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El Niñero por Shamita

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En la parte centro de la ciudad, más específicamente en uno de los clubs nocturnos más exclusivos de la ciudad ahí se encontraban los gemelos Russell acompañados de un joven de cabellos rubios largos hasta media espalda y piel blanca, y ojos color rubí, a su lado se encontraban sentados otro joven de cabellos rubios más oscuro no tan largo que el del otro, piel bronceada y unos ojos grises que llamaban la atención de muchos, y un muchacha de cabellos celeste pálido, igual que sus ojos y una piel blanca.


–        ¡Oh Saga vamos a bailar! –decía el de ojos rubí al gemelo mayor que se encontraba bebiendo un whisky en las rocas– Anda, que tengo muchas ganas de bailar cariño.


–        Ahora no Mime, ve tú con Siegfried e Hilda si quieres –contesto el gemelo para después tomar su bebida.


–        ¡Ash! Hoy andas muy agrio cariño –hablo el rubio–, sabes te tomare la palabra –continuo para después girarse hacia sus amigos– Chicos, ¿vamos a bailar?


–        ¡Vamos! –contesto la ojí celeste– Anda amor, vamos con tu hermano –le dijo al otro rubio.


–        Como gustes mi niña – le contesto el otro acariciándole la mejilla.


Los tres jóvenes se levantaron de la mesa y se dirigieron hacia la pista de baile del club, mientras que los gemelos siguieron en su lugar tomando sus bebidas, uno veía sin interés alguno la pista de baile como si estuviera viendo a su novio pero eso distaba de la realidad realmente estaba ahí más por compromiso que por gusto en cambio el otro gemelo se encontraba concentrado en buscar alguien que pudiera quitarle el aburrimiento sin muchas opciones buenas dirigió su mirada esmeralda hacia su hermano el cual a pesar de ir ya por su segundo whisky no parecía estar más animado.


–        Que pasa Saga –hablo el menor–, desde que regresaste a la casa tienes cara de muerto ni siquiera Mime te la quito.


–        No estoy de ánimos Kanon –contesto molesto el otro–, y si tanto te molesta mi cara entonces no entiendo que haces aquí.


–        Calma, calma –dijo el menor mientras movía sus manos a la altura de su pecho–. Mejor dime que te tiene así.


–        Nada, es solo que estoy cansado –contesto su igual– yo no me fui directo a casa sino que tuve que llevar a esos dos chicos hasta su casa y tener que escuchar toda una conversación tonta y nada interesante.


–        ¡Oh vamos Saga! No me dirás que realmente estas así solo por hacer un favor a esos chicos –dijo el menor de los hermanos mientras veía a un joven, de cabellos negros lacios hasta los hombros  y ojos color ámbar, piel blanca, que se encontraba bailando.


–        Sabes que no me gusta que me cambien mis planes –hablo el mayor de los peli azul–, además de que yo tuve que estar toda la tarde al pendiente de los chicos y tuve que aguantar hablar con Afrodita y Shiryu.


–        Ok… ok tu ganas –contesto Kanon a su igual–, pero eso es tu culpa al no querer disfrutar de las delicias que había en esa fiestecita de niños.


–        Yo no soy de andarme metiendo con todo lo que se mueva Kanon –respondió el otro mientras sonreía burlonamente a su hermano.


–        Yo no me meto con todo lo que se mueve –se defendió el ofendido–, solo me meto con el que la mueve bien.


–        Tú nunca vas a cambiar  –declaro el de cabellos más oscuros.


Los hermanos continuaron platicando mientras bebían y veían bailar a las demás personas dentro de aquel club nocturno, después de varios minutos los tres jóvenes que se habían perdido en la pista de baile regresaron a la mesa donde tomaron un par de bebidas para refrescarse después de tanto baile, estuvieron en el lugar alrededor de tres horas más cuando salieron del club nocturno se dirigieron hacia el auto del gemelo mayor donde abordaron ambos gemelos y el de cabellos rubios, mientras que los otros dos jóvenes seguían de largo hacia un BMW azul oscuro que se encontraba estacionado unos lugares más atrás.


Después de ir a dejar al novio del gemelo mayor, se dirigieron a su mansión en la zona residencial “Elysian Fields” cuando por fin llegaron a su casa ambos hermanos se despidieron solo con un ademan con la mano y se fueron cada uno a sus respectivas habitaciones.


