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Resplandor en la oscuridad por Helsic

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Una vez más, LeeTeuk resultó durmiendo unas pocas horas antes de que su teléfono celular comenzara a sonar como loco y tuviera que despertarse. Con los ojos entre abiertos tanteó con su mano y tomó el pequeño aparato y se lo llevó a la oreja, cuando escuchó la voz al otro lado, se levantó como un resorte de la cama con los ojos completamente abiertos y media hora más tarde estaba viajando en su auto hacia el lugar de encuentro, al parecer tenían más información sobre la conspiración en contra del primer ministro, información confidencial que sólo él podía escuchar. El lugar de encuentro era un simple restaurante informal, era mejor no llamar la atención. Una mujer de cabello rubio como el trigo y ojos verdosos, apareció usando un vestido blanco largo con un profundo escote en su pecho, se sentó en la mesa en donde LeeTeuk se había sentado minutos antes. Ordenaron capuchino y croissant.

- Señor Delancourt - Dijo ella a modo de saludo y LeeTeuk sonrió. La chica estaba al tanto de la misión y sabía que quien tenía frente a ella era un inmortal, sin embargo habían convenido usar nombres falsos en lugares públicos y actuar como extraños. - Tengo la lista con los nombres de los sospechosos - Le pasó un sobre amarillo y el ángel comenzó a destaparlo lentamente. - Nuestros investigadores han encontrado 10 nombres de 10 sospechosos de pertenecer al bando enemigo que efectuará el atentado de mañana por la noche -

LeeTeuk sacó una hoja de papel escrita en computador con una lista de diez personas, algunas tenían frente a sus nombres, el tipo de creatura que eran otros no. El ángel comenzó a leer la lista detenidamente y al llegar al séptimo nombre, su corazón dio un salto tan grande que creyó que se le saldría del pecho.

KangIn.

Su nombre aparecía en la lista. LeeTeuk tragó saliva intentando disimular y contener todos los sentimientos que se revolvían dentro de él. Era como si un volcán estuviera a punto de hacer erupción dentro de su pecho.

- ¿Pasa algo? - Dijo ella notando su cambio de semblante, el ángel negó con seriedad.

- ¿Que tan segura es está información? - Preguntó LeeTeuk mirándola de reojo.

- Nuestros mejores espías e investigadores recolectaron estos nombres señor, no se encuentran completamente seguros de que sean parte de la operación, pero son sospechosos, pues son inmortales que actualmente se encuentran en la ciudad - Explicó ella.

- Quien se está encargando de investigarlos - Preguntó LeeTeuk.

- Mintrha señor - Respondió ella, LeeTeuk suspiró. Lo que le faltaba. Que el asesino del mentor de KangIn le estuviera investigando precisamente a él. ¿Qué pasaría si se enfrentara a KangIn? Seguramente este último quería tomar venganza por lo que le pasó a KyuHyun.

- Sigan con la operación tal cual, quiero que desde este momento, hasta las 7 de la noche, me entreguen un informe definitivo con los involucrados, no me sirven sospechosos, quiero información definitiva - Le ordenó el ángel con el cejo fruncido y le devolvió el sobre con la lista.

- Si señor - Exclamó ella. Entonces LeeTeuk tomó su teléfono móvil y llamó a Minthra quien se demoró un poco en contestar.

- Minthra - Exclamó LeeTeuk - Quiero que investigues a todos los sospechosos y me pases un reporte antes de las siete de la noche, no intervengas hasta que yo haya analizado esa información ¿de acuerdo? - El hombre lobo asintió al otro lado de la línea.

LeeTeuk se llevó las manos a la cabeza con frustración y la chica frente a él estuvo a punto de preguntarle si podía ayudar en algo más pero prefirió no hacerlo y minutos después abandonó el lugar. El ángel se quedó allí observando su capuchino sin verdaderas ganas de beberlo, tenía que averiguar por su propia cuenta si KangIn estaba involucrado, no podía permitir que lo hiciera Minthra, sería demasiado peligroso. Estaba en un buen aprieto, realmente estaba en un buen aprieto, sólo quedaba un día para el tan esperado discurso del primer ministro y ahora resultaba que KangIn estaba involucrado.

