Capítulo II "La otra cara"
Al salir de la escuela, me topo con Quique, inmediatamente desvié la mirada, ¡Lo odio rotundamente! Lo peor es que nos vamos juntos, pero es que en parte lo extraño, ¡Y eso me hace odiarlo mas! Extraño cuando jugábamos en el parque, a las atrapadas, cuando me hacia cosquillas y me tiraba en el suelo, sus estúpidos chistes que no daban risa, y solo me reía para hacerlo sentir mejor… todo eso quedo en el pasado, ahora no nos hablamos. Pero siempre siento que me mira con desprecio, aunque se que debo estar loca, pues no tendría sentido, ¡El corto conmigo!
Cuando reacciono de mi ensimismamiento, veo que Coco esta a diez metros de mi, esperándome, y mirando su reloj, ¡Que dramática! ¡Acaban de tocar!
-Te tardaste mucho.-Inquirió haciendo muecas de disgusto, estiro su mano y me tomo del brazo, jaloneándome fuera del instituto.
-¡Ey, me lastimas!-En cuanto se dio cuenta, me soltó y se acomodo sus ropas, ¡Por favor! ¡Ya salimos de la escuela! ¿O es que tiene intenciones de ligar frente a mi? Mm, seria interesante…
El camino parecía interminable, fueron solo diez minutos, pero se me hacían eternos, no cruzamos palabra alguna, ni si quiera se digno a mirarme, yo la veía de vez en cuando a la cara, pero siempre era la misma expresión, como si no tuviera emociones.
Pasamos frente a un perrito abandonado en una caja y una cobija, mi corazón de pollo me delato, e inmediatamente fui a acariciarlo, me lo llevaría conmigo, ¡Ya no estarás solito! … Pero ella reacciono crispada, se acerco hasta mi, me tomo del mentón, apretándome dramáticamente los cachetes hasta desinflármelos por completo, y me duele mucho, pero no podía hablar.
-¡Ya te dije que es tarde!-¿Tarde para que? Esta mujer da miedo, si así es cuando esta bien, no quiero verla enojada, vieja amargada, ni el perrito toco su lado sensible. Esta mujer parece no tener corazón.
En cuanto llegamos, saco sus llaves y me invito a pasar, lo dude unos segundos, pero ella me dio un empujón, y cerro con seguro, y me dio escalofríos, ¿Era necesario eso?
-Mis padres llegaran noche.-Note que fluctuó su tono de voz por uno mas dulce, ¡Decídete! ¡O estas enojada o estas feliz!-Ven.-Me extendió la mano, pero no me inmute, ella chisteo y me volvió a jalonear hasta su cuarto.
-Linda habitación.-Ella frunció el ceño, pero asintió. Volvió a poner el seguro, encendió la calefacción, ¿Intenta asarme al carbón, rostizarme, o que rayos? Me senté en su cama y ella al lado de mi, tomo su mochila y la poso en sus piernas, sacando unos libros.
-¿Con que quieres empezar? ¿Matemáticas, química o física?
-Las odio todas.-Ella me miro escéptica
-¿Entonces por que quieres ser arquitecto? ¡Debes tener bases sobre física y Matemáticas!
-Pues yo…¡¿Cómo sabes que quiero ser arquitecto?!-¡Lo sabia! ¡Esta mujer trama algo!
-Da igual, comenzaremos donde estas mas baja, matemáticas…-Con esa palabra se me revolvió el estomago. Hice muecas de disgusto por un minuto, y ella me veía cual adefesio, en cuanto me vio, sentí una tremenda vergüenza, pero ella solo rio por instantes.-Se nota que amas estudiar.-Irónica.
-¿Soy tan obvia?-Me encogí de hombros, ella se acerco acortando drásticamente la distancia entre su rostro y el mío, tanto que me dio un escalofrió.
-¿Qué tanto quieres pasar esta materia?-¡Rayos! Su aliento me pego tan fuerte, pero olía a menta fresca… y yo huelo a papas fritas, ¡Que pena!
-Pon el precio.-Espero que no sea tan literal, no tengo dinero. Sonreí tratando de parecer inocente para que se apiade de mi pobre alma.
