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Un hilo para los rivales por Fullbuster

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Tetsu no pudo conciliar el sueño aquella noche. Tumbado en su cama bien tapado con la colcha, miraba al despejado cielo por el cristal de su ventana observando el cielo estrellado. Ni siquiera veía la luna, seguramente se habría escondido tras algún tejado que no le permitía verla o estaría en otra dirección.


Pensó en Aomine y en la pregunta que le había hecho. Aún se sentía extraño y las manos le temblaban cuando hablaban de todo aquel asunto. Tetsu sabía de sobra el sueño de su mejor amigo y ahora novio, quería ser policía, una profesión que aterraba a Tetsu pero que jamás confesó a nadie. Nunca se lo dijo a Aomine.


Tetsu cargaba muy dentro de él aquel oscuro secreto, ese dolor y miedo que jamás le contó a nadie y menos al que había sido y era su mejor amigo. Aomine habría desistido de ser policía si se enteraba. Sabía que le estaba mintiendo... no... mucho peor, le había ocultado un dolor tan grande que si Aomine se enteraba, pensaría que Tetsu jamás confió en él como para contárselo.


Se giró en la cama dando la espalda a la ventana y mirando en su mesilla la vieja fotografía de su familia. En aquel tiempo eran felices. Los tres eran una gran familia que ni siquiera pensaban en estos problemas económicos. todo cambió cuando su padre se marchó del hogar.


Su madre nunca quiso hablar del tema y al menos, apareció Tetsuya, aquel cachorro de Husky Siberiano que Tetsu encontró metido en una caja de cartón empapándose con la lluvia. Tetsu iba hacia su casa cuando lo encontró, ni siquiera llevaba tampoco un paraguas pero le daba igual estar mojándose, la tristeza dentro de él era tan grande que todo a su alrededor perdía importancia. Decidió acoger a aquel perro solitario, no podía dejarle allí abandonado a su suerte. Su madre lo acogió con gusto pensando que quizá ese animalillo consiguiera animar un poco aquella solitaria casa.


Tetsu volvió a girarse hacia la ventana, esta vez centrando su vista en la cama. El perro dormía a su lado apoyado contra la pared y Tetsu sonrió acariciándole. Ni siquiera se despertó y Tetsu no pudo evitar sonreír aún más.


- Ya no estaremos solos, Tetsuya - le dijo Tetsu sonriendo aunque el perro ni abrió el ojo.


Ahora el único gran miedo de Tetsu era que Aomine se enterase del secreto que se había echado a la espalda y que jamás contó a nadie. No le gustaba la idea de que Aomine fuera policía, perderle habría sido demasiado para él, le habría destrozado y hundido pero era su sueño así que simplemente, trató de aparentar fortaleza y animarle a cumplir lo que más deseaba sin dejarle ver a Aomine el gran miedo que esa profesión producía en él.


Transcurrió un mes desde que Tetsu firmó aquel contrato. Sus problemas económicos empezaban a remitir y su madre por fin podía descansar algunos días. Para Tetsu aquello supuso una gran tranquilidad aunque su relación con Aomine tenía cierta tensión. Cuando le veía no podía dejar de pensar en el secreto que le guardaba pero Aomine tampoco podía evitar pensar en que le estaba ocultando a Tetsu que era su contrato. Entre ambos empezaban a aparecer los secretos pese a mantenerlos para asegurar la felicidad del otro.


Lo único que parecía mejorar entre ambos eran sus encuentros clandestinos. Al finalizar sus partidos, se encontraban siempre en los vestuarios cuando todos habían salido para estar juntos. Era el momento perfecto para ellos. Habría sido mejor si pudieran no esconderse, pero no les quedaba otro remedio hasta que acabasen la universidad, al menos ambos sabían cuánto se querían y nadie podría separarles... o eso pensaban.


Aquella fría mañana del sábado, Tetsu salió de su casa para ir hacia la central de policía. Quería saber cómo le había ido a Aomine en su examen. Tetsu llevaba todo el mes preguntándole a su novio por aquel examen y él sólo sonreía y le decía que lo llevaba bien. Tenía muchas esperanzas en que le hubieran aceptado, al menos el sueño de Aomine se cumpliría pese al miedo que tenía por ello. Tendría que aprender a vivir pensando en si su novio volvería a dormir a casa o le habría ocurrido algo, no le quedaba más remedio. Al menos ver la sonrisa de Aomine le calmaba y le encantaba.


