Ya han transcurrido cuatro meses desde la llegada del trio de serpientes y de los merodeadores, siendo ya la primera semana de Enero. Severus estaba bastante satisfecho y tranquilo por el empeño que le ponían sus amigos para evitar a los leones y en caso de no poderse evitar, ellos lo protegían con sus cuerpos y varitas.
Estaba también muy feliz por Lupin, que cumplía su palabra de mantener a raya a los bromistas siempre que podía, es más, en las clases compartidas de Gryffindor y Slytherin siempre que pedían formar grupos de a dos y que ambos alumnos sean de casas opuestas el peli-caoba se reunía con Lucius mientras Lily se sentaba con Severus.
Remus había entablado cierta cercanía con el rubio y empezaban a conocerse mejor. El motivo de conversación siempre era Severus, planeaban estrategias para protegerlo y demás, pero el tema se desviaba y terminaban hablando de otro tema como sus gustos, futuros y estudios.
Lily también sabía que a Severus le gustaba el hijo mayor de los Black, ella lo único en lo que podía ayudar era en persuadir al Buscador de Quiddich para que lo dejaran en paz y efectivamente James bajó el número de bromas al pobre peli-negro, pero a veces una broma que otra no se podía evitar.
Mientras tanto Sirius estaba un tanto inquieto, más bien molesto. Si no eran el oxigenado y su hermano menor, era Remus el que defendía a su fuente principal de bromas. Necesitaba molestarlo, ver su cara molesta y sus ojos llenos de furia clavándose en su cuerpo, quería oírlo insultarlo y necesitaba una broma, una mísera broma, una que al menos haga que grite su nombre con furia, porque por algún motivo, le encantaba su voz cuando se dirigía hacia el así sea de forma brusca.
Severus se encontraba acompañado de Lucius y Regulus en uno de los pasillos de Hogwarts, era de tarde, y aunque estuviera nevando e hiciera mucho frio en esos lugares, estaban hablando animadamente de las próximas clases, de lo vivido en la semana de vacaciones y esas trivialidades, bueno, solo el rubio y el peli-negro ya que Regulus estaba más concentrado de su lectura.
Se le veía al menor mucho más relajado, definitivamente estaban haciendo las cosas bien al protegerlo, su aura era serena y era más sociable con ellos, pero seguía siendo reservado ante los otros. Tan relajado estaba que se encontraba acostado en uno de los bancos que se encontraba allí con la cabeza apoyada en el regazo de Regulus mientras éste, apoyado en una pared, leía un libro. Lucius, mientras estaba en “flor de loto” sobre el banco jugando con su varita.
Sintieron unos pasos aproximarse a ellos y Lucius, alertado, gira su torso y apunta al recién llegado con su varita, quedando pasmado al ver a Remus Lupin con sus manos en alto dando a entender que se estaba “rindiendo” y en su rostro tenía una cara divertida ante la reacción del rubio.
_Oye! No vine a molestarlos! Tranquilo Lucius_ dijo sonriendo y aproximándose al oji-plata.
_ ¿Qué haces aquí Lupin? ¿Y los otros?_ dijo Lucius haciéndose a un lado para que el licántropo se sentara a su lado en el gran banco.
_En práctica de Quiddich_ dijo sentándose_ Estarán allí por dos horas mínimo, vine a par la tarde con ustedes_ dijo llevando sus brazos hacia atrás de su espalda y apoyando sus manos en el suelo para sostener su torso. Severus se sentó correctamente ante la presencia del oji-miel y se quedó mirando un punto muerto en el suelo.
_ Mañana tenemos clases compartidas ¿no es así?_ dijo el caoba sacando tema de conversación.
_ Sí, creo que es pociones_ dijo pensativo el rubio captando la atención de Remus y Severus.
_ Creo que no nos dejaran elegir compañero esta vez_ hablando por primera vez Regulus que seguía concentrado en las escritas hojas de papiro. Esto tenso al peli-negro y de eso se dieron cuenta Lucius y Remus.
_ Oigan ¿no quieren ir a “Las Tres Escobas”? Yo invito_ dijo el licántropo con una sonrisa en el rostro.
_ Suena interesante_ dijo el rubio mirando al Remus de forma coqueta mientras que el aludido lo observaba con la misma intensidad.
