Tres días más tarde Ranma despertaba en el calor de una cama notando la oscuridad por fuera de la ventana en dónde aún era de noche, demasiado temprano como para levantarse pero aun así lo hizo; después del evento con Ryoga había convencido al otro de regresar a la casa de Akane para explicar sus motivos y dar sus condolencias por no poder casarse con Akane, al principio la familia entera lo había mirado muy seria y había sentido el afloje en la mano de Ryoga contra la suya pero él la apretó con fuerza y suspiró dándose la vuelta para marcharse, se iría con Ryoga en verdad…para amarlo y ser libres en algún lugar…ese era el plan pero después la familia le había pedido quedarse hasta que encontraran un lugar para quedarse y así lo habían hecho.
Con cuidado Ranma deslizó la puerta de su recamara para asomarse y mirar afuera, no había nadie en el pasillo así que de puntillas avanzó hasta la recamara que pertenecía a Ryoga, deslizó lentamente la puerta y entonces lo escuchó.
- Ranma pervertido, vuelve a tu cama ahora – era la voz de Akane, esa mujer había hecho de todo por mantenerlos apartados, demasiado, quizás esperando ganar de nuevo un lugar privilegiado con Ranma a pesar de su compromiso roto
Ranma pegó un salto en su sitio y se giró buscando a la chica pero no la encontró, solo la soledad del pasillo, ella quizás le hablaba desde su recamara, de cualquier manera al haber sido sorprendido su decencia le decía que debía volver a su habitación, se giró para cerrar la puerta de Ryoga encontrando ahí al encantador muchacho con una sonrisa y un dedo sobre sus labios indicándole silencio, usaba una enorme playera perteneciente probablemente al padre de Akane con letras de algún festival.
Ryoga avanzó despacio, sin hacer ruido alguno fuera de su habitación y cerró con cuidado la puerta de la recamara.
- Anda, vuelve a la cama… - era de nuevo la voz de Akane ¿era que ella no dormía con tal de tenerlos lejos?
- Ya voy…ya voy…mujer lunática – dijo Ranma fingiendo molestia mientras tomaba las caderas de Ryoga y lo levantaba en sus brazos
Ranma caminó despacio hasta su propia habitación sintiendo como Ryoga se había acomodado sobre su pecho…lucía tan tierno y encantador ahora que no estaba intentando asesinarlo o no tenía algún plan maestro, era solo un chico y eso era lo que más amaba de Ryoga.
Llegaron a la habitación y fue Ryoga quien extendió sus manos para cerrar la puerta, ni un ruido más de boca de Akane y eso era la gloria, Ranma llevó a Ryoga hasta su cama y el otro solo pudo acomodarse en una orilla bajo las mantas abriendo sus manos para que el otro se acomodara a su lado, Ranma entró a las mantas y abrazó con fuerza el cuerpo de Ryoga, lo acomodó en su pecho sintiendo como toda la necesidad que anteriormente había fluido por sus venas rogándole por estar con el menor estaba desapareciendo.
- N.no tan fuerte, Ranma…me asfixias – susurró Ryoga, otra de las cosas que más le gustaba a Ranma del chico era su fuerza, cualquier otro no le podría llevar el ritmo, solo Ryoga podía hacer tales proezas
- Perdona, Ryoga...mmmn…yo… - susurró tratando de pedirle un beso
Era cierto que ellos eran pareja pero no lo eran tanto, aún no se besaban con normalidad ni tampoco se tomaban las manos al caminar, era más bien una muy extraña relación que Ranma deseaba llevar al siguiente nivel con desesperación pero no parecía ser sencillo cuando la inocencia de Ryoga le saltaba en la cara, el pequeño era encantador sinceramente, ahora que ya no usaba la pañoleta amarilla y sus ropas tenían más variedad notaba su belleza en cada movimiento, le daba miedo asustarlo, herirlo al pedirle más…era tan aterradora la simple idea: golpear al chico le causaba menos miedo.
