Cuatro horas después, el evento de firmas y promoción del libro terminó. KangIn estaba sentado en las escaleras de entrada al museo con un cigarrillo camel bailando suavemente entre sus labios, en realidad sus pulmones habían muerto hacía mucho tiempo, así que la nicotina no podía dañarlos, pero era extraño como un cigarrillo si podía calmar sus nervios o hacerle sentir tranquilo.
- Al parecer soy adicto a esta mierda - Se dijo así mismo aspirando una bocanada de humo - Como un entupido mortal - Agregó exhalando el humo. Llevaba fumando más de 15 años y realmente notaba que le hacía falta, sobre todo en las noches cuando la soledad se afianzaba más que nunca. Se preguntó que otro tipo de sustancias podrían hacerlo adicto aún siendo inmortal.
- ¿Fumas? - Dijo de pronto una voz atrás de él. La identificó inmediatamente, era LeeTeuk, después de 4 horas, finalmente salía del evento. Era más de la media noche, sólo restaban unas 4 o 5 horas antes de que el amanecer lo tomara por sorpresa, cosa que en definitiva no podía permitir que ocurriera. Él ángel se sentó a su lado en la escalera, esta vez su rostro era el mismo de siempre, había quitado el hechizo puesto que la gente había salido hacía unos minutos del lugar.- ¿Sabes que te puedes volver adicto si lo haces? -
- Oh… ¿en serio? - Preguntó con ironía aspirando profundamente ese pequeño tubo de veneno.
- Ni se te ocurra probar la heroína o algo que tengas que aplicarte directamente en las venas - Le recomendó LeeTeuk con una sonrisa y tomó la mano con la que KangIn sostenía el cigarrillo y aspiró el cigarrillo levemente. Lo retuvo unos segundos y dejó escapar el humo suavemente.
- Un ángel que fuma… eso si que es nuevo - Exclamó KangIn - Parece que sabes mucho de estos temas… ¿Acaso te drogas? - LeeTeuk soltó una risita.
- He tenido que interpretar muchos papeles en todas las misiones en las cuales he participado y en unas cuantas me he visto en la necesidad de fumar para hacer más creíble mi personaje - Explicó LeeTeuk - Sobre la Heroína… lo digo por ti, porque la sangre es lo que te mantiene con vida, si le metes alguna de esas tonterías inventadas por los humanos, seguramente te convertirás en un adicto y terminarás tus noches buscando desesperadamente entre callejones una dosis de Heroína antes de tan si quiera pensar en ‘cazar’ -
- Tendré en cuenta el consejo, gracias - Respondió irónicamente KangIn volviendo a fumar.
- ¿Estás… enojado? - Preguntó finalmente LeeTeuk con un suspiro. KangIn dio una última y profunda aspiración a su cigarrillo antes de tirarlo muy lejos a la calle.
- No, es sólo que he estado esperándote por más de cuatro horas y la noche se acaba para mi - Explicó soltando el aire que aún quedaba en sus pulmones formando una nubecita gris que se esparció en el cielo nocturno.
- También era tu exposición ¿Por qué no haz simplemente disfrutado de la velada? - Preguntó el ángel comenzando a molestarse con la actitud del otro.
- Me importa una mierda la exposición, me importas tú, he venido aquí porque quiero estar contigo - Respondió KangIn tomándolo por los hombros, observándolo directamente a los ojos, la expresión de LeeTeuk parecía entre perpleja.
- Si realmente te importo, deberás aprender aceptarme tal y como soy, también a aceptar mi trabajo - Explicó fríamente, sin levantar la voz, fríamente como si eso se lo dijera a todo el mundo todos los días - Además la paciencia es un don de Dios y yo…-
- ¡Pues lamento no ser tan perfecto como tu! - Lo interrumpió KangIn - Consíguete un ángel que tenga una paciencia infinita entonces, como puedes ver, no soy tan perfecto - Agregó girando la cabeza, de repente se sentía muy molesto, él se había pasado toda su vida buscando a ese ángel tonto, cientos de años buscándole, LeeTeuk no entendía lo que significaba para él finalmente estar ahí esa noche, quería besarlo, quería poseerlo hasta el cansancio, quería recuperar todo ese tiempo perdido, pero en vez de eso, estaba simplemente ahí esperando durante cuatro horas, porque para LeeTeuk un evento diplomático era una prioridad, ahora la noche se acababa y él tendría que regresar a su refugio ¿Era eso justo?.
