.
.
.
------------------------------------------------------------Benjamín----------------------------------------
Tengo miedo de que me olvides
No solo temo olvidarte… olvidar tus besos, tus caricias, tu mirada y tu perfume
Temo que un día nos encontremos caminando en sentidos contrarios, que pasemos uno al lado del otro y el recuerdo de los días felices que compartimos en un pasado no sea suficiente como para conseguir que nos miremos…
Temo que des la vuelta y sigas caminando… te sigas alejando de mí, más y más
Temo correr y no alcanzarte… nunca más
También me estremezco por las noches al imaginar que algo malo te pasa y yo ni siquiera voy a enterarme
Si te han herido… si te han golpeado… si estás enfermo…
¿Cómo podría saberlo?
Tan egoísta como siempre… solo te quiero para mí
Los vacíos que se forman en mi memoria con el paso del tiempo, intento llenarlos con recuerdos falsos… con sonrisas que sé que no me diste, con abrazos que jamás correspondiste… y con palabras que jamás me dijiste
Sé que llegará el día en que la realidad carezca de recuerdos y la fantasía se adueñe totalmente de mi mente
Creo que en ese momento me convertiré en el ser que todos creen conocer… no habrá vuelta atrás
Sí, puedes haber intentado protegerme, puedes haber intentado evitarme lágrimas y gritos… pero no lo conseguiste
Aún grito contra mi almohada por las noches, esperando que mi mejor amigo no sea capaz de escucharme
Aún te llamo en mis pesadillas
Ya no existen sueños hermosos para mí, cuando tú estabas no soñaba con la felicidad, pues estaba a mi lado
Por escasos que fueran, cada instante contigo era la felicidad para mí
Ya no estás
Ya no puedo seguir de esta forma, aferrándome a una hoja de papel que no fuiste capaz de entregarme
Leyendo palabras que no conseguiste decirme a la cara
Soñando con un cambio, anhelando algo que podría jamás suceder
No quiero esto para mí
No quiero estas lágrimas, este dolor, estos recuerdos… estos sentimientos
Aléjate de mí
Deja de protegerme, deja de ser un cobarde que se esconde en las sombras con escusas baratas o simplemente vete
Tú no eres el Felipe del que me enamoré
La persona que yo quiero es uno de los malditos mejores asesinos del momento
No un cobarde
Preferiría…
-Que estuvieses muerto-
-¿Hijo?-
Sacudí mi cabeza con la mayor sutileza que pude obtener dado mis pensamientos y enterré las divagaciones de mi mente en un lugar muy apartado
Le sonreí a Rafael algo incómodo, pues seguía sin convencerme que me dijera “hijo”, claro, él es mi padre biológico y dado los enormes esfuerzos que ha hecho para recuperar el “tiempo perdido” durante estos tres años, era lo mínimo que podía otorgarle
Pero aun así no se me hacía cómodo
Yo tengo una familia… es complejo que haya alguien con un lazo sanguíneo tan directo a ti y al mismo tiempo no saber en qué parte incorporarlo
-¿Te molesta que te llame hijo?-
Asentí, pero no demostré nada más
Él entendía el por qué y yo no necesitaba engañarle en ese sentido, además, en este tiempo había descubierto que Rafael estaba dispuesto a hacer lo que fuera por mí, cualquier cosa… menos acercarme a Felipe
Era bastante interesante ver cómo intentaba ganarse mi cariño, por supuesto, Gabriel y Bastian en su vida llegarían a ser tan complacientes (bien, tal vez deba excluir a Bastian) conmigo.
El deber de ellos como mis padres es y será velar por convertirme en una persona de bien y toda esa mierda que nadie se puede tragar por el simple hecho de que Bastian también fue (y sigue siéndolo, porque el pasado jamás se borra, solo queda ahí, recordándote tus acciones) un asesino.
