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El Niñero por Shamita

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Tanto Mu y Shaka veían intrigados a la mujer frente a ellos junto a siete jóvenes y el pequeño Shun que era cargado por un joven de cabellos celestes al igual que sus ojos, piel blanca con un lunar cerca de los labios.


─ Niños, el es Shaka y fue quien cuido y nos regreso a Shun ─hablo Antonieta─. Agradézcanle por cuidarlo.


─ ¡Muchas gracias! ─hablo el joven que traía cargado al peli verde, mientras los demás asentían con la cabeza dando a entender que estaban de acuerdo con el peli celeste─ Ojala pudiéramos hacer algo para recompensarte.


─ Si, Afrodita tienes razón ─hablo Antonieta, se volteo para ver a los dos mayores que tenían los cabellos azules, uno más claros que el otro y ojos color esmeralda, piel bronceada─ Saga, Kanon no creen que deberíamos darle una recompensa a este jovencito por haber regresado a su hermano.


─ Pues si lo pones de ese modo mama Antonieta, si ─hablo el de cabellera azul más claro─. Pero que es lo que quiere de “premio” este hermoso joven ─continuo con una sonrisa lasciva.


– Nada, yo regrese a Shun con ustedes porque ese era mi deber ─contesto un tanto molesto el rubio─. Ahora si nos permiten debemos irnos.


–¡Shaka Gray alto ahí! ─ordeno la única mujer presente al ver como el rubio estaba dispuesto a marcharse ─ Kanon no quiso ser grosero ¿verdad? ─inquirió volteando a ver fijamente al gemelo que se encontraba cerca de Afrodita.


– Emm… si mama Antonieta ─hablo Kanon al ver la mirada molesta de la mujer─, era un pequeño chascarrillo, no te enojes Gray.


– Está bien, pero de verdad señora Moss no es necesario que me den algo ─le hablo a la mujer mayor ─, hubiera hecho lo mismo por cualquier otro niño.


– Mama Antonieta tiene razón ─intervino el otro gemelo de cabellos más oscuros─, debemos darte algo como agradecimiento bien pudiste secuestrar a Shun y pedir rescate y no lo hiciste.


– ¡Saga! Qué cosas dices ─reprendió Antonieta─, si se ve que Shaka es un jovencito muy bueno y no andaría haciendo esas cosas.


– Pues solo es la verdad mama Antonieta ─repuso el gemelo─, si hubiera querido fácil nos habría pedido dinero por regresar a Shun o darnos algún indicio de él ─continuo defendiendo su punto de vista sin inmutarse de la mirada asesina que le dirigía el rubio al escuchar lo que decía y sin prestar atención a la molesta cara que tenia la mujer frente a él─. Dime ¿cuánto quieres? ─dirigió su fría mirada al rubio.


–¡¿Qué?!, yo no quiero ni dinero ni nada ─hablo molesto el rubio─ mucho menos si viene de ti.


– Bien ya esta, vámonos ─dijo a sus hermanos pero estos no se movieron al ver la mirada muy molesta de la señora Moss─. Si no vienen me iré sin ustedes.


– ¡Saga Russell! ¡Qué manera de hablar es esa! ─reprendió al de cabellera azul y fríos jades por ojos─ ¡Te disculpas ahora mismo con el joven Shaka Gray!


– Está bien mama Antonieta ─suspiro el reprendido para después mirar sin ningún interés al rubio que seguía parado viendo la discusiones familiares que tenían─. Disculpa por llamarte secuestrador ─se volteo a ver a la mujer y le dijo─, ya esta ¿ahora si nos vamos?


–¡Hay Saga! ¿Cuándo aprenderás? ─dijo mientras meneaba su cabeza de manera negativa y después volteo a ver a los primos y les dijo─. Les pido disculpas por todo esto, pero ya que no aceptaras nada de nosotros Shaka deja tan siquiera que te llevemos a tu casa, por lo que pude notar se dirigían a la parada de autobuses que tal si los llevamos nosotros ─pidió la mujer con una mirada suplicante.


– De verdad señora Moss no es necesario que…


– ¡Sí! ─interrumpió abruptamente Mu  a su primo logrando que las miradas se fijaran en el─. Digo ya es tarde Shaka y ¿sabes cuánto tiempo nos costara llegar hasta la casa? ─pregunto a su primo nervioso.


– Nos permiten un momentito ─pidió el rubio a la señora y los hermanos, recibiendo solo un asentimiento de cabeza por parte de la mujer, se alejo un poco con su primo─. ¿me puedes decir que fue eso Mu? Tú nunca andas aceptando ese tipo de propuestas sino conoces a las personas.