¿Qué haría si estuviera involucrado? ¿Cómo debía proceder?
LeeTeuk suspiró y miró al cielo en silencio. Se quedó unos minutos así con los ojos cerrados, necesitaba meditar.

Pagó el capuchino y las galletas que dejó mordisqueadas e incompletas, se fue caminando por la calle con las manos en los bolsillos de su saco negro Armani, caminó por las calles pensativo y sus pasos lo llevaron inconcientemente hasta NotreDame, la Catedral se alzaba monumentalmente ante él como un monstruo gigante y silencioso, sus paredes grises y agrietadas guardaban secretos medievales y presenciaron cientos de asesinatos e injusticias. LeeTeuk entró y un coro de mujeres lo recibió acompañado del parsimonioso sonido del órgano en el fondo del altar donde colgaba una enorme estatua de Jesucristo crucificado mirando a sus fieles con tristeza.

Caminó por el corredor principal y se sentó en uno de los asientos de madera, se quedó mirando al altar y apoyó los codos en el asiento continuo. LeeTeuk no pertenecía a una religión en especial, a decir verdad los ángeles no pertenecían a ninguna, se podría decir que tenían el libre albedrío de escoger que debían creer y que no, irónicamente tenían un contacto más directo con Dios, pero eso de las religiones y cultos, era más bien cosa de humanos como solía decir Siwon. “Para meditar no importa el templo” Le dijo una vez en 1689 cuando LeeTeuk apenas estaba siendo entrenado en la dimensión atemporal. Y ahí estaba precisamente en ese templo Cristiano, escuchando el melodioso canto del coro y el murmullo suave de las ancianas que oraban a un par de sillas de distancia.

“Dios… ¿Qué quieres de mi?” Pensó LeeTeuk observando la cúpula de la catedral decenas de metros por encima de su cabeza, una luz multicolor se filtraba a través de los vitrales. “¿Estás probando mi fé? ¿Me estás poniendo un reto? O simplemente quieres que me equivoque… que caiga en el abismo” Suspiró agobiado, de repente le ardían los ojos “¿Qué se supone que debo hacer? ¿Qué tipo de decisión esperas que tome?”


***

Cuando el reloj dio las 6 y 30 minutos exactos, KangIn abrió los ojos dentro de su féretro. Se levantó y efectuó los mismos rituales de todos los días, los que había repetido durante cientos de años, (lavarse la cara, afeitarse, lavarse los dientes) y luego se enfundó en su chaqueta de cuero negro y voló hacía París en su motocicleta, se encontraría con LeeTeuk y esta vez sería él quien se encargaría de todo, no podía viajar en el espacio o en el tiempo, pero daría su mejor esfuerzo para pasar una noche agradable con su amante. Tardó un poco en llegar debido a que el tráfico estaba un poco denso esa noche y cuando llegó al lugar de encuentro, LeeTeuk estaba allí, más resplandeciente y hermoso que nunca, vestido de inmaculado blanco titanio con una bufanda gris alrededor del cuello. Parecía cansado, sus ojos lo delataban.

- ¿Como estás? - Dijo KangIn con una sonrisa, LeeTeuk le sonrió débilmente.

- Bien - Dijo secamente.

- Estarás mejor conmigo - Aseguró KangIn y LeeTeuk abrió la boca para responder, cuando KangIn lo besó ahogando sus palabras. - Ven conmigo - Le susurró mientras lo abrazaba y lo guió hasta su moto.