- Hmn..si, ya sé…también te extrañaba…mi cama es muy grande y…bueno…algo fría – suspiró cansado Ryoga mientras se apoyaba en el pecho del más alto y peleaba por no quedar dormido con el calor del otro
- No, Ryoga…yo… - dijo aferrándolo de la cintura con energía y subiéndolo a su cuerpo le sujetó el rostro que se iluminó por un rayo de luz de luna – te amo mucho…y te necesito…en maneras que no entiendes, no quiero asustarte pero necesito de tus besos todo el tiempo y aunque sujetarte de las caderas me encanta…sé que no es bastante… Ryoga….déjame….déjame tenerte… - le pidió mirando directo a esos labios rosas entreabiertos y traviesos, deseando por amor
- Ranma…yo no… no quiero sex….no quiero hacer el amor contigo ¿bien? – dijo Ryoga todo colorado
- ¿Por qué? ¿no sientes deseo de mí? Yo…muero por hacerlo contigo – decía Ranma acariciando esa espalda frágil
- ¡shhh! Para con eso, me asustas… - dijo Ryoga levantándose y avanzando a toda prisa hasta la puerta donde Ranma le dio alcance y lo bloqueo en su huida
- Solo…solo dame un beso….¿bien? no es mucho… solo un beso y te dejaré irte a la cama – dijo Ranma mientras le tomaba de la mejilla con cariño
- No quiero hacer esto…basta… - pidió Ryoga casi temblando y Ranma supo que no era normal, usualmente su novio era fuerte, mucho
- Tienes miedo de ir más lejos… lo sé…yo también tenía miedo de aceptar que te amaba y sin embargo te amo más que nunca… ¿Qué hay de malo en un beso? – preguntó Ranma y Ryoga le golpeo el pecho con fuerza haciéndolo dar un paso atrás y pegar la espada con la pared
Ramna estaba perdiendo la paciencia y tomó la cintura de Ryoga con fuerza para ponerlo sobre la cama, lo empujó hasta allí con poca delicadeza y el menor cayó contra la cama con Ranma sobre él, sentía su corazón salirse, sentía el miedo al dolor, a ser lastimado al amar como siempre había pasado con él, su corazón no soportaría ver la mirada de Ranma llena de desilusión así que solo trató de apartarse, estuvo a punto de gritar para que alguien fuera a salvarlo cuando sintió el suave beso de Ranma sobre sus labios, lo dominó en cosa de unos cuantos minutos, lo besó una y otra y otra vez y él lo dejó, simplemente se quedó ahí permitiendo que el otro probara sus labios y su saliva, que disfrutara de todo lo que pudiera de él, se besaron durante tanto tiempo que incluso pudo sentir el pánico alejándose de su sistema un poco más y un poco más hasta que sus brazos rodearon la nuca de Ranma y lo estrujó con cariño.
- Tonto, Ryoga nunca te haría daño, entiendo si no quieres aún hacer el amor conmigo, será cuando tu estés listo para eso…pero no me pidas que viva sin tus besos…parece imposible cuando ya los he probado y sé lo feliz que me hacen… ya vamos a dormir… ¿bien? – dijo Ranma sonriendo y Ryoga se sintió débil
- Solo… solo no intentes decir las cosas tan directo de nuevo, aún me da miedo que me rompas el corazón ¿sí? – susurró y se acomodó a dormir
Ranma lo miró acomodarse sobre la almohada y lo abrazó contra su pecho suspirando mientras lo entendía, la lógica era que habían herido demasiadas veces a su pobre novio como para que se entregara ciegamente de nuevo, pero lo amaba y nunca le haría daño…de eso estaba absolutamente seguro.
Ryoga le despertó por la mañana al subirle una pierna encima y seguir durmiendo, Ranma solo lo abrazó un poco más, lo amaba demasiado, en verdad que sí.