No planeo convertirme en uno y soy lo suficientemente inteligente para adivinar que el hombre sentado frente a mí, de penetrante mirada negra y ligeramente ondulado cabello rojo, está intentando llevarme por ese camino
Pero no puedo culparle, incluso aunque probablemente fue su idea desde el principio y en cada una de nuestras reuniones “convenientemente” lleve la conversación por ese camino, en un inútil intento por convencerme
Manipular…
¿Sería demasiado feo llamarlo así?
Es un asesino, está al mando de una jodida organización enorme… ¿Por qué no querría que su único hijo siga su camino?
Tal vez debió aparecer antes en mi vida…
“Antes que Felipe querrás decir”
-Pienso que llevamos bastante tiempo forjando una relación de este tipo, así que “hijo” suena bien para mí-
Por supuesto, ahora usaba el recurso de la paciencia y la victimización y como si no fuera suficiente también su disposición total a cada una de mis peticiones… que de hecho no han sido muchas
“Podría haberle pedido la vida de todos sus asesinos y me las habría dado…”
-No quiero hablar de eso ahora- repliqué acariciando con cuidado la copa que estaba más cerca
-¿Ha pasado algo?-
“Lo sabe”
Puse mi mejor expresión de frustración
-Tengo algo con un chico y no sé si está resultando-
Pareció sorprendido, probablemente se esperaba que le hablara de Felipe, pero se recompuso rápidamente y me sonrió con tranquilidad
¿Entonces no lo sabía?
Tal vez lo había escuchado… o simplemente estuvo esperando que él se acercara a mí
¿Por qué?
-¿Quieres mi consejo?- incluso sonaba emocionado
Negué suavemente
-¿Tienes algo que haga que otra persona te diga lo que pasa por su cabeza?- cuestioné casi en broma
Rafael parpadeó y contra todo pronóstico se removió algo incómodo
-Bueno… no funciona al cien por ciento y dura solo unos quince minutos, es una droga que están creando en nuestro… trabajo, para ayudar con los interrogatorios-
Fue mi turno para sorprenderme, ¿En serio existía algo como un suero de la verdad?
-Pero es bastante complejo usarlo, en concentraciones elevadas provoca derrames cerebrales e incluso ha habido sujetos que cayeron en coma… sin embargo, si se usa bien no solo consigues que la persona te diga la verdad sino que también es incapaz de recordarlo-
Si mi mandíbula hubiese podido desprenderse de mi rostro y caer al piso probablemente lo habría hecho
-¿Bromeas?-
-No, usualmente no bromeo-
El mesero trajo nuestra orden, pero yo no tenía deseo alguno de comer, en cambio, Rafael comenzó a enrollar su pasta con lentitud
-¿Te preocupa?-
Suspiré y finalmente le miré
-Quiero una dosis- pedí
Sus ojos se abrieron un poco
-¿Disculpa?-
-Quiero una dosis, por favor- repetí sin dejar de observarle
Su ceño se frunció un poco
-¿Y para qué sería?-
-Tengo un amigo al que quiero hacerle unas preguntas… sobre este chico con el cual estoy teniendo problemas-
Incluso a mí me sorprendió lo honesto que soné para tratarse de una mentira tan descarada
Andrew no es mi amigo, cuando le veo lo que hacemos es besarnos y por extraño que parezca no nos hemos acostado una sola vez en casi tres años… y no quiero cuestionarle sobre Aaron, sino sobre Felipe
El mayor se me quedó mirando fijamente, como intentando leer mi mente o encontrar alguna expresión que me delatara
Pero yo llevaba demasiado tiempo mintiendo y controlando mis reacciones como para caer en ello
-Solo una-
Asentí
-Solo una- sonreí levemente
-Está bien hijo… pero si todo esto trata de Felipe voy a enojarme mucho ¿Entiendes?-
Tuve que hacer grandes esfuerzos para mantener la sonrisa en mi rostro y lucir despreocupado
-Por supuesto, pero tal vez deberías explicarme la razón de tu odio hacia él…- sugerí débilmente
A pesar de que a él no parecía preocuparle estar recalcándome una y otra vez su desagrado por el rubio, jamás me había explicado la razón de ello
-Lo único que tienes que entender es que me preocupo por tu bienestar-
“Yo también”
Inspiré profundamente, siempre me decía lo mismo, pero no respondía a mi pregunta
-¿Qué tan malo puede ser? Es un asesino, eso ya lo sé-
-Benjamín, no quiero entrar en detalles-
Apreté mi mandíbula comenzando a desesperarme un poco
¿Cómo podía ser que esos pobres argumentos me alejaran de Felipe?
