Draco acomodó el abrigo de piel sobre su cuerpo y se miró al espejo satisfecho con la imagen. Despertó la tarde anterior con dolor en las articulaciones, pero libre de las molestias del abuso físico propinado por Weasley.
La comadreja se ensañó con él por una tontería, y tampoco le permitió explicar que no había estado espiando. Aunque si le preguntaban, ahora sí tenía curiosidad por la conversación que sostenía el trío, y de la cual sólo escuchó a Ginevra cuestionar "si eso aceleraría el compromiso matrimonial".
En fin, ya lo sucedido no podía cambiarse, tal vez el secretismo era porque Potter preñó a la comadrejilla y ella se aseguraba de ser la Lady de la siguiente generación.
Recorrió la mansión saludando a quienes encontró en el camino, quería hablar con su padre sobre lo que pasaría después de esa noche, no deseaba volver a Hogwarts, las clases eran un asco, y todos lo acusaban de ser mortífago por los antecedentes de la familia Malfoy, además, la actitud obsesiva de Potter que lo perseguía hasta para ir al baño, lo tenía al borde del colapso, no sabía si las insinuaciones que le hacía eran reales o si las mal entendía.
De igual manera, su futuro rol en el Clan le permitiría retirarse de la escuela y estudiar en el refugio, establecerse en Noruega sería disfrutar de una libertad que en Inglaterra con el señor Tenebroso nunca podría.
Además, con la revelación de su subgénero las nuevas responsabilidades incluían enseñar a Luna Lovegood, la hija de Xenophillus, quien era la segunda en línea de sucesión al cargo, y qué mejor lugar para aprender con la asesoría de los lobos ancianos. Lo otro era la posibilidad de darle el puesto si Draco deseaba renunciar y seguir una vida distinta, pero como Malfoy sabía que sólo una circunstancia demasiado grave lo obligaría a tomar esa decisión.
Llegó al despacho de Lucius donde escuchó voces que convertían la conversación en lo que parecía una pelea entre el chamán, Severus y su padre. Draco redujo al máximo su aura mágica para escuchar sin que lo percibieran.
—¡No pueden seguir con esto! —demandó Sloven. Al ver qué los otros dos guardaron silencio continuó más calmado la disertación—. Draco y ustedes merecen la verdad, hoy deben acompañarlo. ¿Qué le dirán cuando no vea a Narcissa? Les daré hasta las tres de la tarde, de lo contrario, seré yo quien hable sobre la identidad de su madre.
El menor se escondió dejando pasar al lobo mayor que parecía preocupado por la situación, no se le hizo extraño ver a Severus ya que siempre estuvo presente desde que tenía memoria, sin embargo, saber que conocía a su verdadera madre le causó un poco de resquemor, porque hace mucho pudo acabar con esa farsa de hogar en donde vivía.
Perdido como estaba en sus pensamientos Draco no se percató de la presencia de Lucius, que lo observaba con culpa.
—¿Cuánto escuchaste Dragón?
—Que deben decirme la verdad sobre tu Omega, mi madre.
El mayor de los Malfoy afirmó con la cabeza, le solicitó seguirlo mientras Severus los acompañaba a una prudente distancia.
—La historia la debe contar otra persona, por mi parte he decir que fui citado en Gringott por Dumbledore.
Draco comprendió que esa persona sería su padrino, vio partir a Lucius que prefirió Aparecer por estaciones para despistar a cualquiera que deseara entrar a la zona del refugio.
Severus siguió la caminata hasta uno de los miradores, los fiordos eran relajantes en la medida que te acostumbrabas a su majestuosidad.
La voz profunda de Snape atrajo la atención del menor que recién se fijó en el atuendo del hombre.
Una capa blanca con el bordado de dos escudos fusionados, uno de estos era el Malfoy, el otro presentaba una "P" en plata y negro.
El cabello negro de Severus estaba recogido en una coleta alta y que dejaba ver su cuello con el collar que los Omega comprometidos portaban, y en el color distintivo del Clan de Invierno, suficiente para saber que poseía un cargo alto en la jerarquía de la manada.