 – Pero ya las conocemos, además se ve que son buenas personas ─argumento el peli lila─. Ándale si, acepta que nos lleven ─pidió haciéndole ojitos de borrego a medio morir a su primo a sabiendas que no podría decirle que no.


– Está bien, pero solo por esta vez Mu ─termino aceptando– pero tu hablaras con el que pida la dirección.


­ – ¡Si lo que tu digas! ─dijo feliz Mu─ Vamos no los hagamos esperar ─ambos primos se acercaron nuevamente hasta la mujer de cabellos rubios con mechones grisáceos.


– Bien jovencitos, ¿nos dejaran tan siquiera dejarlos en las puertas de su casa? ─quiso saber la mujer.


­ – Si, señora –respondió Mu con una sonrisa


­ – Muy bien, ¿Cómo te llamas jovencito? –hablo Antonieta a Mu, ya que no los habían presentado.


­ – Mu Moore a su servicio –contesto mientras sonreía–, es un placer conocerla.


­ – El gusto es mío jovencito –dijo la mujer mayor mientras sonreía cálidamente–, Antonieta Moss –se presento para después girarse hacia los jóvenes que estaban a sus espaldas– Kanon tu llevaras a Ikki, Orfeo, Afrodita y Shun a la casa mientras que Saga tu nos llevaras a estos jovencitos a su casa, Shiryu y yo te acompañaremos.


­ – ¿Pero y Mime mama Antonieta? –cuestiono Saga con seriedad– No lo puedo dejar aquí, además le prometí que saldríamos.


­ – Pues que Kanon lo lleve a la casa y que te espere ahí –ordeno la mujer  con voz firme– y cuando regresemos de dejar a estos niños podrán salir.


– Está bien, iré a buscarlo y explicarle –dijo mientras que se giraba y al comenzar a caminar volteo–. Enseguida regreso mama Antonieta, no se muevan –dijo seriamente para continuar con su camino.


Los otros cuatro jóvenes junto con el pequeño Shun que continuaba en los brazos de morfeo, se despidieron de la mujer y del peli negro de nombre Shiryu, mientras esperaban a que Saga regresara tanto Mu como Shaka platicaban amenamente con Antonieta, después de un tiempo se estaciono cerca de donde se encontraban un automóvil último modelo color rojo, que sonó el claxon.


­ – Ya llego Saga –hablo por primera vez el de cabellos oscuros–, vamos mama Antonieta.


­ – Si Shiryu –convino la mujer–, jovencitos acompáñenos enseguida los llevaremos a sus casas.


­ – Si, gracias –hablo Mu, ya que su primo no estaba muy convencido.


Subieron al automóvil la mujer en el asiento del  copiloto mientras que los tres peli largos se sentaron en el asiento trasero, Shiryu quedo detrás del asiento del piloto, Mu en medio y Shaka del lado del copiloto, este se encontraba entretenido mirando el cielo nocturno que no prestaba atención a la animada conversación que tenía su primo con la mujer de cabellos rubios.


­ – Así que van a comenzar a estudiar la universidad –comento Antonieta– y díganme, ¿qué carrera estudiaran?


­ – Yo estudiare para Licenciado en Ciencias Nutricionales –dijo el peli lila muy emocionado.


­  – ¿y tu Shaka? –pregunto la rubia– … Shaka –llamo al no tener respuesta del muchacho.


­ – ¿Eh?, perdón –se disculpó el oji turquesa después de salir abruptamente de sus pensamientos–. ¿Decía señora Moss?


­ – ¿Qué carrera estudiaras pequeño? –hablo la mayor con una sonrisa.


­ – Estudiare Diseño Gráfico, ¿por qué? –quiso saber al haberse perdido toda la conversación.


­ – Bueno porque tu primo nos estuvo platicando algunas cosas sobre ustedes –explico la peli rubia– y nos conto que han estado buscando empleo para ayudar a su familia.


­ – Si es verdad –comento el oji azul– y por eso terminamos aquí –completo en un susurro que fue escuchado por Mu, que le dio un codazo.


­ – Shaka –le llamo la atención el peli lila–, se más cortes quieres –continuo en voz baja a lo que solo obtuvo como respuesta un asentimiento de su primo, elevo su mirada hacia la mujer que había volteado para ver a los primos –. Es una lástima que Shaka se haya decidido por el diseño gráfico a mi consideración –le comento a la mujer.


­ – ¿Por qué dices eso Mu? –cuestiono la mujer.


