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Reemplazando a mi hermana por Fullbuster

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Orochimaru se había quedado paralizado ante la situación. No sabía qué pensar de todo aquello. Sabía que Deidara era un chico inteligente, que tarde o temprano se acabaría enterando de todo pero estaba allí con aquella mirada inocente de siempre, seguía siendo el chico del que se había enamorado. No quería creer que le hubiera podido traicionar de ninguna de las formas y mucho menos podía creer que estuviera embarazado de Itachi tal y como decía Pain. Miró a Deidara y luego cayó en algo de más importancia aún.


- ¿Le llevaste al Reino del fuego? – preguntó Orochimaru.


- Tenía que firmar la alianza con ellos.


- ¿Y no se te pasó por la cabeza que sería un mal plan?


Orochimaru no podía aún creerse que su sobrino hubiera paseado a un Namikaze por dos reinos. Pudo haberse enterado en cualquier momento de quién era y sobre todo, pudo haber reconocido a Itachi. Quizá su sobrino no sabía que ambos se conocían, pero desde luego él sí lo sabía y podía ser un buen motivo para que Itachi estuviera entrando en la ciudad de la lluvia, había reconocido a Deidara y venía a por él.


-        Serás idiota – le dijo Orochimaru hacia Pain luego miró a Deidara - ¿Es de Itachi o de Pain? – preguntó ahora Orochimaru hacia Deidara pero éste permaneció en silencio – no hace falta que me respondas. No pudiste dejar a tu esposa embarazada y tampoco a Deidara, es increíble.


- No puede seguir vivo, lleva al heredero del trono del fuego – le dijo Pain mirando hacia Deidara y caminando hacia él desenvainando la espada.


Deidara echó unos pasos hacia atrás viendo como venía Pain directo a por él y colocó las manos para defenderse de aquella espada que le mataría sin dudarlo. Cerró los ojos esperando el golpe aunque no llegó. Lo que sí escuchó fue el ruido metálico de dos espadas golpeando y al abrir los ojos, se encontró con que Orochimaru estaba delante de él bloqueando la espada de Pain con la suya.


- Ni se te ocurra tocarle.


- Lleva el hijo de Itachi en su vientre, no pueden quedar vivos.


- Pero eso es tu culpa, te lo ofrecí y tú no supiste aprovecharlo. Preferiste ir al País del fuego y llevarlo contigo, fuiste tú quién le descuidó para que pudiera irse con Itachi. Eso jamás me ocurrió a mí.


- Tú sólo le tenías encerrado.


- Le tenía a salvo de todo y de todos.


- Estás demasiado ciego por él, tienes que matarle.


- No pienso hacerlo.


- Ese chico te ha trastornado. Jamás te querrá, está deseando marcharse con Itachi. Mátalo ahora que puedes.


- ¿Y quedarme sin él? Eso jamás pasará. No tengo problema, puedo volver a encerrarle en la torre del País del Viento.


- ¿Y el crío? ¿Qué harás con ese niño? Si se escapase sería un gran problema, sería el heredero del fuego, el hijo de Itachi. Se marcharía con su padre.


- Puedo criarlo como si fuera mío, ponerle en contra de Itachi y quizá, hasta me salga bien y pueda derrotar a Itachi cuando su hijo le traicione – sonrió Orochimaru.


- No vas a quedarte mi Reino, ni podrás conquistar el del Fuego.


- Eso ya lo veremos – comentó Orochimaru con una sonrisa perversa.


Pain movió la espada apartando la de Orochimaru y con un rápido movimiento, cogió a Deidara llevándoselo de allí. En su precipitada huida, Konan que estaba en medio intentó apartarse, por suerte, Hidan la alejó antes de que Pain pudiera hacerle daño a ella o a ese niño.


Orochimaru salió también tras mientras Hidan le ordenaba a Konan que se encerrase en su habitación y no abriera a nadie, él aún tenía que ir a por Deidara antes de que esos dos hicieran alguna locura. Se iban a marchar cada uno por su lado, cuando apareció frente a ellos Itachi acompañado por su hermano y unos guardias más. Se detuvo frente a ellos preguntando por Deidara.


- Se lo han llevado – dijo Konan – se han ido por allí, la puerta de atrás. Seguramente irán hacia el bosque.


- Encerraos y no salgáis. Uno de mis hombres se quedará con vosotros – dijo Itachi corriendo hacia donde Konan le había dicho.


- Esperad, yo también voy con vosotros – dijo Hidan uniéndose a la búsqueda.


Todos salieron corriendo tras los fugitivos. Itachi estaba preocupado por Deidara aunque trataba de disimularlo todo lo que podía. Siempre supo que aquel plan era arriesgado pero le dejó hacerlo. Quizá sólo una vez se arrepintió de haberle dejado marchar de nuevo con Pain y fue cuando recibió la carta donde Deidara le contaba que estaba embarazado de él. Sintió miedo de que le pudieran descubrir, de que les ocurriese algo a ambos, ahora ese temor se hacía realidad. Por suerte para él, pese a no querer reconocerlo, Orochimaru se negaba a que algo pudiera pasarle a Deidara, eso le calmaba un poco, sabía que le protegería pero también tenía muy en mente, que debía llegar antes de que se lo volviera a llevar, porque las defensas del Reino del Viento eran aún más fuertes que las del Reino de la lluvia. No llegaría a Deidara si le encerraba de nuevo.