Pronto un nuevo día amaneció para los habitantes de la mansión Russell y al ser día de escuela y trabajo se escuchaba un gran escándalo por parte de todos los Russell mientras unos iban, otros venían, no faltaba el que no encontraba su zapato o su camisa preferida, para la mama Antonieta era un constante ir y venir sobretodo con los más jóvenes que eran los más renuentes ah asistir a clases o estar listos para las 7:00 a.m. en el comedor donde desayunarían como era su costumbre antes de ser llevados por el chofer al instituto donde estudiaban Orfeo, Afrodita, Shiryu e Ikki mientras que los gemelos mayores se iban cada uno en su automóvil hacia sus trabajos, poco después de que todos se fueron la señora Moss junto con algunas empleadas levantaron la mesa y se dispusieron a limpiar todo lo ocupado para posteriormente ir directo a las habitaciones a acomodarlas y cuando terminaron todo la señora Moss fue hacia la habitación del más pequeño de la casa ya que este al ser el menor aun no contaba con la edad necesaria para ir al instituto  pero si iba a una guardería cerca de la zona residencial donde Vivian pero eso era hasta las 9:00 a.m., así que podía dormir un poco más que sus hermanos mayores.


En el otro lado de la ciudad se encontraba la familia compuesta por los Moore y los Gray se encontraba en un ir y venir tanto de sus miembros como de cosas, los más pequeños de la casa estaban siendo casi arrastrados por los mayores para que desayunasen algo antes de partir a su colegio mientras que el mayor de todos se encontraba preparando las ultimas cosas que llevaría a su trabajo mientras esperaba a los más jóvenes, por su lado tanto Mu como Shaka que habían tenido prácticamente que arrastrar fuera de sus camas a sus respectivos hermanos y ahora se encontraban desayunando junto con ellos.


–        ¡Chicos, hora de irnos! –dijo Shion al entrar a la sala-comedor con su maletín– Vamos que se hace tarde.


–         ¡Ya vamos! –dijeron los niños mientras se paraban de la mesa y se dirigían a buscar sus cosas


–        Mu, Shaka nos vemos en la tarde –se despidió el mayor para después subir a su automóvil.


–        Tío –llamo el rubio al peli verde que voltio hacia su sobrino–, antes de que te vayas quería decirte que conseguí un nuevo empleo y empiezo hoy a las 2:30 p.m.


–        ¡Qué bueno Shaka! –hablo el de cabellos verdes con una sonrisa– Entonces sino te veo te deseo que te vaya muy bien en tu nuevo trabajo.


–        Gracias Shion –contesto el otro–, te veré más tarde.


–        Nos vemos, más tarde –dijo el peli verde mientras observaba al joven frente a él– y cuídate mucho.


–        Si, igual tu –hablo Shaka mientras veía como los menores de la casa salían corriendo de esta para subir al automóvil del mayor.


–        ¡Nos vemos! –dijo una voz detrás de Shaka que se movió dando espacio a que la figura de Mu fuese vista por los tres que se iban.


Después de despedir a sus familiares  tanto Mu como Shaka optaron por ir a dormir un poco más, al fin ellos todavía estaban de vacaciones y aun estaban cansados por lo vivido el día anterior, horas más tarde volvieron a despertarse y estuvieron viendo televisión y platicando cosas triviales hasta que llego la hora en que Mu comenzara a preparar la comida siendo ayudado por Shaka después de terminar la comida el rubio opto por comer de una vez ya que pronto serian la una y media de la tarde y todavía tenía que darse un baño rápido para arreglarse e ir hacia su nuevo trabajo.


Antes de las dos de la tarde Shaka se encontraba saliendo de su casa,  vestido con unos  pantalones caquis y una camiseta de manga larga azul oscuro con rayas blancas, y encima de esta una chaqueta ligera verde olivo y unos mocasines color café,  para ir hacia la parada del autobús que lo llevaría hasta el centro de la ciudad de ahí tomaría otro que lo dejaría a unas calles de donde se encontraba la zona residencial donde viven los Russell, después de casi cuarenta minutos por fin el de ojos turquesa vislumbraba la entrada a la zona residencial “Elysian Fields”.


–        Buenas tardes –dijo Shaka a un hombre alto y fornido de cabellos oscuros e igual mirada y piel morena que vestía el típico uniforme de guardia–. Vengo de parte de la Señora Moss a trabajar en la casa de la familia Russell.


–        ¡Ah! tu eres el niñero –hablo el hombre de piel morena– Mucho gusto, soy Aldebarán Bornes –dijo extendiéndole la mano al rubio.


–        ¡Un gusto!  –dijo con una sonrisa el rubio– Shaka Gray a sus servicios.


–        Bien Shaka, ¿te puedo llamar por tu nombre? –cuestiono Aldebarán.


–        Claro, mientras yo también te pueda llamar por el tuyo no hay problema –hablo Shaka.