­ – Es que aquí mi primo es muy bueno con los niños y muy paciente para enseñarles, de hecho desde que llego  a la casa es él quien se encarga de ayudar a mi hermano y al propio con las tareas –comento orgulloso de su primo.


­ – ¿De verdad? –inquirió la mayor viendo fijamente al rubio que agacho la cabeza pues no quería que lo vieran ruborizado gracias a las palabras de su primo.


­ – Algo –dijo quedamente el rubio aun ruborizado–, solo que Mu exagera un poco.


­ – ¡Claro que no! –intervino el mencionado– Si hasta Kiki mejoro mucho desde que llegaste.


­ – Mmm… eso me hace pensar algo –dijo Antonieta más para sí que para los primos.


­ – Mama Antonieta –llamo Saga– ¿Qué estás pensando? –indagó al ver la mirada serie y fija de la mujer en el rubio


­ – Shaka Gray te propongo que seas mi ayudante en la casa de los Russell –dijo la mujer con una mirada convencida.


­ – ¡¿Qué?! –gritaron los dos hermanos que iban en el carro que a causa de la impresión del mayor había frenado de golpe.


­  – ¡Saga! –grito Antonieta–  Nos pudiste haber matado, ¿Qué pasa contigo? –regaño al gemelo que iba con ellos por la acción realizada.


­ – Perdón, pero es que me agarro de sorpresa lo que le propusiste al chico –se justificó el conductor


­ – Eso no es justificante para manejar como lo has hecho –siguió regañando a Saga durante unos minutos más mientras continuaban con su camino a casa de los primos, hasta que recordó el motivo principal que había causado aquel susto– ¿Entonces Shaka que dices? ¿Serás mi ayudante en la casa de mis niños?


­ – Pues es que señora Moss yo ya tengo empleo y …


­ – Vamos Shaka además no todos los días va a haber fiestas infantiles a las que ir y tú sabes que necesitamos el dinero –interrumpió Mu a su primo antes de que desechara la idea.


­ – Vez pequeño, además te daremos los días que tengas que ir a tu otro empleo y así ayudaras más en tu casa –intentaba convencer al rubio la mujer–, también te daremos un muy buen sueldo y vacaciones, también tendras un horario en el que puedas acudir a tus clases –seguía diciendo todos los beneficios que tendría si trabajaba con ella–, ¿dime pequeño quien más te dará tantas ventajas?


­ – Pues seguramente nadie –dijo Shaka que ya a este punto estaba pensando seriamente aceptar–, pero ¿Qué trabajos tendría que hacer?


­ – Tendrías principalmente la tarea de cuidar a los más pequeños que son Shiryu, Ikki y Shun, acompañar a Orfeo y Afrodita si salen para que no anden solos por ahí, pero también deberás contribuir en los quehaceres del hogar y en cualquier tarea que te pida yo o los gemelos que son los mayores – explico la mujer como si no fuera nada lo que debería realizar el rubio si aceptaba el empleo.


­ – Bueno pues ¿no me dejaría pensarlo? –pregunto el menor


­ – Lo siento pequeño pero necesito una contestación ahora mismo para que puedas empezar mañana –hablo Antonieta, aunque en realidad no necesitaba con urgencia la ayuda del oji turquesa pero sabía que sino presionaba no tomaría la decisión que a ella le convenía– ¿y bien Shaka que respondes?


­ – Pues no creo que alguien me ofrezca un empleo con todo lo que me ha mencionado señora Moss, y creo que me convendría trabajar con usted se ve que es una gran persona –hablo el rubio menor–, así que creo que acepto.


­ – ¡Perfecto! –dijo entusiasmada por haber conseguido lo que quería– Entonces te espero mañana en la mansión, por cierto ¿Cuál es el horario de tus estudios pequeño? –recordó la mujer para saber en qué horario le pediría que fuera.


­ – Mis clases serán en las mañanas de 8:00 am a 2:00 pm –respondió el otro


­ – Bien entonces te espero a las 3:00 pm y saldrás alrededor de las 8:30 pm –dijo la mayor–. Bueno servidos niños –comento al detenerse el carro y mirando la casa de los primos.


­ – Gracias –dijeron ambos  primos para posteriormente bajar del automóvil pero Shaka recordó que había olvidado un pequeño detalle así que se dirigió a Antonieta.


­ – Disculpe señora Moss –hablo el rubio desde afuera del automóvil agachándose para poder ver a sus ocupantes–, pero no me ha dicho a donde debo de ir, es decir, la dirección de la casa.


