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A TRAVES DE NUESTROS OJOS por lyra

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Al día siguiente Tom despierta con una agradable sensación en su mente. Nunca había dormido tan bien. Mira a su hermano, que sigue dormido profundamente en sus brazos. Se pregunta si todavía tiene fiebre.

Levanta una mano para comprobarlo, pero la deja a medio camino. Conoce una manera más eficaz, se justifica en su mente.

Acerca sus labios a la frente de su hermano y los deja allí posados. Cierra los ojos y nota con alivio que la fiebre le ha bajado. Sigue con los labios apoyados en su frente, notando que se encuentra muy cómodo así.

Oye ruidos en las otras camas y con mucha pena aparta lentamente los labios y se dispone a levantarse con cuidado de no despertar a su hermano.


Baja al piso inferior y allí se reúne con Georg que también se acaba de levantar. Gustav lleva más tiempo despierto, siempre es el primero en levantarse.

-¿Qué tal se encuentra Bill?-le pregunta acercándole una taza de café

-Mucho mejor-le contesta cogiendo la taza y echando un trago largo. Necesita despertarse del todo y apartar de su mente las sensaciones de la noche que siguen recientes en su cabeza, aunque tampoco desea que se vayan del todo.-Anoche tuvo fiebre, pero le di una pastilla ya ahora ya no tiene.

-Os vi anoche antes de acostarme. Estabais dormidos, muy juntos.

-Bill tenía mucho frío-le contesta poniéndose en alerta.

“¿Qué habrá querido decir con eso?”

-Bill tiene mucha suerte de tenerte como hermano. Te preocupas mucho por él y no te molesta hacerlo en público-le dice sonriendo y tomando su desayuno como si nada.

Tom suspira aliviado. Continúa tomándose el café.

“Sólo me está demostrando su amistad” piensa de las palabras de Gustav.




-Ya estamos llegando al hotel-anuncia Georg.

Ha pasado 1 hora del desayuno y Bill sigue dormido. No ha bajado a desayunar y tampoco han querido subir a molestarle.

-Va siendo hora de que se vaya despertando-dice Gustav.

-Ya me encargo yo de eso-dice Tom levantándose deprisa. Al llegar a las escaleras tiene que frenar un poco para no tropezar con el escalón.

“¿Se puede saber que me pasa?”

Llega arriba, pero ve que su hermano se está despertando él sólo. Un poco desilusionado se sienta en el borde de la cama y se le queda mirando. Las mejillas han recuperado su color natural y ya no están tan rosadas como ayer.

“Lástima”

-¿Por qué?-le pregunta Bill extrañado

-Por que hemos tenido que suspender el concierto de mañana-responde deprisa con lo primero que le ha venido a la cabeza.-¿Ya te sientes mejor?

Bill asiente frotándose los ojos. Tom no puede dejar de mirar cada gesto que hace su hermano.

-Tengo mucha hambre-le dice sonriendo.

“Y yo de ti”-no puede evitar pensar.

-Yo también-le dice en voz alta antes de que su hermano le pueda leer la mente.

Le pone una mano en la frente y la deja demasiado tiempo quieta allí.

-¿Qué estás haciendo?-le dice sorprendido Bill.

-Comprobando que no tienes fiebre-dice retirando torpemente la mano.

Bill se le queda mirando a los ojos, pero con la excusa de ayudarle a levantarse su hermano desvía la mirada.

-Estás un poco raro hoy-le dice aceptando su mano y levantándose-Espero no haberte contagiado nada.

Y se marcha a desayunar dejando a Tom perdido en sus pensamientos.

“Me temo que sí me has contagiado algo: tu amor”



Llegan al hotel y en cuanto les dan sus habitaciones Bill se dirige con prisa a la suya.

-¡Me muero por una buena ducha caliente! Quiero quitarme de encima todo el malestar de ayer.

-Yo también necesito una-(“pero fría”). Luego te paso a ver-y diciendo esto se mete en su habitación corriendo al baño.



Llaman a la puerta y Bill la abre tras mirar por la mirilla que es su hermano. Sólo lleva una toalla alrededor de la cintura y con otra de la mano se va secando el pelo.

-Ha llegado una nota para ti. Creo que son los resultados del análisis que te hizo el médico-le dice alargándole un sobre blanco tratando de no pensar en su casi desnudez.

-Ábrelo tu mientras termino de vestirme-le dice mientras vuelve al baño cogiendo una muda limpia por el camino.

Tom abre el sobre con los dedos temblorosos. Lo lee deprisa y sonríe.

-¿Y bien?-le dice Bill saliendo del baño llevando sólo unos bóxer negros. Al ver que su hermano no dice nada sino que se le queda mirando se asusta un poco.- ¿Es algo grave?

-¡No!-casi grita Tom-No te pasa nada. Sólo se ha confirmado que tienes un poco de anemia. También hay una receta de unas vitaminas. El médico dice que te tomes 1 cada día y que procures comer mejor el resto de la gira.

-Menos mal, me habías asustado.

Y le guiña un ojo mientras continúa vistiéndose.