“Por otra parte, Felipe no necesita argumentos para alejarse de ti ¿A que no?”
-¿Este es tú método?- siseé consiguiendo sorprenderle
-¿De verdad? ¿Esto es lo único que se te ocurre para que me aleje de él? Realmente esperaba más de ti- me burlé
-Nada bueno puede venir de alguien como él-
Resoplé
-¿Por qué? ¿Acaso no es como tú?- repliqué altaneramente
PLAF!
No podía creer lo que acababa de pasar, ¿Me había golpeado?, llevé una mano a mi mejilla izquierda y la noté caliente…
¡Se había atrevido a golpearme!
Entrecerré los ojos, pero la mirada helada y amenazante de Rafael casi me hace retroceder
-No te atrevas a compararme con una basura como él, estoy harto de nombrarle así que guarda silencio y come-
¿Qué?
¿Realmente pensaba que yo iba a dejarme golpear?
Me puse de pie con rapidez
-Piérdete- siseé enfadado
Rafael sostuvo mi muñeca con tanta fuerza que podría jurar, estuvo cerca de fracturármela, sin embargo no emití quejido alguno
-Benjamín, siéntate y come-
-¡No! ¡No voy a dejarme golpear porque no soportas a alguien!- exclamé sin importarme llamar la atención de los clientes a nuestro alrededor
-¿Quieres volver a verle alguna vez? Si no me obedeces jamás podrás hacerlo-
Su tono era tranquilo, realmente engañoso, pero su mirada seguía totalmente helada, entonces me di cuenta que cualquier cosa que yo quisiera obtener de él tendría un precio
No iba a dejarme ir…
La amenaza en sus palabras era suficiente para aclararme que le importaba una mierda si yo veía a Felipe una vez más… de hecho para él era mucho mejor así
-Benjamín…-
-Si no me sueltas no podré sentarme- murmuré luchando contra el creciente temor que surgió en mi pecho
¿Sería capaz Rafael de hacerle algo a Felipe?
Que yo supiera el hombre frente a mí no era tan bueno luchando…
-Bien-
Su agarre desapareció y me senté aprovechando el largo del mantel para masajear mi muñeca por debajo de la mesa
-Supongo que te ha ido tan bien como siempre en tus clases-
Ni siquiera le miré, simplemente comencé a trozar mi carne en pequeños pedacitos, estaba furioso, pero no dejaba que nada me delatara
Imbécil
-Así es-
Quería golpearle, pero sabía perfectamente que alguien con cero experiencia en combate y mucho menos en manejo de armas jamás tendría la más mínima posibilidad contra alguien como él
¿Qué? ¿Ahora íbamos a jugar a la familia feliz?
¿Realmente espera que tratándome de esa forma le considere mi padre?
