Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El Dovahkiin por PauliBlack

[Reviews - 102]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Actualizacioooooon!!!!! a fin -w- ajajajaja uff pence que nunca la haria XD

Como simepre, Dovahkiin pertenece a Bethesda Game Studios  

Y Connor a Ubisoft Montreal.

Personajes de Harry Potter a la queridisima J. K. Rowling n.n 

Llegaron a la puerta de la sala común de serpientes, Regulus dijo la contraseña y apenas se abrió el trio pasó por ella. Lucius era cargado en la espalda del licántropo mientras que el Black iba delante de ellos, mostrándole al Gryffindor cuál era su habitación; las piernas del rubio rodeaban la cadera del castaño, las mismas eran tomadas por los brazos de Remus para que no se callera, los brazos del oji-plata rodeaban el cuello del lobo fuertemente y su rostro iba escondido en el cuello del oji-miel; estaba semi-dormido, el llanto lo había cansado de alguna u otra manera y no quería comer nada, solo dormir.

Entraron al cuarto que Regulus compartía con Severus y el rubio, con ayuda del Black bajaron con cuidado al adormilado Malfoy de la espalda de Lupin y este lo puso en su cama, lo arropo y se quedó sentado en el lecho. El rubio lo miro a los ojos y el sangre licana le devolvió la acogedora mirada.

_ ¿No necesitas nada Lucius?_ pregunto el Black preocupado.

_ No, Regulus, estoy bien… solo… que Se…verus no … lo está-_ el rubio no podía hablar, no podía mencionar algo de su golpeado amigo cuando su voz se cortaba y se angustiaba de sobre-manera comenzando a llorar, dejando el orgullo característico de un Malfoy.

Remus la miro apenado, sabía que se culpaba por lo que le paso al mestizo y a nadie le gusta ver a la persona que quieres sufriendo de esa manera, atormentándose solo; con fuerza coloco la cabeza del prefecto en su regazo, este se aferró a una de sus piernas y escondiendo su rostro en ella escondió su sollozo, el lobo solo podía acariciar la espalda y la larga cabellera tratando de tranquilizarlo.

_ Shhh… tranquilo Lucius, veras que todo está bien y que mañana lo veras en buen estado.

_ P…ero R… Remus-_

_ “Pero Remus” nada, veras a Severus bien ¿sí?, él es fuerte, lo viste hoy en el duelo, además está en buenas manos_ El Black vio cómo su amigo dejaba de replicar y se quedaba tranquilo arre-costado en la pierna de Lupin aferrado a este como que si en cualquier momento llegara a desaparecer. El chico de bucles se sentó al frente de los dos y se puso a hablar con el licántropo.

 

 

Pasadas las horas Regulus fue a cenar ya que eran las nueve y media, tal vez si se apuraba podía comer algo.

_ ¿No necesitan algo del comedor Lupin?

_ No, gracias, pero si puedes traer algo de jugo de calabaza para Lucius te lo agradecería aun mas, estoy seguro que luego tendrá sed cuando despierte_ dijo mientras seguía acariciando la cabeza de un dormido rubio que seguía sobre su pierna.

_ Bien pensado_ dijo parándose de la cama y yendo hacia la puerta_ Ah, y por cierto_ dijo volteándose llamando la atención del oji-miel_ Gracias por lo de…_ y con la cabeza señalo al rubio dormido sobre el regazo.

_ No hay porque agradecer Regulus_ dijo sonriente Remus_ …además…_ observo a Lucius_ … uno debe ayudar y proteger lo que quiere ¿no?_ menciono tiernamente el lobo dejando asombrado a Regulus.

_ Si, supongo que tienes razón_ dijo casi-bajo recordando al peli-negro dañado, para salir por la puerta en dirección al comedor.

 

 

James ya había llegado cojeando a su sala común y solo se dirigió hacia su cuarto. Agradecía que la oportuna de su novia lo hubiera encontrado tirado en el suelo y que lo ayude a sentarse en un banco que había en el pasillo.Se excusó de que el Quiddich le había hecho tal lesión y vacilante la peli-roja se lo creyó, luego le dijo que el iría solo hacia la sala común y aunque persistió bastante, Lily acepto, y luego de un beso rápido se despidió de ella se fue hacia el lugar antes mencionado.

