su novia para ir a desayunar. Este también estaba raro, seguía sin poder verle con novia, no me entraba en la cabeza. Me fijé en Naruto que se entristeció de golpe al ver que Sasuke se marchaba pero enseguida sonrió y volvió a comer como siempre. Yo desde luego me quedé con esa sonrisa fingida, le dolía ver a Sasuke marcharse así sin más sin hacerle caso a él, pero no podíamos hacer mucho.


- Voy a ir a limpiar los establos – les dije a mis padres levantándome de la mesa.


- Te acompaño – dijo Naruto cogiendo un último bollo mientras se levantaba y saliendo tras de mí hacia los establos.


Saqué del cobertizo los rastrillos y empecé a limpiar la paja de las caballerizas, Naruto me ayudó con otro rastrillo pero aún así, yo lo seguía viendo triste por mucho que fingiese estar bien, sabía que no lo estaba.


- ¿Qué te ocurre Naru? – le pregunté.


- ¿Crees que Sasuke quiere a su novia? – me preguntó.


- No lo creo – le dije muy claro – de hecho… no sé cómo una chica puede fijarse en él, es muy soso y aburrido – le dije sonriendo y Naruto empezó a reírse.


- Es muy serio – me dijo de golpe – pero es un gran chico, como tú.


- Naruto… - le llamé dejando a un lado el rastrillo - ¿Te pasa algo para que te hayas distanciado tanto de nosotros?


- No – me dijo – no me pasa nada.


- ¿Fue por algo que hice mal aquella vez? – Naruto se sonrojó de golpe – lamento haberos enseñado cosas inapropiadas si era por eso, de verdad que lo siento.


- No era por eso Itachi – me dijo sonrojándose – en verdad… me gustó aquello, me gustó tu beso – me comentó sonrojado – Sé que quieres marcharte a estudiar medicina a la capital y me entristece un poco, no quiero que te marches – me comentó.


- Tengo que ir Naruto, es por mi futuro, quiero ser médico, prometo que volveré en cuanto me saque la carrera y no me marcharé ya.


- ¿Puedo besarte una última vez antes de que te marches?


- Creía que te gustaba Sasuke – le comenté


- No, él ya tiene novia y yo estoy libre, me gustaría poder volver a besarte Itachi ¿Me regalarías un último beso antes de irte?


- Sí – le dije empotrándole con suavidad contra la pared del establo.


Me acerqué a él con suavidad acariciando su cabello y junté mis labios con los suyos besándole con pasión. Creo que amaba a este chico inocente y dulce, creía también que Sasuke sentía algo por él o que Naruto lo sentía, pero parece que me equivoqué. Sus labios eran el mejor manjar que podía tener en este momento, todo de él me excitaba y tuve que controlarme para no hacerle mío allí mismo aunque él metió las manos bajo mi camiseta acariciándome.


- Detente Naruto – le dije


- ¿No quieres acostarte conmigo? – me preguntó con esos dulces ojos llenos de dudas y preocupación.


- Me encantaría pero… eres mi hermano Naruto, te he besado porque me lo has pedido pero…


- ¿No te gusto? – preguntó.


- Claro que me gustas, mírate Naruto, eres impresionante, me encantaría estar contigo pero no puede ser, esto está mal y aún tienes quince años, el sexo no es para ti Naruto.


- Pero Sasuke ya tiene sexo con su novia – me dijo.


- No rivalices contra Sasuke Naruto, sé tu mismo, no te ofrezcas así porque sí, eres muy joven, busca a la persona con quien realmente quieras estar y entrégate a él. Me sentiría alagado de ser yo Naruto, te quiero, he estado luchando mucho tiempo contra todo este sentimiento pero no quiero que tu tengas dudas. Espérame para cuando vuelva de la carrera y si sigues pensando que yo soy el adecuado, lucharé por ti contra viento y marea ¿Qué te parece?


- ¿Lo prometes? – me preguntó.


- Sí


Una semana después de aquello y de mis encuentros a escondidas con Naruto para besarnos, llegó la notificación de la universidad y tuve la mayor discusión que pude tener con mi padre. Él no estaba dispuesto a pagarme la carrera en la capital y yo enfadado, acabé marchándome por mi cuenta, encontraría un trabajo en la capital, pagaría mi matrícula y volvería siendo médico, lo tenía claro. Sólo cuatro años… y podría estar con Naruto. En esos cuatro años… no volví a hablar con mi padre, jamás hicimos las paces y Sasuke no quiso ponerse ni una sola vez al teléfono, sólo Naruto y mi madre se dignaban a hablar conmigo de vez en cuando.


 


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