—Mis padres se conocieron en el mundo muggle, él era un militar y ella la única hija del matrimonio Prince —Draco se dio cuenta que no había ningún sentimiento en la narración, parecía una historia ajena al hombre que la contaba—. Crecí en un hogar cariñoso, pero las cosas cambiaron desde mis seis años con la primera explosión de magia accidental.
Para Draco la vida de su padrino era un misterio, el hombre habló del maltrato que sufrió por parte de su padre, que desquitaba la frustración en él por la mentira de Eileen, a quien el pocionista describió como una víctima del amor obsesivo, uno que le impidió priorizar su dignidad y la vida de su hijo.
—El día que Tobías rompió mi nariz corrí hasta mi refugio en un bosque cercano a la casa donde vivíamos en un barrio llamado La Hilandera, ahí conocí a quien sería mi mejor amiga de niñez y de quien creí estar enamorado en mi adolescencia.
Para el Draco fue sorpresa saber que la madre de Potter y su padrino compartieron una amistad similar a la que tuvo con Teddy, y que su relación terminó por terceras personas.
—Lily resultó ser rencorosa, y se vengó porque la llamé Sangre Sucia, cobrándome también los desplantes que de parte de los Slytherin recibía.
Severus se abrazó cuando habló del ataque de Remus la noche de su primer cambio, y como Dumbledore lo obligó a esconder la información con una deuda de sangre que hizo efectiva con el cuidado del Niño Dorado.
Draco apretó los puños cuando Snape alzó los hombros argumentando que en ese momento poco le importó porque pensaba que así recuperaría a su mejor amiga.
—Fue un error, la noche de la graduación Lily me invitó a una taberna en el callejón Diagon, como símbolo de paz me pidió entregarle mi varita y así lo hice.
El platinado menor lo abrazó para reconfortarlo, aún percibía el dolor por la traición, uno que no se igualaba al de los golpes e insultos que recibió, y el oír a Lily llamarlo Snivellus. Esa noche conoció al señor Oscuro, él curó sus heridas dejando como recuerdo la nariz que por segunda vez le rompieron.
—¿No fue suficiente para pagar la deuda de vida?
Snape negó solicitándole que oyera hasta el final sin interrumpir.
—Al acabar podrás juzgarme, y yo aceptaré el veredicto.
Draco asintió a sabiendas que lo que estaba por escuchar involucraba a la persona que era su madre, la Omega que lo abandonó con Narcissa.
«Severus recibió la noticia feliz por su logro. La titulación como Maestro de Pociones y la prueba de defensa fueron suficientes para obtener el cupo en el grupo que el Clan de Invierno seleccionaba para antes de la ceremonia de relevo de poder. Abraxas Malfoy dejaba el cargo y se lo pasaba a su hijo Lucius, lo único que faltaba era el anuncio del embarazo de Narcissa y tras el nacimiento del heredero, la ceremonia se efectuaría.
Snape entró a su habitación para arreglarla y tener listo el vino élfico que juró destapar y beber con su único amigo cuando esa ocasión se diera. La alegría desapareció al encontrar sentada en la cama a Lily que lloraba pidiendo su ayuda.
Por la amistad que compartieron, su lobo se removió, pero también le advirtió que algo no andaba bien. Debió atender esa advertencia, Lily empezó a gritar fingiendo que la violentaba, quiso hechizarla, pero la magia del bebé en el vientre de la pelirroja lo detuvo.
Un nuevo grito y de repente Severus se vio contra el suelo inmovilizado por un Incarcerous que lanzó Potter, por primera vez no lo culpó, era la magia del Alpha exigiendo su vida por lo que supuestamente le hizo a la Beta y a su cachorro».
Snape observó a Draco, el chico trataba de asimilar lo que narró, pero sin duda no le encontraba relación con su gestación.
—Potter enfurecido por la ofensa me amenazó diciendo que me enseñaría a respetar y mantener el lugar que siempre ocuparía, el del fenómeno grasiento de las mazmorras.
«Snape reconoció a la tercera persona en su habitación, Remus Lupin apoyaba lo dicho por su amigo invitándolo a cobrar el precio justo por la deshonra, nadie se lo reprocharía ya que actuaba según como la tradición lo ordenaba.
—Sal Moony, y lleva a Lily a enfermería, el agraviado es el único que cobrará la deuda.
