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El sexo no lo es todo... o sí por Misakiyeah

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Notas del capitulo:

Me encanta mucho este capítulo, porque deja ver muchas emociones, y deja entrever un poco el pasado de Bill.

 

¡Espero que les guste! Y dejen sus comentarios T_T

- Solo me acuerdo de una parte -contestó Bill-. Sabías lo que era esto desde un principio, no es mi problema si dejo huella- zanjó el tema mirando a ver si recibía alguna respuesta de aquél chico que lo podía hacer feliz solo con su presencia, quien era tan importante para él, quién podía resucitarlo. Todo últimamente se trataba de él, y no quería repetir el mismo error de ayer como naturalmente le solía suceder, aunque era imposible que ese chico no quisiese verlo. A veces se preguntaba qué pasaba consigo mismo, y acababa de caer en la cuenta de que su peor error, era que sabía que iría a donde se encontrase él.


-¿Estás enamorado? -preguntó el sexy Damián, quien al no recibir respuesta por parte del empresario, se levanto rápidamente, aún desnudo yendo a una de sus estanterías-. Creo que sé que es lo que quieres -sonrió resignado, sacando un sobre de dentro-. ¿Es esto? -preguntó, extendiéndoselo, mientras se volvía a sentar encima del gran torso de Bill.


-A ver... -contestó cogiendo aquél sobre, lo abrió lo más tranquilo que pudo, intentando no mostrar ninguna expresión facial. De dentro sacó unas cuatro fotos contadas, de Sam y él en la recepción del hotel, nada especial, solo en una le tocaba el brazo-. ¿Me quieres decir que te he echado un polvo solo por esto? -preguntó arqueando las cejas.


-Como si no te gustara, engreído -respondió satisfecho, encendiéndose un cigarro-. ¿Quieres uno?


-Paso de quedarme aquí un minuto más -contestó el magnate.


Bill comenzó a vestirse lo más rápido que pudo, sin mirar directamente al director del New York Times, quien fumaba paciente, observando como aquél empresario, al cual le sacaba diez años, se vestía para marcharse y no volver nunca más, o eso decía él, por lo menos los últimos dos años.


***


Nueva york, 31 de Enero de 2012.


En uno de los hoteles más famosos de la gran manzana, se encontraba Damián Foster, con treinta y un años recién cumplidos acostado junto a Bill Flanangan, con veinti tres años. El rubio tenía el pelo un poco más corto, aunque el brillo de sus ojos zafiros seguía intacto, al igual que su pecho fornido. Mientras que Bill seguía en la misma forma, cubierto solo por su ropa interior Calvin Klein de color negro.


-Bill, pequeño, creo que deberíamos hablar -comentó Damián, acariciando la espalda del menor, quien reposaba su barbilla en el torso del periodista.


-¿Qué pasa? ¿no estás contento? Madeline ha muerto, y como te dije, soy el heredero único de toda su fortuna -sonreía complacido, depositando pequeños besos en el torso del rubio.


-No es eso lo que quiero comentarte, ¿quién es ese Sam que mencionas en sueños? -preguntó poniéndose un poco más serio.


-Prometiste que no hablaríamos de este tema -respondió alejándose del mayor, sentándose en la cama.


-Lo sé, pero si quieres que esta relación salga adelante debemos contarnos nuestros secretos. También me han ofrecido el ascenso a director del Times, no estoy muy seguro de aceptar, si lo hago... -suspiró-. Pero bueno, antes de decidir nada quiero que veamos si podemos seguir con esto.


-¿Me estás diciendo que si no me sincero, esto se acaba? -preguntó un poco alterado Bill-. No tengo porqué contarte nada de mi pasado, y no pienso hacerlo, si esto que hay entre nosotros no es suficiente para ti, adiós - cortó la conversación, poniéndose los pantalones y la camiseta rápidamente.


***

El concierto acabó de manera caótica, con el mayor hit de la caribeña RiRi, todo el arena saltaba a ritmo frenético mientras la morena se despedía de toda la gente. Christian sabía que el hechizo que nos había poseído en aquél momento se había acabado, ahora empezaba el plan.
Cogí rápidamente mi bolso donde llevaba la cámara, y salí corriendo del recinto por la parte de detrás, buscando a quién me había descrito mi amiga, su gran e imposible amor.

Veía a mucha gente por las calles, seguramente acababan de sair y regresaban a sus vidas normales, después de un día inolvidable, aunque solo para ellos, ya que para RiRi, era un día más.


¿Cómo no reconocerlo? Era el único ser que estaría con una cara de melancolía tapando sus bellas facciones, después del concierto de una pop star de la talla de RiRi. Sus ojos marrones desprendían seriedad a la vez que tristeza, que se dejaban ver y no a la vez, debido a su cabello negro un poco largo, que le llegaría hasta el hombro que le sacudía sobre su cara a causa del viento. Solo vestía unos tejanos de color azul, y una camiseta negra, muy ceñida a su cuerpo, que era gigante, diría que duplicaba el mío sin problemas además de sacarme una cabeza y media.


-Freddy...-susurré, posicionándome enfrente de él.


-¿Eres Sam? Encantado -sonrió de manera melancólica-. Siento mi cara, pero tenía la mínima esperanza de que apareciera ella.


