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Castigo Divino por Mascayeta

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Al día siguiente en la carretera que terminaba a la entrada del Parque Natural, la mujer apagó el cigarrillo mientras veía a quien esperaba descender del coche, el riesgo de ese encuentro era para ambos si los encontraban juntos prácticamente delatarían el complot; además, debía cumplir con sus obligaciones, y por lo visto para quien le sonreía con descaro, eso y nada era lo mismo.

Le pasó las fotografías y le indicó que papel estaban desarrollando, se detuvo en dos en particular.

—¿Quién es el Elegido?
—Estos cumplen con los requisitos, Takahashi y el hijo de un Beta, un chico llamado Nikolái.

Regresó a las imágenes y detalló los rasgos de los jóvenes, nada podía distinguirlos de dos simples Omega. 

—Quiero al guardián principal con vida —el gesto de la mujer le demostró que no tenía ni idea quién de los tres Omega con entrenamiento podía desempeñarse en ese rol.

Los tres hombres, mostraban capacidades para serlo, Henmi fue descartado porque su contacto con cualquiera de los jóvenes de los Resguardos siempre fue mínimo, no obstante, la profecía no determinaba el lugar donde podría encontrarse o en qué familia nacería.

—Cada uno debe tener un destinado, pero nadie asegura que se encuentra en el Resguardo, sería lo único que pudiese hacerlos caer en la desesperanza por no establecer el vínculo —habló la mujer señalando de nuevo a los dos castaños.
—Los conoces, trata de poner una trampa más acordé al carácter de Onodera y Kamijou, el tercero es quien me preocupa.
—El aroma de Misaki... —dicho más para ella que para el otro, recordó como el Nephrite despedía las feromonas de quién se creía muerto, un Omega Puro.
—En cuanto al híbrido, Haruhiko debe hoy antes de la cacería hacer lo que el Consejo le ordenó, esto provocará que el Elegido sea descubierto.

La mujer asintió, el Ojos Rojos debía obedecer a su padre y reconocer a la loba Alpha como su pareja, ella nunca había dejado de insinuársele, pero el comportamiento con Yasuda la noche anterior ponía en riesgo la decisión del mayor de los hijos de Usami.

—Fuyuhiko y los demás llegaremos en helicóptero mañana poco antes de la ceremonia, para esa hora debes tenerlos identificados —anunció el hombre con tranquilidad.

—Mis razones son claras, más de uno no desea convertirse en humano, además de quererlo a él, pero ¿las tuyas?

—Tenemos hasta Aíma para evitar la profecía, si logramos que otros hagan el trabajo sucio, quizás podrás tenerlo —fue toda la respuesta que obtuvo para quedar a esperas de lo que sucediera hasta la noche.

Revisó la carpeta de nuevo, contó las fotografías y notó que faltaba una, desafortunadamente no recordaba cual. Quiso entenderlo como las razones del hombre que acababa de marcharse, al fin y al cabo, tendría tiempo suficiente para comprender que quería en realidad el líder de quienes se apodaron "Rebeldes".

Advirtió la hora decidiendo que era mejor apurarse a volver al Resguardo, pronto notarían su ausencia y más por las funciones que tendría con las lobas Beta y Delta. Colgó la mochila en su espalda desnuda para transformarse y avanzar lo más rápido posible, al llegar se cambiaría para seguir ejerciendo su papel de indiferencia.

 

Esa mañana en la Casa de Gobierno comenzó tarde por los sucesos de la madrugada. A las diez Yasuda bajó al comedor disgustado, asumió que Risako se habría ido temprano para no cruzarse con ninguno de los habitantes de la casa y evitar cualquier comentario por acostarse con él.

Al ingresar encontró a Kirishima quien tomaba su desayuno mientras leía un diario. Pidió un café negro sin azúcar para sentarse y burlarse un poco del castaño que pregonaba a los cuatro vientos ser fiel a su esposa fallecida.

—Por lo visto Miyagi y tu disfrutaron del ruso —Zen colocó el periódico sobre la mesa para saludarlo y continuar su desayuno—. Nunca había sido testigo de cómo un Alpha provocaba el celo a un Beta, pero menos pensé que compartieras una presa.

—El único que comparte aquí eres tú, Risako es la próxima pareja de uno de los líderes y no te importó dormir con ella a unas puertas de su prometido.

La carcajada de Yasuda inundó la estancia, más porque quien había defendido a Kirishima era el sumiso secretario de Fuyuhiko Usami, mientras se acomodaba junto con su hermano, y pedía jugo para ambos.

