Reiner.
Entre en silencio al departamento, mi compañero ya estaba dormido, era normal, ya pasaba de la una de la madrugada, tome rápidamente un cambio de ropa y una toalla para poderme dar una ducha, mientras lo hacía repase en mi mente con detalle lo que acababa de pasar horas atrás, no sabia exactamente como me sentía, solo podía repetir una y otra vez la visión de esas manos masculinas y hermosas tocándome, esos labios carnosos y sensuales besándome y la sensación tan extraña pero placentera que había sido tener el pene de ese chico dentro de mí, acababa de ocurrir y yo estaba ansioso por repetirlo, Eren era como una droga, de la cual iba a necesitar mas y mas aunque aún no era consciente de ello.
Luego de terminar mi largo baño fui directamente a dormir aun imaginando como seria pasar una noche mas con ese chico, y luego otra, y otra más.
A la mañana siguiente me levante a las 8am, no tenia clase hasta las 10, pero quería llegar temprano porque tenia cosas que hacer así que tras haber tomado un rápido desayuno y arreglarme correctamente Sali del departamento rumbo a la universidad.
Lo que si no me esperaba era que esa misma mañana vería de nuevo a Eren.
Al salir de casa por una grandísima coincidencia estuve a punto de chocar con el chico, nos topamos de frente en la acera, tenía el ceño fruncido, un cigarrillo colgando de sus labios y los ojos rojos, clara señal de que había estado llorando, me quedé mirándolo durante unos segundos algo sorprendido, y el casi gruñía.
-¿Qué miras?-me pregunto con palpable molestia en sus palabras-¿a este punto ha llegado tu acoso?, ¿enserio estas obsesionado?, así como pude follarte a noche también puedo molerte a golpes Reiner-un fuerte sonrojo se apodero de mi rostro, algunas personas que iban pasando por ahí habían escuchado y por supuesto que sus palabras me avergonzaban.
-No, no-dije acompañado por un ademan con las manos apoyando mi negación-yo vivo aquí-señale el edificio a nuestras espaldas-voy a ir a mi escuela…lo siento-ablando su gesto de inmediato, un poco perplejo y luego soltó una ruidosa carcajada, seguido de esto me abrazo por los hombros, aun riendo y después se hecho a llorar, si, ahí estaba esa encantadora locura y esos preciosos ojos que cambiaban con cada una de sus expresiones, su cambio tan repentino de humor me habían confundido un poco, pero a la vez me había parecido de lo más adorable.
-Lo siento, lo siento, no quise ser grosero-me planto un beso en la boca-no es un buen día-entrelazo sus dedos con los míos y comenzó a caminar en la dirección a donde se supone que yo me dirigía, lo seguí sin soltar el agarre, su mano estaba helada pero el contacto me gustaba demasiado como para pensar en soltarlo.
No dijo nada durante un par de minutos que me parecieron eternos, robamos un par de miradas desagradables, me sentía un poco incomodo, pero lo valía, por supuesto que lo valía.
-¿Por qué es un mal día?-decidí romper el silencio
-Tengo hambre-freno su paso frente a una cafetería-invitame el desayuno
-Claro, vamos-sonrió, una sonrisa triste pero encantadora o así la veía yo y luego me jalo dentro de la cafetería; pidió café, un plato de panqueques con tocino y huevos revueltos, un pan dulce y un baso de leche, yo solo pedí café negro mientras lo miraba comer.
-Ayer mi novio ha dicho que no le gusto ya…¿crees que soy bonito Reiner?-no me miro cuando hizo la pregunta, pero era genuina, se veía triste.
-Lo eres, eres hermoso
-Dijo que antes era mas lindo…que soy ruidoso y molesto, que mi voz ya no es la misma y que mi rostro le gustaba más antes, suele ser cruel conmigo…lo intento ayudar, pero solo me hace sentir mal y luego se larga, esta mañana se fue sin decirme nada-se llevo un bocado y luego otro a la boca, un poco enojado-tenia ganas de despedazar ese maldito departamento de mierda…pero después en su nota decía “te amo”, así que decidí dejarlo pasar.
-Si te pone triste no deberías seguir con el
-¡¿De que hablas?!-azoto las manos en la mesa, llamamos la atención de la encargada, lo tranquilice sujetándolo de las muñecas.
-Shhh, Eren tranquilo
-Estoy con el porque lo amo, ¿Qué mas quieres que te diga? Y se que el me ama, solo me pone triste que a veces sea tan cruel-una vez más, un par de lágrimas cayeron de ese par de esmeraldas que tenía por ojos y me dolió, no tienen ni la menor idea de como me dolió, el dolor en su mirada era tan real como los sentimientos que estaba desarrollando por él, aun sabiendo por primera instancia que el chico no estaba muy bien que se diga de la cabeza-¿en serio crees que soy bonito?
-Lo eres, muchísimo-sonrió un poco-¿Cuánto llevas con tu novio?
-Cuatro años-me trague la sorpresa, si eren tenía dieciocho años, eso significaba que estaba con el otro tipo desde los catorce.
-¿Cuántos años tiene él?-se encogió de hombros
-Veintinueve, ¿pero eso que tiene que ver?
-Nada, solo tenia curiosidad-nos quedamos en silencio mientras Eren terminaba su desayuno, luego pague y salimos del local-¿te sientes mejor?-asintió y nuevamente tomo mi mano.
-¿Por qué te gusto Reiner?
-No lo sé, solo me gustas-sonrió
-¿No te avergüenza caminar conmigo?-me encogí de hombros-no, realmente no-el resto del camino ninguno de los dos abrimos la boca, Eren me acompaño hasta la universidad, luego, cuando llegamos simplemente soltó mi mano y se fue caminando tranquilamente, que chico tan extraño era.