­ – ¡Oh cierto! Que despistada soy –dijo la mujer–, la casa se encuentra dentro de la zona residencial “Elysian Fields” en la caseta de vigilancia les dices que vas de mi parte y que comenzaras a trabajar en la mansión de los Russell, trata de llegar media hora antes ya que te tomaran los datos y elaboraran una tarjeta de acceso a la zona para que puedas pasar sin problemas –le explico al rubio para que no tuviera ningún problema con los guardias–, cuando terminen pídeles que te indiquen cual es la mansión  y como llegar a ella, ¿entendiste?


­ – Sí, claro no se preocupe estaré ahí a tiempo –dijo el menor sonriendo–. Bueno muchas gracias por traernos a mi primo y a mí, que lleguen con bien a su destino y descansen –se despidió de los ocupantes del automóvil.


­ – Gracias a ti y ha sido un placer a verlos traído. Buenas Noches –se despidió Antonieta.


Shaka se dio la vuelta dispuesto a entrar a su casa y por fin descansar pero apenas había dado dos pasos y escucho que del carro uno de los hermanos le hablaba, así que volteo para ver que se les ofrecía.


­ – A las 3:00 pm en punto niño, sino mis hermanos se quedan sin niñero y sin haberlo conocido –escucho que le dijo el conductor con una mirada seria pero en su rostro Shaka pudo ver una pequeña e incluso insignificante sonrisa burlona.


­ – No se preocupe, sus hermanos tendrán quien los cuide –aseguro debido a la molestia que le había causa la sonrisa del gemelo que lo había llevado.


Se giró molesto y comenzó a caminar más rápido y pudo escuchar como el auto nuevamente se ponía en marcha y cuando pensó que podría entrar a su casa a lo lejos alcanzo escuchar al otro de los Russell que se despedía de una manera muy peculiar.


­ – ¡Nos vemos hermoso niñero! –dijo el peli oscuro mientras asomaba su cabeza por la ventana del automóvil– ¡Te esperamos mañana! JAJAJAJA


Shaka y Mu se quedaron viendo por unos momentos pero después decidieron dejar las cosas como estaban, ahora era tiempo de descansar ya mañana verían como se arreglarían las cosas en la casa por las nuevas actividades que tendrían, lo único que Shaka daba gracias era que aún faltaban dos semanas para entrar a clases y podría acomodar sus horarios para ir a su nuevo empleo de ¿niñero?...


­ – ¡Niñero!... acepte un trabajo de ¿niñero? –dijo viendo a su primo Mu que ya estaba en la puerta de su cuarto y lo veía con una gran sonrisa.


­ – No me digas que apenas vas captando la idea primito –dijo en tono burlón, al darse cuenta que su primo estaba apenas reaccionando de cuáles serían sus actividades con esa familia–. No te dijo nada el cuidar y ayudar a los más pequeños, acompañar a los otros cuando salgan para que no vayan solos, ayudar en la casa –enlistaba el peli lila ante la mirada molesta del oji azul–. ¡Vamos Shaka necesitas el dinero! Además no puede ser tan malo –lo animo al ver que burlarse no le ayudaría al rubio.


­ – Tienes razón –concedió el otro sonriendo al recordar al pequeño peli verde, bueno si lo tendría que cuidar no creía fuera tan malo–, ¿Qué es lo peor que puede suceder? –dijo dándole a entender a su primo que todo estaba bien.


­ – No puede ser peor que estar casi cuatro horas dentro de un traje de Mickey Mouse –contesto recordando el dicho traje que parecía más un horno que nada–. Vamos es hora de dormir.


­ – Si, nos vemos mañana –hablo Shaka–. Descansa.


­ – Igual tu, hasta mañana –contesto Mu al momento de abrir la puerta de su habitación para posteriormente cerrarla.


Shaka se dispuso a copiar a su primo, entro a su alcoba y saco su pijama, se dirigió al baño donde tomo un rápido baño para quitarse el sudor y la suciedad para poder dormir más cómodamente se puso el pijama, y se metió en la cama individual que tenia se acomodó de lado y pudo observar a su hermano Hyoga dormido plácidamente o más bien a pierna suelta, tan tranquilo y sin ninguna preocupación y fue cuando recordó que tenía que dar lo mejor de sí para poder seguir manteniendo la tutela de su hermanito, pensando en eso y haciéndose la promesa de dar el 100% en sus nuevos trabajos y sus estudios cerró sus ojos para dejarse llevar al mundo de los sueños.


Mientras que en la habitación que compartían los hermanos Moore, el peli lila se encontraba bañándose y recordando al mismo tiempo a dos guapos gemelos que le habían robado el aliento desde que los vio entrar a la fiesta, aunque había uno de ellos que le llamaba más la atención.


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