Salieron del castillo hacia el patio y pidieron unos caballos a los soldados que estaban por allí custodiando la ciudad y deteniendo a los soldados fieles a Pain para evitar algún daño colateral. Montaron en los animales y salieron a galope siguiendo las instrucciones de Konan. Pain tenía un castillo algo más pequeño al este de allí. En las antiguas guerras, era donde solía resguardarse la familia real para no sufrir daños y en este momento, Itachi sabía que Pain pensaba llevar a Deidara allí, sólo esperaba llegar antes que Orochimaru y Pain arreglasen todo por las malas.


Hidan que iba más atrás con el caballo, le obligó a acelerar el paso al animal hasta alcanzar a Itachi que iba al frente junto a un par de guardias. Itachi le observó unos segundos en silencio hasta que éste habló indicándole el camino que debían seguir hacia el castillo de Pain. Cuando se alejaron lo suficiente del resto del grupo, Itachi no pudo evitar preguntar lo que hacía tiempo le había estado dando vueltas.


- Oye Hidan… ¿Por qué traicionar a tu Rey? Es decir… naciste en el Reino de la lluvia y dudo mucho que quisieras ver cómo la guerra llegaba a tu país.


- Por el mismo motivo por el que tú estás aquí en mi país invadiéndonos. Me enamoré.


- ¿De la Reina? Apuntaste muy alto.


- Vengo de familia noble, los protectores del reino. Toda mi familia ha sido soldado siempre y yo aprendí joven el arte de las armas. Al fallecer mi padre entré yo a sustituirle en el consejo y… ¿Qué puedo decirte? Supongo que le caí bien a Pain, me consultaba prácticamente cualquier cosa. Al casarse con Konan me “ofreció” a mí la tarea de protegerla, de ser su guardaespaldas. En aquel momento no creí que me enamoraría de ella. Ver como la trataba Pain supongo que creó en mí cierto sentimiento de querer protegerla. No puedes imaginarte lo que es vivir a su lado durante años, no es nada comparado a lo que ha vivido Deidara estos meses. Hasta mandó asesinar a su padre que estaba en prisión cuando se negó a firmar unos documentos que eran importantes para él.


- ¿No sospecha que Konan lleva a tu hijo? – preguntó Itachi sorprendido.


- El Rey ya no tiene ojos para su esposa desde hace mucho tiempo. Supongo que si sigo vivo es porque no lo sabe – comentó sonriendo – Pain me llevaría a la horca si se enterase que ese niño es mío y que me he estado acostando con su esposa.


Itachi sonrió y tenía pensado contestarle cuando a lo lejos escuchó las voces de aquellos dos discutiendo. Apresuró el paso y Hidan le siguió de cerca obligando a los demás a acelerar también para llegar antes. Apenas los tuvo a la vista, Itachi desmontó corriendo hacia ellos. Ni siquiera habían sido capaces de llegar al castillo de Pain, se había quedado a medio camino, seguramente porque Orochimaru le había alcanzado antes. Lo peor de todo, era ver a Pain tan cerca del borde del acantilado con Deidara aún sujeto sin posibilidad de escaparse.


Los ojos azules de Deidara se fijaron en los oscuros de Itachi. Orochimaru trataba de convencer a Pain de que soltase a Deidara pero éste parecía haberse vuelto loco, perder todo lo había llevado al borde de la más absoluta locura, era capaz de cualquier cosa y no dudaría en llevarse a Deidara con él. Cada paso hacia atrás le acercaba más al precipicio. Itachi se acercaba hacia Orochimaru con lentitud sin perder de vista a Deidara.


No quiso meterse en la conversación que mantenían los dos pero cuando todo se tensó aún más, no le quedó más remedio que correr hacia delante viendo como Pain se tiraba por el acantilado arrastrando con él a Deidara. Para su suerte, Orochimaru que estaba más cerca consiguió soltar el brazo de Pain del cuello de Deidara empujándole hacia Itachi pero cayendo él junto a su sobrino.


Itachi cogió la mano de Deidara antes de que cayese hacia atrás y le empujó con fuerza hacia él abrazándole y cayendo de culo al suelo con Deidara acurrucándose en su pecho a punto de llorar por el miedo que había pasado.


- Ya está, te tengo – le dijo Itachi susurrándole y acariciándole el cabello con dulzura – estás a salvo, estáis a salvo – rectificó pensando en su hijo y sonriendo – Venga, volvamos al palacio, hay mucho que hacer, tenemos que recuperar tu reino.


- Será fácil ahora que Orochimaru ya no está – dijo Deidara mirando hacia el acantilado con cierta tristeza.


- ¿Aún le tienes lástima? – preguntó Itachi.


- Sé que hizo muchas cosas malas y no le perdonaré lo de mis padres pero… siempre me cuidó y protegió, aunque fuera por ese amor enfermizo que le ha llevado a esto. Él nunca me hizo daño ni quería hacérmelo.


- Lo sé. Estaba obsesionado pero supongo que eso te ha beneficiado. Me alegro que estés bien.


- Quiero volver a casa – dijo Deidara con voz cansada – por favor.


- Claro. Volvamos primero al palacio de la lluvia y saquemos de prisión a la familia de Konan, seguro que estará deseando verles. Luego te llevaré a mi castillo para que puedas descansar. Yo me ocuparé de los trámites para devolverte el reino del viento.


- Gracias – le agradeció Deidara justo antes de unir sus labios en un dulce beso.


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