Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

UNA NUEVA VIDA por lyra

[Reviews - 57]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Al día siguiente Bill ya no sabía que más hacer para no morir de aburrimiento. Su madre le había prohibido abandonar la cama a causa de su tobillo. Si tenía que reposar un día entero, lo iba a cumplir, por muchas protestas que escribiese en la libreta y que su madre se negaba a leer, llegando incluso a quitársela de las manos para que se “callara”.

-Esto te pasa por salir tú solito. Te vas a quedar en casa todo el día y si quieres puedes salir al jardín a hacerme compañía, pues va a ser lo más lejos que estés de la casa.

Al final Bill decidió quedarse en su habitación toda la mañana, ni siquiera quiso estar en el salón. Desde la cama podía ver por la ventana la de la habitación de Alex, pensando que tal vez se asomaría y le vería allí aburrido, yendo a su lado a hacerle un poco de compañía.

Está recostado en las almohadas pasando las hojas de una revista sin ver las noticias que traía. Suelta un gruñido de frustración y la cierra de golpe para luego tirarla lo más lejos de él con todas su fuerzas.

Coge el móvil y se lo queda mirando pensando en llamar a su hermano, pero solo conseguiría que se preocupara por él al saber que se había hecho daño en el pie.

Bosteza por enésima vez en la larga y aburrida mañana, y decide hacerle caso al cuerpo. Se acuesta de nuevo en la cama y cierra los ojos tratando de dormir y que se pase el tiempo más deprisa.



Se despierta al cabo de unas horas cuando siente que hay alguien en su habitación.

-Te hemos despertado, perdona cariño-dice Simone sonriendo-Tienes una visita.

Abre más los ojos y no puede evitar sonreír al verle en su habitación.

-Si quieres seguir durmiendo, vuelvo más tarde-le dice Alex sonriendo también.

Bill niega con la cabeza y se incorpora en la cama frotándose los ojos.

-Os dejaré a solas mientras salgo a hacer la compra. ¿Cuidas de él media hora?-le pregunta a Alex.

-Claro que sí, tengo la mañana libre. Tarde lo que quiera-le contesta muy complaciente.

Simone sale de la casa sabiendo que ha dejado a su hijo en buenas manos. Alex le cae muy bien, le es muy simpático y educado. Es el mejor amigo que podía haber hecho su hijo.


Se quedan mirando sin decir nada. Bill se siente cohibido, mientras que Alex se siente de lo más cómodo en esa situación. Acerca la butaca más a la cama para sentarse más cerca de él.

-¿Has pasado una buena noche?-le pregunta con interés.

Bill asiente y enseguida se pone a buscar su libreta, acordándose de que su madre se la llevó. Resopla enfadado por no poder hablar con él, cosa que Alex nota y ríe.

-Parece que se han llevado tu voz. ¿Tienes otra guardad por aquí?

Bill asiente como un tonto por no haberlo pensado antes. Señala el cajón primero de la mesilla y Alex se levanta para sentarse en la cama y abrirlo, haciendo que Bill se ponga rígido.

Alex saca la una libreta y la ojea para ver su contenido por encima.

-Aquí escribes tus canciones-dice viendo la letra pequeña y clara de Bill.

Le pasa la libreta y sonríe al ver lo que había debajo de ella. Su neceser de maquillaje se encuentra abierto y puede ver parte de su contenido. Coge una sombra de ojos negra y se la enseña sin dejar de sonreír.

-El otro día vi una foto tuya en la que llevabas una sombra de ojos azul. Me gusta más que la negra que habitualmente llevas.

Bill sonríe avergonzado y trata de arrebatarle la sombra de ojos, pero él es más rápido y le coge la mano cuando lo intenta y tira un poco hacia él, haciendo que Bill se incline más hacia su cuerpo.

Se quedan mirando con la respiración entrecortada. Alex levanta una mano y la acerca lentamente a su cara, apartando los mechones que le impiden vérsela en todo su esplendor.

