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Resplandor en la oscuridad por Helsic

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Esa noche cuando KangIn salió a cazar hacía mucho frío. La temperatura había descendido considerablemente, pues el otoño había llegado a París, luego de beber del cuello de una prostituta de Cabaret y al dejarla inconsciente en una callejuela sucia del Boulevard, KangIn recibió la llamada que le daría un vuelco a su vida. ¡Una llamada del Eliséo vamírico Koreano!

HeeChul, El nuevo príncipe del Eliseo había convocado a todos los vampiros Koreanos al Eliseo en Seúl. KangIn se sorprendió por dos cosas, la primera, ¿cómo lo habían localizado en Francia? y segundo, ¿cómo había logrado ese tonto de HeeChul convertirse en Principe?.

Y estaba ahí dándole vueltas al asunto, cuando una voz llamó su atención desde el cielo, miró hacía arriba y vio a un chico sentado en el borde de un balcón en un segundo piso de ese callejón, parecía mucho menor que él en apariencia y vestía de manera un tanto extravagante.

- ¿Eres tú KangIn? - Dijo el chico.

- Depende de quien lo quiera saber - Respondió KangIn observando su aura y dándose cuenta que se trataba de un vampiro.

- Mi nombre es G-Dragon - Se presentó el chico - También soy Coreano como tú - Explicó y luego de un saltó calló al suelo frente a KangIn - Estaba preguntándome si sería más divertido regresar a Seúl con un acompañante -

- Volver… ¿juntos? - Preguntó KangIn aún con la sorpresa.

- Así es, recibiste la llamada del nuevo príncipe ¿no es así? Vamos a regresar - Explicó el menor.

- ¿Cómo me encontraste? - Preguntó KangIn llevándose las manos a la cintura.

- Investigué un poco… no te dejes llevar por mi apariencia man, te aseguro que tengo un par de cientos de años más que tu, es más puedes llamarme Hyung si quieres - Explicó el chico de apariencia adolescente. - Cuando recibí la llamada quise saber si habían más vampiros aquí en Paris y te encontré, así que vamos man -

- Yo… aún no he decidido viajar - Respondió KangIn casi inconscientemente.

- ¿Pero que tontería estás diciendo? Hasta las ratas traicioneras y asquerosas como nosotros tenemos reglas, una llamada directa del príncipe no puede ser desobedecida a no ser que quieras ponerte en contra de la camarilla y en ese caso me encargaría yo mismo de abrirte el trasero con mi revolver - Se quejó G-dragon manoteando con fastidio.

- Lo se… lo se… pero ¿Cómo es que HeeChul es el nuevo príncipe? - Exclamó KangIn con molestia - Hasta hace poco era sólo de la burocracía ¿Y de repente es príncipe? -

- Se ganó la confianza del príncipe, lo asesinó, le arrancó los ojos y los usó como aceitunas en un Martini de sangre que luego se tomó brindando por su muerte - Le explicó G-Dragon, KangIn suspiró sorprendido por la revelación - Bastante impresionante man -

- Si… bastante - Aceptó KangIn.

- Ahgg, come on men, si he de congelarme el trasero en este maldito otoño prefiero congelármelo en Seúl y no en esta maldita ciudad Francesa - Exclamó G-Dragon.

- Si… es una mierda - Confesó KangIn frunciendo el ceño.

- No hay nada mejor que regresar a tu país de origen, cuando has viajado tanto como yo men, volver a tu país es una verdadera bendición - Explicó G-Dragon y comenzaron a caminar, saliendo del callejón. El viento irrisorio golpeaba funestamente y les congelaba la piel descubierta del rostro.

- ¿Y entonces para que viniste aquí? - Le preguntó KangIn mientras llegaban a un aparcamiento.

- Cosas de la jodida vida, soy como la marea, vengo y voy - Respondió G-dragon - Pero este basurero es el peor sitio en el que he estado, los vampiros aquí son unos malditos aristócratas que han perdido el orgullo, son sólo unas jodidas alimañas en busca de sangre… realmente espero llegar a Seúl ¿Y que hay de ti? -

- Negocios - Respondió KangIn encogiéndose de hombros, en realidad estaba ahí porque había estado buscando a LeeTeuk y su investigación lo había llevado hasta esa ciudad, pero aquel vampiro mal-hablado no tenía porque saberlo. - Aún tengo cosas pendientes aquí -

- Sólo existen dos razones lo suficientemente poderosas para desobedecer una orden directa del príncipe, la primera; tener negocios turbios con otras creaturas y en la segunda; estar… enamorado - Explicó con una sonrisa maliciosa - En el primero de los casos, te convertirías automáticamente en un rebelde y por un buen precio te cortaría la cabeza y me bebería tu sangre gustosamente -

- ¿Y que pasaría en la segunda? - Preguntó KangIn sin pensarlo, delatándose. G-Dragon ensanchó aún más su sonrisa torcida.