- Ven conmigo - Dijo entonces el ángel sin responder a lo que KangIn había dicho y lo tomó de la mano, levantándose de la escalera y empujando al vampiro para que lo siguiera.
Caminaron por la calle, por varias cuadras, antes de girar en un callejón sin salida muy oscuro que terminaba en una pared con varios contenedores de basura. KangIn aún molesto lo siguió hasta allí en silencio, LeeTeuk se paró frente a la pared del callejón, cerró los ojos y comenzó a hablar en el lenguaje de los etéreos. KangIn abrió los ojos con sorpresa, pocas veces había escuchado esa lengua y en esas pocas ocasiones había visto morir a varios vampiros y otras creaturas. Los ángeles hablaban en esa lengua cuando iban a realizar conjuros poderosos, generalmente conjuros que podían matarte en cuestión de segundos, el miedo lo sobrecogió como una lengua invisible de fuego y le soltó la mano a LeeTeuk inmediatamente. Entonces notó como el aura del ángel se hacía más brillante y los rodeaba a ambos.
Entonces la pared de ladrillos comenzó a fluctuar, como si estuviera hecha de agua, los colores comenzaron a mezclarse en un remolino. Ahora KangIn parecía un cachorro asustado, quería salir corriendo de ahí lo antes posible, pero de repente, LeeTeuk se quedó en silencio y un enorme agujero oscuro se abrió ante ellos bordeado por unos hilos de brillante luz amarilla. LeeTeuk se giró y su rostro brilló paulatinamente con la luz del portal que había acabado de abrirse.
- ¿Que… que estás haciendo? - Chilló KangIn y su voz sonó aguda por el miedo, LeeTeuk sonrió, pero su sonrisa lejos de tranquilizarla sólo lo asustó más.
- ¿Quieres follarme? - Preguntó el ángel y KangIn se sorprendió tanto con la pregunta que se demoró unos segundos en responder.
- Si… - Respondió dubitativamente. ¿A que demonios venía esa pregunta tan fuera de contexto?
- Entonces ven conmigo - Dijo LeeTeuk y lo tomó de la mano
- ¡E…espera! La noche se termina para mi - Exclamó KangIn azorado, un viaje sería absurdo considerando de que en unas horas el sol saldría y él tendría que buscar n refugio para dormir.
- A donde vamos… el tiempo no es un problema - Explicó LeeTeuk con una sonrisa afable - Confía en mi - Agregó apretando su mano suavemente, KangIn le devolvió la sonrisa un tanto intranquilo - Y no quieras pasarte de listo - Finalizó. KangIn tragó saliva con la última amenaza, pero decidió ir tras el ángel y así fue como entraron en el agujero.
***
Lo primero que sintió fue unas terribles ganas de vomitar, ya no recordaba muy bien esa sensación porque desde que se había convertido en vampiro ya no había vuelto a vomitar, pues nunca comía. La sensación le hizo sentir humano por unos instantes. Cuando abrió los ojos luego de unos segundos de esa desagradable sensación, la luz intensa de un inmaculado blanco lo cegó. Estaban en un infinito corredor resplandeciente que se extendía hasta perderse en el horizonte, las paredes y el suelo eran tan blancos y tan perfectamente pulidos, que se perdían y era difícil saber cuando terminaba uno y comenzaba el otro. A lo largo del pasillo había infinidades de puertas si podía llamar de alguna manera a esas inscripciones en idioma etéreo en la pared en forma de arco.
- ¿Dónde… estamos? - Murmuró KangIn y comenzó a caminar al lado de LeeTeuk por el pasillo.
- En un pasillo atemporal del mundo Etéreo - Explicó LeeTeuk - Quizás hallas escuchado hablar de este lugar - KangIn asintió - Se que los vampiros y otros inmortales tienen un conocimiento parcial sobre esto porque tienen espías, pero hasta este momento, ningún inmortal diferente a los ángeles, arcángeles y Arcanos, había entrado en este lugar -
- ¿Entonces porque me has traído aquí? - Preguntó KangIn.