Al entrar parecía que en vez de un cuarto era una zona de guerra; Canuto estaba tirado en el frio suelo mirando el techo seriamente, su cuerpo estaba estirado totalmente y parecía más muerto que vivo pero con la diferencia de que los muertos no apuñalan el tejado con el cejo fruncido como si este lo hubiera hecho enojar. A su alrededor habían cosas tirada y algunas rotas, todas pertenecientes al Black. Se asustó al ver la escoba del oji-azul rota, sin duda algo siniestro le había pasado a Sirius.

_ ¿Amigo?_ llamo algo temeroso el Buscador al Black.

_ ¿Qué quieres James?_ pregunto monótono el chico sin apartar la mirada del techo.

_ Yo… ¿estás bien?

_ Si, lo estoy_ dijo levantándose del suelo de una forma mecánica.

_ ¿Estás seguro? Porque tus cosas están tiradas y-..._ el Black lo dejo hablando solo ya que sin decir nada se fue de la habitación y de la sala común.

 

 

Observo la hora, las diez menos cinco. Aunque fuera prefecto, debía estar en su casa para esa hora. Miro el cuerpo prendido de su pierna y recostado sobre su regazo una vez más, se veía tan pacifico que juraría que no era el orgulloso Lucius Malfoy.

Con cuidado coloco la cabeza del rubio sobre la almohada y se zafo suavemente del agarre del Malfoy; saco algunos mechones de cabello del rostro de su musa y decidió abandonar el lugar de descanso de su serpiente pero algo lo detuvo luego de dar dos pasos hacia la puerta, algo lo tenía sujeto de la manga de su túnica; se volteo a ver el lecho y observo como la mano de Lucius estaba apretando firmemente la manga de su uniforme.

Quiso hacer contacto con los orbes plateados pero estos seguían como lo había dejado, apaciguadamente dormido en la almohada, luego el ansiado contacto se hizo presente ya que el rubio lentamente abro sus ojos y se conectó con la del león.

_ Por favor… quédate conmigo…_ pidió el rubio de forma sedosa, casi rozando con la seducción, pasmando a Remus; este estaba peleando con su sentido común que le rogaba abandonar la habitación y sus instintos y su lobo interno, que le decían que se quedara con su musa toda la noche, velando por su seguridad_…Remus…_ rogo en un susurro mostrando un rostro que el lobo no se lo esperaba, parecía tan inocente, que hizo que su sentido común se perdiera en algún lugar lejano de su mente, cediendo ante las suplicas de Malfoy.

_ Está bien… estoy aquí_ dijo el licántropo de manera suave.

El rubio se hizo hacia atrás dejando un lugar para él en el lecho y con la mano palmo el lugar vacío_…acuéstate aquí…_ susurro el rubio haciendo que el lobo se sonrojara y se olvidara como respirar por un par de segundos. Se sacó los zapatos y la gran túnica negra dejándolo solo con una camisa de manga larga blanca, una corbata del color de su casa y los pantalones, se quitó la corbata dejándola junto a la túnica y se metió de forma cuidadosa en la cama de Lucius.

Se tapó con las mantas y recostó su cabeza en la almohada que ahora, compartía con el oji-plata y apenas su cráneo toco el cojín el rubio se pegó a su cuerpo de forma instantánea poniendo su cabeza en su amplio pecho dejando aún más pasmado a Remus.

_ No te molesta estar así ¿verdad guapo?_ pregunto medio adormilado el rubio, dejando asombrado a Remus ¿Aquella inocencia a donde fue a parar?

_ No_ respondió el licántropo abrazando por la cintura a Lucius y atraerlo para sí dejándolo muy cerca de su cuerpo.

_ Mmm… que bueno…_ susurro el rubio_…por un momento pensé que te irías_

_ Si supieras por cuanto he esperado esto_ confeso el castaño apoyando su quijada sobre la cabeza del rubio aspirando el dulce olor de su cabello.

_… entonces compartimos las ansias…_ susurro divertido el Malfoy sacando una sonrisa del sangre licána.

 

 

El Black menor ya iba de regreso a su sala común, ya le faltaba poco. Iba con una copa que dentro tenia le jugo de calabaza que la haba sugerido Lupin, se lo diera a Lucius. Se había sumido en sus pensamientos, pensando en cierto peli-negro inconsciente y no se dio cuenta cuando chocó contra alguien más alto que él, ese hombre estaba de espaldas al Black. Regulus estaba cayendo de espaldas y el cáliz caía con él.

