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Desde que regresaste por Nameless Princess

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Notas del capitulo:

Pronto publicare la historia a Wattpad. Estoy terminando la portada así que cuando quede lista sera publicada en esa plataforma. 

Dentro de unas horas mas publicare el nuevo capitulo.

"Me destruyes y construyes a tu antojo"

Narrador Omnisciente.

¿Qué será lo mejor para regalarle? Mejor le invitaré a comer. Pensó el menor mientras manejaba a la oficina de su esposo.

Ese día cumplían un años de noviazgo, aunque más que ser esposos. Nagisa quería celebrar ese día por la amistad que tenía con Asano.

Los dos jamás se trataron como pareja durante ese tiempo, al contrario, parecían dos amigos que se había ido a vivir juntos para independizarse.

Después de todo Asano siempre respeto los deseos de Nagisa y sobre todo el amor que sabía que le tenía a Karma.

Asano era lo más cercano a un amigo que Nagisa podía tener. Después de perder a Karma y a Nakamura había quedado solo, pero gracias a una junta de su padre pudo conocer a su actual amigo Asano.

Al llegar a la empresa, saludo a Yuri, la secretaria principal de todo el lugar.

—Buenas tardes Yuri ¿Asano se encuentra aquí?

La bella mujer negó con delicadeza.

—Lo siento Joven Nagisa pero el joven Asano salio hace como quince minutos, me dijo que tenia algo importante que hacer.

Nagisa suspiró.

—Muchas Gracias.

Se despidió de ella y salió de las instalaciones. Su cabello se movía con fuerza por el la corriente del viento. Como odiaba tener el cabello largo.

Pero no podía hacer nada.

El único favor que Asano le había pedido como esposo y no como amigo, fue el dejarse crecer su cabello. Se hubiera negado, si su madre no le obligado a aceptar.

Saco una liga de su bolsillo trasero y ató su cabello en una pequeña coleta, para evitar que se enredara más.

Se subió a su carro y recargó la cabeza en el volante.

—¿Asano tenía algo importante que hacer? —Se preguntó así mismo.

El menor negó, eso tenía que ser imposible. Ese día en la mañana le preguntado a su esposo si tenía planes y el le dijo que no.

Saco su celular del pantalón y marco al teléfono de su pareja. No recibío respuesta alguna. Marco de nuevo y nada.

Lo mismo paso las siguientes cinco veces.

Suspiró dejando su teléfono aún lado. ¿Dónde estaría Asano, para que no respondiera sus llamadas?

Una idea vaga se cruzó por su mente y sonrió.

¿Y si su esposo le había preparado algo?

Probablemente Asano le había preparado algo —En su casa quizá—. Y por estar tan ocupado no podía responder las llamadas.

Seguramente era eso.

Con alegría, condujo hacia su casa.

Estaba muy feliz, al principio creyó que su matrimonio será una basura, peor no lo fue. Ya hasta había hablado con Asano para poder manejar el mismo la empresa de sus padres.

Después de todo siempre fue su sueño trabajar en la empresa Shiota y sacarla adelanté  como su padre lo hizo.

Llegar a su hogar, no se encontró con adornos o una mesa preparada para una cena. No se encontró con una sorpresa.

Todo parecía normal, a excepción del carro de su esposo que se encontraba estacionado afuera. Asano estaba en la casa, eso era seguro, sin embargo no hay señal de vida en su casa.

El piso de abajo estaba en completo silencio.

No obstante un ruido en el piso de arriba lo alertó. Probablemente Asano hubiera querido ir a descansar y sin quererlo se quedó profundamente dormido.

Subió a la habitación que ellos compartían, pero justamente al terminar se subir el último escalón. Un grito se hizo presente.

Nagisa podría ser inocente, pero no era un idiota.

Aquel no era un grito de dolor, era uno de placer.

Entonces pudo imaginar lo que estaba ocurriendo, sin detenerse y sin mostrado timidez abrió la puerta de su cuarto.

