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¿Tú? ¡No puede ser! por Liss83

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Draco desayunaba en su sala, con Ron sentado en el suelo y su barbilla apoyada en el muslo del rubio, quien le daba de comer de su plato. 



- Buen chico. Es lindo tenerte así, pero… hoy quiero algo diferente.



Se hace para atrás en la silla y Ron sube a las piernas de este, por lo que Draco lo abraza por la cintura besándole el cuello.



- ¿Qué desea mi amo?
- Saber si puedo confiar en ti – dijo besándole el cabello
- Si señor – dijo Ron acomodándose en su pecho – nunca más lo desobedeceré.
- ¿Ni siquiera por la sangre sucia?
- Ni siquiera por ella, amo. Hare solo lo que usted ordene
- ¿Te gusto pasar la noche con Laforet? – Ron empezó a temblar - ¿tan mal te trato?
- Mi amo siempre me prepara para recibirlo. – Sus lágrimas empiezan a caer – él no lo hizo. Eso me dolió mucho
- Si, lo vi – dijo Draco –. Ahora dejemos ese tema de lado. El lord me ha confiado una misión muy importante, pero no tengo varita – Ron se encogió nervioso en los brazos del rubio – y eso es un gran problema
- Perdóneme, mi amo – suplico la mascota con lágrimas en los ojos
- Ya, ya, no llores – respondió este limpiando sus lágrimas – prometiste no volverlo hacer, y te creo. Trae tu correa, iremos por un helado y mi varita


Con un alegre ladrido, Ron fue por su correa cual si fuera un cachorro, diez minutos después amo y esclavo salían por la chimenea en medio de risas y ladridos



El callejón Diagón se caracterizaba por tener todo lo que un mago o bruja pudiera necesitar, desde ingredientes para la poción más simple, como lo último en escobas de carreras. Y a pesar de esto, sus tiendas seguían siendo las mismas que ya eran viejas cuando Tom Riddel lo había pisado por primera vez hacía más de cincuenta años atrás.
Sin embargo hacia unos meses este lugar ya no era el mismo, desde que el mismo Riddel había tomado el control del mundo mágico, ahora como Lord Voldemort. Ese cambio fue más que notorio en cuanto Ron entro a este, mientras Draco sostenía la cadena con la que lo paseaba. Todos volcaban a ver al orgulloso rubio que paseaba mirando estanterías con su mascota al lado, quién debes en cuando lanzaba un ladrido buscando la aprobación de su amo. 
Entraron a la tienda de varita del señor Ollivanders, quien se sorprendió al verlos, al grado de estar a punto de sufrir un ataque cardiaco. El rubio lo tranquilizo diciéndole el motivo por el cual estaban ahí, por lo cual el hombre los atendió rápidamente. Al salir de dicha tienda, fueron a la heladería, donde si bien Draco permitió que Ron se sentase a la mesa para comer su helado, este seguía en su papel de perro y se ensuciaba entero causando grandes risotadas de su amo, quien cada rato le limpiaba las manchas de chocolate del rostro. 
Ambos estaban tan entretenidos que no notaron que otro pelirrojo los observaba en silencio y con grandes lágrimas en los ojos. Hacía semanas que Charlie Weasley solo sabía de los miembros de su familia atravez de lo que escuchaba en las reuniones sociales a las que asistía como una especie de dama de compañía de su amo, el multimillonario Blaise Zabini. Si bien el mayor de los hijos del matrimonio Weasley era presentado como la señora Zabini, y ejercía esa función en la intimidad de su alcoba, a su amo le gustaba que se comportase como hombre en todo momento. Procuraba que no le faltase nada, dado que él no estaba de acuerdo con el trato humillante que muchos les daban a sus esclavos, empezando por su mejor amigo, a quien vio precisamente una mesas más allá. 



