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Desde que regresaste por Nameless Princess

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Notas del capitulo:

Este capitulo es el correspondiente al del lunes de la semana pasada.  Probablemente dentro de unas cuantas horas publique el correspondiente al de este lunes. 

 

Lamento no haver susibo la semana pasada. 

"Eramos grandes amigos, pero conoció a mejores personas y nos convertimos en conocidos con recuerdos en comun"


Narrador Omnisciente.


—Nagisa...


¿Qué hacía ella ahí?


El peliazul la miro con temor. Quería salir corriendo en esos momentos. No quería que nadie lo viera, no en ese estado.


Los golpes eras demasiados y notorios, sin dejar aun lado la venda que tenia en la cabeza. Estaba demostrando mucha fragilidad.


No quería eso.


¿Por qué estaba ella en la habitación?


¿Por qué después de tanto tiempo volvió aparecer?


¿No me había dejado claro que ella ya no era su amiga?


—Nakamura.


Comenzó a temblar, ella lo notó.


Nakamura miró a su pequeño amigo, notando todos lo golpes que tenía y las vendas que poseía. ¿Quién lo había hecho?


Sintió un escalofrío recorrer su cuerpo al mirar directamente los ojos de Nagisa, estaban tan vacíos, sin vida alguna. Realmente no eran los mismos ojos brillos que el pequeño poseía hace unos años.


Se llevo la mano a la boca, aguantando la ganas de llorar. ¿Quién lo daño de esa manera? Se sitio culpable, si ella nunca se hubiera separado de él, probablemente todo esto nunca hubiera pasado.


Sin tan solo no hubiera creído ciegamente en aquel mensaje, sin tan solo hubiera escuchado a su amigo años atrás.


Se acerco lentamente a una de las sillas del lado izquierdo de la camilla. Los ojos de Nagisa miraban cualquier movimiento que hacía, la chica podía jurar que la veía con miedo.


—¿Puedo? —Preguntó refiriéndose al tomar asiento a su lado.


El pequeño solo asintió y la rubia se sentó.


Nagisa mantenía la mirada perdida en una parte de la habitación. Desde que la rubia entro a la habitación dejó de comer, los cubiertos estaban siendo apretados por sus manos. No sentía seguro comer junto con la rubia.


—Puedes seguir comiendo si así lo deseas.


—Así estoy...bien —Sentía su respiración muy rápida y agitada—. ¿A qué viniste?


—Mas que nada, quiero pedirte disculpas —Mordió el interior de su mejilla—. Tomé una mala decisión hace unos años y me aleje de ti, seguramente tú llegaste a necesitar de un apoyo pero al distanciarnos te lo negamos.


Nagisa no supo que responder.


—Nagisa —Bajó la miradas —. ¿Tú me odias?


—No te odio.


Se tranquilizó logrando regular su respiración y dejar de temblar.


—¿Estas seguro? Yo podría decir que me tienes resentimiento.


—Nakamura no le tengo resentimiento a nadie, yo supongo que tuviste tu motivo para actuar de esa manera, aunque no negaré que me dolió.


—Enserio lo lamento Nagisa.


El menor negó.


—Ya es pasado, tranquila.


Le sonrió.


—Nagisa ¿Por qué estas aquí? —El nombrado se tensó—. ¿Te asaltaron?


—¿Para qué quieres saber eso? —Suspiró—. No creo que sea algo de tu incumbencia.


—Estoy preocupada, realmente te ves muy mal ¿Quién te hizo esto?


—Mejor dime ¿A qué se debe tu visita?


Nakamura suspiró. En parte le cansaba la actitud de Nagisa, pero no decía nada. No era su culpa.


—¿Puedo preguntarte algo? —El asintió—. ¿Karma te ha mencionado sobre un mensaje?


Nagisa asintió y la miro con cierta burla. Ya estaba harto del maldito mensaje del que todo el mundo hablaba.


—¿Tú lo mandaste?


Una pregunta muy directa.


Nagisa soltó los cubiertos y cerro los puños con fuerza.


—Si digo que no, no me creen. Así que no sé qué responder.


—Por favor Nagisa, necesito que respondas con honestidad.


—Yo no sé nada de aquel mensaje—Susurro en voz baja.


—¿Que?


Preguntó al no poder oír lo dicho por su amigo.


—¡Yo no sé nada del maldito mensaje! —Dio un puñetazo a la bandeja de comida, alarmando a la rubia—. ¡Ya le dije a Karma y hasta a su Madre que no tengo idea de lo que hablan!


La maquina a lado de Nagisa comenzó a sonar con más fluidez. Su pulso se aceleró.


—Nagisa calmate, yo solo quiero aclarar las cosas, busco que se sepa la verdad.


Trató de acercarse para ayudarlo, pero se detuvo al ver los ojos llorosos de Nagisa. Nakamura contuvo las ganas de abrazarlo.


—¿Aclarar? Nakamura te juro que yo no tengo ni idea de que mensaje hablan.


Su voz se entrecortó y un sollozo salió de sus labios.


—Solo sé que ese mensaje me ha causado demasiado daño. Karma y su madre me odian seguramente por ello. Y hasta podría decir que tú me odiabas por lo mismo —Se señaló a sí mismo—. El que esté en este estado fue por culpa de Karma, la actitud que tiene conmigo por ese mensaje me ha llevado a esta situación o al menos eso es lo que creo.