El rubio asintió alejando a las personas en la puerta, reparó la pared y alzó las protecciones para que nadie pudiese pasar.
James observó al Alpha que intentaba soltarse del hechizo. Era imposible, una variante que sólo conocían los Aurores.
—Mereces la muerte, pero eso sería un premio para ti —susurró con calma—. Existen castigos peores que desprestigian a un Alpha, y la decisión de seguir con vida es tuya.
Snape percibió como las cuerdas se soltaron, Potter tiró la varita y lo invitó a pelear de la forma en la que el Auror tendría la ventaja, fueron pocos los golpes y ya lo tenía sangrando y en el piso doblado del dolor.
James rasgó la túnica del pocionero, y en el cuello desprovisto de protección desgarró con una mordida la glándula de olor y reguladora de hormonas que lo identificaban como Alpha.
Severus aguantó las ganas de gritar, apoyándose en la pared se levantó para enfrentar a su némesis y burlarse.
—Eres un cerdo arrogante, ni siquiera te has dado cuenta de la mentira —tomó aire y comenzó a toser sangre, moría, pero no se iría sin recalcar a Potter el error que cometió—. Disfruta la vida, olvídate del sueño que perdiste por defender a tu zorra.
La mano de Potter cambió a una garra que propinó un zarpazo atravesando superficialmente el cuello de Snape, la sangre emanó uniéndose con la que ya brotaba de la glándula.
Severus cayó de nuevo resbalando por el muro, ninguno de los que se encontraban afuera detuvieron al Alpha que demostró su valía en el instante que abandonó la habitación, el cuerpo sangrante quedó en el olvido porque ese era el precio para quienes habían cometido la ofensa.
El pocionista cerró los ojos y pensó en Eileen, pronto se reuniría con ella, y así, se entregó a la muerte».
Draco se sintió incapaz de modular palabra, conocía las tradiciones, pero se le hacía difícil creer que James Potter, un traidor a la sangre, fuese capaz de apegarse a una y hacerla valer de tal forma. Dumbledore era tan manipulador como Voldemort, e incluso podía en esos instantes odiarlo un poco más, ya que inventó una deuda de vida y la estaba cobrando a pesar de haber sido saldada en dos ocasiones.
De pronto una idea cruzó su mente y sus ojos miraron a Severus con terror, no podía ser verdad, eso sería su perdición.
Primero porque la mujer era la antítesis de todas sus creencias, y segundo, la posibilidad de que él y idiota de Harry Potter fueran hermanos cerraba la puerta a la emoción que su lobo parecía querer aferrarse incluso antes de despertar por completo.
Severus pareció entender el dilema mental del menor y sonrió por la idea tan descabellada y sin fundamento en la que desembocó. Así que continuó el resto para asumir de una vez por todas las consecuencias de guardar un secreto como ese por dieciséis años.
—Lucius llegó cuando pensaba que moriría y mi cuerpo se le daría a los cuervos.
«Malfoy caminó por entre las personas que abandonaban el pasillo murmurando lo acontecido entre Potter y Snape, muchos conocían la rivalidad que traían desde Hogwarts, y se preguntaban porque Lily Evans buscó al pocionista generando que el conflicto olvidado reviviera.
Malfoy apresuró el paso, hallando en la habitación a Severus desangrándose. Cerró la puerta sellándola con hielo, lanzó hechizos sobre el hombre para detener la hemorragia y sanar los golpes, pero la herida en su glándula no tenía solución con magia, pronto el último de los Prince moriría.
Se arrodilló ante el mago que siempre consideró un amigo, el único que conocía la realidad de su matrimonio con Narcissa y la obligación que tenía que cumplir con ella en el momento que se le exigirse un heredero, la preñaría como hombre, porque el lobo blanco la rechazaba ya que portaba la marca de Lupin.
De repente una de las manos de Snape apretó su camisa, y murmuró la petición.
—¿Es lo que quieres?
Severus asintió. No le daría el gusto a Lily de vivir a costa de la mentira que inventó, con su presencia le recordaría el error que cometió al traicionarlo.
—Tu lobo debe aceptar Sev, y sabes que se requiere más que la mordida.