- No es mi jodido problema - Dijo simplemente - Pero todo inmortal sabe que si se mete con mujeres y sentimientos, se atiene a las consecuencias, mi experiencia me ha enseñado a amar intensamente y luego dejar atrás para continuar avanzando… ¿Realmente avanzas KangIn? -

KangIn se quedó en silencio, las palabras de ese vampiro aparentemente inmaduro y maleducado, le habían llegado profundamente. Porque era cierto. KangIn no avanzaba, no sentía que lo hacía. Se mantenía atado a la sombra de ese ángel, atado a su recuerdo y a la esperanza de volver a tenerlo en sus brazos y el mundo continuaba moviéndose a su alrededor, avanzando, pero él se mantenía perenne y estático.

- Debo recoger algunas de mis cosas - Murmuró KangIn empuñando las manos con fuerza.

- Nos vemos entonces en el Aeropuerto men - Dijo G-dragon antes de entrar a un Taxi - Ya sabes que dos es mejor que uno y estos viajes son jodidamente delicados… -


KangIn asintió y le vio marchar, el vampiro de apariencia joven tenía razón, normalmente los vampiros no eran creaturas sociables que andarán prefiriendo viajar en grupos, pero viajar en Avión significaba un riesgo considerable para ambos y viajar sólo era aún más peligroso ¿Qué pasaría si el avión se retrasara por algún motivo y tuvieran que llegar a un Aeropuerto a plena luz del día? Ese tipo de cosas podían ocurrir y dos cabezas tenían más poder mental que una para persuadir y dominar a humanos incautos. Así que aunque G-dragon no le agradara del todo, era muchísimo mejor que viajar sólo.

Así pues que KangIn regresó a su refugio en la motocicleta. Tiró la maleta negra sobre la cama y echó descuidadamente toda su ropa ahí. En realidad no tenía mucho, sólo ropa, una laptop y la motocicleta que le había robado a un Hippie borracho hacía un par de meses. Lo demás lo podía dejar, la decoración minimalista de la sala de estar y las delicadas cobijas de terciopelo rojo que había comprado para su cama, todo podía quedar atrás. Lo único que realmente le dolía dejar atrás era la motocicleta, realmente le gustaba, pero ya robaría otra en Seúl. También estaban sus cuadros, había pintado algunos estando allí y aún seguían exhibidos en la galería de arte en donde el mismo LeeTeuk había lanzado su último libro. Tomó el teléfono celular y llamó al curador de la galería, le informó que debía viajar inesperadamente a otro país y que donaría todos los cuadros al museo.

Cuando colgó se quedó mirando la maleta con todo su equipaje y de repente lo invadió una insana nostalgia que no había sentido desde que había dejado a Korea por primera vez. De repente, el ángel volvió a su mente. ¿Cómo le encontraría de nuevo? Si se iba para Korea, ¿Como le avisaría a LeeTeuk? Había pasado toda su vida como vampiro buscándolo y no quería perderlo de nuevo. Él Ángel había dicho que volvería y él había prometido esperarlo. ¿Pero estar con LeeTeuk justificaba traicionar al Eliseo y convertirse en un rebelde? Ni hablar, estar en contra de la camarilla sería un suicidio disimulado. Sonrió. ¿Acaso amar a un ángel no le convertía en el mayor y más absurdo de los rebeldes? Probablemente si.

Los vampiros tenían pocas responsabilidades y eran prácticamente libres para hacer lo que quisieran, pero el príncipe de cada Eliseo tenía el poder de congregarlos en caso de guerra o en caso de que él lo creyera conveniente. La ceremonia de posesión de un nuevo príncipe también era motivo para que todos los vampiros pertenecientes a ese Eliseo tuvieran que acudir al lugar. KangIn no creía que hubiera guerra, pero desobedecer una orden directa del príncipe le traería problemas el resto de su vida, si es que no lo mataban primero claro.