Por la tarde y en vista de que Bill se encuentra mejor deciden salir todos a cenar fuera y a dar un paseo por la ciudad, nada de fiestas por el momento. Cuando regresan al hotel cada uno se va a su habitación y Tom acompaña a su hermano a la suya.

-No hace falta que te quedes esta noche. Me encuentro mejor, no me he mareado y tampoco he tenido fiebre en todo el día. Es mejor que te vayas a descansar. No habrás pegado ojo en toda la noche cuidándome y debes estar cansado.

-Sí, lo estoy un poco-contesta Tom un poco molesto mirando de reojo la gran cama de su hermano-Te dejo descansar. Hasta mañana.

Antes de que llegue a la puerta Bill le detiene con la mano en su hombro.

-Gracias por lo de anoche.

-¿Por qué?-vuelve a repetir Tom, no sabe a que se refiere y está un poco confuso.

-Por haberte quedado conmigo y cuidarme tan bien-le dice sonriendo.

-Es mi deber de hermano.

Y sale de la habitación abatido.




Son las 7 de la mañana. En su cama Tom se encuentra despierto desde hace horas. No ha conseguido dormir nada en toda la noche. Se encuentra muy sólo y esa cama es muy grande. No ha parado de pensar en todo lo sucedido.

Cierra los ojos y ve claramente como los labios de su hermano le piden más.

Se levanta furioso y se pone a pasear nervioso por la habitación.

“¿Qué es lo que me pasa? Es mi hermano, por el amor de Dios, esto no está bien. Pero parecía que a él también le gustaba, como si lo hubiera estado esperando por mucho tiempo. Si yo le quiero y él me quiere, ¿qué hay de malo? Yo lo veo muy hermoso, nada aterrador”

“¡Tom!”

“¿Bill?”

Sale corriendo de su habitación sin saber si lo ha escuchado de verdad o sólo se lo ha parecido.

Se para ante la puerta de su habitación y la abre con su propia llave que pidió en conserjería con la excusa de que su hermano se encontraba enfermo y él quería otra por si encontraba mal y tenía que ir a cuidarle.

Se asoma a la habitación y ve que está en la cama durmiendo profundamente.

“Me lo he imaginado...a no ser que me haya llamado en sueños”

Entra en la habitación y se sienta en la cama observándole dormir. Sus pestañas tan largas cierran sus ojos, y él desea que los abra. Con ese pensamiento se inclina sobre sus labios y se los roza suavemente como la primera vez. No pasa nada y con una sonrisa en sus labios se vuelve a inclinar sobre él. Le separa los labios con los suyos y comienza a darle un largo y profundo beso.

Bill sonríe en sueños y abre más lo labios para que le llene con su beso. Ya despierto del todo pone los brazos en el cuello de su hermano y le atrae hacia él, haciéndole sitio en la cama.

Tom se echa encima de él sin que se les separen los labios. Es como si estuvieran unidos por ellos. Nota como la lengua de su hermano juega su piercing del labio, haciéndolo girar con la punta y provocándole gemidos de placer. Introduce su lengua en su boca y empieza a jugar con el suyo.

Ruedan sobre la cama, sus manos exploran el cuerpo del otro sin estarse quietas en ningún sitio, como si buscaran algo enloquecidas.

Terminan el beso y se quedan de frente, mirándose fijamente a los ojos con la respiración agitada. No pueden hablar pero eso nunca ha sido un problema. Tienen otra manera de comunicarse.

“¿Entonces era verdad lo de ayer?-le pregunta Bill sin poder dejar de sonreír-Creía que lo había imaginado por la fiebre. Pero estabas tan raro al día siguiente que me sentía confuso”

“Creía que no te ibas a acordar-le contesta Tom también sonriendo-Por eso no te dije nada. Y yo también estaba confuso”

“¿Qué vamos a hacer ahora?”.

“Podemos hacer lo que queramos, nadie nos lo puede impedir-le dice Tom con firmeza-No permitiremos que nos arrebaten nuestra felicidad”.

Le atrae hacia él y le abraza fuertemente, con miedo de que si le soltar pudiera desaparecer.

Bill se recuesta sobre él poniendo su cara contra su cuello, como va haciendo por costumbre.

-Si siempre me vas a despertar de esta manera, me voy a pasar todo el día durmiendo-le dice suspirando.

-Lo haré, siempre que me dejes quedarme a tu lado mientras te duermes.

Bill nota que un escalofrío le recorría el cuerpo y se estremece, haciendo que su hermano le abrace con más fuerza.

-¿Qué te pasa?-le pregunta preocupado-¿Te vuelves a sentir mal otra vez?

-No-contesta Bill con lágrimas en los ojos-Me siento muy bien.

Y Tom comienza a besarle otra vez para despertar los sentimientos de su hermano que habían estado dormidos durante tanto tiempo por miedo a salir.
Notas finales: Y hasta aqui llega mi primer fic. Espero que os haya gustado, algo encillo por decirlo de alguna manera, vamos que solo ha habido un par de besos y nada mas, pero estaba empezando y el lemon no entraba en mis planes, o mas bien no se me pasaba por mi cabeza.
Muchas gracias a tod@s, en especial a Sandrytah, Clau, Whell, ....

Espero no dejarme a nadie mas.

Un beso para tod@s!!!!!!!!

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