Le estaba costando contenerse, aquella fricción con Malfoy le estaba llevando a rincones de su mente que jamás hubiera imaginado que existían, le deseaba, quería morderle, chuparle, meterse dentro de él, con una desesperación total y absoluta.
Gracias a Dios por que el rubio pareciera ir en la misma línea que él, temía que el otro se arrepintiera y se alejara, le mirara con asco,pero en esos momentos se encontraba arañando su espalda por encima de la ropa, revolviendo su cabello, bebiéndose de la boca como si Harry fuera el mejor licor que hubiera probado nunca.
No había sido su intención besar a Malfoy, iba con la firme convicción de ofrecerle su ayuda, intentar hablar con el Ministerio, nunca había usado su influencia, odiaba ser el niño bonito del Ministerio. Pero quería apoyarle, él sabía lo que era saberse sólo en el mundo, y qué demonios, quería estar con él, el máximo tiempo posible, si era de esa manera o de cualquier otra. Cierto es que esta manera, devorándose con boca y manos, aprisionando ambas erecciones entre ellos, era un modo que le parecía mucho mejor que ninguna de sus fantasías hasta el momento.
Descendió con sus manos toda la espalda del rubio, aprisionó con sus dos manos las nalgas del chico, haciendo que éste separa los labios de su boca y jadeara su nombre.
- Harry.- aquello sonaba a música celestial.
Quería más, quería que no dejara de decir su nombre una y mil veces, que le mirara siempre con ese deseo plateado, que fuera suyo de maneras que aún le costaba comprender.
Estando así agarrados, sumergidos en los ojos del otro, queriendo muchísimo más se miraron sin saber qué decir.
- Te deseo tanto .- consiguió vocalizar Harry con una voz ronca y anhelante que jamás se había escuchado a sí mismo.
Como respuesta obtuvo una sonrisa de Malfoy que le aturdió tanto como uno de sus besos, sexy y erótica cómo nunca la había visto en nadie.
- ¿Desde cuándo te gustan los chicos?.- le preguntó.
- Bueno, no sé si me gustan los chicos.- fue la verdad, jamás se había planteado eso, tampoco es que hubiera tenido mucho tiempo para pensar en nada desde los 11 años en los que su vida se había convertido en un caos de aventuras, fama y muerte..- Me gustas tú.
Aquello se mereció un húmedo beso del rubio, en el que se estaba comenzando a perder de nuevo. Aunque un desconcertante pensamiento, como un rayo cruzó su mente, prendiéndolo todo de duda.
Cortó el beso y le separó agarrándolo de los hombros.
- ¿A ti te gustan los chicos?.- aquella pregunta parecía un poco fuera de lugar, él era un chico obviamente, pero la pregunta iba más allá.
- Sí.- fue la sincera respuesta del rubio.
- ¿Has besado a otros?.- "en serio, Harry?" se dijo, golpeándose mentalmente por su estúpida pregunta.
- ¿Celoso, Potter?.- le dijo levantándose una ceja y mirándole de modo burlón.
¿Eso era un sí? Curiosamente se sintió un poco desilusionado, un poco dolido, un poco estúpido, y sin darse ni cuenta se separó de Malfoy, a éste le mudó la expresión, se había roto la magia del momento.
- Entiendo, el niño de oro, no quiere "cosas usadas".- la voz de Malfoy sonaba dura y sí, también dolida.
Aquello era un despropósito, aún completamente duro, anhelando al rubio, e incapaz de decirle que se sentía un poco estúpido, pues no sabía cómo debía reaccionar, ni de dónde le nacían esos celos absurdos que estaba sintiendo.
- No es eso, Malfoy.- intentó explicarse, pero notó que ninguno se tocaba ya.
- Déjalo, está claro que esto ha sido un estúpido error.- dijo casi escupiéndolo.
¿Un error? Le había besado sin habérselo planteado, para él no era un error, sí era algo nuevo, sentía algo por Malfoy, eso cada vez le quedaba más claro, pero y él, ¿sentía algo por Harry?
Le recorrió de nuevo un escalofrío por la espalda, y este no fue nada placentero, quizás el Slytherin sólo se había dejado llevar.
No le dio tiempo a preguntar pues el otro ya se estaba yendo por el pasillo entre las gradas.