-Sin maquillaje también eres atractivo-no puede evitar decir-Tienes una piel muy suave, casi como si fuera de porcelana.

Bill cierra los ojos cuando le pasa una mano por la mejilla. Nunca pensó que alguien le pudiera acariciar de esa manera tan tierna, haciendo que solo sienta una sensación muy placentera, y no el miedo que pensó que iba a sentir cada vez que alguien se le acercara de esa íntima manera.

Pero Alex era diferente. Sabía donde acariciarle para que gimiera de placer, sabía ir despacio cuando notaba que su cuerpo se ponía tenso…

-Si te molesto, lo dejo-le dice al advertir que aprieta los labios.

Ha presentido que sus caricias son bien recibidas, pero de vez en cuando su cuerpo le transmite respuestas contradictorias, como si rechazara su contacto.

-No me molestas-logra susurrar.

Pero Alex ve que sus ojos dicen todo lo contrario. Ve que en ellos el miedo se ha instalado como mecanismo de defensa. Que su cuerpo se ha puesto tenso y en alerta.

Baja la mano de su cara y le mira preocupado.

-¿No te gusta que te toquen?

Bill suspira derrotado. Por mucho que se haya esforzado en mantenerlo oculto, Alex se ha dado cuenta con solo una caricia.

Se siente dividido. Por un lado ha disfrutado de esa caricia, pero por otro lado, le asaltan las dudas. Tiene mucho miedo de que le vuelvan a hacer daño. Pero algo en su interior le dice que puede confiar en él, que lo único que le va a hacer sentir es eso que una vez llamó amor.

-Lo siento, no puedo evitarlo-susurra mientras una lágrima se le escapa.

Alex la recoge con un dedo y asiente.

-No te preocupes, tal vez he ido muy rápido. Está claro que te han hecho mucho daño y yo me he precipitado.

Comienza a levantarse, pero Bill le coge por la muñeca y le obliga a volver a sentarse. Se incorpora más en la cama tragando con fuerza para que no salgan más lágrimas y enterrar en lo más hondo de su cuerpo ese temido miedo.

-¿Qué quieres de mí?-le pregunta Alex preocupado.

-Que no me hagas daño-le suplica con los labios entre abiertos.

Alex se queda quieto, no le quiere obligar a nada. Espera a que sea él quien de ese gran primer paso, que lo haga porque quiere hacerlo, no porque nadie le esté obligando.

Bill se acerca todo lo que puede a su cara, echándole con su aliento, sintiendo el suyo en sus labios, pero sin atreverse a rozarlos.

-Ayúdame, por favor-le suplica cerrando los ojos.

Alex levanta una mano y le acaricia el cuello con suavidad. La pone en su nuca y le va acercando lentamente a sus labios. Está a un centímetro de rozárselos, solo necesita un segundo para explorar esa boca que tan loco le vuelve cada vez que la ve abrirse para dedicarle una tímida sonrisa…

Pero entonces el sonido de un móvil hace que se separen deprisa y que Bill abra los ojos. Pestañea como si se despertara de un bonito sueño.

El móvil sigue sonando mientas ellos continúan mirándose sin poder reaccionar. Al final Alex extiende una mano y coge el móvil de Bill de la mesilla, viendo quien le llama y entregándoselo de mala gana.

-Es tu hermano-dice levantándose de la cama.

Bill lo coge mientras ve como se aleja y se queda mirando por la ventana.

-Tom-saluda con voz ronca.

-Me llamó mamá para contarme lo que te pasó, ¿estás bien? ¿Quieres que vaya?-le pregunta preocupado.

Alex se gira dispuesto a salir de la habitación para que hable con su hermano con más comodidad, pero Bill le detiene antes de que cruce la puerta.

-¡NO!-logra decir en voz más alta.

-¿No quieres que vaya?-le pregunta Tom extrañado.