- Ven querido – dijo poniéndose se pie y ayudándole a su esclavo a hacer lo mismo. Se acercaron a la mesa de su mejor amigo. – Draco – dijo simplemente y este volteo a ver de quien se trataba – que sorpresa verte aquí
- Ron deseaba un helado – dijo acariciándole el cabello a este
- ¿Conoces a mi acompañante? – dijo Zabini señalando al pelirrojo, – Charlie Weasley
- Mi señor – dijo este haciendo una venia mirando de reojo a su hermano que había bajado el rostro 
- Draco, por favor – dijo el moreno – esto es incómodo. Es Ron
- Gracias – dijo tímidamente el mencionado después que su amo hiciera un gesto de fastidio
- Adelante – le dijo el italiano a su esclavo. Ambos hermanos se abrazaron rompiendo en llanto
- Hermanito – dijo el mayor - ¿Estás bien? – le besa el cabello
- ¡Charlie! – sollozo aferrándose a este - ¿Y mamá? ¿Y papá?
- Yo… no se de ellos – dijo limpiándole las lágrimas – al día siguiente de la reunión en el ministerio mi amo fue por mí y no se de ellos desde entonces. – Ron sollozo – lo que si me entere fue de Bill y Flour…
- ¿Están bien? – pregunto nervioso el menor
- La reina… ella los reclamo – Ron movió negativamente su cabeza lentamente en estado de shock – son sus mascotas. Los dos
- ¿Por qué? ¿Por qué? – susurraba Ron llorando en silencio 
- No lo sé – dijo Charlie también en un susurro limpiándole sus lágrimas - ¿Cómo te trata?
- Como lo que soy – dijo escondiendo su rostro – su mascota.
- Ron – susurro el mayor abrazándolo nuevamente
- ¿Y…? – señalo al moreno con la barbilla
- Es… – dijo Charlie sonriendo triste – raro. Como vez no me obliga a comportarme… tú entiendes. Pero… en la intimidad soy… bueno… su mujer – sollozo mirando tiernamente a su hermano mientras le acaricia el cabello -. Quiere que le dé un hijo lo más pronto posible. Lo bueno es que me tiene paciencia, acepta mis no, pero yo también tengo que ceder y… ya sabes
- Es… espera – dijo Ron sorprendido - ¿Hijo? ¿Cómo puedes darle…? ¡Son dos hombres!
- El día que Blaise fue por mi… me dio una… poción… - Ron se asusta escuchando a su hermano -. La transformación de tus órganos internos duele horrores…
- ¿Para eso… era? – susurro Ron con un hilo de voz
- ¿La bebiste? –pregunto Charlie. Ron asintió llorando nuevamente - ¿no sabías que…?
- ¡No quiero darle hijos! – se desesperó - ¡No quiero! Ayúdame Charlie 
- ¿Qué es lo que no quieres Ron? – dijo una voz detrás suyo haciéndolo temblar
- ¿Qué paso Charlie? –pregunto Blaise mirando a su esclavo
- Tranquilízate Ron – suplico este -, tranquilízate. Todo estará bien, escúchame…
- ¡No quiero! – grito desesperado este - ¡No quiero! ¡No quiero!
- Ron, escúchame – suplico su hermano



Ron empezó a correr por el callejón atestado de gente cuando sintió un hechizo que lo golpeaba por la espalda, haciéndolo caer antes de entrar al Caldero Chorreante



- ¡Por favor, no! – suplicaba llorando cuando Draco se acercó para levantarlo - ¡No quiero!
- ¿Qué paso Charlie? – esta vez exigió Blaise mirando a su esclavo
- Yo pensé que sabía de la posición – dijo nervioso – perdóneme amo. Yo lo voy a…
- No te preocupes Charlie – interrumpió Draco
- ¡Por favor, no! – seguía suplicando Ron en el piso intentando alejarse de Draco
- Vamos a casa – ordeno Draco y Ron empezó a ladrar desesperadamente – Ven aquí ahora 


Ron grito cuando su collar ardió al rojo vivo alrededor de su cuello. Draco lo agarro de la ropa y desaparecieron



- Amo... – dijo nervioso Charlie en voz baja
- Ven aquí – le dijo Blaise, quien lo abrazo cuando este se acercó temblando -. Tranquilo. No fue tu culpa. Draco debió decirle a tu hermano la verdad
- Lo va matar, amo – dijo abrazándose desesperado
- Vamos a casa. Desde ahí iré donde Draco a calmar las aguas. Te prometo que no le va pasar nada a tu hermano ¿sí?



Charlie asintió y ambos desaparecieron al instante



* * *



Ron aullaba de dolor ante cada latigazo que Draco le deba en su espalda desnuda, arrancándole la piel mientras la sangre bañaba esa parte de su cuerpo



- ¿Por qué querías escapar de nuevo? – grito el rubio - ¡Eres mío! ¡entiéndelo de una vez! ¡solo mío!
- ¡Draco, no! – entro corriendo Blaise para detenerlo – ¡Basta! ¡Lo vas a matar!
- ¡Quería irse! – grita fuera de si 
- ¡Pero no se fue! – Blaise lo alejo mientras Ron aullaba



Draco saco su varita en un movimiento brusco y le lanzo un crucio a su esclavo



- ¡No! – grito Blaise al mismo tiempo que lo hizo Ron, saca su varita y grita – Expelliarmus – la varita de Malfoy sale volando por el aire, mientras Ron se desmaya  

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