- Porque es la forma más rápida de viajar - Explicó el ángel y luego se giró con una amplia sonrisa - Y porque confío en ti - Finalizó. Eso era verdad, se estaba jugando el pellejo dejándolo entrar en ese lugar, si lo descubrían la catástrofe podría ser de proporciones descomunales. - Cada uno de estos arcos, son ventanas hacía distintos lugares en este planeta, aquí, el tiempo y el espacio no corre de la misma manera como transcurre para los humanos, se podría decir que estamos en una quinta y cuarta dimensión, los ángeles vivimos en una cuarta dimensión desde donde podemos analizar el mundo de los humanos, para así determinar en que momento apropiado podemos intervenir -
- Y… ¿Cómo pueden determinar eso? - Indagó KangIn caminando a su lado por el extenso pasillo que parecía infinito.
- Los arcángeles superiores, a diferencia de nosotros los ángeles, ellos pueden moverse en la quinta dimensión - Explicó LeeTeuk, KangIn lo miró con interés - Ellos pueden viajar no sólo en el espacio, sino también en el tiempo, moviéndose por estos corredores atemporales donde el espacio-tiempo no funciona de la misma manera que para los humanos -
- Albert Einstein debe estar revolcándose en su tumba - Comentó KangIn y LeeTeuk rió suavemente.
- Exacto, estoy hablando de la teoría de la relatividad en otras palabras, cada que un Arcangel viaja a través del tiempo y del espacio, su cuerpo se acelera a la velocidad de la luz y como la materia se transforma en energía al llegar a la velocidad de 300.000 Kilometros por segundo al cuadrado, es posible viajar en el tiempo -
- La materia no nace ni se destruye, sólo se transforma - Murmuró KangIn recordando la teoría de Antonio Laurent Lavoisier Químico Frances siglo 18.
- Valla… eres todo un vampiro intelectual… intelectual y rebelde - Exclamó LeeTeuk y le dio un golpecito cariñoso en el hombro a KangIn quien se sonrojó, recordando el comentario de que ‘se veía sexy en su papel de Vampiro rebelde’. - Exactamente, como la materia no se destruye, al pasar a un estado de energía se puede viajar en el tiempo y los Arcángeles mayores tienen ese gran poder, por eso ellos pueden ver el futuro y tomar las mejores decisiones para la humanidad -
- Entonces… ¿Tu puedes obtener conocimiento del futuro? - Preguntó nuevamente el vampiro. LeeTeuk negó con la cabeza.
- Soy un ángel, un simple ángel - Comentó LeeTeuk deteniéndose finalmente en una de las puertas luego de caminar un buen rato - Mis superiores nos dan información precisa del la hora, el minuto y el lugar exacto en el que debemos penetrar en una sociedad interpretando un papel específico para algún tipo de misión, debemos seguir cuidadosamente todos los aspectos de la misión por que de nosotros depende que la sucesión de hechos cambie sutilmente y se genere un beneficio para la comunidad, yo no puedo ver el futuro, tampoco puedo viajar en el tiempo, sólo recibo órdenes de un Arcángel -
- Parece una gran responsabilidad - Comentó KangIn observando el arco bordeado con un hilo dorado de luz que titilada tenuemente frente a ellos.
- Así es, un movimiento en falso y toda la continuidad del tiempo y el espacio puede ser modificada y convertirse en una catastrófica paradoja en el futuro - Explicó en un suspiro - Un trabajo estresante y a la vez muy reconfortante a decir verdad -
- Sólo les falta usar corbata y tener una bonita recepcionista en la entrada - Comentó KangIn entre risas - Pareces miembro de una gran corporación - El brillo en los ojos de LeeTeuk se perdió momentáneamente y asintió suavemente con la cabeza. - Por cierto… ¿A dónde vamos? -
- Ya lo verás - LeeTeuk le tomó de la mano a KangIn y comenzó a hablar en idioma etéreo una vez más, esas palabras y esa pronunciación extraña e inteligible lo puso nervioso de nuevo. Unos segundos después el portal que había permanecido reflejando las paredes blancas del pasillo, fluctuó y se convirtió en un agujero Oscuro - Vamos - El ángel entró en el agujero seguido de KangIn quien nuevamente experimentó esa desagradable sensación de querer vomitar y sintió que se le comprimía el pecho y el estómago fuertemente. Unos minutos después, abrió los ojos y lo que vio lo dejó perplejo.