–        Bueno Shaka antes de que pases a la mansión Russell necesito –explico el mayor– que por favor me llenes unas hojas son datos personales respecto a que te dedicas, alguna dirección y un teléfono por si llegase a ocurrir algo que sea necesario que te contactemos– siguió explicando al rubio mientras lo hacía sentarse frente a una mesa y le pasaba unas hojas y pluma para que las llenara–, entenderás que las personas de esta zona residencial quieren saber diversos aspectos de la vida de sus empleados para corroborarlos y estar seguros de que quienes entran son personas confiables.


–        Entiendo –dijo mientras se disponía a llenar los datos que le pedían–, Aldebarán ¿Tengo que contestar mi orientación sexual?


–        Jejeje, si Shaka –contesto el otro viendo como en el rubio aparecía un ligero rubor en las mejillas–. No te preocupes, esa información solo la sabrá la señora Moss.


–        Está bien – dijo mientras continuaba contestando la hoja, cuando termino dejo todo en su lugar y se voltio hacia el hombre que había estado acompañándolo–. Listo Aldebarán.


–        Bien, ya solo falta que te tome una foto para hacer tu carnet de acceso –le dijo Aldebarán mientras se paraba del asiento y lo invitaba a seguirlo–. Solo que eso lo hace Aioria pero fue por el almuerzo ya no debe tardar.


–        Está bien –contesto el rubio mientras se sentaba nuevamente enfrente de otra mesa quedándole frente su cara una computadora que tenía una cámara–. Y Aldebarán ¿algún consejo que me quieras dar respecto a las familias que viven aquí?


–        Pues te diré Shaka que aquí hay de todo –comento el hombre–, te puedes encontrar con personas que solo ven en las otras personas dinero o ahí quienes aún recuerdan que todos somos humanos.


–        Ya veo –hablo el de ojos turquesa–, y ¿Cómo son los integrantes de la familia Russell? –quiso saber para tener una idea de lo que le esperaba.


–        Bien, los gemelos son tan iguales como diferentes el más serio es Saga y el más alegre es Kanon, así los puedes diferenciar para que no te equivoques –se explico el de cabellos oscuros– después les siguen los mellizos Orfeo y Afrodita, el primero es más tranquilo que Afrodita, de ellos sigue Shiryu él se parece mucho a Saga en lo que respecta a lo serio pareciera que en vez de hablar con un joven de quince años estuvieras hablando con alguien de treinta–siguió explicando ante la atenta mirada del rubio– , los más chicos son Ikki de diez años y el pequeño Shun de apenas tres años, Ikki cuida mucho a Shun pero podría decirse que este ha salido más problemático que los otros cinco juntos.


–        Entonces de Ikki es de quien me tengo que cuidar más –dijo más para si que para su interlocutor.


–        Se podría decir que si –contesto Aldebarán sonriendo al otro–, pero eso si te advierto que por tu edad y apariencia deberás cuidarte de Kanon.


–        ¿De Kanon? –cuestiono el rubio.


–        Si veras…


–        ¡Alde! –grito una voz desde fuera de la pequeña oficina– ¡Ya llego la comida!


–        ¡Oh la comida! –dijo visiblemente emocionado y dejando al rubio solo por ir hacia la puerta– ¡Ya era hora! Tenía tanta hambre


–        Aldebarán Bornes ¿tu cuando no tienes hambre? –cuestiono un hombre de piel canela, cabellos castaños y mirada azul– ¡Hola! Yo soy Aioria Evans –se presento al percatarse de la presencia del de cabellos rubios.


–        Mucho gusto Aioria –saludo al recién llegado sonriendo–, Shaka Gray un placer conocerte.


–        ¡Ah! es cierto Aioria –recordó el más grande la presencia del oji turquesa–, Shaka a estado esperando a que llegues para que le tomes la foto para el carnet.


–        Con que el carnet –comento el de cabellos castaños–, bien pues a tomarte esa foto Shaka para que puedas irte.


Se sentó frente al de piel clara e ingreso algunos datos después acomodo la cámara para poder tomarle la foto a Shaka que permanecía atento a lo que le indicara el de cabellos cortos, después de unos minutos el rubio salía de la oficina de guardias con su carnet y una explicación de cómo llegar a la mansión de los Russell, apenas y tenía el tiempo justo para poder llegar y no se cumpliera aquello que el mayor de los gemelos le había dicho la noche siguiente, a las 3:00 p.m. se encontraba frente a una gran mansión  con el estilo de la Chateau Klecany con una combinación de blanco y amarillo pálido, y el techo de tejado negro, llamo a la puerta esperando aun tener el empleo.


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