El hombre se dio vuelta y con un hábil movimiento tomo de la cintura a Regulus y lo jalo para sí dejando su cadera pegada a la del menor, mientras que con la otra mano alcanzo la copa sin que se la cayera ni una sola gota. Cierto deja vu lo invadió; la oscuridad del pasillo no le daba crédito a ver el rostro de su salvador, parecía que sus ojos eran tapados por una capa imposibilitando su vista, y eso que sus rostros quedaron a veinte centímetros de distancia, lo suficiente para nítidamente ver el rostro de cualquiera.

_ ¿Te encuentras bien?_ pregunto amable el mayor al cuerpo que sostenía su brazo.

_ Yo… si… muchas gracias y por favor perdone mi-_ quedo cayado al reconocer el capuz del héroe de hace unas horas atrás.

_ ¡Oh! Eras tu… ¿Regulus cierto?_ dijo volviendo a su postura inicial y dejando libre la cadera del menor para luego entregarle el cáliz con la bebida naranjada.

_S-sí, gracias por la ayuda y perdona mi torpeza Kenway*_ dijo algo nervioso el Black recordando el apellido del héroe, el otro asintió_ Por cierto, si no te molesta mi pregunta, ¿Por qué deambulabas por aquí?

_ No es problema_ dijo amable el homicida_ Estaba buscando a Dovahkiin, me dijo que iría a comer algo pero se tardó un poco y lo fui a buscar… tal vez se perdió…

_ Bueno, sí, el castillo es grande, más las escaleras movedizas y los pasillos interminables puede que se haya extraviado_ al decir esto el asesino suspiro pesadamente_ s… si quieres te puedo ayudar a buscarlo_ dijo tímido el Black.

_ ¿De veras? Justo te o iba a preguntar, me vendría bien tu ayuda_ admitió el héroe. Empezaron a caminar por el pasillo hasta que Connor recordó algo_ Por cierto ¿para qué era la bebida?

_ ¿Eh? ¡Ah! ¡Cierto! Era para Lucius_ recordó el muchacho.

_ Te acompañare a dejarla primero_ ofreció el encapuchado.

_ Está bien, gracias Kenway-_

_ Por favor, llámame Connor…_

 

 

_ ¿Sabes? Eres muy cálido…_ admitió el Slytherin en un susurro.

_…y tu pareces tan frágil…_ admitió el otro.

_ ¡Oye! ¿A quién llamaste frágil? ¡Te lanzare un Cruciatus y ahí veremos si dices lo mismo!_ dijo alterado el rubio tratando de alejarse del otro.

_ Está bien, está bien, no eres frágil…_ dijo el león viendo como el otro dejaba de alejarse_... eres delicado_ dijo divertido haciendo que el otro tratara de soltarse de los brazos que le rodeaban.

_ ¡Remus Lupin eres un atrevido!_ dijo el rubio resistiéndose al agarre el lobo_ ¡cuando encuentre mi varita…!_ amenazo.

_ Tranquilo Lucius, era una broma_ intento en vano de que el hermoso rubio dejara de alejarse de él_... lo siento…_ Al sentir la voz triste de Remus se tranquilizó y dejo de resistirse enseguida.

_ Lo sé, solo me hice el ofendido_ dijo guiñándole un ojo al licántropo, el otro lo volvió a atraer a su cuerpo y quedaron mirándose por unos instantes.

Miel y Plata se fundieron es una exquisita y perfecta mezcla; se decían tantas cosas sin mediar una sola palabra. Remus acerco su rostro al del contrario y le dio un suave beso a la frente del rubio haciendo que sus ojos plateados se cerraran. Al dejar el contacto el otro lo volvió a ver, ese brillo en los ojos plata de Lucius lo atravesaban con intensidad dejando sus pulmones sin aire por la belleza de tales orbes.

Lucius, queriendo devolver el favor que había recibido de los labios de Remus, se aproximó a la mejilla sonrosada del lobo, depositando un delicado beso sobre ella y así comenzaron con un juego de roces sobre el otro en distintas partes del rostro mientras que con sus manos se brindaban mimos cariñosos que los hacían sentir recibidos entre los brazos del otro.