A pesar del dolor y la pérdida de sangre, Severus era consciente del riesgo, apartó un poco a Lucius, respiró profundo para pronunciar lo que se le pedía y cambiar de forma.
—Te aceptó MI Alpha.
El lobo negro de ojos ónix se tambaleó y trató de liberar algo de sus feromonas, el platinado tragó saliva y procedió a transformarse.
No hubo necesidad del reconocimiento inicial, la postura de Severus le concedió el permiso al lobo blanco que le penetró de inmediato, el Alpha de Malfoy aulló de felicidad por encontrar un sumiso sin marca ni aroma.
El instinto prevaleció sobre la cordura y pronto se sumergieron en el calor del sexo que culminó con la mordida del lobo blanco en la glándula desgarrada del lobo negro y su anudamiento.
Las lamidas cariñosas adormecieron a Severus que intentó no perder su forma animal, era necesario para su completa recuperación, moviéndose más hacia el Alpha, gimió pidiendo su protección, y caer en un sueño profundo».
—Desperté una semana después, mi cuerpo se regeneró y transformó —comentó Snape con algo de vergüenza—. Sloven explicó que mi lobo al verse al borde de la muerte aceptó a quien reconoció como su primer y único Alpha por la manera cómo Lucius nos trataba desde que nos volvimos amigos en Hogwarts. Loki, el dios guardián del Clan, me dio la bienvenida con un doble regalo, me salvó renaciendo como Omega y con los días supe de tu existencia.
Draco retrocedió ante la mirada de su padrino. Años de tenerlo a su lado, de estar pendiente de su vida, y tan lejos del deber de madre.
—¿Por qué? Años de ver cómo Narcissa me trataba, de las exigencias ridículas que hacía y las comparaciones con... —para Draco todo se esclareció, tantas personas unidas por una mala decisión de una.
—Lucius la amó desde que se conocieron, le pidió matrimonio el día de la graduación y para la noche de bodas se enteró que había sido marcada por Lupin.
—Ella...ella ¿Lo sabe? Lo tuyo con padre.
Severus sintió esa nueva designación que hizo a Lucius era el primer paso que daba el cachorro para perdonarlo y aceptar que era su madre.
—No, Narcissa se sintió ofendida cuando Abraxas le aclaró que no harían público el engaño por su bienestar, los Black no serían tan condescendientes con la infidelidad y menos con el hecho que se dejó marcar por un mestizo desheredado como Lupin —Snape enfatizó el nombre del amante de la mujer para que Draco comprendiera la magnitud de la falta—. Lucius creyó que dándole tiempo la relación mejoraría, pero ella siguió con su Alpha y todo empeoró cuando se embarazó.
Para Draco era ver un lado desconocido de los adultos, sin importar la causa, cada uno de ellos habían manipulado para obtener lo que deseaban, lo que no entendía era la razón de que Snape nunca dijera que era su madre.
—La profesora Sybill lanzó una profecía, una que te colocaba en riesgo, a ti, a Neville Longbottom y a Harry Potter. Nunca la escuché completa sino hasta hace unos días, por eso Lucius fue capaz de obtenerla antes del enfrentamiento en el Ministerio. —Snape observó a su hijo y bajó la cabeza, lo amaba, y nunca midió las consecuencias de las mentiras que se acumulaban—. Después de la muerte del Omega de Sirius Black acordamos que él te protegería pasando información de lo que la Orden del Fénix hiciera, mientras yo fingiría arrepentimiento y haría lo mismo con Voldemort, había una gran posibilidad de que se adelantará el parto y que nacieras antes de los primeros días de agosto.
¿Protección? Pensó Draco con disgusto, no la necesitaba, él sería un Alpha, uno tan fuerte que le temerían cuando mencionarán su nombre cuando fuese a tomar venganza. Y los primeros en su lista era James Potter y su esposa, Lily, nadie se metía con su familia.
Por el momento necesitaba procesar todo lo que escuchó, sabía que Severus le daría el tiempo hasta que aceptará su realidad.
Draco pidió permiso y se retiró, mientras caminaba rumbo a su habitación, en su mente una nueva preocupación surgió ¿Qué fue tan importante que Dumbledore exigió la presencia de su padre en Gringott?