-Lo siento -me sentí un poco incómodo al no saber de que manera consolarle, era estupido para esos temas-. Me ha dicho que te de esto...-comencé a revolver entre el bolso, siempre que necesitaba algo tardaba en encontrarlo más tiempo-. ¿Eres fotógrafo? -preguntó, seguramente al ver mi gran cámara entre mis cosas, que saltaba a la vista.


-Ah, eh, si...¡aquí está! -exclamé sacando la carta que estaba escrita por el puño y letra de RiRi-. Según ella, esto es lo que te tengo que dar -sonreí nerviosamente.


-Si claro, solo que me extraña. No veía a RiRi siendo amiga de un fotógrafo la verdad, muchas gracias Sam, te lo agradezco, y seguro que ella también -dijo cogiendo la carta-. Me marcho, antes de que pase algo que nadie quiere, que nos pillen.


Se fue igual de cabizbajo de a como lo vi, pensaba que el regalo le haría ilusión, además de que no era de alguien cualquiera. RiRi me había explicado que no se pueden ver a causa de su contrato discográfico, se le restringe juntarse con cualquier familiar o pareja sentimental en cinco años, o por lo menos esos son los años que le quedan, hasta dos mil diecinueve si tenía suerte. Me parecía extremadamente cruel hacer eso, y la verdad es que no me asombraba nada que el artífice de eso fuese el señor Bill Flanagan, y pensar que la única excusa era que así haría más promoción a sus trabajos de estudios, sus álbumes. Me repugnaba.


De repente me sonó el móvil, tenía la esperanza de que fuese Chad quien me llamaba, pero no. Era la persona con la que menos quería hablar en ese momento, Bill. Tenía muchas ganas de decirle lo despreciable que era por exprimir así a los artistas de una de sus discográficas, convirtiéndolos en mounstruos sin sentimientos, que era en lo que se estaba convirtiendo RiRi, pero no podía, no podía hacerlo. Si solo soltaba una palabra, descubriría todo lo de la cantante en un segundo, incluso me sorprendía que aún no se hubiese enterado de lo de que era drogadicta.


-¿Hola? -saludé arisco, no podía evitarlo.


-Hey zorrito mal educado, saluda mejor. Creo que voy a tener que enseñarte algunos modales -rió, con su típica risa de chulo.


-No puedo hablar ahora, hablamos más tarde -contesté seco.


-Mentiroso, te estoy viendo, ya puedes mover tu precioso culito a mi coche, gírate -el corazón se me paró, ¿me estaba viendo? ¿me había visto con Freddy? hice lo que mandó, y ahí estaba, en la cera de enfrente, con el cristal tintado bajado, solo podía ver sus ojos y poco más.


-¿Es obligatorio? Christian me está esperando, estaba en el concierto de esa cantante pop...no me acuerdo como se llama -dije haciéndome el loco-. Completamente obligatorio -dijo al otro lado del teléfono.


Me acerqué a el a paso lento, si había descubierto que estaba con Freddy, seguramente preguntaría quien es, o quizás ya lo sabía, creo que mi destino que comenzaba a brillar un poco, se iba a ir tan rápido como había venido. Lo que fácil viene, fácil se va decían.


Subí dentro de aquél coche gigante, en el cual decían que era para cinco personas, pero yo diría que ahí cabían unas diez por lo menos. Me senté lo más alejado de él que pude, quedándome pegado a la puerta, con mis piernas cerradas y mis manos entre ellas.


Él estaba de piernas abiertas, con las manos cruzadas entre si, mirándome con una especie de mirada extraña, que no podía descifrar.


-Te noto nervioso -arqueó una ceja, como si ya estuviese intentando adivinar lo que ocultaba-. A ver... -dijo, para rápidamente posar su cabeza en mi cuello, no pude hacer nada ya que me pilló totalmente desprevenido-. Hueles diferente, ¿qué has hecho con ese modelo de mierda? -preguntó, poniendo su mano en mi cuello suavamente, haciendo un poco de presión para que le aguantase la mirada.


-Bill... suéltame joder -rechisté molesto, intentando apartar su mano con las dos mías, pero con su mano libre cogió las dos mías, inmovilizándome completamente.


-El único que te puede tocar aquí soy yo, zorro infiel -soltó con rabia, pegando sus labios contra los míos, pero con fiereza. Con rabia. Me estaba devorando, era como un animal que intentaba comerme solo con un beso, no sabía ni como responderle, ni siquiera podía moverme.


Solo podía gemir para que me soltase, me estaba sintiendo complemente dominado por él, además...él también olía diferente. A bebida. No sé porqué, pero ese no era el olor que más de una vez había olfateado, y no siempre por gusto. De repente abandonó mi boca para morder mi cuello fuertemente, me dolía, pero algo me hacía sentir bien, a la vez que ultrajado. Era una sensación rara, pero no quería dejarme llevar, era un desgraciado.


-Estoy harto de salvarte el culo, ahora le voy a hacer un poco de daño, pero va con amor -susurró en mi oído, para después morderme un poco la oreja-. Sam, eres...


Dijo algo más, pero no alcancé a oírlo bien, ya que siguió con aquella ametralladora de besos que me estaba perforando, era una sensación extrana, era un jaguar y yo penosamente, me sentía un gato, o un zorro mejor dicho...¿esta iba a ser la primera vez que iba a tener sexo? ¿en un coche? ¿CON BILL?


Continuará...

Notas finales:

Me encanta mucho este capítulo, porque deja ver muchas emociones, y deja entrever un poco el pasado de Bill.

 

¡Espero que les guste! Y dejen sus comentarios T_T


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