El último beso de Lucius fue en la punta de la nariz del castaño claro haciéndolo reír por el cosquilleo que sintió contagiando al rubio y empezando una leve risotada. Cesaron la risa de un momento a otro y la conexión miel-plata volvió a realizarse una vez más; sus rostros empezaron a aproximarse sin dejar de mirar a los ojos del otro, casi sintiendo el aliento del otro golpear su propio rostro. Sus ojos se entre-cerraron pero sin perder tan preciado contacto, sus corazones golpeaban con furia sus pechos; solo se escuchaban los latidos acelerados de ambos alumnos por el acto que iban a realizar. Ya a cinco centímetros de distancia de los labios del contrario…

_… ¿p-puedo b-esarte?_ pregunto el Gryffindor con voz ronca por la excitación de tan ansiado contacto.

_ Tonto, no preguntes si ya lo estás haciendo…_ fue la respuesta de Lucius ya contra los labios de su tan amado lobo.

Fue un casto toque como los que se habían propinado antes, solo una suave caricia sobre los labios que dejaría a cualquiera inconforme; pero para ellos fue la sensación más placentera que pudieron haber experimentado, pudieron hasta jurar que sintieron un choque eléctrico cuando los bordes de sus bocas se tocaron, relajando todo sus cuerpos. Apenas acabado el toque el rubio coloco su cabeza en el pecho del Remus y este lo rodeo con sus brazos nuevamente, se escuchó un suspiro por parte de ambos; se encontraban dichosos, sus corazones no podían dejar de bombear más rápido y de alguna forma el beso les habían dejado adormecidos, listos para emprender al mundo de los sueños; se dijeron un par de palabras antes de descansar en brazos de Morfeo.

 

 

Un desprevenido Regulus entro en aquella habitación donde había dejado abandonado a mi amigo y a aquel Gryffindor, el cual se imaginó que se había retirado del lugar para dirigirse hacia su casa. Grande fue su sorpresa al encontrar aquella escena; el orgulloso y millonario Lucius Malfoy estaba prendido del pecho de él amable y humilde Remus Lupin que, gustosamente, correspondía el abrazo, dormidos, en una misma cama sabiendo que la cama de Severus estaba libre, tan cerca el uno del otro; de poco y al Black no se le caía al cáliz de la impresión, pero se sentía feliz.

Sabía que a su amigo le gustaba mucho el Merodeador oji-miel, y estaba más que seguro que el otro le correspondía. Ahora estaría más que convencido que así era; con cuidado coloco la copa en la mesita de noche del rubio y con la misma cautela salió de la habitación y de la sala común donde el héroe lo esperaba.

_ ¿Sucedió algo?_ le pregunto el homicida llamado la atención de Regulus_ Te ves… dichoso.

_ Si, bueno… vi algo… tierno_ dijo sonriente el Black_ Bien, vamos a buscar a tu amigo_

 

 

_ Oye James_ dijo temeroso cola-gusano a su amigo que estaba acostado en la cama_ ¿Hacia dónde se dirigía Sirius?

_ ¿Por qué preguntas Peter?_ pregunto algo alarmado el Buscador.

_ Bueno… estaba viniendo desde el gran comedor y… lo vi con el mapa del merodeador y con tu capa dirigiéndose a toda prisa por un pasillo… lo salude… pero no me hizo caso… _ ante la mirada seria del Potter recordó algo_ … parecía molesto y refunfuñaba cosas… nombrando a Snape-_

_ ¡Demoños!_ le interrumpió_ ¿¡Que le sucede a ese chu-?! ¡Auch!_

_ ¿James?_ el roedor vio como Cornamenta se tomaba con fuerza el abdomen haciendo una mueca dolorosa_ ¿Estas bien? ¿Qué sucedió?_ pregunto preocupado

_... nada Peter… _ dijo recordando el gran golpe que le había regalado su amigo “Lunático”_ Solo… me lastime en Quiddich…

 

 

Pasaron varios minutos buscando a él sangre de dragón, desde las mazmorras hasta el gran comedor, por los baños hasta la torre de astronomía y no había rastro siquiera del caza dragones. En todo el camino los individuos entablaron una conversación amena y continua, temas como el concurso, la hechicería y ellos mismos, fueron vitales para que la charla no se volviera incomoda.

_ Así que… ¿eres una especie de asesino?_ pregunto entre curioso y asombrado el Black.