((A partir de aquí leer escuchando está canción: http://helsic.net/music/La-Valse-DAmelie.mp3 ))

KangIn lo tenía todo fríamente calculado, condujo su moto hasta un restaurante de Pasta y comida de mar, reconocido porque lo atendía Alain Ducasse, el famoso Chef que le había dado la vuelta al mundo con su programa de cocina Gourmet en televisión. El restaurante los recibió con una deliciosa música Francesa tocada en vivo por una pequeña banda folclórica en el fondo del gran salón vacío. KangIn había reservado todo el lugar para los dos, aunque era consciente que no iba a poder compartir la comida con su amante, por lo menos lo acompañaría a comer y brindarían.

LeeTeuk pidió unos Raviolis con queso fundido y una entrada de Ostras de mar sofreídas en mantequilla, para beber un vino rojo Chileno y cuando el mesero trajo el vino, a parte trajo una copa para KangIn que se veía más espesa y oscura, el ángel supuso que se trataba de sangre.

- Es una lástima que no pueda comer contigo - Dijo KangIn cuando LeeTeuk había comenzado a comer - Se ve delicioso, a decir verdad ya no recuerdo el sabor de muchas comidas -

- Si te incomoda… podemos ir a otro lugar - Respondió el ángel parando de comer, pero KangIn negó con la cabeza y le sonrió.

- Come, lo necesitas - Dijo simplemente KangIn, notando las enormes ojeras que se cernían bajo los ojos de su interlocutor.

- Es verdad… hoy sólo he comido un Croissant y un Capuchino en la mañana - Explicó LeeTeuk y recordó la conversación que había tenido con la chica, miró al vampiro y las tripas se le encogieron en el estómago, tarde o temprano tendría que hacerle la pregunta, pero la música francesa era tan hermosa y el lugar tan deslumbrante, con su exquisita decoración neoclásica y con la tenue luz de las velas iluminando a ambos lados de la mesa que prefirió olvidar por unos momentos esas cuestiones, simplemente para disfrutar el lugar - La comida es deliciosa… ¿Cómo supiste de este lugar? -

- Quería traerte al mejor lugar, aunque no es tan espectacular como Haití por supuesto - Explicó el vampiro haciendo una mueca irónica. LeeTeuk rió y bebió un poco de vino.

- Este lugar está muy bien - Comentó el ángel llevándose otra bocanada de pasta. KangIn tomó su copa de espeso color rojo y la alzó en al aire.

- Hagamos un brindis - Proclamó el vampiro, él Ángel dejó de comer y tomó su copa y la levantó imitando a su interlocutor.
- ¿Cuál es el motivo? - Preguntó LeeTeuk con una sonrisa.

- Brindemos… por él sólo hecho de estar aquí, vivos y juntos - Explicó KangIn y chocó su copa contra la de LeeTeuk haciendo un suave tintineo de cristales - Y por todo el tiempo que nos resta juntos -

La mirada de LeeTeuk se apagó al escuchar esa última frase, el tiempo era una cuestión tan relativa y aunque ambos fueran inmortales ahora ¿Qué sabían ellos de lo que pudiera deparar el futuro? A la vuelta de la esquina podría estar un hombre lobo y cortarle la cabeza con un simple movimiento de su espada y KangIn dejaría de existir, en cualquier momento, LeeTeuk sería ascendido a Arcángel y cuando fuera un Arcángel y pudiera viajar a través del tiempo, una relación amorosa sería lo último que podría darse el lujo de tener. Viajar por el tiempo cambiaría por completo su imagen de absolutamente todo e inclusive sus sentimientos hacía KangIn se verían afectados por el nuevo conocimiento que adquiría.

Entonces se cuestionó ¿Acercarse a la perfección implicaba dejar de amar? La cuestión por si misma le pareció absurda, sobre todo cuando desde que había comenzado su labor como ángel, el amor era uno de los poderes y valores más importantes. Ser Arcángel traería consigo una gran responsabilidad y también un nuevo entendimiento de las cosas.