Estaba frente el deslumbrante azul fusco del mar que se extendía hasta el infinito y más allá, bordeando un acantilado de rocas oscuras y silenciosas. La luna enorme y redonda se alzaba perezosa sobre ellos enviando una iluminación azulosa y serena sobre todo cuanto al cansaba a ver y las estrellas, ah que espectáculo eran esos diminutos puntos incandescentes, dragones, osos, guerreros y todo tipo de creaturas danzaban en el cielo formando las constelaciones. El susurro de las olas iba y venía como en un sueño.
- ¡Maldición!... es hermoso - Exclamó KangIn casi atragantándose con las palabras al sentir la brisa marina y el olor a pescado filtrarse por su nariz, sintió la humedad del ambiente, pegajosa y salada contra su piel.
- ¿Te gusta? - Preguntó LeeTeuk y le pasó un brazo por encima de los hombros al vampiro - Estamos en Haití, preciosa isla del mar atlántico, son las 7… la noche apenas comienza para nosotros - Finalizó con un suspiro, KangIn se giró bruscamente y lo besó, tan fuerte y tan profundo como pudo. Tonto ángel.
- Ven…. Busquemos un hotel - Comentó KangIn con una sonrisa maliciosa logrando que las mejillas del ángel tomaran un intenso color rojo.
***
No fue difícil conseguir una habitación en un espectacular hotel cinco Estrellas a la orilla del mar atlántico, aunque era temporada alta y la isla estaba atestada de turistas, ambos eran muy persuasivos y unos perfectos mentirosos. A nadie le pareció extraño que dos jóvenes ocuparan la mejor suite del hotel en el Penthouse, a nadie le pareció extraño que no llevaran ningún tipo de equipaje y que uno de ellos fuera vestido con traje y corbata, mientras que el otro usara una descastada chaqueta de cuero. Había turistas excéntricos por todas partes y el español con el que habían solicitado las habitaciones era perfecto, como el de un nativo. Una vez en la habitación, LeeTeuk caminó hacía el enorme ventanal que parecía tragarse la habitación entera como una gran boca, la luna, las estrella y el mar, eran una hermosa composición surrealista que se extendía hasta el infinito. KangIn lo bordeó con sus brazos por la espalda y se quedó unos momentos tan sólo abrazándole, disfrutando de la espectacular vista y del delicioso aroma de su cuello.
Luego comenzó a besárselo primero castamente, luego más fuerte, luego su lengua viajó traviesa por el lóbulo de la oreja, mordisqueándosela, besando ese cuello mordiéndoselo, inhibiendo la tentación de enterrar sus colmillos en esa piel calida y blanca. Sus manos viajaron por su pecho arrancándole la corbata, luego desabotonando su camisa hasta despojarlo de ella. La palidez de su pecho brillo con la luz azulosa del astro nocturno antes de que KangIn lo tumbara en la mullida cama matrimonial de la suite.
Esa noche hicieron el amor tantas veces que ya no podían ni recordar el número, KangIn poseyó el delicado cuerpo de su amante una y otra vez obsesionado con hacerlo parte de su propia piel, descubriendo cada centímetro de su cuerpo, dibujándolo imaginariamente, sus dedos convertidos en pinceles recorriéndolo por completo, pintándolo con tanta devoción y dedicación como a la más grande de sus obras, LeeTeuk era un delicioso lienzo blanco.
Caminaron por la playa, LeeTeuk compró comida tradicional del lugar que obviamente sólo pudo comer él, KangIn consiguió un precioso collar elaborado en perlas y conchas, nadaron un rato en el mar y jugaron con las olas como niños.
Hacía las 3 de la mañana, luego de ducharse en el baño de la suite para quitar todo rastro de arena y olor a agua marina, LeeTeuk manipuló la mente de las personas que los habían atendido en el hotel y les borró todo recuerdo relacionado con ellos. Luego se dirigieron hacía el mismo punto al que habían llegado y el ángel abrió nuevamente el portal hacía el mundo etéreo.
Unos minutos después estaban de nuevo en la hermosa ciudad de las luces, Paris.