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Desde que regresaste por Nameless Princess

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Notas del capitulo:

Hasta el lunes queridos lectores.

 

Narrador Omnisciente. 

—¿Es enserio?

Preguntó Nagisa fingiendo asombro.

—¿Entonces puede procrear?—Preguntó Asano con una sonrisa lasciva en sus labios.

Nagisa apretó sus puños al ver ese gesto.

—Si, Nagisa puede procrear, con el debido cuidado y atención podría tener hijos.

Asano se cruzó de brazos, pensando sobre el estado de Nagisa, que fuera un doncel le convenía mucho.

—Señor Akabane necesito que me deje a solas con Nagisa, tengo unos asuntos que tratar con el.

Asano bufo y salió de la habitación.

—¿Ya lo sabías verdad?

Nagisa asintió.

Claro que sabía lo que era, no por algo su cuerpo era demasiado débil y tenía una apariencia nada masculina. A inicios de su adolescencia descubrió lo que su cuerpo podía hacer, un pequeño secreto que solo su padre y el sabían.

Después de todo no hubiera sido bueno que su madre se enterará de que era un doncel, pues conociendo la hubiera sacado provecho a aquella situación.

Por ello siempre se cuido cuando Asano lo tocaba, procurando que su esposo jamás se enterará de las pastillas que tomaba  para evitar embarazarse.

Nagisa tenía en claro que no quería tener un hijo de Asano.

—Lo sabía desde que era más joven —Dijo calmado para no lastimar su garganta.

Trato de acomodarse en la camilla, pero el ardor en su abdomen le impidió siquiera moverse. Sugino se acercó a él y trato de ayudarlo.

—No trates de moverte, te dolerá mas —Suspiro—. Lo presentía, después de todo no te mostraste muy sorprendido.

El menor mordió el interior de su mejilla, esperando que Asano no se hubiera dado cuenta.

—Tranquilo, supongo que el no se dió cuenta, estaba más concentrado con la noticia que por ti.

—Eso espero, el no tiene que enterarse de que yo ya lo sabía de lo contrario podría pasarlo mal.

—¿Mas de lo que ya la pasaste?

Nagisa asintió.

—Definitivamente me iría mucho peor, después de todo he estado evitando embarazarme de él desde que empezó a tomarme sexualmente.

Sugino frunció el seño. Le molestaba que Nagisa siendo un gran amigo desde hace mucho tiempo tuviera que pasar por tanto dolor.

—¿Está vez por qué te agredió?

Nagisa alzó los hombros tratando de restarle importancia al asunto.

—Nagisa ese hombre te está destrozando.

—Lo siento Sugino, yo...—Bajo la mirada sintiendose indefenso—. No puedo detenerle.

—Nagisa ha pasado dos mese desde la última vez que estuviste en esta camilla y déjame decirte que no estabas en tan mal estado como ahorita tengo miedo de que algún día llegues casi muerto.

Nagisa no respondió.

—¿Qué pasó está vez?

—Habia una boda.. me..negué a acompañarle —Sugino lo miro esperando a que le explicará mejor—. La boda era de Karma.

Sugino hizo su cabeza para atrás entendiendo la situación.

—Y el día anterior me había hecho lo mismo por una escena de celos.

—Nagi, Nagi, Nagi —Acaricio sus largo cabellos—. Esto tiene que parar.

—No puedo Sugino, le quitara todo a mis padres, o amenos lo que les queda y yo no quiero que ellos pasen por eso.

Sugino no respondió.

—Dijiste que teniendo cuidado podría embarazarme, ¿Por qué?

—Asano es muy duro cuando tiene relaciones, internamente te lástima demasiado y tú matriz de alguna manera está dañada.

—¿Qué tengo esta vez?

Sugino tomó unos documentos que había dejado en el buró de alado  y leyó en voz alta.

—Hemorragia interna tus paredes internas están desgarrada, dos costillas rotas, inflamación muscular en tus muslos y parte de tu espalda.

Nagisa suspiró, con razón su cuerpo le dolía demasiado.

—Sin dejar aún lado todos los moretones, mordidas, rasguños y cortes que tienes en la piel —Le acercó un pequeño espejo—.  Mirá tu mismo.

Tomó el espejo con temor y miro su reflejo, realmente estaba hecho un asco; Su labio estaba roto, su mejilla izquierda tenía un gran moretón, su ceja derecha tenía una ligera cicatriz y su cuello mostraba muchas marcas.

Miro su frente.

—¿Por qué la venda?

—Cuando llegaste venias sangrando tu frente tenía un pequeño corte, pero  profundo. Asano dijo que no fue obra suya.

Nagisa asintió.

—Si, fui yo o eso es lo más seguro por qué lo último que recuerdo es caerme en la habitación cuando iba hacia el baño.