_ Por mi está bien_ dijo el de cabello oscuro cerrando su libro y parándose de su sitio y Severus se ayudó sosteniéndose del árbol.
Remus también se paró y le tendió ambas manos al rubio para ayudarlo a levantarse, aunque no lo necesitara, cosa que descoloco aun poco a Regulus y a Severus. Aceptó ambas y el oji-miel lo jalo suavemente para sí, en un acto de caballerosidad _ Muchas gracias, guapo_ susurro lo suficientemente alto para que solo Lupin escuchara haciéndolo sonreír dichosamente.
Eso de las ocho y media el grupo estaba volviendo a Hogwarts,debajo de una pequeña ventisca que les helaba los rostros. Remus y Lucius iban adelante charlado animadamente y en ocasiones se les podía ver reír juntos, mientras que Severus era escoltado por Regulus estas dos últimos iban hablando de lo que querían hacer luego de Hogwarts y demás trivialidades.
El león acompañó a los tres a la puerta de la sala común de Slytherin, Regulus le dio un apretón de manos y Severus le hizo un ademan con su mano y este le respondió de la misma manera. Una vez dentro esos dos, Lucius se volteó hacia Remus el cual las manos en los bolsillos de su pantalón y miraba hacia el suelo con una sonrisa nerviosa, imagen que le causo gracia al gran Lucius Malfoy.
_Oye…_ dijo el rubio llamando la atención del oji-miel_ Enserio, muchas gracias por ayudar a Severus_ dijo sincero el oji-plata poniendo sus brazos por detrás de su espalda y acercándose al caoba.
_ No… no hay de que_ dijo el león _ Siempre lo quise proteger de los chicos pero no podía hacerlo por miedo al abandono_ miró directo a los ojos de rubio que estaba a medio metro de él, con las manos en la espalda_ Era hora de que hiciera algo_ dijo esbozando una sonrisa.
_ Bueno, que sepas que tu aporte es bien recibido, Remus_ dijo de forma dulce dándole un delicado beso en la mejilla a un licántropo aturdido_ Nos vemos mañana, guapo_ dijo de forma sensual el rubio entrando a su sala común, dejando a un pasmado Remus Lupin con una mano en su mejilla besada.
Llego a su sala común con una embobada sonrisa y se acostó boca-arriba en su cama. En un portazo llegaron Sirius y James acompañados por Peter hablando de lo bien que fue esa práctica y le prestaron atención al chico que irradiaba felicidad.
_ ¡Oye Lunático!_ grito el animago con euforia_ ¡¿Que te sucede?!
_ ¿Dónde estuviste Remus? No te vimos en toda la tarde_ dijo el de cabello castaño claro sacándose el uniforme de Quiddich
_ No te interesa Cornamenta_ articuló el licántropo aun con la mirada en el techo.
_ ¿Qué con esa actitud?_ dijo extrañado el Black también sacándose el uniforme sucio. Remus no contesto, parecía más interesante el techo que sus amigos. Lo que inquietaba al par de leones era esa sonrisa en el rostro del caoba: una sonrisa “anormalmente” contenta.
Mientras tanto en otra sala común un rubio tenía una sonrisa satisfecha por el acto reciente que acababa de realizar. Luego de una hora de realizar tarea el Black menor preguntó: _¿Iremos a cenar?.
_ Yo no iré, estoy lleno con lo que comí allá.
_ Creo que iré_ dijo el rubio con otras intenciones.
_ Igual acompáñanos Severus_ pidió el castaño
_ Está bien_ dijo resignado
Se dirigieron hacia el comedor y se sentaron en sus respectivos lugares: Regulus se dispuso a comer mientras que el peli-negro estaba leyendo un libro de pociones para el día de mañana. Lucius estaba concentrado observando la mesa de Gryffindor y a un león en especial, mientras que ese mismo también observaba al oji-plata.
Un Gryffindor de mirada zafiro miraba intensamente a un chico con un libro en sus manos, se veía tan tranquilo, tan sereno, tan relajado…. que le molestaba a él “cuando tenga una pequeña oportunidad te hare una broma mi pequeño cervatillo” pensaba el Black con la mirada perdida en su presa.