Al llegar a la comisaria, Tetsu se detuvo unos segundos en seco. Hacía años que no iba por allí. Todo estaba tal y como recordaba. Los teléfonos no dejaban de sonar, la recepcionista contestaba a las alertas y movilizaba a los equipos, los policías entraban y salían hablando entre ellos. Uno de los hombres veteranos de las oficinas salió al ver a Tetsu allí de pie en el pasillo de entrada y se dirigió hasta él.


- Tetsu... no esperaba verte por aquí - comentó el hombre.


- Sólo... he venido para ver la prueba de ingreso de un compañero - comentó Tetsu sin ninguna clase de expresión en su rostro.


- Sabes que eso es confidencial. Las notas se mandan directamente a las personas relacionadas.


- Por favor, necesito saberlo. Eras amigo de mi padre.


- Está bien - dijo el hombre resoplando - Sígueme al archivo.


Tetsu recorrió la comisaría siguiendo al agente de policía. El incesante ruido de los teléfonos le agobiaba pero suponía que todos allí estaban acostumbrados ya. El trabajo para ellos nunca se detenía, no les daban ni un momento de tregua. Cuando llegaron hacia el archivo, Tetsu tomó aire intentando calmarse, iba a ver la nota que le daría el sueño a su novio, sólo esperaba que  hubiera podido entrar.


- Las pruebas fueron la semana pasada - le comentó el amigo de su padre - ya hemos sacado todas las notas y las hemos entregado. Supongo que tu amigo debería haberte dicho la nota.


- No he podido hablar con él esta semana. Su equipo de baloncesto está entrenando en un campamento fuera de la ciudad. Quizá ni siquiera tiene cobertura para poder contactar conmigo. De todas formas vuelve mañana.


En el archivo no se escuchaba ningún ruido, tampoco había gente, tan sólo aquellos inmensos archivadores metálicos que guardaban toda la documentación de los últimos años, tanto notas de acceso como expedientes como casos abiertos o ya resueltos. El  hombre llegó hasta uno de los archivadores y se detuvo frente al cajón.


- ¿Su apellido? - preguntó el hombre.


- Aomine - le respondió Tetsu viendo cómo el hombre abría el cajón de la letra A y buscaba dentro la carpeta con dicho apellido.


- No lo veo por aquí. ¿Cuál es su nombre completo?


- Aomine Daiki - le respondió Tetsu y el hombre volvió a mirar.


- Lo siento, Tetsu, pero no hay ningún Aomine Daiki en los listados.


- Vuelve a mirar por favor, tiene que estar, me dijo que se iba a presentar.


- Está bien.


El hombre volvió a comprobar todas las carpetas una por una pero la respuesta no cambió, ningún Aomine Daiki se había presentado a la prueba.


- Lo siento, Tetsu - le dijo el hombre negando con la cabeza.


- Me ha mentido. ¿Por qué iba a mentirme con algo así? - preguntó en susurro abriendo los ojos como platos - él me dijo que iba a presentarse, se lo pregunté durante todo el mes y siempre me respondía con una sonrisa que aprobaría.


- No puedo responderte a eso, Tetsu, no sé por qué pero aquí no se ha presentado ningún Aomine Daiki.


- Gracias de todas formas - comentó Tetsu haciendo una reverencia en señal de gratitud.


- Oye, Tetsu... ¿Cómo estás? - preguntó el hombre algo preocupado.


- Estoy bien - le dijo intentando sonreír.


- ¿Y tu madre?


- Trabajando mucho, como siempre.


- Ya. Sobre tu padre... lo sentimos, Tetsu, ya te lo dijimos pero aún así, quiero que sepas que aquí no se le olvida.


- Lo sé.


- Puedes venir cuando quieras por aquí aunque imagino que no es algo agradable. Si necesitas algo, tú o tu madre, pásate y avísanos.


- Claro. Gracias.