—Nagisa también encontré que estas propenso a sufrir desnutrición, al parecer no comes demasiado.

—Aveces no me da tiempo, no es como que sea anoréxico, realmente aveces no puedo comer.

—Eso tiene que cambiar, eres un doncel y tienes que tener energía sobre todo si quieres tener hijos.

—Lo que menos quiero es tener hijos con Asano.

—No me refiero a Asano.

—No es como que pueda tenerlos con alguien más, estoy casado con Asano.

—Pero talvez algún día logres separarte de él y estés con alguien a quien ames.

—La única persona que amo se acaba de casar.

Sugino no dijo nada.

—Quiero descansar.

—Nagisa.

—Estoy casado Sugino, por favor no dejes entrar a nadie, nisiquiera a Asano.

Sugino sonrió y salió de la habitación dejándolo solo. Nagisa se acomodó en la camilla aguantado el dolor y cerró los ojos.

Quería tener algo de paz.  

.         .       .

Nakamura tocó la puerta por primera vez, esperando a que le permitieran pasar, se escuchó un leve Entre y abrió la puerta.

—Hola ¿Qué quieres Nakamura? —Preguntó Karma sin dejar de mirar su computadora.

—Quiero saber ¿Dónde trabaja Nagisa?

Karma la miro levantando una ceja.

Nakamura ya había obtenido datos importantes para su investigación, ya tenía fundamentos que podian apoyar su teoría sobre la inocencia de Nagisa.

Sonrió, aquello sonaba como si su ex amigo huviera sido culpado y tachado como un asesino solo por estar en el lugar y momento equivocado.

—¿Para qué quieres saber eso tu?

—Quiero visitarlo —Le sonrió—. Tengo tanto que hablar con el.

Era la última fase de su investigación, hablar con Nagisa, saber las cosas desde su punto de vista y entender por lo qué su amigo había pasado.

—Solo por esta vez te lo dire, por que tengo mucho trabajo.

—Gracias.

Se acercó y beso la mejilla de Karma.

Salió de la empresa de Karma con la dirección en sus manos. Condujo hasta la perfumería y preguntó directamente por su amigo.

—Lo siento Nagisa no se ha presentado desde hace dos días.

Le respondio una chica con el cabello verde. Nakamura noto el tono de voz preocupado que aquella chica le había dado.

—¿De casualidad no sabes dónde vive? 

—Lo siento señorita no puedo darle la información personal de mi amigo.

Negó cordialmente.

—Igual soy su amiga, es solo que acabo de llegar de un viaje y no se donde vive actualmente.

Mintió sutilmente.

—Disculpe ¿Cómo se llama?

Preguntó un chico de cabello negro y guapo —Para Nakamura—. 

—Nakamura Rio 

—Alto ¿Usted es la joven Nakamura? - La pequeña chica abrió sus ojos sorprendida y la rubia asintió—. Desde ahí hubiera comenzado.

Nakamura los miró confundida, no entendía como es que la conocían.

—No creo que deba buscar a Nagisa en su casa —Se miraron entre sí y asintieron—. Cuando falta mas de un dia la probabilidad de que lo encuentre en su casa es escasa.

La peli verde la miró.

—Vaya al hospital central, probablemente ahí estará.

—¿Por qué ahí?

—Lo mas seguro es que se entere por si sola.

Nakamura les agradeció y se fue del local. Condujo hacia el hospital sintiéndose extraña por dentro. Se sentía preocupada y con la bilis subiendo por su garganta.

Saber que Nagisa estaba en el hospital por una razón desconocida le preocupaba mucho.

Llegó al hospital y con mucho nerviosismo a se acercó a la resepcion  encontrándose con un doctor.

—Disculpe ¿Conocé al doctor Sugino?

—Está hablando con el señorita ¿Qué desea?

—¿Dónde se encuentra Nagisa Shiota? —Sugino la miro sorprendido—. Soy su amiga necesito verlo. 

—No estoy seguro si el joven quiera tener visitas ahora —Suspiro—. Está comiendo.

—Por favor —Le suplico.

Sugino suspiro y le pidió que le siguiera.

—Gracias.

Caminamos por un largo pasillo y me explicó levemente que no tenía que hacer que Nagisa tuviera fuertes impresiones.

Cuando llegamos a la habitación se despidió y siguió su camino explicando que tenía otros pacientes por atender. Nakamura suspiro y tomó la perilla con la mano derecha, tenía muchos nervios no sabía que se encontraría al abrir la puerta ni como hablaría con su amigo.

Giro la perilla y abrió la puerta.

—Nagisa.

Fin del capítulo nueve.

Notas finales:

Gracias por leer <3


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