-No, no hace falta, gracias-le dice más suavemente.

-¿Estás seguro? Podría hacerte compañía, seguro que estás muy aburrido, todo el día en cama sin poder moverte.

-Estaba muy entretenido-le dice con dolor. “Hasta que tú llamaste y me estropeaste la diversión”.

-de acuerdo, te dejo para que sigas descansando. No le digas a mamá que te he llamado, te reñirá por dañar más la voz. Cuídate, te quiero-le dice sin poder contenerse.

-Y….yo, …también…-contesta torpemente colgando el móvil.

Lo deja de nuevo en la mesilla y mira a Alex, que no se ha movido de la puerta.

-Lo siento-se disculpa.

-No, era pronto, todavía-recalca la última palabra.

Bill no puede evitar sonreír. Le agradece mucho la paciencia que está teniendo con él, y lo bien que se porta, preocupándose del efecto que pueda tener en él una simple caricia.

Oyen la puerta de la calle y Alex se despide con la mano sin dejar de sonreír. Baja al vestíbulo y ayuda a Simone con la compra. Se despide de ella también y se va a su casa a aliviar ese calentón que el maldito hermano ha cortado.



Bill decide hacerse el dormido para que su madre no le moleste. Se echa mirando a la ventana, cerrando los ojos cuando oye entrar a su madre para ver que tal se encuentra, sonriendo cuando se va al recordar la tierna manera con la que le acarició la mejilla, llevándose una mano a los labios donde su aliento dejó.

Se siente nervioso porque no sabe como actuar la próxima vez que se vean, por si él decide continuar por donde lo dejaron.



Llega la hora de comer y con ayuda de su madre baja a descansar al porche. Se vuelve a tumbar en la hamaca, meciéndose en ella mientras termina la comida. Su madre se sienta a su lado sin dejar de hablar, pero él no la está escuchando.

Su mente se hay bien lejos, o tal vez no tanto. Piensa en la casa de al lado, preguntándose si Alex estará pensando en él en esos mismos momentos.

Termina de comer y se recuesta tratando de descansar, pero entonces su madre le avisa de que tiene otra visita, y se incorpora deprisa, pero en su cara aparece un gesto de decepción cuando ve a Peter.

-Buenas tardes-saluda al llegar al porche.

Simone se excusa diciendo que tiene que limpiar la cocina y les deja a solas para que puedan hablar.

Peter se sienta en una silla y señala con la cabeza su pie vendado.

-¿Y eso?-pregunta como si no lo supiera, pues Gordon le llama todos los días para mantenerle al tanto de su estado.

-Un pequeño accidente-contesta encogiéndose de hombros.

-La voz ya te sale mejor, se ve que te estás recuperando. De todo.

-Si-le dice cambiando de postura.

Se siente incómodo en su presencia, no se atreve a mirarle a los ojos por si ve algo en ellos que descubra lo que ha estado a punto de suceder esa misma mañana.

-Te veo más animado, y ese es un adelanto muy positivo. Pronto podrás volver a tu apretada agenda.

-Bueno, tampoco hay que precipitarse-dice sin querer.

-¿No quieres volver a los escenarios? Pensé que ya estabas cansado de estar metido en casa sin poder hablar, y ahora sin moverte.

-Disfruto mucho de la compañía….de mi madre-rectifica a tiempo.

Era cierto que había echado mucho de menos a su madre, pero disfrutaba más de la compañía de Alex, y no quería pensar en lo que iba a pasar cuando llegara el día en que tuviera que retomar su trabajo una vez recuperado.

-Si. Tu madre-le dice mirándole fijamente-Bill, ¿hay algo que me quieras contar?

Bill niega con la cabeza demasiado deprisa, lo que le hace sospechar más a Peter, hace que vea que sus suposiciones son acertadas.