KangIn se maldigo así mismo por no haberle pedido el número de celular a LeeTeuk o su correo electrónico.

***

En el Aeropuerto, G-dragon estaba en la sala de espera cruzado de brazos y observando a los pasajeros desde sus enormes gafas negras de sol muy inapropiadas para un lugar cerrado. KangIn engañó a la señorita que lo atendió en la taquilla con una tarjeta de crédito falsa y unos minutos después se encontraba sentado al lado de G-dragon esperando el vuelo 4576 con destino a Seúl.

El viaje en el avión no fue complicado y llegaron sin ningún problema. En el aeropuerto internacional de Incheon, KangIn sintió como si los más de cien años que había pasado buscando al ángel desaparecieran y estuviera en el mismo punto de partida.

¿KangIn realmente avanzas?

Minutos después, G-Dragon se despidió y desapareció. KangIn se quedó sólo en la inmensidad de ese hermoso país que le había visto crecer, el aire frío y dulce se filtró por su nariz haciéndole casi humedecer los ojos de una manera ridículamente emotiva. Estaba en casa.

***

La noche siguiente acudieron al Eliseo vampirico a las afueras de la ciudad. El nuevo príncipe HeeChul se encontraba sentado en el trono de oro, vestido con las más finas cedas y sosteniendo una copa rebosante de sangre, la sala estaba bastante llena de inmortales como no se había visto en mucho tiempo. El Príncipe dio un discurso acerca de su nuevo mandato y la noche concluyó luego de un cóctel. KangIn tenía fama como investigador y espía, por eso le habían ofrecido un nuevo trabajo en la camarilla de Seúl, para dirigir un caso de investigación que se llevaba sobre unos vampiros del Sabbat* y unos hombres lobos en la zona. KangIn aceptó porque le iban a pagar muy bien y realmente necesitaba el dinero, además para ser sincero no deseaba volver a Francia.

Así pues que comenzó su nuevo trabajo como investigador y estuvo casi todo un mes siguiéndole la pista a unos vampiros del Sabbat que al parecer estaban involucrados en un atentado en contra del Eliseo y el nuevo príncipe. En ese mes mató a dos vampiros espías y a muchos humanos. De nuevo volvía a ser el frío Asesino que le dictaba su naturaleza. Cuando cortaba un cuello con su espada o disparaba contra una víctima y veía la sangre correr calida y apetitosa, lo embargaba una satisfacción demoníaca y malsana, ver como la vida se extinguía en los ojos de su victima era una visión lóbrega que lo deleitaba y de alguna manera llenaba el vacío. Era curioso encontrar una motivación para seguir con vida en la muerte de otras personas.

Había casi olvidado al ángel y llevaba una vida tranquila y feliz haciendo lo que mejor sabía hacer, asesinar e investigar. Dejó de pintar porque ya no quería ningún nexo con el pasado, pintar le recordaba a LeeTeuk, así que tiró todos los lienzos y los quemó en una noche de luna llena mientras bebía como un loco y se reía escandalosamente. Había encontrado un nuevo refugio en la ciudad, era más amplio que él que había tenido en París, más cómodo y más conveniente. Ahora vestía de manera elegante siempre que podía y los demás vampiros los respetaban hasta el punto de llamarlo señor.

En realidad sólo pasó sólo en su imaginación y en los más recónditos deseos reprimidos. KangIn era respetado por otros vampiros, tenía un bonito apartamento nuevo, ganaba mucho más dinero, pero no había dejado de pintar. Ahora más que nunca pintaba como un poseso, amaba pintar, porque a través del pincel acariciaba la piel de LeeTeuk imaginariamente. Era un enfermo que pasaba sus horas libres fumando y embriagándose con licor humano, pintando decenas de cuadros y montándolos en Internet. Ahora tenía un creciente club de fans de sus obras de arte y recibía cientos de comentarios en su página de DevianArt cada que subía una nueva obra. Eso le gustaba, pero no llenaba el vacio.

No había LeeTeuk.

Y en la oscuridad de su habitación fría y solitaria, la vacuidad que había dejado el ángel no podía llenarse ni con el apoyo de mil comentarios de fans, ni con mil cuadros… ni con nada.

Había pasado un mes. Y KangIn sentía cada vez más lejana la posibilidad de volver a ver al ángel, tenía planeado regresar a Paris y buscarlo, sin embargo su cargo en el Eliseo como jefe de investigación del departamento de Espionaje (Recién lo habían ascendido) era demasiado importante y sus noches siempre estaban llenas de adrenalina. Quizás cuando terminara la investigación, volvería para buscarlo.