-Mm, ya veo.-Se quedo en esa posición por tanto tiempo que pensé que colapsaría en algún momento y seria gracioso, pero esta mujer resiste mucho. Se relamió los labios y me dieron ganas de hacer instintivamente lo mismo, enarco ambas cejas, y paso su mano derecha por mi rodilla izquierda, al principio pensé que fue un simple roce, a cause de un torpe movimiento, pero…
Continuo acariciando mi pierna ascendiendo hasta la mitad de ella, sentí cosquillas y un calor insano recorrer todo mi cuerpo, ¿Hace calor? ¿Estoy sudando? ¡¿Por qué ella no suda?!
-Tenemos mucho tiempo.-Hasta ese momento no fui capaz de discernir sus verdaderas y pretenciosa intenciones.
-¿Para que?-Ella sonrió, levanto mi falda y casi se me veía ya saben que, le di un manotazo y me pare bruscamente, algo no anda bien con esa chica, y yo que me quejaba de mi.-Sabes, debo irme.-Pero ella no se movió, intente abrir, pero no pude.-¿Puedes abrirme?-Pero al momento de girarme ella ya frente a mi. Abrí mis ojos junto con mi boca caótica, es muy rápida además.
-Tu maestra se va a enojar, tenemos que estudiar…
-¡Pero no estamos estudiando!
-Es que tu no coperas.-Recargo su mano en la pared con una mirada elocuente.-Si dejas de resistirte, acabaremos rápido, lo prometo.-¿Resistirme? ¿De que habla? Acerco su cara casi hasta escasos dos centímetros de la mía, cerré mis ojos, y el mismo calor insano recorrió mis mejillas que ahora están ardiendo.
-D-De acuerdo.-Comencé a tartamudear, ella se quito, y no supe donde sentarme. Ella se sentó en una silla, yo no sabia si sentarme en su cama o en el suelo, sin querer tropecé con mi pie, y hubiera preferido caer de sentón en el suelo, pero no fue así, caí justamente en sus piernas.
-Vaya que eres juguetona.-Acaricio mi cabello y yo comencé a temblar. ¡¿De todos los lugares del mundo tenia que caer ahí?! ¡¿Enserio?!- Tu cabello huele a coco.-Se acerco hasta mi mejilla, recargando su frente en ella.-¿Qué ironía, no?
-S-si.-Intente levantarme, pero ella me detuvo, sosteniéndome de la cadera.
-¿A dónde vas?-Me tomo un mechón dejándolo detrás de mi oreja susurrándome algo al odio.-Yo estoy cómoda así, ¿Tu no?
-Am.-Si hubiese sido hombre, el ya estaría tumbado en el suelo con un tremendo golpe en a entrepierna, mientras le aviento mil y un groserías, ¡Pero es nunca chica! ¡Y a las niñas no se les pega! ¡Al menos yo no lo haría! ¡¿Qué hago?! ¡Ayúdenme!
Entrelazo su mano derecha con la mía, y con la izquierda tomo mi otra mano y la recargo en su pecho, el cual no se cuando, ni donde, ni a que hora lo desabotono. Podía ver dos cosas enormes ahí dentro, ¡Que envidia! Yo soy un jodido palito.
-¿Alguna vez has pensado en probar cosas nuevas?
-Pues… no me gusta la vainilla, pero en chocolate no sabe tan mal, aunque me gusta mas el amargo.-Vaya hora en que se me ocurre desviar dos segundos la mirada, esta desgraciada me tomo del mentón y me planto un inesperado beso en mis lindos labios, ¡Quiero gritar, pero no puedo! ¿Qué pretende? ¿Por qué no se espera hasta la universidad para hacer esas cosas?
Su mano izquierda acaricio mi trasero…¡¿Qué, que?! ¿Ya me esta manoseando?! ¡Es todo! ¡Yo me rajo!
La pellizque en el hombro y ella me soltó para sobarse, me pare y tome la mochila, de una patada abrí la puerta, no me importa que me cobre lo de su perilla. Baje las escaleras como un rayo, pero antes de voltear a ver si me seguía me tomo de la cintura…
-¿A donde vas?
-¡Ya no quiero que seas mi tutora!
-No encontraras a alguien mejor que yo.-Que obstinada. En ese momento tocaron la puerta.
-Cariño, somos tus padre, ya llegamos, ábrenos.-¡Noo! ¡Sus padres están aquí!! …un momento, ¡Sii, sus padres están aquí!