-Este chico del cual me hablas, supongo que está en tu universidad… ¿Cómo se llama?-
Sonreí internamente
-Felipe- espeté con la intención de molestarle
Vaya que funcionó… lo que vino después de mi respuesta fue otro golpe, en la misma mejilla donde me había abofeteado antes, pero esta vez más fuerte
El miedo que había nacido hace poco en mi interior creció, porque yo había asumido que él sería incapaz de levantarme la mano
-No tengo por qué soportar esta mierda- gruñí intentando irme
Pero él solo me miró directamente y alzó su copa para darle un sorbo a su vino
-¿Realmente crees que te conviene marcharte?- preguntó con calma
Cerré mis ojos con fuerza, comenzando a odiarle por haber adquirido cierto control sobre mí
-No soy tu esclavo para que me golpees cuando se te dé la gana-
-No, eres mi hijo y por lo tanto tienes un margen para decepcionarme mucho más pequeño que el que tendría un esclavo-
Apreté mis puños pero me enfoqué en calmarme, necesitaba despejar mi mente para analizar lo que estaba pasando
En todos estos años, Rafael solo se había enfocado en cumplir con todo lo que yo le pidiese, porque aparentemente estaba aferrado a la idea de que era el mejor método para ganarse mi cariño y ser el padre que no fue durante todo el resto de mi vida
Pero al parecer a él no le importaba que yo le quisiera mientras le obedeciera… eso era lo que esperó desde siempre… un hijo que siguiera sus pasos pero bajo su absoluto control
-No quiero ser parte de esto- sentencié apartando mi plato
-Ya lo eres-
-No es cierto, yo no intento ser un jodido asesino-
Rafael sonrió
-Matar imbéciles débiles es lo más básico… ¿Crees que un asesino de los buenos se conforma con ello?-
-No me importa si son capaces de solucionar el hambre mundial, no voy a unirme-
¿Qué tan difícil era entenderme?
¿Tenía que tatuármelo en la frente?
-El punto es querido hijo mío, que no tienes muchas opciones-
Alcé una ceja, si antes me había sentido incómodo con su “hijo”, ahora me provocaba asco con sus palabras
-Si las tengo, y resulta que no tienes el control suficiente para obligarme ¿Crees que no lo sé?-
Volvió a sonreír, pero se notaba que yo tenía razón por el descenso en la superioridad de su mirada
-¿Cuánto tiempo crees que pasará antes de que se convierta en tu única opción?-
Callé, porque no iba a darle el gusto de replicar palabras sin sentido
-Al final terminarás igual que tu amigo, Evan-
-No hables de él como si le conocieras- siseé
-¿Por qué no? ¿Crees que no sé lo que hizo? Vendió su lealtad por proteger a su gemelo… algo muy imbécil considerando que si mal no recuerdo, Max se largó-
-Otra razón para no convertirme en alguien como tú, si lo hago por los motivos inadecuados podría arrepentirme demasiado pronto- espeté
Nuevamente me ignoró bebiendo de su copa
-Felipe no está contigo porque eres demasiado débil y ni siquiera el mejor asesino de este mundo podría cargar con un… estorbo-
Enterré mis uñas en la palma de mi mano pero sonreí
No iba a caer en algo tan estúpido, ¿Volverme un asesino para ser como él?
Probablemente si hacía algo como eso el mismo Felipe se encargaba de matarme
-Nuevamente te equivocas al intentar manipularme-
-El tiempo me dará la razón Benjamín, lo llevas en la sangre, incluso tu padre adoptivo lo fue… ¿Por qué negarte a la grandeza?-
-¿Grandeza dices? ¿Qué clase de grandeza te entrega vivir de matar a otros?-
Pensé que me golpearía de nuevo, pero se limitó a mirarme de la misma forma que lo haría alguien dispuesto a saltarme encima y estrangularme
-No caeré nuevamente en tus palabras provocativas, pero que sepas que no me hacen falta deseos de castigarte-
Ladeé mi cabeza
-A mí no me hacen falta deseos de largarme- susurré
-Lo quieras o no soy tu padre-
-Un padre que se ausentó por diecisiete años de mi vida… para mí eso no es padre-
-Si no fuera por los trágicos sucesos del pasado te habría tenido a mi lado-
-Claro, y habrías podido manipularme a tu gusto, entrenándome desde pequeño para que me convierta en aquello que pareces amar… una lástima que hayas aparecido diecisiete años tarde-
-Detente-
-No tengo por qué, si tú pareces creer que tienes el derecho de golpearme cuando se te da la gana pues yo tengo el derecho de decir lo que pienso-
-Qué maravilla, tú diciendo lo que realmente piensas- se burló cruelmente
Claramente él esperaba que me detuviera, pero solo sonreí
-Sí, disfrútalo mientras dure porque en cuanto salga por la puerta de este lugar no volveré a hablarte-
-¿Estás seguro de que te conviene? Soy lo único que te une a ese idiota que dices amar-
-Al menos él no intenta manipularme para que me convierta en algo que detesto-
- No, él es mucho peor que eso- respondió tranquilamente
-No te atrevas…-
Sentía mi cuerpo temblar por la ira, odiaba la jodida calma que él conseguía reunir con facilidad
-¿Quieres que sea honesto sobre ese sujeto que dices amar?-
Intenté retirarme por tercera vez pero él sostuvo mi mano contra la mesa
-¿No es esto lo que querías? ¿Escuchar por qué le detesto?-
Suspiré, odiaba que cualquiera tuviese el más mínimo control sobre mí, ¡Por algo había pasado tanto tiempo luciendo como el maldito chico perfecto!