KangIn… ¿Qué has dicho? ¡Me pareció oír a LeeTeuk hablar sobre la importancia de la ‘misión’! Jefe del departamento de Espionaje o Arcángel ¿Acaso no es lo mismo?

Ahh, si que lo era y KangIn lo sabía. Ahora experimentaba lo que quizás en algún momento había sentido LeeTeuk en París. Se levantó del asiento en el que se hallaba recostado observando el enorme ventanal del penthouse donde vivía y desde el cual podía vislumbrar una espectacular panorámica de la ciudad dormida. Apenas eran las 9 de la noche y ya se había consumido media cajetilla de cigarrillos piel roja. El vampiro se puso el elegante gabán negro y guardó en su interior una espada de plata por si se aparecía algún hombre lobo y un revolver de alto calibre. Salió a la fría noche y en vez de una motocicleta bohemia había un Hyundai magenta último modelo esperándolo en el parqueadero del edificio. Se montó en él y voló por las calles de Seúl escuchando Carmina Burnana de Carl Orff. Dos horas más tarde se encontraba saliendo de la ciudad, enfilándose por una tétrica carretera rural, oscura y susurrante, como en las películas de terror norteamericanas, con la excepción de que él era el monstruo y no había nada de que temer.

Condujo un poco más y con expresión extrañada notó hacía donde lo había llevado su mente inconcientemente. Parpadeó entrando en el viejo pueblo donde había crecido antes de ser vampiro. ¿Qué hacía allí? En realidad no lo sabía, era como si los pies le hubieran llevado por voluntad propia, hacía cientos de años que no iba a ese lugar, estaba tan distinto que casi no lo reconoció, ahora habían algunos edificios en vez de casas con techo de paja. Por supuesto no era tan grandes como Seúl, pero en vez de un rustico pueblo se alzaba una pequeña ciudad moderna. Disminuyó la velocidad para entrar en el tráfico preguntándose si el templo donde había crecido aún continuaría estando allí.

Condujo un buen rato más y se dirigió al templo que estaba a las afueras del pueblo, la carretera estaba destapada, pero eso no era problema para su auto. Se adentró en la oscuridad de la carretera y las sombras de los árboles a los lados lo envolvían como una amenaza silenciosa. Finalmente llegó frente a unas largas escaleras, la enorme arquitectura antigua, ahora considerada monumento nacional se hallaba al final de ellas. Detuvo el auto en el pequeño parqueadero y comenzó a subir las escaleras de dos en dos.

Una vez arriba contempló el imponente templo y sintió un inesperado arranque de nostalgia, recordaba al templo de día, era hermoso y puro, pero de noche se veía tétrico y la enorme puerta de la entrada le sonreía sardónicamente, como burlándose de él.

- Que tontería - Murmuró y entonces sintió el frío metálico de una hoja de espada en su cuello. Fue tan rápido y tan silencioso que apenas lo notó sólo cuando la piel se sintió lacerada por el filo, su cuerpo se tensó en cuestión de segundos. ¿Cómo se había acercado tan silenciosamente para que él no lo notara? Tendría que tratarse de un hombre lobo muy poderoso para que pudiera tener ese sigilo. O quizás una cosa peor, KangIn contuvo el aliento y sintió la manzana de adán de su cuello chocharse contra la hoja de la afilada espada. Un movimiento en falso y su cabeza volaría por los aires.

- Tenemos un asunto pendiente - Dijo la voz atrás de su espalda y luego una mano pálida como la misma luna pero tibia y suave se paseó por sus hombros y posteriormente por el pecho cubierto por el gabán. - Te atrapé Youngwoon - Murmuró.
Y entonces KangIn no pudo estar más que seguro y su corazón no pudo estar más emocionado. De repente rebotó en su pecho y amenazó con salírsele por la boca. Esa voz, su aliento, podía olerlo, también el olor de su cuerpo, su sangre, podía oler su sangre y ese olor era inconfundible.

- JungSu… - Murmuró KangIn cerrando los ojos, dejándose llevar por ese aroma embriagador - Eres tu - Intentó girarse, pero el Cuchillo le apretó más fuertemente el cuello y le hirió levemente la piel blanca dejando una marca rojiza.

