Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El Sendero de la vida por Fullbuster

[Reviews - 569]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Sasuke Uchiha POV


 


Aquella mañana cuando me desperté y quise ir a preparar algo para desayunar, me encontré con que la mesa estaba puesta y había varias cosas para comer ya prepararas. Supuse que Naruto se había levantado temprano y había empezado a cocinar. Hasta el momento lo había tratado como si fuera mi invitado, yo hacía todo en la casa y es posible que él también quisiera colaborar ya que le dejaba vivir aquí por el momento. Quizá no quería reconocerlo en voz alta pero… ese chico tenía algo especial que me atraía aunque sabía que no podía ser, no podía ocurrir nada entre nosotros.


Observé a Naruto allí parado mirando una fotografía de mi familia y eso me extrañó, sobre todo porque estaba triste y una lágrima resbalaba por su mejilla. Aquello me dolió, supongo que estaba acostumbrado a verle sonreír, incluso cuando yo me metía con él, seguía sonriendo. Sentirme así al verle llorar fue la conclusión para saber que me estaba gustando ese chico, pero no podía ser, tenía que mentalizarme en que no podía enamorarme de él.


Me acerqué hasta él y supe que no se había dado cuenta que estaba aquí por la forma en que se sobresaltó. Intenté calmarle y comprender por qué lloraba, no me creí muchos sus palabras aunque sí suponía algo, estaba cogiendo cariño a mi familia y eso era malo porque cuando nuestra relación terminase le dolería y yo no quería hacerle daño, él era un buen chico. Sé que no podíamos estar juntos y que nos metíamos mucho el uno con el otro, pero en el fondo le apreciaba y le tenía cierto cariño.


Quise limpiar su lágrima, quise besarle cuando vi sus temblorosos labios pero no pude, él se movió antes de que mis instintos reaccionasen y se fue hacia la mesa para desayunar. Supongo que era mejor así porque no estaba seguro del motivo que me impulsaba hacia ese chico, él y yo éramos tan distintos y sin embargo había una fuerza que me atraía a él una y otra vez como la gravedad de un planeta, no podía salir de su orbita y eso no podía permitirlo, tenía que aguantar, necesitaba pensar con la cabeza bien fría y no dejarme llevar.


Naruto no tardó en irse, ni siquiera me dijo donde iba o para qué. Me sentaba un poco mal cuando hacía esas cosas y es que me interesaba su vida, en el fondo me gustaba y quería saber sobre él pero… sabía que no tenía derecho a preguntarle, no éramos nada realmente. Yo tampoco le decía nunca donde iba, él tampoco preguntaba, no le interesaba en absoluto.


Aquel día me fui a la casa de mis padres tras haber pasado un rato por el despacho. Neji me preguntaba siempre por cómo me iba con Naruto y toda esta farsa, pero al final siempre le respondía lo justo y necesario tratando de evitar el tema todo lo que podía.


Una vez en la casa de mis padres tuve que ir a hablar con Gaara y Kankuro. Los dos estaban planeando algo cuando entré y guardaron las cosas con rapidez en cuanto me vieron entrar.


- Sacad lo que habéis guardado – les dije y lo sacaron un poco lento como si les diera miedo mi enfado - ¿Otra vez con bromas? Me lo prometisteis – les dije – dijisteis que dejaríais estas absurdas bromas.


- Pero es que… - empezó Gaara.


- No hay “peros” que me valgan. Nada de bromas a Naruto, ya está bien los dos.


- ¿Vas a irte con él de nuevo y nos dejarás? – preguntó Kankuro.


- No pienso irme a ningún lado. Quiero que sepáis una cosa… yo siempre estaré aquí para vosotros, os quiero y sois mis primos, pero tendréis que aprender que no ahora deberéis compartirme con Naruto, es un buen chico que os aprecia y deberíais darle una oportunidad, yo os lo agradecería mucho.


Me miraron extrañados pero al final me prometieron que se portarían bien, no sé si podía fiarme de ellos o no. Decidí salir de la habitación y en el pasillo me crucé a Naruto y eso si que no me lo esperaba.


- ¿Naruto? ¿Qué haces aquí? – le pregunté.


- Lo siento, no quería escuchar vuestra conversación.


- No pasaba nada.


- Así que me defiendes cuando crees que no me entero – me dijo sonriendo y sonreí.


- Es posible – le dije – pero no te lo creas demasiado, sigues sin importarme nada.


- Ya – me dijo sin creerme.


Bajamos a la cocina y mi madre estaba allí preparando la comida o más bien… ayudando a la cocinera que tenían e indicándole lo que quería que preparase. Nos preguntó cómo teníamos este fin de semana y es que quería ir al cumpleaños de su madre. Yo por supuesto le dije que estaba libre y Naruto también le comentó que estaría libre, básicamente trabajaba para mi familia y sabían sus horarios. De hecho tendría que ir con ellos por dos motivos, uno porque era el niñero de mis primos y en segundo… porque era mi novio. Se supone que debía de conocer a toda la familia, incluida mi abuela.


- ¿Y dónde vamos? - Preguntó Naruto entusiasmado tomando un vaso de agua.


- A Alaska – dijo mi madre y escupió el agua de golpe.


- ¿Alaska? – le preguntó - ¿A ese lugar tan frío?


- Mi abuela vive allí – le dije como si nada – sólo será un fin de semana y estaremos muy juntitos tú y yo. Tómatelo como nuestro primer viaje de novios – dije fingiendo frente a mi madre.


- Está bien, pues un viaje de novios entonces – me dijo intentando aparentar felicidad.


