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ESE CHICO ES MIO por lyra

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-¿Te encuentras mejor?

La pregunta resuena en la silenciosa habitación. Tom abre los ojos y mira a su hermano sin poder contestarle.

Pasaron por urgencias de camino al hotel para que un médico le viera el labio. Le han tenido que dar un par de puntos y ahora descansa en su habitación bajo la atenta mirada de la persona por la que se ha peleado.

Otra vez.

Gruñe por lo bajo para decirle que no. Tiene una bolsa de hielo puesta encima del labio y el médico le ordenó hablar solo lo necesario.

-Ya sé que no puedes hablar, pero necesito saber una cosa-le dice pasándole una de las libretas que usaba cuando él se quedaba sin voz.

Tom la ve y niega con la cabeza. Ahora no quiere hablar, y menos con él. Sabe lo que le que le quiere preguntar, y ahora mismo no se siente con ganas de discutir con él, por lo mismo de siempre.

Se da la vuelta en la cama y le ofrece su espalda, esperando que entienda su mudo mensaje de que le deje en paz.

Pero Bill no se da por vencido. Se sube a la cama y se tumba a su lado, haciendo que se gire y le mire enfadado.

-¿Qué haces?-susurra entre dientes.

-Dímelo, por favor-le suplica poniendo una mano en su pecho.

Tom niega con la cabeza, pero su hermano sube la mano y la posa en su mejilla, acariciándole de una manera que no había hecho nunca.

-Por favor-le suplica dulcemente.

¿Cómo negarse si se lo pide así? Aunque sabe que la verdad le hará daño, cuando le habla en ese tono no puede negarle nada.

-Si ya sabes la verdad, ¿para que preguntas?

-Porque quiero oírla de tus labios-le dice rozándoselo con los dedos.

Tom cierra los ojos y gime al sentir su contacto, pero eso solo hace que los retire deprisa.

-Perdona, te hice daño-se excusa levantándose de la cama.

“Ahora me lo haces al dejarme”

-Entonces....-comienza a decir sentándose en el borde de la cama-....más rumores, ¿verdad?

Tom asiente con dolor.

-Se cansarán de hacerlo, pronto llegará el día en que se traguen sus palabras.

Bill niega con la cabeza, ¿para que seguir mintiéndole? Solo ha conseguido que se pegue con cualquiera que diga eso de él, cuando es verdad.

-¿No, qué?-le pregunta con miedo.

“No lo hagas, no preguntes algo cuya respuesta ya sabes”-le grita una vocecilla en su cabeza.

-Que no lo hagas más, deja de defenderme ante algo que es verdad.

-¿Es verdad?-pregunta como ido.

Bill se levanta de la cama y comienza a pasear por la habitación, buscando la manera más suave de contarle que es gay y lo peor, que hay alguien en su vida que le entiende, que le amará hasta la muerte.

-Tom, ya sé que debí contártelo el primer día que lo supe, pero no sabía como, y hoy....

-Y hoy que me han partido la cara has encontrado la manera-le corta.

Se levanta de la cama y avanza hacia él muy enfadado.

-Tenías que habérmelo dicho antes, así yo no haría el ridículo defendiéndote.

Bill retrocede al verle en ese estado, camina hacia atrás sin dejar de mirarle y levantar las manos para protegerse por si decide hacer lo que pensó que haría cuando se enterara, pegarle con toda su alma.

-Pensé que lo hacías porque me querías.

-Lo hacía porque era mi deber como hermano mayor, defender al débil de mi hermano que no se decide a quien dar su amor.

Su espalda choca contra la pared y gime de dolor. Ya no hay más escapatoria, está a merced de su hermano, de su enfado.

-Soy débil porque tú me haces débil.

-¿Qué quieres decir con eso?

-Si no te pegaras con todo aquel que insinuara eso de mí, la prensa nos habría dejado en paz, me hubiera dejado vivir tranquilo sin tener que esperar algo así en los titulares. Al pegarte con el periodista no has hecho más que confirmar los rumores.

-¿Esperabas que me quedar quieto sin salir en tu defensa Soy la única persona que puede hacerlo, no tienes a nadie más que lo haga.

Bill se muerde los labios al escucharle decir eso. Claro que hay alguien más, que le puede defender mejor que él incluso.

-¿Bill?-le llama cogiendo su brazo con fuerza.

-Me haces daño-susurra desviando la mirada.

Pero Tom le coge con fuerza y le obliga a mirarle.

-¿Es que hay alguien en tu vida?

Pero Bill sigue sin hablar, solo le mira con los ojos llenos de lágrimas.

-¡Contéstame!-le exige sacudiéndole por los hombros.

-¡Si!-le grita rompiendo a llorar-Hay alguien en mi vida.

Tom le suelta y se aleja de él. Respira con dificultad. Su hermano le ha traicionado, primero al no contarle sus más íntimos deseos y luego al ocultarle que se ve con alguien.

-Vete de mi habitación-le ordena entre jadeos.

Bill da un paso adelante y alargando una mano le roza el brazo.

-No me toques, no me mires-le dice dándole la espalda.

-Tom, por favor.

-No supliques, solo déjame a solas con mi vergüenza.

Bill rompe a llorar y sale de la habitación corriendo. Pensaba que cuando le contara la verdad le iba a entender, pero en vez de eso le aleja de su lado, porque se siente avergonzado.

Corre y llama a la habitación de Gustav, quien le abre la puerta deprisa.

-¡Bill!-exclama al ver como se aferra a su cuerpo.

Le hace entrar y cierra la puerta. Le abraza y le lleva hasta la cama, en la que se echa con él sobre su pecho.

-Dime que te ha hecho-le suplica.

Bill entierra la cara en su cuello y llora amargamente, empapando su camisa y estremeciéndole con su llanto.

-¿Te ha pegado?-le pregunta asustado.

-No.....-contesta entre sollozos.

-¿Entonces?

-¡Se ha avergonzado de mí!-solloza más fuerte.

Gustav le abraza más, acunando su cuerpo que se estremece violentamente. Cierra los ojos para impedir que sus lágrimas rueden también.

En esos momentos odia a Tom con todas sus ganas. Siempre haciéndole daño a su hermano pequeño.

Al gran amor de su vida.

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