_ Si, desde pequeño he sido entrenado_ dijo quitándole importancia al asunto.

_ ¿Fue a tu voluntad o te obligaron a serlo?

_... ambos… digamos que… la venganza me ha obligado a continuar…

_Lo siento, no debo preguntar pero, ¿hacia quién?_ pregunto mientras que miraba el rostro cubierto del homicida.

_ Eso… por ahora, no está a mi alcance para responderte, aun no… confió en nadie de aquí…_ respondió dándole a entender que no le diría nada_…pero tengo la esperanza de que algún día te lo revelare, Regulus_ dijo mirándolo a los ojos verde-grises del Black. Regulus vio un brillo por debajo de la capucha, para ser más específico, dos círculos negros brillaban debajo del capuz dejándolo embobado por un momento, recordando los hermosos pozos de su amigo mestizo_ Ven, te llevare a tu lugar de descanso, es tarde, estoy seguro que te meteré en problemas si estas a estas horas fuera de tu lecho_ dijo educado el encapuchado_ Además, creo que Dovahkiin debe de estar en nuestra habitación_ dijo sacándolo de su trance.

_ E-está bien_ dijo algo desorientado el Black.

El héroe regreso con Regulus a la sala común de Slytherin, luego de un reverencia, se despidió del Black para volver a sus aposentos.

 

 

Sirius se dirigía, según le señalaba el mapa, hacia la enfermería ¿Pero qué demonios? ¿Tanto daño le había causado el árbol? De haberlo sabido, lo hubiese ayudado… o eso es lo que creía.

Tal vez, no debió ser tan mezquino con el chico. Ahora que lo pensaba, él nunca le había hecho nada malo realmente, siempre fue él que comenzaba la pelea con el peli-negro, él siempre lo molestaba primero, e incluso se derivaba de los golpes a veces sabiendo que él no se defendería de la fuerza física que poseía.

Iría a verlo, por lo menos un momento, de algún modo se sentía mal; Remus siempre tuvo razón, algún día se pasaría de la raya y lo lastimaría fuertemente ¿Por qué el licántropo no fue con ellos? ¿Por qué no estuvo cerca? Estaba seguro de que “los” hubiera detenido inmediatamente… no… solo lo hubiera detenido, ya que james solo fue un cordero tentado por el lobo.

Entro a la enfermería con cautela, no eran horas de estar ahí, pero tenía que verlo una vez más, y su deseo se cumplió; no muy lejos de la puerta, acostado sobre una de las camillas, yacido serenamente estaba Severus Snape, su némesis caído. La habitación estaba a oscuras, solo la luz de una vela en la mesa cerca del peli-negro dejaban ver sus facciones.

Quiso verla mejor y con sigilo se acercó hacia el mestizo: sobre su cabeza había una venda rodeándole gran parte de la frente, sobre su costado un poco de sangre manchaba la tela, sobre sus sienes. En una de sus mejillas tenía una gasa que, según sus recuerdos, había una gran mancha morada. Tenía los brazos al costado de su cuerpo y su rostro estaba sereno; nunca lo había visto así de tranquilo y de alguna manera ese cuerpo desprendía una magia relajante.

Se sentó en una silla que se encontraba al lado de la camilla, seguramente era para visitas. Lo admiro por varios minutos. Su cabello cayendo sobre su rostro y almohada, sin rastros de grasa en él lo tentaban a tocarle. La respiración acompasadamente lenta lo hacía ver aún más sereno. Vio y sintió como murmuraba algo entre sueños, le parecía gracioso verlo arrugar el entrecejo y escucharle blasfemar, así le conocía. Su rostro paso de estar molesto a uno lleno de… ¿terror? ¿angustia? ¿miedo? No sabría decirlo con claridad, pero de lo que estaba seguro es lo que escucho salid de esos finos labios luego de esa expresión:

_ S…si… rius… b…ast… basta… por-favor… no… m-me… l-astimes… yo-te…_ y una ligera lagrima callo a un costado de su rostro para dejar de pronuncia palabra alguna.

Su corazón quedo helado, olvido como se respiraba e incluso tembló por un momento; los recuerdos del grito que le dio en aquel pasillo lo abrumaron, cuando él intento huir de el: _” ¡Sirius Black! ¡Tú! ¡Animal Salvaje! ¡Ya… me tienes harto!”

