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El Sendero de la vida por Fullbuster

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Sasuke Uchiha


 


Me levanté de la mesa con rapidez para ir a buscar a Naruto. No quería perder más tiempo, ya había perdido demasiado con tanta tontería, quería recuperar a Naruto, el tiempo que estuvimos juntos y es que con él… había empezado a vivir de verdad, sólo con él podía ser feliz y disfrutar al completo de la vida.


Caminaba por el pasillo y fui a colarme hacia la cocina cuando uno de los camareros de allí me dijo que no podía entrar, estaba reservado para el personal pero a mí me dio igual y sonriendo le metí un billete en el bolsillo de su chaqueta apartándole de mí para seguir con mi camino hacia la cocina. Todos allí dentro me miraron sorprendidos de ver a un cliente por allí dentro y pregunté por Naruto aunque me insistían en que debía marcharme de allí, en que era una zona exclusiva para el personal.


- No voy a marcharme sin hablar con Naruto.


- Naruto se ha marchado hace unos minutos por la puerta de servicio – me dijo uno de los camareros.


- ¿Y dónde está esa puerta?


- Por ahí detrás – me indicó con la mano.


Le agradecí la información y salí lo más deprisa que mis piernas pudieron caminar siguiendo la dirección que me habían indicado. Pasé por una oficina antes de ver la puerta al final del pasillo y la abrí saliendo fuera. Naruto estaba allí sentado con el casco de la moto en las manos y mirando al suelo.


- Creí que te habrías marchado ya – le pregunté al verle con la chaqueta y todo puesto.


- Pues ya ves que no – me dijo y sentí su voz entrecortada, estaba llorando y no podía disimularlo.


- ¿Estás bien? – pregunté.


- Genial, pero sigo sin tener tu ramen. Puedes ir a otro lugar a buscarlo.


- Quería ir a cenar contigo Naruto.


- No seas idiota – me dijo fingiendo una mueca de sonrisa – te vi con tu novia ahí dentro, parecéis el uno para el otro.


- No estoy con ella Naruto – le aclaré – rompí con ella porque no íbamos a ningún lugar, a ella no le interesan las mismas cosas que a mí, no se parece en nada a ti. Contigo veo un futuro, con ella no veo nada excepto trabajo y cada uno por su lado. Tú eres a quien amo Naruto. Quiero estar contigo y es lo que trataba de decirte el primer día desde que apareció Tenten en la puerta de casa, yo te quiero a ti y sé que soy idiota, que trabajo demasiado y tengo poco tiempo libre, que soy un poco gruñón en ocasiones y que no soy ni mucho menos perfecto, tengo muchos defectos pero tú me has hecho cambiar muchas manías que tenía, sólo contigo puedo ser feliz, cambio por ti, me aceptaste con mis defectos y eso jamás podré pagártelo. Entendería que no quisieras volver conmigo.


- No quiero – me dijo muy directo – eres idiota, egocéntrico, un mentiroso de primera y encima te atreves a venir aquí sin más a mi trabajo.


- No me cogías el teléfono y te cambiaste de casa ¿Cómo querías que te localizase? Ni siquiera me dejaste tiempo para explicarte las cosas.


- Tuviste mucho tiempo, exactamente tres meses que es lo que estuvimos juntos pero preferiste ocultarme lo de tu novia.


- Ya había roto con ella… pero perdió el teléfono así que no pude localizarla, quería hablar con ella cuando llegase pero se adelantó viniendo a mi casa. No quiero estar con ella, te amo a ti. Eres un cabezón. No me dejaste más remedio que venir a tu trabajo y para colmo… yo no sabía que trabajabas aquí, así que no me eches la culpa de…


- ¿De qué me hayan despedido? – preguntó llorando y me quedé atónito.


- ¿Te han despedido? – pregunté ahora extrañado.


- No te hagas el inocente y el sorprendido conmigo Sasuke… ¿No es lo que querías?


- No – le dije – quería recuperarte, no complicarte las cosas.


- Pues vas de lujo, tú y tu familia. ¿Qué esperáis? ¿Qué nadie quiera contratarme o qué? ¿Cómo se os ocurre sentarme en vuestra mesa? Era el camarero, no puedo sentarme con vosotros. Estaba trabajando.


