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¿Tú? ¡No puede ser! por Liss83

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Desde la instauración del nuevo régimen, Luna había vivido prácticamente aislada del mundo. Comía y dormía en esa habitación, sin salir nisiquiera para ver el sol. A veces la iba a ver Flint, quien la miraba detenidamente protestando en voz baja que ganarían muchos galeones si Pansy no fuese tan caprichosa y permitiera que Luna también atendiera a los clientes regulares. Quien la visitaba con bastante regularidad era la Slyffering. En esas ocasiones, se le permitía salir para darse un buen baño y perfumarse. 



Cierto día, después de prepararse para atender a su ama, Luna fue llevada a la sala, donde se le ordeno esperar. Rato después llego Pansy por la chimenea, quien se sentó en un sillón y le hizo señas a su esclava para que se sentara en sus piernas. Una vez esta así lo hizo, le empezó a acariciar las piernas



- Dime mi Lunita ¿Te gustaría salir a dar una vuelta? Quizás ¿ver a tus amigos?
- ¿Me dejarías? – pregunto ella ilusionada
- Primero necesito que me digas si la Orden del Fénix se ha puesto en contacto contigo
- No ama – respondió la rubia presurosa – no he sabido de ellos desde hace mucho.
- Y si te contactaran, ¿me lo dirías? – pregunto mientras deslizaba su mano hacia la entrepierna de la muchacha.
- Por supuesto ama – dijo esta algo nerviosa
- ¿Estas segura Luna? – el collar de esta le quemo levemente
- En una semana
- ¿Qué cosa?– pregunto Pansy empezando a besarle el hombro - ¿Qué pasara en una semana? 
- Ra… rap… ta… ta…taran a… a… la… la… reina en u… u… na se… ma… na – tartamudeo Luna – du… rante la la la vi… visi… ta de…
- Durante la visita del primer ministro Búlgaro – concluyo Pansy y Luna asintió -. ¿Cómo lo supiste?



Luna tomo El Profeta y le mostro un artículo donde decían que el primer ministro búlgaro visitaría Londres acompañado de su esposa, el mismo artículo confirmaba la visita de la reina Harry junto a esta al callejón Diagon



- Ya veo – dijo Pansy –, ve a cambiarte. ¿Algo más?



Media hora después Pansy estaba temblando frente al amo del Mundo Mágico, quien examinaba una de las monedas mediante la cual la orden del Fénix se comunicaba




- Muy bien Pansy, este era el dato que nos faltaba – dijo el lord acariciando a Nagini, quien estaba sobre sus hombros - ¿Te dijo algo más?
- Ojoloco será quien estará al frente de la operación – dijo la morena
- No te preocupes por nada Pansy – dijo el lord con una sonrisa - ¿Cómo van las cosas con tu esclava, aparte de esto claro? ¿te sirve bien?
- De maravillas, mi señor – dijo la mortifaga haciendo una venia – estaré eternamente agradecida 




Cuando Pansy regreso a su casa, se fue a su habitación. Serían unos días interesante. Sabía que debería recompensar a Luna de alguna manera y tenía una idea para hacer eso. En ese instante sintió como las protecciones de la casa se alteraba. Se apareció en el lugar donde sintió la alteración, vio a Luna tirada en el piso


- ¿Dónde ibas cariño? – pregunto con una sonrisa maliciosa





* * *






La noche era clara. La campiña donde estaba asentada La Madriguera era iluminada por los rayos de la luna. Desde que sus hijos habían sido tomados como esclavos, Arthur y Molly Weasley toda su alegría había desaparecido. Vivian en medio de un terror de no volverlos a ver.
Molly miraba por la ventana mientras sus lágrimas caían en silencio, cuando sintió unos brazos que la rodeaban por la cintura, se hecho hacia atrás y se apoyó en el pecho de su marido, quien exhaló



- ¿Crees que estarán bien? – dijo Molly con lágrimas en los ojos
- Eso espero – le susurró al oído – eso espero




La puerta se abrió sorpresivamente y dos hombres entraron por ella. Cuando Arthur reconoció a la primera de ellas, su sangre se le helo completamente e instintivamente abrazo más fuerte a su mujer



- Pero mira nada más a quien tenemos aquí. Mis queridos suegros – dijo Marcus Flint con una sonrisa maliciosa
- Vete de aquí – exigió el señor Weasley 
- No eres bienvenido – alzo la voz Molly –, ¡degenerado!
- No diga eso suegra. Mire que quizás pronto Percy y yo le demos su primer nieto
- ¿De qué hablas? – pregunto Molly sorprendida 
- ¿Recuerda la poción que le di a su hijo ese día? – el color se fue del rostro a ambos Weasley –, sí, eso nos dará hijos. Ya estamos trabajando en ello. – Arthur cerro los ojos y una lagrima corrió por su mejilla
- Marcus… - dijo uno de los hombres detrás de este
- Lo siento. Molly prepara café – ordeno este y el imperius que había lanzado el día que fue por Percy se activo
- Si señor – dijo esta y se fue a la cocina
- Arthur ven aquí – ordeno, pero este no se movió – Arthur quieres que tu mujer y tu hijo paguen tu rebeldía.
- No eres quien para estar aquí dando órdenes – alzo este la voz
- Me gusta – dijo el hombre que acompañaba a Flint –. Es rebelde
- Igual a su hijo – dijo Marcus se paró detrás de Arthur y le acaricio la espalda hasta el nacimiento de los glúteos – tiene el collar y aun así me enfrenta cada noche 
- ¿Por qué se lo permites? – pregunto el hombre examinando como forcejeaba Arthur 
- Es divertido – dijo Flint girando a Arthur y dándole una bofetada tirándolo al suelo
- No lo maltrates, – regaño el hombre, ofreciéndole su mano al señor Weasley para ponerse de pie – así no se trata a una dama
- ¡Soy un hombre! – grito Arthur
- Aquí no cariño – dijo el hombre acariciándole el rostro –, aquí el hombre soy yo y te voy a demostrar en tu cama. Vas a gritar como nunca lo has hecho de placer
- ¡Están locos! – dijo Weasley retrocediendo



