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El sexo no lo es todo... o sí por Misakiyeah

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Notas del capitulo:

Aquí está la continuación como cada viernes ^^

 

Espero que les guste y dejen una review por favor, ¡es importante para seguir escribiendo! 

 

Cuento con vuestro apoyo ^^

 

Os invito a mi blog lleno de Yaoi *babas* http://planetayaoi.blogspot.com/

-¿Eres del personal? -preguntó ariscamente, mientras se sonaba la nariz con sus manos-. No has visto nada, la mierda esta de camareros que...-no pudo acabar su frase, ya que calló al suelo completamente desmayada.

Mi cuerpo se aceleró, yo la conocía, ¿como no hacerlo? Sus discos vendían millones y sus singles arrasaban en las radios y en las discotecas. Lo que no me acordaba era de su nombre, Ri...empezaba por Ri, de eso estaba seguro. Me arrodillé a socorrerla, golpée su cara levemente para ver si despertaba, pero no. ¿Como sacaba a un estrella del pop de una fiesta llena de paparazzis?

 

La cogí entre mis brazos y la puse a caballito, como hacía mi padre conmigo de pequeño, abrí aquella puerta en la cual estaba asomada y caminé por aquél oscuro callejón, no estaba seguro de si lo que estaba haciendo se consideraba secuestro o no, pero no creo que le gustara que hubiese llamado a toda la prensa que había en la fiesta.

 

Antes de llegar al estacionamiento, la dejé sentada en la esquina, para que no la pudiera ver en su estado. Salí lo más confiado posible, por suerte el primer coche que se encontraba era el que me llevaba a mí, ahí estaba el chófer.

-¿Volvemos ya al hotel?

-Si por favor, estoy cansado -suspiré.

Tiró el cigarrillo que tenía entre sus dedos, y fue a abrirme la puerta, pero antes de que pudiese mirarme otra vez a la cara le di un golpe con la cámara en la cabeza. No era una piedra, pero pesaba como tal. Cayó redondo al suelo, y con mis pequelas fuerzas que me quedaban, lo arrastré hasta el maletero y lo encerré. Corrí hasta mi nueva amiga la cantante, la cogí otra vez en mis brazos y la metí en el coche, yo en el asiento de conductor, ¿por qué me tenía que meter en estos líos? Me pregunté a mí mismo apoyando mi cabeza en el volante.

Conduje como pude el coche, más que nada porque no tenía carnet, ni estaba sacándomelo ni nada. Solo recordaba aquellas pequeñas clases que me dió mi padre antes de venir a Nueva York, por si alguna vez lo necesitaba. No lo hacía nada mal, de hecho le estaba cogiendo el gustillo a esto de conducir, a pesar de que di mil vueltas hasta llegar al hotel.

Paré en frente, pero...¿como iba a subir a tal estrella del pop a la penúltima planta sin llamar la atención? No podía quedarme allí. Puse en marcha otra vez aquél Audi, y conducí hasta mi viejo apartamento. Lo bueno de vivir en una zona con problemas, es que nadie andaba por la calle a altas horas de la madrugada por si les pasaba algo.

La saqué del coche a cuestas, y la subí al departamento, por suerte guardaba una copia, nunca se sabe. No soy un chico inocente ni tonto, todo lo que estaba haciendo lo demostraba, maldito Bill por decirmelo cada dos por tres.La estiré en la cama, que estaba llena de polvo, pero algo es algo.

¿Quién me mandaba a meterme en esto? No es que fuera a dejarla tirada en el suelo, como una vagabunda, pero quizás hubiese sido mejor buscar ayuda y no intentar solucionarlo por mí mismo. Un sonido de teléfono me sacó de mis pensamientos, era el típico sonido de Whatsapp, no era mi problema, pero quizás sirviera de ayuda. Cogí su pequeño bolso, que se sostenía en el cinturón que sujetaba aquél largo vestido rojo tan bonito, seguramente costara un dineral.

Mi teléfono comenzó a sonar al mismo tiempo, era raro, contesté lo antes posible para evitar que se despertara de ese desmayo o lo que fuese.

-¿Si? -saludé intentando que mi respiración se relajase un poco, no era un musculitos que podría transportar personas sin cansarse.