_ No… no vine a hacerte daño_ le susurro al cuerpo que había vuelto a estar tranquilo, parándose de la silla y rozo una de sus manos con las del mestizo_ Yo… tú me… ¡Agghh! ¡Demonios Snivellus! ¡¿Qué me has hecho?! ¡¿Por qué me siento así?!_ le pregunto irritado al cuerpo sobre la camilla. Por un momento iba a hacer algo contra su propio juicio: acercarse al rostro de Snape y robarle un… pero sintió algo detrás de él.

Sintió pasos, en el pasillo, pasos que se acercaban hacia allí. Se alejó de Severus y con la capa que le “había pedio prestada sin decir nada” de James y se escondió cerca de la puerta de la habitación, parado.

Efectivamente alguien venia hacia la enfermería; vio un gran cuerpo pasar en frente de él dejándolo mudo por la gran altura que poseía. Sí que era grande, la gran musculatura de ese chico era impresionante, así como su estatura, ya que le pasaba medio cabeza a Canuto, y eso que él era considerado alto.

El chico se sentó en la silla donde él había estado anteriormente y se quedó contemplando el menor de Slytherin. Sirius arrugo el entrecejo ¿Quién demonios era ese tipo? ¿De dónde conocía a Snape?

El muchacho tenía el cabello hacia atrás, algunos mechones caían hacia los costados de su rostro. Largo y de un color castaño intermedio. Llevaba un chaleco de cuero sin mangas y unos guanteletes de tamaño de su antebrazo. Sus muslos eran tapados hasta las rodillas por una especie de piel de oso, pensó el animago, llevando grebas en las piernas y unas botas de cuero como las anteriores prendas.

El extraño paso varios minutos mirando al peli-negro e inquietando de cierta forma al chucho. Vio que tenía algo entre las manos pero no podía verlo bien desde el lugar que se encontraba. El mayor se paró de su asiento y se acercó al mestizo, inquietando aún más a Canuto.

Observo como se aproximó al rostro del caído y le quitaba los cabellos del rostro de una manera tan familiar que le hirvió la sangre; juraba que si tenía su varita en ese preciso momento no dudaría en lanzarle un “Pullus”, convertirlo en gallina y comerlo vivo en su forma de animago.

Pero decidió irse de allí al ver como levantaba una de las manos del Slytherin y colocaba el objeto en la mano del peli-negro, depositando un suave beso en ella, cerrándola y dejándola en su lugar original; en su cabeza resonaba una palabra una y otra vez “Curcio, crucio, crucio…”

 

Ya sin importarle que el mayor lo escuchar salió de allí, camino por varios pasillos y al encontrarse seguro se quitó bruscamente la capa arrojándola al piso con furia. Se le podía escuchar gruñir mientras que con furia tomaba sus bucles y los cinchaba con fuerza, no quería gritar de ira para no despertar a nadie, ya que si lo hacía despertaría hasta la gente que dormía en la Mansión Black, sabiendo que quedaba a una gran lejanía del castillo.

Soltó su cabello luego de haberse calmado un poco, su respiración era agitada e irregular, quería convertirse en un licántropo y atacar al extraño dejándolo reducido a cenizas por el atrevimiento de haber tocado… lo que era suyo

Sintió unos pasos cerca de él y dirigió la mirada hacia el dueño del andar, una ver reconocido el cuerpo lo apuñalo con ira; El mismo muchacho de la enfermería estaba, nuevamente, pasando por enfrente de él.

Una mirada pesada cayó sobre el mayor, mirada que tenía como dueño a Sirius Black. Sin dejar de caminar el más alto miro directo a los ojos del animago; Cielo y Tormenta chocaron con furia por un segundo, parecía que rayos salían de sus ojos para atacar al contrario y no faltaba poco para que Sirius se lanzara al cuerpo del contrario para declararle la guerra.

Desvió la mirada del menor y siguió su camino su camino dejando a un enojado y resentido chucho solo en el pasillo.

 

 

_… ¿Dónde estabas?_ pregunto enojado un chico de capuz al recién llegado.

_ … Fui a ver algo hermoso…_ dijo susurrante el caza-dragones.

Notas finales:

* El nombre compreto de Connor es Connor Kenway, me habia olvidado mencionarlo ._. perdonen XD espero les guste n.n Cuidensen Muyayos n.n 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).