Su cara quedó completamente en blanco y sintió un fuerte dolor en el pecho.

Estaba descepcionado.

No podía creer que Asano le estuviera faltando el respeto de esa manera. Se sentía usado, como si todo ese tiempo he hubieran visto la cara de estúpido.

Asano se encontraba teniendo sexo con otra mujer. Penetrando la como si no hubiera un mañana y la otra, gemía cada vez por más.

Una escena deplorable.

La mujer dejo de gemir al darse cuenta de una tercera precensia y al instante trató de quitarse a Asano de encima. El mayor sacado de onda por la actitud de su acompañante volteo la mirada para ver lo que tenía tan inquieta a la mujer debajo de él.

Nagisa lo miraba con asco.

Enseguida salió de la mujer y escondió su hombría entre sus pantalones. Su acompañante se acomodó su prendas y salió de la recamara murmurando una pequeña disculpa.

Los dejo solo.

Ninguno dijo nada

—Nagisa...

Trato de acercarse al menor, sin embargo este lo empujó evitando que lo tocará.

—No me toques—Le pidió—. No puedo creer que me hicieras algo como esto ¿Como fuiste capaz de hacerme esto Asano?

Lo miro a los ojos esperando encontrarse con una pizca de arrepentimiento, no obstante el mayor lo miraba con irá.

Eso lo alertó.

Trato de retroceder para salir de la recamara, pero las manos de Asano lo pescaron tomándolo de los brazos y apretándolo con fuerza.

Nagisa tenía miedo.

—¿Cómo pude ser capaz? —Lo sacudió con fuerza—. ¡Todo esto es tu culpa!

—¿Mi culpa?

Trato de zafarse de aquel agarre, algo imposible por la poca fuerza que poseía.

—¡Yo nunca te he faltado al respeto! ¡Te he sido fiel durante todo nuestro tiempo de casados! ¡Somos ami...

Asano golpeó su mejilla con tanta fuerza hacíendo que el menor callera al piso.

—Asano —Dijo en voz baja completamente shockeado—. ¿Qué rayos te pasa?

Asano no le respondió, lo miro con odio dándole una patada en el vientre. Aquella fue su respuesta.

Tras unas patadas en la misma zona, su vientre comenzó a doler con más intensidad. Nagisa se asustó y tosió algo de sangre. Inconscientemente pensó en la pequeña matriz que poseía.

Si Asano le seguía golpeando en aquel lugar. Podría quedar estéril.

Su esposo lo tomo del brazo levantando lo con fuerza y con la mano derecha lo tomo del cabello.

—Oh cariño claro que todo esto es  tu culpa —Le dijo—. ¡Sin tan solo tú no fueras tan difícil, todo esto sería más fácil!

Nagisa negó sin poder entender lo que le decían, solo quería que Asano le soltara.

—¡No me puedes ver cómo tu esposo! Maldita sea Nagisa estoy harto de nunca poder llegar lejos cuando se trata de sí y sabes ¿Por qué?

Él no respondió.

—¡Responde!

Le gritó dándole una abofeteada en la mejilla izquierda.

—No.. no..sé

Asano bufó y jalándole del cabello lo arrastró hasta la cama donde lo avento sin cuidado.

Nagisa comenzó a temblar. Tenía mucho miedo, pues él nunca había visto a Asano en ese estado. Siempre había sido atento y amable, pero ahora ya no quedaba nada de aquel hombre.

Temía  por sí mismo.

—¿Ah, no sabes? —Nagisa negó con la cabeza—. Talvez sera porque te niegas a ser mi mujer en la cama todo porque sigues  esperando al amor de tu vida.

Dijo esto último con ironía. Nagisa se encogió de hombros.

—¡No sabes cómo me sacas de quicio! ¡Te niegas a ser mío solo porque esperas a tu querido Karma, aún cuando no sabes si él hace lo mismo que tú!