-¿Dónde estás? -era Christian-. Te estoy esperando, pensé, oh no seguro que llegará pronto ya que a Sam no le gustará la fiesta pero claro...

-Christian, ahora no puedo hablar, ¿sabes que puedes hacer? Pedir en recepción un juego de cartas o algo para cuando llegue, y así jugamos -me sentía como un padre que intenta distraer al hijo, era como un niño.

-Hmm, vale, espero que no me digan nada, ¡Pues no tardes eh! Te espero, adiós.

Pensé en contarle lo de la cantante, pero solo vendrían regañinas por su parte, y seguramente llamaría a Bill o a la policía, que es peor, bueno, la verdad es que no sé que era peor. Si Bill se enterara de todo esto seguramente me echaría, volvería a la calle y a un piso de mala muerte, a este piso.

De pronto noté como la chica se movía, intenté prepararme para lo peor, lo que no me esperaba era el bofetón que me dio. Se paró hecha una furia, como si la quisiera matar.

-¿Quién eres tú? Dios mío me ha secuestrado un fan loco, eres despreciable pedazo de mierda, déjame salir de esta mierda de piso -gritaba como desesperada.

-Oye oye, ni siquiera me gusta tu música, escúchame -intenté calmarla lo que más pude, pero solo hacia aspamientos con las manos, estaba chalada perdida.

-Anda mira, ahí tenemos algo en común. Por favor, suéltame, déjame irme.

-Pero si no estás atada, puedes salir por esa puerta ahora mismo, si eres capaz de contar a tus allegados que estabas consumiendo cocaína en los Grammys, y que te desmayaste -me sentí un poco Bill en ese momento, cosa que me dio repelús-. Va, ahora en serio, soy fotógrafo, te vi por casualidad hablando por teléfono creo, y después esninfaste, yo no esperaba que te cayeras redonda al suelo, entiéndeme, lo he hecho para ayudarte.

-A ver... -volvió a sentarse en la cama, poniendo sus manos en su cabeza-. No puedo creerlo.

-Créeme, yo si que no me lo creo -rechisté.

-¿Quieres dinero a cambio? Mi representante te puede dar el que quieras, solo tienes que mantener la boca cerrada, ya sabes, nadie puede saber de esto -parecía urgida, me estaba dando un poco de pena en el fondo, ¿de verdad se pensaba que todo se solucionaba con el dinero?

-No quiero tu dinero, solo lo he hecho de buena voluntad. Pensaba que te podías meter en serios problemas si te pillaban, los de mi profesión son unos carroñeros -sonreí amablemente-. Por cierto, ¿como te llamabas?

-¿De verdad no sabes como me llamo? Pero si todas mis canciones son números uno, soy la única artista que tiene más de dos mil millones de visitas en Youtube, ¿y no sabes quien soy? ¡Soy Rih...! Bueno, la verdad es que no sirve de nada echarte este sermón cuando me has visto como una yonki, puedes llamarme RiRi -su cara mostraba arrepentimiento, me sentía mal por ella, aunque quizás un poco de escarmiento no le vendría mal.

-Espera un momento... -le hice un gesto con la mano para que me esperara, y contesté mi movil que sonaba nuevamente-. ¿Si?

-Pequeño zorrito, ¿dónde estás? -preguntó serio, era Bill.

-Emm.... estoy en la fiesta, en los baños, ¿qué quieres? Estoy trabajando, ¿recuerdas? -dije borde, para que termináramos pronto la conversación.

-Dime donde estás ahora mismo, mentiroso. He venido a la fiesta a ver lo que hacías y no estás en ningún lado. No te atrevas a engañarme Sam, no juegues conmigo -podía imaginarme su rostro solo con oírlo, seguramente era de esos que te mataban con la mirada.

-Bill no seas dramático, he salido a tomar el aire. Estoy cansado, ya sabes, ayer con Christian y esas cosas... -suspiré-. Ahora mismo entro otra vez, y nos vemos si quieres, ¿vale?

-No sé si creerte, eres más escurridizo de lo que pareces eh, creo que vamos a tener que usar medidas más duras con el señorito Sam, medidas muy duras... -me hizo reír ya que el tono que puso era el de las típicas líneas eróticas que se anunciaban en el metro de Nueva York.