- Oye chicos… ¿Podríais ir a comprar unas manzanas? Quería haceros un pastel de manzana – dijo Mikoto ilusionada.


- Mamá – me quejé – hazlo otro día, no pasa nada.


- Quería hacerlo hoy.


- Vamos Sasuke, nos costará poco.


- Aparcar en el centro de la ciudad es complicado.


- Podemos ir en moto – me dijo – la tengo ahí fuera, yo he venido en ella, de hecho he traído a Temari desde la universidad.


- No pienso subir a esa máquina del diablo.


- ¿Nunca has subido a una moto? – me preguntó extrañado


- No.


- Pues creo que hoy es un buen día para hacerlo, vamos.


Me convenció al final para ir con él y salimos de casa en busca de la moto. Cuando llegué a ella me asusté, jamás había subido a una moto pero me tocaría por narices hacerlo. No iba a demostrarle que era un cobarde. Me puse el casco y me subí atrás. Nada más arrancar acabé pasando mis manos del agarre trasero a abrazar el cuerpo de Naruto, como odiaba estas máquinas y encima Naruto sonreía como un niño pequeño burlándose de mí y mis miedos.


Llegamos al centro muy rápido y aparcó un segundo en un pequeño hueco mientras yo bajaba a comprar las manzanas que mi madre quería. Cuando volví corriendo con la bolsa de las manzanas las metí en la mochila y la colgué en mis hombros volviendo a subir a la moto.


Creí que íbamos a casa cuando me di cuenta que Naruto cogía la dirección contraria, íbamos hacia el paseo marítimo y eso me extrañaba. Paró de golpe y se quitó el casco por lo que yo también me lo quité aunque ninguno de los dos nos bajamos de la moto.


- ¿Qué hacemos aquí Naruto? – le pregunté.


- Me apetecía ver el mar – me dijo - ¿Te gusta el mar?


- No he venido en años.


- Déjame adivinar… ¿Demasiado trabajo?


- Sí – le dije molesto y es que supongo que tenían todos razón en que mi trabajo estaba siempre por delante de todo – mi trabajo es importante.


- Lo sé, pero no lo es todo en la vida Sasuke – me dijo – necesitas tu tiempo libre.


- Es posible. Nunca había pensado en mi tiempo libre.


- Pues va siendo hora que pienses qué te gustaría hacer. Necesitas vivir la vida Sasuke.


- Nunca lo he pensado, no sabría por donde empezar a vivir.


- Por conducir una moto – me dijo sonriendo – vamos te enseñaré.


Naruto me dijo que bajase y le hice caso aunque seguía insistiéndole en que estaba loco y que  no quería conducir, pero seguramente no me haría caso, de hecho él se bajó y me dijo que la cogiera subiéndose tras de mí agarrándose a mi cintura mientras me indicaba los mandos.


- Es una muy mala idea Naruto.


- Arranca – me dijo sonriendo – y trata de no matarnos por favor…


Arranqué la moto con cuidado y al darle al acelerador salí de golpe frenando a los pocos metros asustado por el arranque. Naruto apoyó una de sus manos encima de la mía y me indicó que me calmase, que lo hiciera con suavidad y al hacerlo, la moto arrancó más despacio que antes y la llevé hasta el final del paseo marítimo en recto. Me hizo girar y volver por el paseo marítimo. Creo que empezaba a pillarle el truco a esta cosa.


Creí que Naruto la cogería pero se quedó detrás de mí y me indicó que condujera hasta mi casa y lo hice con mucho cuidado y cautela. Naruto estaba tras de mí ayudándome y dándome indicaciones y eso que con el casco no le oía bien, pero para salir a la ciudad teníamos que llevarlo.


Llegué a la entrada de la casa y el guardia me abrió, así que llevé la moto hasta arriba y la dejé aparcada frente a la puerta principal. Bajamos los dos y Naruto sonreía felicitándome por haber conseguido traer la moto hasta aquí yo solo, me estaba convirtiendo en un chico diferente, lo veía, me había hecho sonreír y yo nunca lo había hecho, también me había hecho coger una moto, algo que nunca había hecho tampoco y me alegraba el día.


Tenía a Naruto muy cerca de mí mientras dejaba mejor posicionada la moto y cuando me miró con una sonrisa… no pude evitarlo más y acerqué mi mano hasta su nuca acercándole a mí para unir mis labios a los suyos. Quería besarle y él se dejó. No quise profundizar el beso ni presionarle, simplemente fue un roce de labios suave y dulce, ni siquiera fue pasional.


Al separarme de él pude ver su sonrojo y su cara de sorpresa, él tampoco entendía por qué le había besado, la verdad es que yo tampoco me entendía a mí mismo. Había sentido esa necesidad y no lo pensé, supongo que podía ser la adrenalina y la ilusión de haber sido capaz de traer la moto yo solo conduciéndola hasta aquí, podría ser que él me estuviera enseñando lo que era la vida y eso me gustaba, empezaba a vivir realmente a su lado, empezaba a no centrarme tanto en el trabajo y a tener otras aspiraciones, algo por lo que ilusionarme que no fuera únicamente el trabajo.


- Lo siento – le dije.


- No pasa nada – me dijo Naruto sonrojado – aunque no lo entiendo.


- Creí ver a mi madre en la ventana – le mentí – quizá fuera mi imaginación.


- Ya veo. Así que Alaska – me comentó sonriendo.


- Alaska – le dije sonriendo.


- Sabes Sasuke… deberías salir más de tu oficina, te sienta bien y tienes una bonita sonrisa. Deberías enseñarla más.


- Puede que tengas razón – le dije entrando hacia casa, había que preparar muchas cosas para el viaje.


 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).