Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El sexo no lo es todo... o sí por Misakiyeah

[Reviews - 149]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Aquí otra vez! Pues aquí ya estamos en el capítulo 9 y la verdad es que le estoy cogiendo mucho cariño a esta historia.

 

A partir del capítulo 10 habrán muchas sorpresas, porque...descubriremos Nueva York en estado puro, ¡espero que os guste!

-¿Por qué tarda tanto Sam? Oye, ¿estás en ropa interior? -preguntó Christian intentando abrir más la puerta, pero el otro se lo impedía, reteniendo la puerta.

-Claro que estoy en ropa interior, ¿no lo ves? ¿ni para eso sirves? Sam bajará en unos momentos, ahora está...ocupado -sonrió pícaro-. Dejaría que te unieses, pero no eres mi gusto. Un modelo prostituto, que tópicazo. Me aburres. Adiós -hizo fuerza para cerrar, pero el otro empujó con todo su cuerpo, venciendo la fuerza de la mano de Bill, logrando entrar en aquel piso de lujo.

-¡Sam! -gritó buscando al menor, pero no pudo volver a repetirlo ya que notó como el otro le tapaba la boca con su mano.

-Cállate que está durmiendo -susurró, dándole una pequeño golpe en la cabeza-. Ahora que estás aquí, voy a aprovechar para hablar contigo una cosa pendiente, me estorbas.

Christian solo atinó a mirarlo enfadado, ¿qué tenía que hablar ese cabrón con él?

-Si prometes no gritar para no despertar a Sam, te destapo la boca, ¿aceptas o no? -preguntó en un susurro, a lo que el otro solo asintió con la cabeza.

-Bien, bueno creo que ya es hora de que zanjemos esto de una vez. Vete de la habitación de hotel que yo estoy pagando, simple -comentó mientras sacaba un cigarro de la cómoda que estaba al lado de la puerta de entrada, para después encenderlo.

-¿Y dejarlo en manos de un macro empresario con intenciones realmente oscuras? Ni de coña, además esto es algo entre él y yo -contestó frunciendo el ceño.

-Sería entre tú y él si la habitación la pagara él -suspiró molesto, dando una calada al cigarro-. Bien, no tenía intenciones de favorecer a un estúpido como tú, pero mira -dijo sacando unos papeles de uno de los estantes que se encontraban pegados a la pared.

-¿Qué es eso? -preguntó Christian, tomando los papeles que le estaba ofreciendo Bill.

-Contratos que te he conseguido. Gucci, Prada, Versace, Calvin Klein....son tuyos si te vas, donde quieras, me da igual lo que hagas. Solo quiero que te marches.

-Pero qué... -se calló al empezar a leer todo lo que había escrito, era su sueño pasado a la escritura. Las mayores marcas de moda lo estaban aceptando entre sus filas sin mover ni un solo dedo.

-¿Eso es lo que tú quieres, no? Ahí lo tienes. ¿Si o no? Tu futúro está en tus manos -contestó fríamente.

Christian se quedó quieto, helado, no podía creer que lo estuviesen haciendo elegir entre las dos cosas más importantes que tenía en su vida, la amistad y su sueño. Intentaba no pensarlo y decidirse, pero no podía evitar soñar como sería su carrera.

-Paso. No quiero conseguir las cosas de esta manera. Sé que esto es Nueva York, y tengo muy pocos escrúpulos, pero no voy a traicionar a la única persona que me ha tendido la mano aquí, que te jodan -rechistó-. Pero tú estás en la misma situación, a ver que opina Sam cuando le cuente todo -sonrió desafiante.

-Como quieras, si dices algo me ocuparé de que no vuelvas a modelar en lo que te queda de vida -respondió indiferente, como si se esperase aquella respuesta por parte del modelo-. Necesito hablar unas cosas privadas con Sam sobre trabajo, deberías buscarte uno que no sea tan de prostituto barato, como el de la cafetería. ¿Sabes? De hecho me extrañé que Sam no supiera nada, pensaba que era una puta cualquiera y míralo, un inocente crío trabajando en uno de los mayores puteríos de Nueva York, ¿es cosa tuya?

-Eso no tiene que ver contigo... -respondió sonrojándose levemente-. Sam no sabe nada de eso, y yo no estoy orgulloso de estar allí, pero es lo que hay, niñato engreído. Seguro que eres un rico de esos al nacer, o algo parecido. Quiero a Sam en cinco minutos abajo, si no volveré a subir -dijo enfadado, saliendo del piso loft.

* * *

 

 

Me sentía totalmente inmerso en un mar de cosas bonitas y buenas, me veía a mí con trece años, saliendo a tirar la basura de mi antigua casa, cuando vivía con mis padres.

Ahí estaba él, con su pelo rubio largo, le llegaba hasta el pecho al que se le sumaba su pequeño sonrojo que siempre estaba en sus mejillas cuando nos encontrábamos. Esos ojos marrones me gustaban, siempre me miraban sonrientes.