-Vale vale, lo que digas, ¡ahora nos vemos! -colgué y volví a mirar a RiRi, quien se encontraba estupefacta-. ¿Pasa algo?

-¿Hablabas con Bill? ¿Bill Flanagan? Me cago en la puta, sabía que había gato encerrado, me va a matar, voy al fracaso...- se paró nuevamente apurada, recogió la cola de su vestido y comenzó a caminar por el apartamento hasta encontrar la salida, siguiéndola yo detrás.

-¡Riri Tranquilízate! ¿Qué pasa con Bill? ¿Te ha hecho algo? -pregunté, bajando las escaleras detrás de ella-. No puedes caminar por este barrio de esa guisa, tengo un coche, vamos en él, yo te llevo.

-Ni muerta, seguro que no lo sabes, ¿no? Já, eso no me lo creo yo ni el presidente. Bill Flanagan es el dueño de mi discográfica y de muchas empresas más, si él quiere mañana mismo estoy en la calle -se paró un momento, tiempo que aproveché para ponerme delante de ella, impidiéndole la salida-. Mira chico, te voy a decir una cosa, quizás no sea la mejor cantante y mi música no sea la mejor, de hecho es una mierda y me da igual, pero tengo otras metas, y esta es la única forma de conseguir mi preciado sueño, así que déjame irme, no quiero acabar con mi carrera artística ahora mismo.

-Vale, Riri dame un segundo, te dejaré donde tú quieras, te prometo que no te llevaré ante Bill, no soy de ese tipo de personas de verdad, ni siquiera se pasó por mi cabeza en contrarme con alguien como tú en esta situación.... joder, es la primera vez que trabajo de fotógrafo profesional -bufé como si las cosas malas solo me pasaran a mí-. Espérame aquí por favor, voy a por el coche y lo estaciono aquí fuera, ¿entendido?

-No sé... -su cara era de duda, me estaba sorprendiendo, sabía pensar-. Mira como me engañes te haré la vida imposible, ¡venga corre, corre!

-¡Ahora, ahora! -me giré en aquél estrecho pasadizo que daba a la salida, y abrí lentamente, para encontrarme con la persona que menos quería ver en esos momentos.

-Zorro mentiroso, te he pillado, ¿eh? -sonreía Bill dirigiéndose a la puerta, pero cerré antes de que llegara a ella-. ¡Oye abre! Sam abre si no quieres que tire esta puerta, ¡Sam! ¿me escuchas?

-Joder, joder, joder -susurré mirando a la morena, a quien también le había cambiado la cara a una de espanto-. Ven.

La cogí de la cintura, ya que era bastante delgada, abrí la puerta de donde guardaban las cosas para limpiar aquél portal y la empujé, su cara era la de un niño al cual pillaban haciendo una travesura.

 

-Si no quieres que te pille ,quédate callada aquí, ¿oíste? -pregunté, a lo que asintió con la cabeza rápidamente-. Bien.

Cerré, y volví a abrir la puerta del portal. Sin darme tiempo a nada, noté como me cogía del pescuezo como a los perros, para después cogerme sobre su hombro.

-Ahora vamos a ver a quien te estabas cepillando, hice bien en llamarte zorro -su tono era enfadado, pero no me daba tanto miedo como otras veces y no entendía el porqué.

-¡Suéltame! -patalée como una niña, pero sin hacerme caso, abrió la puerta de mi antiguo piso, ¿tenía llave? ¿desde cuándo? Y se metió dentro, fue lo más rápido hasta la habitación, conmigo en brazos y me tiró sobre ella.

-Si vas a dejar que cualquier desgraciado te tenga en sus brazos, yo soy el más hijo de puta del mundo -sentenció, poniéndose encima mío, sacándose su corbata, ¿me iba a violar?

 

¡Continuará! Os invito a mi blog lleno de yaoi y de las noticias de los Yaoi anime para 2014 :3 http://planetayaoi.blogspot.com/

Notas finales:

Aquí está la continuación como cada viernes ^^

 

Espero que les guste y dejen una review por favor, ¡es importante para seguir escribiendo! 

 

Cuento con vuestro apoyo ^^

 

Os invito a mi blog lleno de Yaoi *babas* http://planetayaoi.blogspot.com/


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