-Sabes que lo que me digas es privado. Solo te quiero ayudar a que te recuperes cuanto antes, a que no vuelvas a sentirte igual que la otra vez.

Bill se muerde los labios. Necesita contárselo a alguien. Si su hermano estuviera a su lado…bueno, él no iba a entender que sus gustos iban en la dirección equivocada. No entendería porque dejó de amarle, porque le obligaron.

-Hay…hay alguien…dice muy bajito mirándose las manos.

-¿Un chico?-pregunta Peter animándole a continuar.

Bill no puede evitar romper a llorar. No sabía que fuera tan evidente. Si Peter lo había descubierto a la primera, no quiere pensar en lo que diría su hermano, o su madre.

Se cubre la cara con las manos y solloza contra ellas sin poder contenerse.

-No debes avergonzarte por eso. No es malo, si estás enamorado no tienes que dejarle escapar. Has tenido una vida carente de ese amor que hay entre dos personas. Es hora de que lo encuentres, y de que luches para conservarlo a tu lado.

-¿Por qué? ¿Por qué es así?-le pregunta sin destaparse la cara-Tal vez mi padre me hizo quererlo de esta manera, desear estar con un chico porque siento que soy esa chica de la que él renegaba.

-No. Bill, mírame-dice esperando a que lo haga para seguir hablando- Tu padre estaba enfermo y no sabía lo que decía. Te decía esas horribles palabras solo para justificar sus actos. No debes creerlas. Está en tu naturaleza, es tu forma de ser. Tu padre no te obligó a que te sintieras así.

-Y …entonces…¿qué hago?-pregunta entre hipos limpiándose las lágrimas.

-Lo que hacemos todos. Solo escucha a tu corazón. Déjate guiar por él, no por lo que yo te diga. Tú tienes el poder, solo tú puedes elegir cual va a ser tu destino.

Bill asiente y se recuesta en la hamaca más aliviado. Pasados unos minutos le pide ayuda a Peter para entrar en la casa, sube a su habitación y se tumba en al cama para hacer lo que le ha recomendado.

Cierra los ojos y se dispone a escuchar a su corazón.




Al día siguiente recibe la visita del médico, que tras quitarle la venda y examinarle el tobillo comprobando que está curado le permite abandonar el reposo.

Bill suspira aliviado. El día anterior dejó u asunto pendiente y tiene que ir a resolverlo. Espera a que se vaya el médico y baja las escaleras despacio.

-¿Y ahora a donde vas?-le pregunta Simone al verle cojear.

-Solo voy al lado. Ayer me porté mal con Alex y tengo que pedirle perdón-le contesta abriendo la puerta.

Le pidió a su madre que si alguien iba a verle no le dejara subir, que tenía cosas en las que pensar, y sabiendo que lo más seguro es que Alex le fuera a visitar y siendo él el centro de sus pensamientos, siente que le debe una disculpa por no haber querido verle.

Tenía muco en lo que pensar, y ya había tomado una decisión, rezando para que fuera la correcta.

Sale al jardín y lo atraviesa lo más deprisa que puede. Lega a la casa de al lado y va a llamar a la puerta cuando oye que salen ruidos del garaje. Rodea la casa y se dirige a el con el presentimiento de que allí encontrará a Alex, y sonríe al verle.

Se encuentra lavando el coche a la puerta del garaje, vistiendo nada más que unos pantalones cortos, descalzo también. Está de espaldas y él puede recrearse sin que se de cuenta, observando cada músculo que se le marca y como le brilla la piel por el agua que le resbala de la manguera.

Pega un salto cuando se da la vuelta y le pilla con una sonrisa tonta en los labios.

-¡Bill! Que agradable sorpresa, ¿ya puedes andar?-le pregunta cortando el agua.

-Si, el médico me acaba de quitar la venda-le explica entrando en el garaje.