- Te echamos de menos – le dije.


- Mientes.


- No lo hago, no he sido tan sincero en mi vida, Naruto. Te amo y quiero estar contigo, quiero que vuelvas a salir conmigo. Que vuelvas a vivir en mi casa.


- No es cierto – me gritó y ya no lo aguanté más.


Pasé mi mano por su nuca y lo atraje hacia mí uniendo mis labios a los suyos en un beso posesivo. Le amaba y estaba dispuesto a hacer cualquier cosa con tal de que volviera conmigo. Naruto no se resistió pese a estar llorando aún sentado en aquel frío bordillo frente a su moto. Dejó que le besase y yo no quería detenerme, necesitaba que me creyese, que supiera que estaba dispuesto a lo que fuera por él.


- No me hagas esto Sasuke, no otra vez.


- Por favor… dame una oportunidad, no te arrepentirás, te lo prometo.


- Tú y yo venimos de mundos muy distintos.


- No es cierto, estamos aquí… en el mismo mundo, en el mismo universo, en el mismo plano, podemos estar juntos y quiero estar contigo. No eres tan diferente a mí.


- Sasuke… somos como el día y la noche.


- Y me gusta ser así, sería muy aburrido que te parecieras a mí, ya te lo he dicho Naruto… tengo muchos defectos pero tú eres perfecto. Cuando te conocí me enseñaste lo que era estar completo, siempre había estado buscando esa mitad que me faltaba y por fin la he encontrado, ahora que sé lo que es estar completo no puedo volver a perder esa mitad, tú eres la mitad que me complementa, eres lo que más deseo tener en esta vida.


- Eres… un maldito adulador – me dijo medio sonriendo.


- ¿Eso es que me vas a dar una oportunidad?


- Sólo una – me dijo medio enfadado – así que no la desaproveches porque no tendrás otra oportunidad conmigo.


- Lo sé, pero no pienso desaprovecharla.


- Más te vale.


Por fin le vi sonreír y esta vez fue él quien sonrió antes de lanzarse hacia delante alcanzando mis labios con los suyos y atrapándolos en un dulce beso que fue convirtiéndose cada vez más en uno pasional, al menos hasta que empezó a reírse.


- ¿De qué te ríes? – le pregunté sonriendo.


- Me debes un trabajo – me dijo sonriendo.


- Más bien mis primos te deben un trabajo, te recuerdo que yo no he hecho nada en la cena.


- Pero tus primos le tiraron un plato de comida a tu novia…o a tu ex novia.


- Lo sé… y nunca me había reído tanto como en ese momento. Sabes que esos chicos te adoran.


- Y no es que empezásemos con buen pie.


- No… pero tú te ganas a cualquiera, eres especial Naruto. Venga, te acompañaré a casa.


- Ya no vivo en el mismo lugar.


- Lo sé – le dije – tengo que ver con mis propios ojos tu nueva casa infernal.


- Un poco infernal… sí que es – me aclaró antes de que entrase.


- Naruto… múdate a mi casa, tus casas son un riesgo para la humanidad.


- No es cierto… ésta está medio bien…


- ¿Medio? Dios mío… ya me da miedo entrar por allí.


- Ya verás que está bien – me dijo y subí con él a la moto para acompañarle a casa.


Antes de ayudar a Naruto a levantarse de aquella acera le limpié las lágrimas con mis pulgares y le sonreí tratando de calmarle. Después me pasó el otro casco que llevaba en la moto y me subí con él para ir a su casa aunque yo iba asustado… a saber qué casa había alquilado esta vez, seguramente otra parecida a la anterior. Al llegar no me equivoqué, no sé cuál de las dos era peor.


- Sabes que se cae a pedazos ¿Verdad? – le pregunté sonriendo.


- No tanto como la otra – me dijo sonriendo – las paredes aguantan.


- Eso tendré que comprobarlo – le comenté sonriendo agarrándole por la cintura para empotrarle contra una de las paredes besándole.


- ¿A que aguanta? – me preguntó burlón.