- Quieto… o tu cabeza adornará mi repisa con trofeos - Los labios del recién llegado se deslizaron por el cuello de KangIn y buscaron el lóbulo de la oreja para dejar escapar el tibio aliento que erizó todos y cada uno de los vellos de la nuca de KangIn.

- Ante de que mi cabeza adorne tu repisa… déjame violarte esa boca y mirarme en tus ojos…- Comentó KangIn apenas resistiendo el delicioso cosquilleo de los labios del otro en su oreja derecha.

Entonces el otro retiró el cuchillo y KangIn se giró.

Tal y como esperaba, la visión del rostro de LeeTeuk por poco lo deja ciego con su belleza. Tenía el cabello castaño justo como lo recordaba, cayendo ligeramente sobre el costado de su rostro, su tez pálida brillaba bajo la luz de la luna como la primera vez y sus labios exuberantes le invitaban a perderse en el abismo una vez más. LeeTeuk sonrió y a pesar de que tenía una mortal espada corta en sus manos y a pesar de ser la máquina asesina más perfecta de la creación, lució dulce y adorable.

- Creí que no te encontraría de nuevo - Murmuró LeeTeuk bajado su arma, guardándola dentro de su chaqueta blanca de lana. - Pero finalmente estamos aquí -

KangIn no lo soportó más. Agarró ese cuerpo aparentemente débil por los hombros y lo atrajo contra si mismo con una fuerza como para partirle las costillas a cualquier hombre. Pero el ángel no se quejó y disfrutó del contacto rudo, porque así era su KangIn. Entonces el vampiro tomó su boca con la misma brusquedad, el ángel sintió los colmillos afilados y también su lengua apasionada envolviendo la suya en un torbellino de sensaciones. Abrazó a su amante y sintió como si es poco tiempo de separación hubieran sido miles de años.

- Maldición - Murmuró KangIn cuando hubo terminado el beso. Se quedó mirándole el rostro y le secó las incipientes lágrimas que tímidamente se asomaban en los ojos de LeeTeuk - Te extrañe demasiado y tuve tanto miedo… tuve que viajar inesperadamente y no tenía forma de decírtelo - Se justificó. LeeTeuk le posó los dedos sobre los labios para callarlo y volvió a besarlo. Esta vez con suavidad y ternura.


***

Pasearon por el lugar que antaño fue testigo de su amor cuando KangIn estaba vivo, pasearon por ahí como un par de chiquillos y disfrutaron de los deliciosos y agradables recuerdos que llegaban a sus mentes acompañados del susurro de las hojas de los árboles. Más tarde regresaron en el auto y KangIn invitó a LeeTeuk a su nuevo apartamento. Al entrar, KangIn encendió las luces y fue al bar para ofrecerle un martini a LeeTeuk, pero este lo negó con la cabeza y se tiró de espaldas en la amplia cama mullida de terciopelo negro.
- Al parecer la suerte te sonríe - Comentó LeeTeuk acariciando descuidadamente la superficie aterciopelada.

- Si, ahora tengo un importante trabajo para el Eliseo - Comentó KangIn de pie al lado de la ventana, sosteniendo el trago que LeeTeuk se había negado a tomar, se lo llevó a los labios y se bebió la mitad de un solo trago. - Gano bien, pero tengo muchas responsabilidades -

- Parece interesante - Comentó LeeTeuk - Yo por lo pronto… continuaré siendo un simple ángel por un buen tiempo… - Explicó el ángel y notó la expresión de sorpresa de KangIn - Así es, no fui ascendido Arcángel -

- No saben lo que se pierden - Bromeó KangIn - Imbéciles, no tienen idea - LeeTeuk sonrió y se sentó en la cama esbozando una sonrisa tímida.

- ¿No quieres saber como te encontré? - Le preguntó LeeTeuk y KangIn asintió.

- Estaba por preguntártelo - Dijo el vampiro y bebió otro sorbo del martini.

- Por pura casualidad - Exclamó LeeTeuk y rió suavemente - Después de meditar y tomar mi decisión, volví a París pero no estabas allí, casi enloquecí de la angustia, te busqué por todos lados, inclusive tuve que amenazar a un par de vampiros para sacarles información, pero era como si te hubiera tragado la tierra -

- Es increíble que no nos hallamos dado los números de teléfono - Murmuró KangIn avergonzado.