—¿Lo dice aquel que acaba de sentar a su conquista a nuestra mesa? —habló con sarcasmo y liberando sus feromonas para intimidar al Nephrite—. Eres infiel a Manami y con un chico que lleva pocos años a tu hijo.

Takahiro agradeció a la servidumbre y, en la medida que organizaba el desayuno de Misaki y el propio, respondió a la insinuación.

—Parece que no recuerdas a mi hermano Misaki Takahashi, lo cual es lógico ya que la última vez que lo viste tenía ocho años —Gou se sorprendió de como pasaba el tiempo, de repente se sintió viejo—. Sobre la otra estupidez que dijiste, sabes que Manami es mi amiga y Mahiro —enfrentando al Alpha aseveró con frialdad—, sabes mejor que nadie que no es mi hijo, ya que tu si pudiste conocer muy bien al Ojos Grises que fue su padre.

Yasuda llevó el tenedor a su boca, vaya que le sorprendió Takahiro con las respuestas, sin dejar de comer detalló al supuesto Alpha delante suyo, se parecía demasiado en la contextura a su expareja, y sabía que debajo de la ropa una talla más de la debida, el cuerpo que ocultaba debía ser igual de lujurioso, al fijarse en eso, decidió hablar de nuevo.

—¿Seguro que eres un Alpha? No puedo esperar a ver tu aura y el lobo en que te convertirás.

El hombre comenzó a toser por la pregunta indiscreta y posterior aseveración, siendo socorrido de inmediato por Misaki que hasta el momento había estado como espectador por la orden mental de su hermano, Kirishima se levantó con la misma intención, pero Takahiro le detuvo. Al querer responder una de las mucamas entró informando la llegada de Hiyori con el señor Miyagi.

Zen pidió permiso para correr al lado de su cachorra, la niña parecía haber despertado sin recuerdos claros de lo ocurrido la noche anterior, algo que Sorata le advirtió cuando hablaron. De inmediato la cargó para llevarla a su habitación.

—Lo siento padre, no sé cómo salí y me perdí...

—Estas creciendo, a todos los lobos nos pasa antes de nuestro desarrollo —respondió para tranquilizarla, la niña asintió para ver cómo el gato negro y blanco del día anterior se acomodaba a su lado.

—Anoche el hijo del profesor y Sorata se quedaron a dormir cuando fuimos a buscarte —el mínimo lamió la mejilla de Hiyo provocando sus risas, la rasposa lengua se sintió extraña pero reconfortante—. Descansa, tengo que hablar con el tío Miyagi.

El beso en la frente de su hija fue respondido con la liberación de un delicioso olor a manzana verde, por lo menos sabía que su niña sería una loba, y solo hasta que cumplirá con su misión como Selene podría transformarse.

Miyagi que lo esperaba en la cocina, decidió comer algo de lo que preparaba la Beta que siempre le consentía con los manjares, pero su mano fue golpeada por el cucharón con que movía en lo que sería una deliciosa sopa. Obligándolo a sentarse en la mesa de servicio, le fue pasado un plato que devoró sin contemplaciones.

Yasuda lo observaba desde la puerta, al igual que hacía unas horas, el leve aroma de su expareja se encontraba impregnado en su hermano.

Con cautela se aproximó al divertido hombre que pedía más como si fuese un niño goloso, la infantil actitud tenía a las mujeres de la cocina embelesadas por la picardía del pelinegro que conocía muy bien sus dotes de conquistador.

«¡Detente Gou!»

«¿Está vivo? —respondió también usando la voz—. ¡Mi amado Takafumi está vivo!»

La forma como Yō golpeó la mesa, hizo que la Beta ordenara a las chicas salir del lugar.

—¡¿Tu amado?! Hasta donde recuerdo agradecías que él y su manada hubiese sido asesinada —gritó el Miyagi provocando que Gou se recogiera sobre si—. Nunca vuelvas a decir que lo amabas, si hubiese sido así, en este momento estarías a su lado.

—Cada uno tiene su historia hermano, no me juzgues sin saber mi versión.

Miyagi apretó el puño, nada justifica causar dolor a otro, y a su parecer, tampoco la actitud que tuvo Yasuda.

—Si es verdad, quién debería saberlo es él y su destinado.

Eso último sacudió el orgullo de Gou, sin embargo, se recuperó rápidamente para cambiar sus objetivos: Saber donde se hallaba Takafumi y deshacerse de su supuesto destinado.


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