- ¡vaya, muchacho! – exclamó Saotome mientras daba una palmada más fuerte de lo normal en la espalda de su hijo, tomó a ambos muchachos de los hombros y pareció que su sonrisa se ensanchó un poco más si es que era posible – parece que se la pasaron bastante bien en su viaje ¿no es verdad? – picó y Ryoga solo alcanzó a ruborizarse un poco más
No esperaban sin duda que no lo notaran, ambos tenían suficientes marcas en el cuello y ojeras lo bastante profundas como para ser notadas desde lejos, sin embargo sí que habían esperado que nadie lo mencionara ya fuera por pudor o por vergüenza, aparentemente esas cosas no pasaban por la cabeza del padre de Ranma, él solo sabía que era impresionante la forma en la que su hijo sonreía, que parecía enormemente feliz y que cuando miraba a su compañero podía ver el amor flotando en el aire, nunca había visto a su hijo de esa forma por lo que pensó que sin duda estaba haciendo bien al permitir a aquel par estar juntos.
- ¡papá! – exclamó Ranma sintiéndose también avergonzado pero más bien había saltado como un resorte al notar que las palabras estaban haciendo a Ryoga sonrojar, un impulso muy básico de defender lo que amaba con uñas y dientes, incluso si lo que había delante no era una verdadera amenaza si no solo un viejo loco
- me alegra mucho que se divirtieran, porque el verano se está terminando… ¿por qué no van a dejar sus cosas y a lavarse para dormir? mañana tienen escuela – les recordó el hombre mayor mientras el sonido de las cigarras les llegaba de todas partes
El viaje se había prolongado por más tiempo del deseado pero en verdad ambos lo habían disfrutado, habían pasado mucho tiempo haciendo de las suyas, mucho más tiempo durmiendo y comiendo y el resto del tiempo nadando en las termas o dando largos e interminables paseos, durante uno de esos paseos era que había surgido lo siguiente en el plan de sus vidas. Habían decidido terminar la escuela y después de eso tomar camino al pueblo de Ryoga para pasar un poco de tiempo con la familia de este y en aquel lugar instalar el mejor dojo de la región, el señor Saotome estaba invitado por supuesto.
Ambos caminaron tomados de la mano hasta la habitación de Ryoga, dejaron las mochilas sobre el piso, a un lado, buscaron por sus cosas de baño y conociendo lo reducido de la tina en comparación con las termas en que habían pasado los últimos días de sus vacaciones de verano decidieron tomar un baño primero uno y luego el otro.
La semana de clases fue sencilla y tranquila, algún comentario o alguna mirada sobre las marcas en el cuello aún se hacía llegar de la persona menos esperada, como el enfrentamiento que el martes Ranma había tenido con Kuno en el que el chico con espada en mano lo había amenazado si es que se había atrevido a tocar uno solo de los cabellos de Akane. Ryoga sin embargo aún no acababa de llevarse del todo bien con Shampoo, Kuno había podido entender más que muy feliz que Akane ahora estaba libre y que su exrival ahora tenía una relación con alguien más… pero Shampoo parecía insistir y mientras un curioso pato con gafas enormes corría detrás de ella, la muchacha perseguía a Ranma, corriendo en círculos por la calle alrededor de la cuadra.
Ryoga estaba en el uniforme de la escuela sentado sobre el piso mirándolos correr, confiaba en Ranma lo bastante como para no preocuparse por la chica, vio a aquel curioso trío pasar de nuevo frente a él y entonces vio al pato caer al piso completamente exhausto, se levantó y lo tomó entre brazos sabiendo que cuando pasaran por ahí de nuevo seguramente lo pisarían.
- me alegro de verte Mousse, veo que aún no te rindes – dijo mientras deslizaba suavemente por el cuerpo del pato la ropa de aquel otro muchacho que hacía buen rato la abuela de la chica le había lanzado, se buscó en la mochila por su termo y lo roció con el agua aún tibia.
- ¡Ryoga…! - exclamó el pobre chico pato con apariencia derrotada y los ojos llenos de lagrimas mientras se aferraba del brazo del chico de amarillo
- oh, vamos… no llores – consoló Ryoga que no era muy bueno con eso de las emociones – me alegra ver que aún no te rindes, no te había visto en un montón de tiempo – dijo mientras el chico pato se recargaba en su hombro con una nube de depresión pesando sobre su cabeza
- a veces creo… que de verdad debería rendirme, ella nunca tendrá ojos para mí – dijo el chico de largo cabello mientras suspiraba
- solo el tiempo podrá decirte si estás haciendo bien o estás haciendo mal en empeñarte tanto, Shampoo es una mujer engreída, pero es lista, sé que en el fondo sabe que ya no podrá tener a mi novio ahora, quizás nunca se resigne o quizás lo haga un día, como sea estoy casi seguro de que un día te agradecerá por siempre estar aquí para ella – dijo Ryoga mientras veía como por la esquina aparecía su novio en una vuelta más y detrás de él salía la chica corriendo también
- supongo que tienes razón… me alegra en cambio saber que has tenido éxito, cuando hablábamos de tu situación me daba la impresión de que tu causa estaba perdida, y mírate ahora, pareces el hombre más feliz del mundo – dijo el pato en forma humana mientras veía a la chica perderse en la esquina
- a veces lo que parece una causa perdida… no lo está del todo – dijo Ryoga suspirando – por eso no debes perder las esperanzas, uno nunca sabe.
Mousse miró la calle frente a él, estaba bastante seguro de que Shampoo nunca tendría ojos para él pero agradecía que de cualquier manera Ryoga tratara de darle ánimos como él había tratado cuando la causa del chico de amarillo estaba más perdida que la suya, igualmente ya tenía un plan y el plan consistía sencillamente en marcharse y dejar a la chica extrañarlo lo bastante… si ella iba tras él estarían juntos, si no lo buscaba encontraría a alguien más en el camino… ¿Qué de quien era el plan? bueno, el chico estaba sentado a su lado y ahora se acababa de levantar para sacudirse los pantalones.
- cuídate mucho, Mousse – le pidió y se había parado en la esquina para tomar a Ranma cuando pasara y correr en otra dirección.
Mousse le dedicó un sencillo asentimiento mientras lo veía marcharse y correr. La técnica tenía hasta ahora 100% de éxito y no dejaba de preguntarse si el éxito seguiría siendo igual o bajaría a la mitad…