- Bueno… la pared está mejor que la de la otra casa, al menos no acabaremos en la casa del vecino.


- No sé si la has probado suficiente – me dijo sonriendo y volví a besarle sin dejar que su espalda se separase de aquella pared.


Cogí sus muñecas y las coloqué contra la pared a la altura de su rostro para evitar que se moviera mientras seguía besándole con insistencia. Le había echado tanto de menos. Bajé mis labios de los suyos hacia el cuello besándolo y lamiéndolo, todo su cuerpo me excitaba y Naruto bajó sus brazos hasta mi cuello cuando sintió que le liberaba para buscar el final de su camiseta, quería quitársela, se la habría arrancado allí mismo si hubiera podido.


Agarré con fuerza su camiseta y tiré hacia arriba hasta quitársela por completo. Al separarme de sus labios esa milésima de segundo, Naruto volvió a unirlos al momento empujándome esta vez él a mí hacia el pasillo. No me dio tiempo a reaccionar y tampoco me importaba mucho que él tomase el control de vez en cuando, me excitaba que lo hiciera. Me condujo de espaldas sin soltar mis labios hasta la habitación y me tiró en la cama.


Tal y como caí con Naruto encima de mi pecho, el colchón se hundió y caímos al suelo por lo que empecé a reírme sin poder parar. Naruto era un desastre para elegir casas. Tenía que convencerle que la mía era mejor y volviera a vivir conmigo, no podía seguir en estos desastres de viviendas.


- Enserio que mi casa es mejor – le dije.


- Bueno… es que yo sólo dije que mejoraban las paredes respecto a la otra – me sonrió y es que él siempre veía las cosas de forma positiva, era lo que más me gustaba de su personalidad.


- No me has contestado… ¿Vas a venirte a vivir a mi casa o no?


Aquello le pilló por sorpresa, pude ver en su rostro la duda y la incertidumbre, no sabía qué hacer o qué decirme, estaba pensando alguna posible respuesta y seguramente intentando evitar ese compromiso.


- No creo que sea buena idea Sasuke, ya viste la última vez…


- La última vez estuvimos bien Naruto. Lo único malo que ocurrió fue la llegada de Tenten y eso no volverá a ocurrir, te lo he prometido, no voy a mentirte nunca más ni a ocultarte información. Estoy soltero y te amo, quiero que te vengas a vivir conmigo, no quiero perderte nunca más.


- Necesitaré pensarlo – me dijo como último razonamiento antes de volver a besarme mientras me quitaba la camiseta.


Naruto se deshizo de mi camiseta mientras yo desabrochaba su pantalón con nerviosismo, le había deseado tanto tiempo y ahora le tenía de nuevo entre mis brazos, era algo que aún no podía creerme, estaba aquí conmigo, besándome y tocando mi cuerpo deseando volver a estar conmigo.


- Tengo lubricante en la mesilla – me dijo y me sorprendí.


- ¿Qué haces tú con el lubricante? – le pregunté sonriendo – sabes que eres mío ¿Verdad? No permitiría que te acostases con otros.


- Que egocéntrico eres, te recuerdo que me habías traicionado – me dijo serio y yo sonreí.


- Ven aquí tonto – le dije sonriendo besándole mientras buscaba en la mesilla el lubricante.


Me unté los dedos y los metí con suavidad en su entrada. Al principio hizo un gesto algo dolorido así que traté de ser más delicado aún para hacerle el menor daño posible. Creo que no había estado con nadie en estos meses y aunque no se lo pregunté, tampoco me interesaba, ahora estaba conmigo y eso era lo importante. Una vez lubricado me dispuse a entrar en él. Fue Naruto quien al estar encima de mí empezó a sentarse encima de mi miembro con calma metiéndose mi miembro. Bajó despacio hasta que tuvo todo dentro de él, fue entonces cuando empezó a moverse encima de mí mientras me besaba y trataba de ahogar aquellos gemidos que tanto me excitaban.


Yo fui el primero en eyacular y todo por la excitación que llevaba al volver a tener a Naruto frente a mí, le había deseado tanto tiempo que no pude evitar disfrutarlo como nunca. Poco después fue Naruto quien se vino encima de mí.


 


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