—¿Nagisa a qué te refieres con que es culpa de Karma?


El menor suspiró y jugó con sus manos. No sabía si era buena idea contarle sobre Asano a Nakamura, sinceramente a nadie le había contado aquello. Solo Sugino lo sabía y era por qué siempre lo atendía cada vez que iba al hospital.


Mordió su labio.


—Nagisa puedes confiar en mí, deja que te apoye como no lo pude hacer antes.


—Estoy aquí por... Asano —Admitió con tristeza—. Él es un abusivo, me ha maltratado de muchas formas, pero últimamente lo hace con más frecuencia por la presencia de Karma, él sabe que siempre lo he amado.


Nakamura asintió.


—Y Karma últimamente ha tenido una actitud muy infantil y siempre queriendo molestarme. Nakamura enserio me ha dicho cosas muy feas —Sollozo mientras las lágrimas caían de sus ojos—. Dijo que se arrepentía de tener algo conmigo y la última vez que lo vi, molesto tanto a Asano que el desquitó todo su coraje contra mi.


Nakamura se llevó una mano hacia su boca, sorprendida. Ahora entendía porque Karma se veía muy inquieto el día de la boda, porque se la paso preguntando por Nagisa.


Estaba preocupado por el.


—Pues deja te digo que creo que está arrepentido de lo que hizo, el día de su boda estaba muy preocupado por ti Nagisa.


El menor se limpio los ojos, quitando las lágrimas y la miro.


—¿Arrepentido?


—Si, mira Nagisa, creeme que Karma es un idiota pero es que no es culpa. Poco después de que se mudó a Australia le llegó un mensaje que según era tuyo —El menor la miro confundida—. Creeme el número era de tu celular.


—Pero yo perdí mi teléfono.


Ella asintió.


—Lo sé, me lo dijiste aquella vez que nos vimos, pero yo no te creí —Sonrió con melancolía—. Es que el mensaje era muy duro sabes, ese mensaje rompió el corazón de Karma de una manera muy sorprendente.


—¿Qué venía en ese mensaje Nakamura?


—Tu le ponías que el siempre fue un juego para ti, que realmente nunca estuviste interesado en Karma, solo en la protección que te daba al estar a su lado. Pero sobre todo le ponías que le habías sido infiel.


Nagisa negó.


—Te juro que nada de eso es verdad, yo nunca le hice algo así a Karma, lo amo con todo mi corazón... Jamás jugaría con el.


La rubia acarició el cabello de Nagisa.


—Lo sé, lamentablemente me di cuenta tarde de que tú no podías haber mandado ese mensaje.


Nagisa bajo la mirada.


—Yo si le mandé un mensaje a Karma, uno donde le daba mi nuevo teléfono pero jamás obtuve respuesta, en ese momento yo creí que el estaba terminando nuestra relación, pero ahora resulta que creyó que yo le había sido infiel.


—Espera, a él no le llegó ningún mensaje.


La frente de Nagisa se arrugó.


—Eso es imposible.


—Tendre que hablarlo con el.


El reloj comenzó a sonar, indicando las seis de la tarde.


Mierda.


Nagisa miro la puerta con temor a que Asano fuera a entrar en cualquier momento y lo viera con la rubia.


—Nakamura necesito que te vayas —El tono de preocupación de su vos alertó a Nakamura—. No quiero que Asano te vea aquí, porque el... Porque el podría ponerse loco... Y yo.


La rubia tomó el hombro del menor y le sonrió, entendiendo lo que quería decirle.


—Esta bien me iré, no quiero causarte más problemas.


.               .                  .


 


¿Por qué Nakamura había pedido la dirección del trabajo de Nagisa?


¿Acaso si tenía pruebas de que el no fuera quien mando el mensaje?


¿El siempre había estado equivocado?


Esas eran las preguntas que albergaban en la mente del pelirrojo. Hasta había dejado de hacer su respectivo trabajo por esa duda que rondaba en su cabeza.


Tenía miedo de que las suposiciones de su amiga fueran ciertas, porque de ser así, el había sido un idiota que lastimo a la persona que más amaba. Le había dicho tantas cosas horribles a Nagisa, cosas que no eran ciertas.


Por ejemplo: El no estaba arrepentido de enamorarse de Nagisa.


Al contrario, estaba agradecido de que el menor apareciera en su vida, que le hiciera feliz.


Mordio la uña de su dedo pulgar y se recargó en el respaldo de su silla. Lo que más le preocupaba era haber provocado algo más que una pelea entre Asano y su esposo.


Por eso muy dentro de él deseo que Nagisa si hubiera mandado el mensaje, solo de esa manera no tendría remordimientos.


—¡Karma!


La puerta de su oficina fue derribada por su amiga rubia. Se veía muy agitada, como su hubiera corrido un gran maratón.


—¿Nakamura, por qué entras así?


Trato de sonar lo más seguro posible.


—Cierra la puerta por favor.


Nakamura bufó y cerro la puerta de un golpe. Se acercó al escritorio del pelirrojo sacando un folder azul y dejándolo caer en la mesa.


—Eso es todo lo que tengo —Suspiró—. Nagisa no envio aquel mensaje.


Karma sintió un hueco en su estómago. Sintió su mundo caer.


—¿Qué?


Fin del capítulo diez.


 
Notas finales:

Gracias por leer


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