- Que así sea - Murmuró LeeTeuk sintiendo sus ojos arder y chocando la copa contra la del otro para luego llevársela a los labios, bebió un trago largo y profundo y sintió el calor bajándole por la garganta.

- Tienes ojos tristes - Comentó KangIn, le ángel lo miró e intentó sonreír sin mucho éxito, le ardían los ojos. Podría llorar en cualquier momento y quedar como un estúpido. - Aún así, son simplemente hermosos - Finalizó el Vampiro y en un movimiento rápido e inesperado, besó a LeeTeuk en los labios suavemente, haciéndolo sonrojar.


***

Una hora y media después, ambos salieron del restaurante, LeeTeuk estaba satisfecho y de buen humor, aunque en su interior seguía atormentándose, pensando de que manera podría saber si KangIn estaba involucrado en la conspiración en contra del primer ministro. Era de vital importancia que lo supiera, de eso dependería la actitud que debía tomar con él de ahora en adelante. El discurso sería en menos de 24 horas y toda la operación dependía de él y de esa operación dependía su ascenso a Arcángel.

Ahora viajaban a gran velocidad por la autopista, alejándose de Perís, el viento jugueteaba con el cabello de ambos y la brisa nocturna refrescaba sus rostros mientras volaban en la moto de KangIn. LeeTeuk iba abrazado a su espalda, su rostro recostado contra la chaqueta de cuero del otro, aspirando su olor, ese extraño olor que todos los vampiros tenían, no era el olor humano que hacía mucho tiempo había olido en el cuerpo de él, este era olor a muerte, así olía un asesino, así era su hedor. Pero asesino o no, era SU asesino, SU vampiro y eso era lo único que le importaba en ese momento. KangIn condujo por una o dos horas hasta llegar a un acantilado bordeado de follaje que de haber sido de día debió ser simplemente encantador, ahora lucía oscuro y tétrico, generando formas de monstruos y espíritus que danzaban silenciosamente en la oscuridad.

Bajaron de la moto y KangIn le condujo hacía el borde, la ciudad se veía en el horizonte, con las luces encendidas, parecía un pesebre con cientos de estrellas titilantes entre las casas.

- Apuesto que has presenciado miles de vistas nocturnas más hermosas que esta - Comentó LeeTeuk mientras lo abrazaba por la cintura -

- Así es… he presenciado cientos de noches más hermosas que esta - Aceptó el vampiro - Pero nunca han sido tan hermosas como esta… porque ahora estás a mi lado - Finalizó, lo besó de nuevo en los labios, arrancándole un suspiro a LeeTeuk.

¿Por qué de repente sentía que sus piernas iban a flaquear y caería de rodillas al suelo? La voz de KangIn era como un hechizo penetrante que se metía en su cabeza embotándolo, controlando sus sentidos. Su aliento, era aún más peligroso que su voz.

- KangIn - Logró exclamar LeeTeuk después del beso, mientras KangIn le besaba el cuello y comenzaba a bajar con sus manos por dentro de su camisa - KangIn… ¿Estás involucrado en la conspiración contra el ministro? - Exclamó súbitamente y el vampiro se quedó completamente quieto.

- ¿Cómo dices? - Preguntó el vampiro disolviendo el abrazo lentamente.

- Mis espías, me han mostrado tu nombre en la lista de sospechosos - Prosiguió LeeTeuk entre avergonzado y aturdido.

- ¿Me has estado espiando? - Reclamó KangIn y su rostro se desfiguró por la rabia y la tensión.

- No haz respondido mi pregunta - Se mantuvo firme el ángel ignorando el reclamo del Vampiro.

- ¿Y que harás si respondo que lo soy? - Preguntó KangIn desafiante, pero antes de que el ángel pudiera decir algo continuó - ¿Me matarás? - Preguntó suavemente y luego rió.

- Podría hacerlo - Aceptó LeeTeuk con una sonrisa triste.