- Estuve buscándote durante todo un mes, me recorrí cada centímetro de París y finalmente logré dar con tu refugió, pero tampoco encontré nada que me sirviera para dar con tu paradero, entonces unos días después para desestresarme pasé por el Museo de Arte y vi algunas de tus pinturas allí, el curador me dijo que las habías donado y que te habías marchado del país, como me vio tan frustrado me dijo que podía visitar tu web para ver tus nuevas obras y ¡fue como una revelación! De inmediato me metí a Internet y vi tu página en DevianArt, vi las nuevas obras, los comentarios, todo! - Explicó LeeTeuk sacándose las medias y tirándolas por el aire, luego se sacó la pequeña espada de la chaqueta y la puso sobre la mesita de noche.

- ¿Y eso que tiene que ver? - Preguntó KangIn quien ya se había tomado el Martini. LeeTeuk sonrió.

- Has actualizado nuevas obras desde aquí ¿verdad? - Preguntó LeeTeuk y se quitó la chaqueta dejando al descubierto una camisa elegante del mismo color blanco almidonada - Localicé la IP del computador con el que actualizabas tu web para poner tus obras y me di cuenta de que país estabas y de que ciudad -

- ¡Valla! Dios bendiga a la Internet - Exclamó KangIn dejando el vaso en el borde de la ventana - A mi nunca se me habría ocurrido - Agregó acercándose a él, desabrochándose el cinturón del pantalón. El gabán oscuro yacía tirado sobre una silla junto al revolver y la espada de plata.

- Hacía mucho que no venía a Korea… - Murmuró LeeTeuk sonrojándose levemente cuando KangIn se quitó la camiseta que llevaba puesta y exhibió su perfectamente formado cuerpo. - ¿Pi…piensas quedarte aquí? -

- Si, si tu me acompañas - Respondió el Vampiro y lo besó empujándolo contra la suave cama. Con una mano sostuvo fuertemente sus muñecas y con la otra quitó botón a botón su camisa. LeeTeuk gimió suavemente cuando la fría mano del vampiro acarició su pecho desnudo provocando que la excitación se hiciera notoria bajo sus pantalones.

- Te acompañaría hasta el fin del mundo - Murmuró entre besos LeeTeuk - Ya he desafiado y traicionado todo cuando conocía y creía… ¿Qué más da lo que pueda suceder ahora? -

KangIn sonrió maliciosamente la escuchar eso, su corazón estaba a punto de explotar con cada una de esas palabras y tomó las caderas de su amante y las despojó del pantalón rápidamente antes de sumergir su cabeza entre esas piernas. LeeTeuk se llevó una mano a la boca para no gemir muy fuerte y sus mejillas tomaron el mismo color de una cereza madura.

Y allí en medio de la excitación y los besos, ambos se dieron cuenta de que no existía más realidad que esa. Que ambos habían tomado una decisión, ambos habían renunciado a lo que creían ser y habían descubierto en el otro la única manera de descubrirse así mismos, LeeTeuk lo había querido negar, había querido huir de esa realidad, pero no había nada que pudiera hacer, le pertenecía a KangIn, por más que lo negara lo sabía. En el fondo era cierto. Y en ese momento en que sus cuerpos se convulsionaron de placer, en ese momento mágico en el que sus alientos se mezclaron en el frenesí del orgasmo, ambos olvidaron lo que eran, no importó ser un vampiro o un ángel, no importó tener un cargo importante o una misión importante, sólo eran ellos dos y el resto del mundo podía irse al carajo.

Finalmente la felicidad dejó de ser un concepto abstracto para convertirse en una realidad latente.



.FIN.
22 enero 2009
11 :20 pm

Notas finales:


Finalmente lo terminé D: he tenido mil contratiempos y muchas cosas malas y buenas han ocurrido en mi vida. Pero finalmente lo terminé y aunque siento q el final es un poquito flojo, me gustó ;_; se q esta historia da pie para mucho más, puesto q la relación no será precisamente fácil considerando lo q son, pero no quería darle más vueltas al asunto.

Este capitulo tuvo la participación especial de: G-Dragon 8D de Big Bang LOL

Sabbat: en el juego de rol de ‘vampiro la mascarada’ se trata de unos clanes vamíricos rebeldes q están en contra de la camarilla q son como los ‘buenos’ del juego.

Sadsadasd ¡MIL GRACIAS POR LEER Y ESPERAR!
Yo realmente disfruté escribiendo :3 nunca había hecho una historia de este género así q espero mejorar en futuras entregas 8D.


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