Sus gritos comenzaron a asustar más al menor y en poco tiempo lagrimas empezaron a caer por sus mejillas. Quería que alguien lo ayudara.

—Pero tranquilo cariño hoy dejare de esperar, es tiempo de que aprendas a quien le perteneces.

Nagisa negó con rapidez  y comenzó a retroceder.

—No —Le dijo con temor—. Eso no por favor.

Nagisa entró en pánico, su virginidad siempre fue algo que guardo para su persona especial. Siempre la guardo para el regreso de Karma. Sabía que no había nadie más indicado para tenerla que Karma.

No quería que Asano le quitara ese privilegio.

Por otro lado, si lo violaba y no se cuidaba terminaría embarazado. Nagisa no quería un hijo con Asano, no quería traer al mundo un bebe que la pasaría peor que el.

Retrocedió hasta chocar con la cabecera de la cama. Asano ya se había quitado sus prendas y ahora caminaba hacia su dirección 

El menor comenzó a negar y a retorcerse cuando sintió el cuerpo de Asano tocándolo. Pero aquello solo le provocó un golpe en su cara que hizo sangrar su nariz.

—¡Aquí se hará lo que yo diga pedazo de mierda!

Nagisa sabia que no tenia escapatoria.

Asano lo tomó inmovilizando su cuerpo. Se colocó  encima de el mientras lo besaba y tocaba con desesperación.

Los labios del mayor bajaron hasta el cuello del menor donde empezo a repartir mordidas las cuales eran muy dolorosas para el menor. Sentía como si le enterraran agujas en aquella sensible zona.

La ropa del pequeño fue arrancada de su cuerpo con agresividad. A jalones sus prendas fueron deshechas.

El llanto de Nagisa y sus suplicas se hicieron cada vez mas fuertes, Quería que parara, no quería que llegara a mas. Pero tampoco encontraba la manera para espaciarse.

Maldijo la hora en la que Dios decidió hacerlo doncel y tener un cuerpo débil.

De repente aquel llano fue remplazado por gritos de dolor. Los dedos de asano se enterraron en su piel, en sus piernas podía sentir las uñas de aquel hombre encajarse cada vez mas profundo.

Asano realmente queria marcarlo.

Grito lo mas fuerte que pudo, aquello de verdad dolia.

—¡Cállate!

Fueron las palabras de aquel hombre mientras le jalaba el cabello. Si tanto quería que se callara, entonces ¿Por qué  no sólo lo soltaba?

Eso era lo que pensaba el menor.

Aquella manos que demostraban superioridad bajaron hasta sus delgadas piernas blancas y sin ningún cuidado las abrió.

Con tanta fuerza que Nagisa temió que se le hubiera roto algún hueso.

Entonces el verdadero dolor llegó.

La primera estocada se hizo presente sacándole un gran grito de dolor.

La intromisión de algo dentro de el hizo que la espalda del menor se arqueara. Dolía como un demonio y aún más cuando el mayor intensificó la fuerza y rapidez con la que entraba y salía de su pequeña entrada. 
Sintió un líquido resbalar y rezó por qué no fuera sangre.

Lamentablemente si lo era y es que ese hombre lo estaba rompiendo.

Estuvo en la misma posición por un gran rato. Su garganta ardía mucho y ya no podía gritar, sus ojos seguían sacando lágrimas por lo que no lograba ver con claridad. Asano profundizó sus embestidas y se corrió dentro del menor.

Nagisa se quejó al sentir algo caliente en su interior. Aquello solo le quemaba y lastimaba más.

El pelinaranja salio del cuerpo del menor sin ningún cuidado y Nagisa agradeció que aquello hubiera terminado.

El sabia que su relación cambiaría totalmente desde aquel día. Nagisa ya no lo vería de la misma manera y Asano le agrediría con más frecuencia.

Cerró sus ojos con fuerza esperando dormirse.

Le habían quitado la virginidad de la manera más cruel que existía.

Fin del capítulo catorce.

Notas finales:

Gracias por su apoyo. 


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