En ese momento entro Molly con una charola que dejo sobre la mesita de noche. Luego se sentó en una de las esquinas de la habitación e posición fetal




- Crucius – dijo Flint apuntando con la varita a Molly, quien se retorció gritando de dolor en el suelo
- ¡¡¡NO!!! – grito Arthur –. Por favor – suplico – ella no. – La tortura siguió para Molly – Hare lo que quieran
- Ven aquí Arthur – dijo el invitado de Flint y este se puso de pie corriendo a su lado. – yo puedo convencer a Marcus para que se detenga en este momento, pero… ¿Tú que me darás a cambio? – acariciándole el rostro suavemente
- Lo que quiera – dijo Arthur cerrando los ojos mientras su lágrimas caían
- Perfecto – dijo el hombre abrazándolo por la espalda y empezando a masturbarlo sobre la ropa – porque quiero que me supliques que te haga gritar en tu cama mientras te hago mi mujer



Arthur cerró los ojos e inhalo hondo, girándose entre los brazos del hombre para quedar frente a él. Empezó a besarle el cuello mientras sus lágrimas caian 



- Quiero… quiero que subamos… que subamos a mi habitación y… 
- ¿Y? – dijo el hombre
- Por favor no – suplico Arthur
- ¿Y? – exijo el hombre
- Pídame otra co… – pero fue interrumpido por un grito de Dolly – hágame suyo – dijo con desesperación – quiero saber lo que es un hombre dentro mío. Le juro que va disfrutar como nunca si…
- Vamos bombón – dijo abrazándolo fijamente mientras le amasaba las nalgas – llévame al paraíso




Subieron al último piso y ni bien entraron a la habitación que Arthur compartía con Molly, el hombre le arranco la ropa, convirtiéndola en jirones, y lo arrojo de espalda a la cama. Se desvistió también y se acostó sobre él mientras le acariciaba los muslos besándole el cuello. Su mano se movió hacia la entre pierna de Arthur y lo empezó a masturbarlo otra vez



- ¿No te gusta? – pregunto besando el pecho del hombre que volcaba la cara – Vamos relájate y disfruta. Abre las piernas 



Al ver que Arthur no lo hacía, él se las abrió de un jalón y se las doblo de manera que sus rodillas tocaron su pecho. Le lanzo un hechizo lubricador en su entrada y luego lo empalo, haciendo que este lanzara un grito pero no de dolor, si no de placer. El hombre se empezó a mover dentro de él excitándolo aunque no quisiese. Cada estocada golpeaba el punto exacto que lo hacia estremecer de placer. Placer que solo debía sentir con su mujer, pero que ahora lo obligaban a abrir la boca y gritar a voz en cuello



- ¡Quiero más! ¡Ahhh! – mientras se aferraba a su espalda - ¡Es…! ¡Oh, Merlín!
- ¿Te gusta? – pregunto el hombre mientras entraba más en él 
- ¡Mucho! – grito llegando a un orgasmo que jamás había soñado 



Una hora más tarde el hombre bajaba con una gran sonrisa y le pagaba a Flint, pidiéndole que se lo reservara para la próxima semana durante toda la noche, por lo cual pago por adelantado. Cuando el cliente se fue Flint subió a ver a su suegro, dejando a Molly sentada en el suelo de la sala. Al entrar en la habitación encontró a Arthur acostado bocabajo y las piernas abiertas en V. Un hilo de sangre bajaba por sus muslos que apenas cubrían la sabana. Se quitó la ropa y subió a la cama. Empezó a besar la espalda de su suegro, mientras le acariciaba los muslos, subió la mano hasta su cintura y la acaricio mientras lo hacía girar para besar sus labios



- Así que te gusto esto – le susurro al oído
- Ya no más – suplico Arthur soñoliento -. Estoy cansado
- Nada de eso



Lo beso apasionadamente, mientras sentía como Arthur rodeaba su cintura con las piernas, mientras con sus brazos se aferraba a la espalda del joven. Este entro sin ninguna contemplación haciéndolo gritar nuevamente, y aunque esta vez no lo prepararon, no fue impedimento para que la cabeza de la familia Weasley pierda la cuenta de cuantas veces había llegado al cielo esa noche en brazos de un hombre

 


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