-¡Hola Chad! -saludé, metiendo la bolsa de basura en el container gris que estaba en el patio, él también había tirado la basura, solo nos distanciaba una reja que separaba nustras casas-. ¿Me estabas esperando? -pregunté sonriendo.

-Hey Sam, no, bueno más o menos, no he estado mucho aquí...quizás cinco minutos, o diez, no sé -contestó tímido, riendo nerviosamente-. ¿Como estás? ¿emocionado ya por tu cumpleaños? Está a la vuelta de la esquina.

 

-Ta...erta...pierta....¡despierta! -nuevamente volví a la realidad, y no estaba muy seguro de si era cierto. Tenía a Bill Flanagan de pie delante de mí, medio desnudo y ofreciéndome un refresco-. ¿Ya has vagueado bastante en mi sofá? Si quieres seguir tendrás que hacerlo en mi cama.

-Bill... tengo sueño -susurré tallándome los ojos-. ¿Qué tal mi primer trabajo, te ha gustado el informe?

-Hm, no está mal pero podría haber estado mejor. Pasaré por alto tu indiscreción al irte de la fiesta, pero que no pase más -contestó afable-. ¿Quieres algo de comer? Puedo mandar a pedir algo.

-No, no, gracias. Estoy cansadísimo, me alegro de haberlo hecho bien -suspiré, la verdad es que algo de culpa si que sentía por dentro-. Nos vemos -me paré del sofá y me dirigí a la entrada, solo quería aterrizar en mi cama.

-Sam -me detuvo su tono de voz frío, pero que raramente esa vez se oyó cálido.

-¿Si? -pregunté, girando mi cara.

-Esta noche te saco a cenar, no acepto un no por respuesta, estate listo, a las nueve te espero en recepción. ¡Ah! Y arregla lo del perroflauta metido en tu cama, no lo toleraré más días, y ahora si quieres verme desnudo quédate o si no, vete -inmediatamente se sacó la toalla rodeada a su cintura, pero por suerte no alcancé a ver nada que después mi mente no procesara, ya que salí corriendo del apartamento.

Entré en la suite, y allí estaba Christian tan sonriente como siempre. Aquél tupé le hacía bastante mono a decir verdad, me gustaba su estilo, seguramente llegaría muy lejos como modelo. Medía uno ochenta, buena planta, varonil, guapo....¿qué más le podían pedir?

-Te intenté esperar, pero tardaste mucho -dijo con cierto retintín en su tono.

-Lo siento mamá -reí abrazándole por su cuello, mascando la tostada que se iba a llevar a su boca-. Estoy hecho...eso, tú sabes, ¿no? Pues eso, me acostaré un rato.

-¿Salimos esta tarde a Central Park? Me gustaría invitarte a algo, te lo debo después de todo -preguntó sin moverse de la mesa, mientras yo me estiraba en la gran cama.

-Hm...si ves que me despierto, genial -comencé a desvestirme, pero antes de sacarme los pantalones fui a buscar mi cámara. Ahí...ahí tenía la foto de RiRi en actitud sospechosa, por no decir esnifando cocaína. No me lo pensé dos veces, solamente la borré como si nada hubiese pasado, sabía que Bill no tendría clemencia con ella si se enteraba.

* * *

En uno de los hoteles más famosos de Park Avenue, se encontraba la super estrella pop, diva, famosa por vender millones de discos, o como simplemente la conocía Sam, RiRi. Tumabada en una cama de dos plazas y media, con sábanas de seda cubriéndola completamente menos su cabeza y su mano, en la cual sostenía su móvil de última generación.

-Freddy, ya sabes que no puedo... -contestaba notablemente triste-. Sabes que si pudiera ir, iría, pero esto está lleno de paparazzis y mi mánager no me deja moverme de aquí.

-Me dan ganas de ir a verte, de escondidas o algo...joder, cumplimos ocho años juntos y ni siquiera puedo darte un beso. No es justo, quiero darte aunque sea tu regalo -hablaba una voz masculina al otro lado del teléfono.

-Quizás a finales de año podramos vernos, creo que ahí tengo vacaciones aunque no lo sé, está todo muy incierto en este momento -Riri miraba al horizonte-. Espera, tengo una idea. Conozco a alguien que podría hacernos el favor -sonrió para si misma, sabía a quien se lo podría pedir.

 

A partir del capítulo 10 habrá mucha, mucha más acción...descubriremos Nueva York.

Notas finales:

¡Aquí otra vez! Pues aquí ya estamos en el capítulo 9 y la verdad es que le estoy cogiendo mucho cariño a esta historia.

 

A partir del capítulo 10 habrán muchas sorpresas, porque...descubriremos Nueva York en estado puro, ¡espero que os guste!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).