- Pues no le temo a la muerte - Afirmó KangIn visiblemente molesto, comenzando a caminar alrededor de LeeTeuk como un animal enjaulado - ¿Crees que no he sido consciente de mi muerte todo este tiempo? Se el alcance de tu poder, LeeTeuk, se que podrías matarme en cualquier momento, sería tan fácil para ti, que apenas podría darte un poco de resistencia… así que desde el primer momento en que estuve contigo, fui consciente de que podría morir -

- Entonces… ¿Por qué? - Quiso saber el ángel confundido con la revelación

- ¿No es obvio? - Preguntó el vampiro casi delirando - Porque toda una eternidad de soledad no vale nada a comparación con unas cuantas horas a tu lado - LeeTeuk se sonrojó y giró su rostro hacía el pasto húmedo bajo sus pies - Mírame a los ojos, estoy aquí por ti, he sobrevivido todo este tiempo para encontrarte y ahora después de haberte encontrado, ya no me importa si me matas, e vivido todo este tiempo lleno de miedo con la única esperanza de encontrarte -

- KangIn… no has respondido mi pregunta - Murmuró LeeTeuk con los ojos ardiendo como si fueran dos llamas encendidas, no quería que las lágrimas corrieran libres, no podía flaquear en ese momento… no podía…
- Para que quieres saberlo ¿Para matarme? - Rió KangIn con una riza enfermiza mezclada con miedo, su voz temblaba ligeramente con cada sílaba.

- No… para protegerte - Respondió el ángel y alzó la cara, sus ojos estaban vidriosos y a punto de derramar las lágrimas - Arreglaré todo para que puedas irte a otro país, te cambiaremos el nombre y toda tu documentación, te conseguiré un trabajo y una vida a donde quieras ir… encubriré todo y cerraré tu investigación, haré que desistan de investigarte… ¡Lo juro! -

Los labios de KangIn lo envolvieron por completo en un inesperado beso apasionado. LeeTeuk contuvo el aliento y las lágrimas fluyeron libres de sus ojos y rodaron por sus mejillas. Dios, ¡Cuanto miedo tenía de perderlo!

- Ya te dije que… no me importa morir - Murmuró el vampiro entre el beso y LeeTeuk lo abrazó con fuerza.

- Pero a mi si me importa - Respondió sin poder parar las lágrimas, sonrojado por la vergüenza que ese acto de debilidad le provocaba - Maldición KangIn… ¡Dímelo! ¡Responde mi maldita pregunta! - Casi chilló.

- Esta bien… la responderé - Aceptó el Vampiro con una sonrisa tranquila - No soy ningún espía… no estoy involucrado con tu tonta misión -

- Mierda… - Balbuceó LeeTeuk conmocionado - Casi muero del susto - Agregó con una extraña combinación de risa y llanto, se llevó el dorso de las manos a los ojos para limpiar las lágrimas, pero no dejaban de parar, debía parecer un niño pequeño a quien han regañado. - Gracias a Dios… -

- No metas a tu Dios en esto - Respondió el vampiro con una sonrisa y le sostuvo las manos al ángel evitando que se los limpiara - Las lágrimas de un ángel… son hermosas - Le susurró y volvió a besarlo, sólo logrando que el llanto aflorara más y más. De nuevo el ángel se aferró a él como si estuviera a punto de caer a un abismó oscuro y sin fin.

Sintió mucho miedo al darse cuenta de cuan importante era para él ese Vampiro en frente suyo. ¿Cómo podría ser el amor algo malo? ¿Cómo podría estar mal amar a una persona de esa manera tan intensa? Pero estaba mal y lo sabía, aunque alguna parte en su interior quisiera negarlo.

Notas finales:


Notas de Helsic:
kyaaa *se sacude el azucar* Ahgg quedó tan romántico :’D
Dios, casi q no puedo terminar este capitulo D: TODO el mundo en mi casa está en contra de q yo escriba ;O; todos me interrumpen! Es horrible!!! .____.


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