Se sienta en una silla observando como coge una toalla y comienza a secarse la cara y el pecho, con el pelo húmedo pegado a la cara. No puede apartar la mirada de su pecho, viendo como sube y baja cada vez que coge aire y lo suelta lentamente, haciendo que su vientre plano se hinche hasta que el aire sale de su cuerpo.

Haciendo que de sus labios se escape un suspiro incontrolado que Alex oye con toda claridad, sonriendo al ver como se pone rojo y carraspea disimulando.

-Venía a pedirte perdón, por lo de ayer-le explica desviando la mirada.

-¿Ayer?-pregunta confuso.

Bill lo nota y se pone más rojo todavía si se puede.

-Me refiero a lo que ocurrió por la tarde. Le pedí a mi madre que no te dejara subir a verme, bueno, no se lo dije así exactamente-dice haciendo un gesto con la mano-Es que necesitaba tiempo para pensar.

Alex se acerca respirando más aliviado. Se para y se arrodilla para quedar a su altura.

-¿Y qué has pensado?-le pregunta poniendo una mano en su rodilla.

-Que tenemos una cosa pendiente-le contesta en un susurro.

-¿Sí?-sonríe pícaramente.

-¡Si!-contesta firmemente.

Sin dejar de sonreír, Alex toma su cara entre sus manos y le atrae a sus labios, viendo con gran alegría que le recibe con los suyos abiertos y que se aferra con una mano a su cuello.

Quiere entrar en su boca para explorarla a fondo, pero sabiendo que ese podría ser su primer beso y teniendo en cuenta las dudas del día anterior, se controla con todas sus fuerzas mientras le acaricia el labio inferior con la lengua.

Bill no puede evitar que un gemido resuene en su boca, que sus ojos se cierren y que el cuerpo le tiemble.

Alex introduce al lengua poco a poco, explorando cada rincón de su boca, acariciándole el paladar para arrancarle un gemido más profundo, y sonríe cuando él lo hace contra su boca.

Siente como sus manos abandonan su cuello y bajan por su cuerpo, hasta que las nota sobre su vientre, rozando el borde de su pantalón y haciendo que interrumpa el beso con decepción.

-No hace falta hacer eso hoy, podemos esperar. Puedo esperar. No quiero que vayamos muy deprisa y te entre miedo.

-Me he cansado de esperar-le dice con voz firme-Me he cansado de tener miedo a amar.

Alex se levanta deprisa y le toma en sus brazos, volviéndose a apoderarse de sus labios. Entra del todo en el garaje y se encamina hasta el fondo, en donde le tumba en el sofá que parece que les estaba esperando.

Desde ese oscuro rincón en el que han decidido hacer el amor no son vistos desde la calle. La entrada queda cubierta por los árboles. Solo serían descubiertos si alguien se acercara alertada por los gemidos y gritos que de allí iban a escapar.

Bill se queda tumbado de espaldas en el sofá, enterrando los recuerdos pasados en los que sobre uno de ellos era torturado. En esos momentos no iba a ser así, en esos momentos iba a ser amado.

Levanta los brazos y permite que le quite la camiseta, dejando al descubierto su suave pecho, que sube y baja muy deprisa por los jadeos. Cierra los ojos cuando pasa sus manos por el y las lleva más abajo hasta desabrocharle los pantalones.

Alex se queda quieto hasta que Bill abre los ojos y le mira con la vista velada.

-Dime que pare y lo haré. Si hago algo que no te guste, házmelo saber.

Bill asiente y sonríe para hacerle saber que de momento todo lo que hace le va gustando. Y demasiado.

Alex continúa bajándole los pantalones, quitándole las playeras sin desabrocharlas y sacando por fin esa prenda que tanto trabajo le ha costado.

Se queda de pies y se deshace de sus pantalones, pero se queda con los bóxers puestos. Tiene que prepararle primero y no quiere asustarle.