Es mucho más fácil obtener lo que quieres de los demás sin dejar la más mínima parte de ti a la vista de cualquier desgraciado
-Espero que tengas una razón lógica- repliqué volviendo a sentarme
Rafael solo terminó de beber en contenido de su copa y se sirvió más con una tranquilidad pasmosa
-Asesinar gente va contra la lógica-
-No estoy tan seguro de ello-
Después de conocer tantos asesinos y compararlos con la enorme lista de asesinos famosos a través de la historia, una parte de mí comenzaba a creer que de una perversa forma el matar por diversión es una de las características del ser humano
No importa que tan escalofriante suene, por algo somos la jodida única especie que lo hace por placer y con el control absoluto de nuestras facultades mentales
Su silencio me hizo creer por un instante que había cambiado de opinión y no me diría nada, pero resultaba que estaba disfrutando su comida
-¿Y bien? Sorpréndeme- le desafié
-No seas tan maleducado, tal vez tú no quieras probar bocado alguno pero la comida de este lugar es excelente y yo si quiero comer-
-Para mí que no tienes buenas razones y estás intentando inventarte algo para ponerme en contra de Felipe- solté procurando analizar sus reacciones
Nada
-¿Qué sea un mentiroso por naturaleza no es suficiente?-
Rodé los ojos
-Todos mentimos-
Sinceramente no creía que Felipe fuese un mentiroso compulsivo o algo así
-Oh, pero la gente normal no miente sobre quienes ha asesinado… ni siquiera un asesino suele hacerlo-
Cállate…
No estoy seguro de qué vas a decir… pero cállate
-¿Qué? ¿Qué vas a decirme?-
Rafael depositó con elegancia sus cubiertos pues ya había terminado de comer y cruzó sus manos sobre la mesa
-¿Realmente quieres abrir la puerta? Una vez que lo hagas no podrás marchar hacia atrás…-
-Solo dime- ordené hartándome de toda la palabrería
Si había algo que Felipe escondía y él le odiaba tanto, ¿Por qué no decírmelo directamente?
-…-
-¿A quién mató? ¿Quién es lo suficientemente relevante como para merecer ser recordado de toda la lista que muertos que debe cargar en sus hombros?-
Mi padre biológico sonrió con satisfacción
-Supongo que debes haberte preguntado alguna vez por qué en un arrebato de ira no habrá asesinado a sus padres o a los padres de su novia… después de lo que supuestamente hicieron-
Mordí mi labio inferior, sí, lo había hecho más de una vez, aunque me arrepentía inmediatamente tras pensarlo
-Su… querida enamorada era la hermana menor de su prometida, no una simple desconocida que apareció de la nada, era su… futura cuñada-
Probablemente de haber tenido algo en la boca lo habría escupido, pero mi rostro denotó el sentimiento de inseguridad que comenzaba a embargarme
Si Felipe había mentido cuando debió decirme la verdad…
Si en lugar de ser honesto solo encubrió todo con más mentiras…
“No podría soportarlo”
-Lo más irónico de todo es que ellos no la mataron… fue él-
Sentí que mi cuerpo se volvía muy pesado, como si un enorme peso se hubiese depositado sobre mí y me imposibilitara moverme
Ni siquiera podía respirar… no era posible
-Supongo que te dijo que ellos se pusieron de acuerdo para matarla, obsesionados con la idea de que su compromiso fuese un éxito… pero honestamente, ¿Por qué matarían a su hija menor si de igual forma significaba un enlace con él?...-
No puede ser cierto…
-No es cierto- susurré tan bajo que ni siquiera pude escucharme bien
-¿Por qué mentiría? Le detesto, porque es un jodido peligro para quien diga querer, incluso lo que todos dicen sobre su familia… realmente ellos son sus tíos, su madre murió en el parto y la hermana de ella se hizo cargo de él… siempre ha hecho todo para complacerles, desde convertirse en la perfección como asesino hasta acabar con la vida de quien decía amar-
Es mentira…
Felipe no podría hacer algo tan bajo como eso…
¿Matar a alguien que le ama por complacer a sus padres?