Tetsu se marchó de allí con grandes dudas. Jamás esperó que Aomine le mintiera, le había dicho que iba a presentarse a ese examen, era el sueño de su vida ser policía pero no había realizado la prueba de ingreso. Tetsu no entendía nada. Si lo hubiera hablado con él quizá hubiera podido ver lo que ocurría y haberle convencido para que hiciera la prueba pero tampoco podía recriminarle nada, él mismo le ocultaba su mayor secreto. No podía ir a Daiki y decirle simplemente que sentía como si no hubiera confiado en él para hablar de todo lo que pasaba cuando ni siquiera él mismo se había atrevido a contarle la verdad detrás de lo de su padre, no podía reprocharle nada porque si Aomine se enteraba de su secreto, también podría echarle en cara que no confiase en él. No sabía qué hacer y al salir de la comisaría, se sentó en los columpios de un parque intentando pensar cómo abordaría este tema tan delicado con su novio.


Al llegar a su casa, Tetsu se sorprendió al notar el dulce aroma que venía de la cocina, su madre debía estar en casa cocinando. Se quitó la chaqueta dejándola en el armario pero se dejó la bufanda. Aún no se la había devuelto a Aomine pero una parte de él no quería devolvérsela, quería quedársela y tener siempre aquella fragancia consigo.


Entró por la cocina viendo a su madre cocinando y le comentó que estaba ya en casa. Su madre que se había despertado temprano se había preocupado al no encontrarle, sin embargo, conociendo a su hijo, pensó que quizá había salido con los amigos a practicar algunos tiros.


- ¿Qué tal ha ido? - le preguntó su madre - ¿Has quedado con Aomine para practicar? - sonrió su madre.


- No, Aomine está en un campamento con su equipo, vuelve mañana.


- Oh... ¿Dónde has ido entonces?


- A la comisaría - comentó sin expresión alguna haciendo que a su madre se le cayera la cuchara de madera al suelo - Lo siento - se disculpó Tetsu dándose prisa en ir a recogerla.


- ¿Ha ocurrido algo para que hayas ido?


-  Nada en especial, sólo quería saber la nota de Aomine, quería hacer la prueba para acceder a un puesto de trabajo en la policía. Ha sido bastante inútil ir hasta allí, ni siquiera se ha presentado.


- No creí que quisieras volver a ir por allí.


- No quería pero... no puedo dejar que mi miedo afecte a Aomine o eso pienso.


-  ¿Cuándo vas a decirle la verdad?


- No puedo decírselo - dijo Tetsu sentándose en una de las sillas de la cocina mientras su madre le miraba - yo... si Aomine se entera de lo que ocurrió, no querrá ser policía y yo no quiero que tome decisiones por mi culpa. Adora ese trabajo, quiere ser policía desde pequeño, desde que le conocí siempre ha tenido muy claro lo que quería ser, yo no quiero ser el obstáculo para que renuncie a ese sueño.


- Estás cargando con un peso muy grande, Tetsu y creo... que deberías contárselo a Aomine. Él querrá apoyarte y tienes que aprender a pedir ayuda cuando la necesites, no puedes cargarte todo a tus hombros y fingir que nada a pasado. No serías feliz si no hablas con él y le haces entender tus miedos. Aomine tomará la mejor decisión y no tiene por qué renunciar a sus sueños, pero puede ayudarte a que no tengas tanto miedo por él. Tu padre siempre me llamaba desde el trabajo para hablarme de tonterías - dijo su madre sonriendo - eso me calmaba, escuchar su voz me decía que estaba bien. Si no le cuentas tus preocupaciones a ese chico... no podrá intentar arreglar lo que te asusta, ni tratar de ayudarte a superar todo esto.


- Es difícil hablarlo con él. En realidad sé que me escucharía y me entendería pero... ha pasado tanto tiempo y yo... no se lo conté, creerá que no confiaba en él pero no es cierto, sólo quería... que él no decidiera no ser policía por lo que nos ocurrió a nosotros. No quería que tomase una decisión por un suceso que no le afectaba a él.


- Habla con él, Tetsu. Y cuando lo hagas, puedes preguntarle el motivo por el que no se presentó a las pruebas si es lo que te preocupa.


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