Se echa encima de él con cuidado, quien le recibe con los brazos abiertos. Se apodera de sus labios mientras baja una mano despacio hasta levantar el borde de sus bóxers. La mete con cuidado hasta tener en ella ese miembro que contra su palma palpita con fuerza.

Se lo acaricia con suavidad sintiendo que le cuesta respirar.

-¿Sigo?-pegunta contra su boca.

-No….pares….-susurra con la voz entrecortada.

Bill cierra los ojos con fuerza. Sabe que está a punto de desmayarse por el placer. Está sintiendo unas sensaciones que jamás creyó que su cuerpo iba a experimentar.

Respira hondo cuando sus labios son liberados y abre más los ojos cuando siente que le bajan el bóxer con las dos manos mientras todo su vientre es recorrido por húmedos y calientes besos.

Levanta las rodillas para ayudarle a desnudarle del todo y mira fijamente al techo cuando ve de reojo que se queda en su mismo estado.

-Mírame-le pide Alex de rodillas entre sus piernas.

Bill le obedece con esfuerzo. Logra apartar la mirada del techo y mirar eso que tanto miedo le da sentir en su interior. No puede evitar soltar un sollozo y que se le escapen dos lágrimas.

-Yo no soy él. Yo no te voy a hacer daño, solo te voy a dar placer-le dice con voz grave.

-¿Cómo sabes…?

-Veo el miedo en tus ojos, el gesto de dolor en tu cara. Veo tu cuerpo tenso intentando relajarse bajo el mío. No sé quien ha sido, pero quiero que sepas que yo no soy como él, que si quieres que me detenga lo haré.

-No quiero que te detengas-le contesta secándose las mejillas.

-Entonces levántate y tócame. Comprueba con tus manos que no te quiero hacer daño.

Le tiende una mano y le ayuda a incorporarse. No se la suelta y se la lleva hasta su miembro haciendo que lo toque con los dedos, apretando los labios para evitar gemir alto.

Le suelta la mano y deja que lo explore como si fuera la primera vez q1ue ve uno.

Bill ahoga los sollozos y comienza a tocarle torpemente. Saber lo que tiene que hacer a continuación, sabe que desea que lo roce con los labios, pero es algo que todavía es pronto pata realizarlo. De solo pensarlo vuelve a sentir nauseas en el estómago. Aleja la mano y niega con la cabeza.

-No importa, de verdad. Hoy solo importas tú. Quiero hacerte disfrutar, que veas que no es tan malo, queseas lo mucho que te va a gustar.

Se apodera de sus húmedos labios y vuelve a recostarle sobre el sofá mientras le acaricia con una mano. Logra tumbarle de lado en el sofá para no estar encima de él. Le sujeta la espalda con una mano para que no se caiga del sofá y la otra suelta su miembro para ir más abajo.

Introduce lentamente un dedo dentro de él, notando que se pone muy tenso contra su cuerpo.

-Te estoy preparando, así no te haré daño-le explica dejándole de besar.

Juega con ese dedo en su interior observando los gestos de su cara. Sus labios se abren jadeando, dejando escapar un sollozo de placer. Cuela otro dedo dentro y le mira a los ojos fijamente.

-Respira hondo. Concéntrate en el placer que sientes. No hay dolor. Nunca más.

-Nunca más-repite en un susurro.

Gime sin apartar de él la vista, atreviéndose a bajar una mano y a acariciar su erecto miembro, sonriendo con esfuerzo al ver su expresión, sonriendo satisfecho al ver que no es tan torpe como creía.

Abre la boca más cuando siente que tiene más dedos que entran y salen de su cuerpo, cuando siente que ha desaparecido el miedo por completo sustituido por la lujuria.

Alex se levanta al sentirle listo y le hace girar de lado para que le de la espalda, en la que deja un beso mientras alarga una mano y recoge sus pantalones del suelo.

-No te muevas, será solo un momento-le dice sacando algo del bolsillo.

Bill sonríe al ver el preservativo, por lo visto sabía que iba a suceder y estaba esperándole preparado. Como él, que ya estaba listo para sentir el amor otra vez.

Espera pacientemente hasta que siente que le coge por las caderas y se las eleva un poco. Siente que apoya la cara en su cuello y deja allí un tierno beso.

-Pídeme que pare si te molesto-le suplica entrando lentamente en él.

Bill asiente sin poder articular palabra. Le siente avanzar dentro de él con lentitud, tensa su cuerpo esperando la punzada de dolor que siempre le acompaña, pero lo relaja con un suspiro cuando ve que eso no pasa, cuando siente que ya ha entrado del todo y solo ha sentido un gran placer.

Le siente moverse dentro, como retrocede hasta casi salirse del todo para luego entrar de nuevo y quedarse quieto.

-Estoy bien…sigue, por favor-logra decir con esfuerzo.

Cierra los ojos y aprieta las manos en dos puños, jadeando e incluso gritando. Siente que una mano deja sus caderas y baja hasta su miembro. Ahoga un gemido cuando le sujeta fuertemente por la cintura y le acaricia mientras que las embestidas se hacen más veloces.

Alex aprieta los dientes. Se está frenando, quiere que sea él el primero en tener ese orgasmo tan deseado. Le roza suavemente el miembro con los dedos, acelerando el ritmo cuando lo nota más erecto, escuchando con satisfacción el grito que escapa de sus labios cuando le hace derramarse en su mano, notando las contracciones de su cuerpo aprisionando su miembro, haciendo que con una suave última embestida se derrame y grite también.

Bill no puede evitar sollozar de felicidad. Las oleadas le recorren el cuerpo de arriba a abajo llenándole de extrañas sensaciones. Se siente flotar, se siente muy bien.

Alex le limpia las mejillas de lágrimas y le gira saliendo suavemente fuera de él. Se apodera de sus labios y le abraza fuertemente, sonriendo cuando siente que levanta una pierna y la entrelaza en su cintura, haciendo que sus miembros se rocen al compás del beso.

Separa los labios y le deja recuperar el aliento, viendo como su cara expresa una felicidad que nunca antes había visto.

-¿Todo bien?-le pregunta riendo.

Bill no puede hablar, solo reír de la misma manera que él hasta que la voz de su madre resuena por el jardín llamándole.

Su cara vuelve a mostrar miedo, pero es de otro tipo, del tipo de que si su madre le pilla en esa situación no sabe que haría.

Se levanta corriendo del sofá y comienza a recoger su ropa y a ponérsela, oyendo las risas de Alex que todavía continúa desnudo en el sofá.

-No te quedes ahí parado, está muy cerca-le dice en voz baja agachándose a por sus bóxers.

-Disfruto de las vistas-dice levantándose.

Se acerca por detrás y le besa el cuello mientras Bill se pone el boxer con dificultad. Está a punto de caer, pero Alex le sujeta con firmeza y le hace girar para darle el último beso en los labios.

-Claro, como tú casi no tienes ropa que ponerte, puedes permitirte el lujo de entretenerte-le reprocha.

-Estaré listo antes que tú-le apuesta.

-Pero antes, deshazte de…eso-le dice dándose la vuelta avergonzado.

Alex mira hacia abajo y ve que lleva todavía puesto el preservativo. Se lo quita sonriendo al saber que se ha puesto muy colorado, como si fuera un joven inexperimentado.

Aunque mientras se viste piensa que es verdad. Es la primera vez que ha hecho el amor, pues sabe con certeza que las otras veces fue salvajemente violado.
Notas finales: Pues aquí queda esto, se aceptan comentarios, sugerencias, reclamaciones, quejas, alabanzas,….. Lo que sea, pero decir algo, no os quedéis calladas por la impresión!!!!

Y la foto con Bill llevando una sombra de ojos azul existe, si alguien quiere que se la pase que me la pida.

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).