No…
-No te creo-
-¿Cómo dices?-
Alcé mi rostro, consciente de que mis pensamientos estaban revueltos y lo que menos sentía era seguridad
Ni siquiera podía respirar bien, mi mente me gritaba que eran mentiras…
Pero aun así…
-No te creo- repetí más alto
-¿Crees que yo querría una persona como él para mi hijo? ¿Cómo podría protegerte de él si tú te arrojas a sus brazos sin pensarlo dos veces? Si su familia decidiera que eres un peligro… él no intercedería por ti…-
“Siempre estaré cerca, protegiéndote”
Alguien capaz de decir eso… ¿Cómo alguien así podría haber asesinado a la persona que le amaba?
-Dime entonces… ¿Por qué la mató?, si ellos hubiesen estado dispuestos a aceptar su relación… ¿Por qué lo hizo?-
Mis manos temblaban y no podía sentirlas bien… como si estuviese encerrado en un congelador
El mayor suspiró profundamente
-Al parecer creyó que ella le engañaba con alguien que conocía… no le creyó cuando dijo que no era cierto, así que la mató-
Me hubiese gustado tener la capacidad de tío Angel o la de Matt para intuir qué sienten o piensan los demás…
¿Era verdad?
¿Era cierta aquella historia?
¿Cómo podría Felipe haberme mentido?
“Para quedar bien…”
Resoplé en mi mente, ¿Él necesitaba algo como eso?
No…
-Bien- solté un par interminables minutos después
Rafael me miró con curiosidad, claro que él esperaba haberme convencido
-¿Bien?-
Asentí
-Bien, esa es tu historia- aclaré regulando mi respiración con algo de dificultad
Su mirada se volvió escéptica
-¿Estás tan tranquilo después de lo que te dije?-
-No tienes pruebas contigo para que te crea y déjame decirte que por lo menos, Felipe no me ha levantado la mano- mentí
Su ceño se frunció notoriamente
-¿Qué mierda tengo que hacer para que entiendas?-
Quería llorar… por dentro me sentía deshecho, pero no iba a dejar que notara nada
Si Felipe había hecho algo tan aberrante como eso lo averiguaría, pero no permitiría que el hombre frente a mí gozara llenándome de odio hacia el rubio
-¿Entender qué?-
-Benjamín…-
-No voy a caer en los juegos de nadie, así que solo tengo una pregunta para ti-
-¿Cuál es?-
-¿Cuándo me darás la dosis de esa droga que mencionaste?-
Alzó una ceja pero su expresión se volvió mucho más relajada, incluso sus ojos brillaron de forma siniestra
-¿Cómo planeas usarla en Felipe?-
Sonreí con satisfacción y me puse de pie rápidamente, no quería que comenzara nuevamente con sus órdenes de mierda para retenerme
-¿Y quién dijo que planeo usarla en Felipe?-
-------------------------------------------------------------End Benjamín--------------------------------------------------
.
.
.
-¿Alguien es capaz de explicarme por qué la ética es tan importante?-
Bufé internamente y me reprendí por ello
El profesor frente a nosotros no tenía la culpa de estar haciendo su clase… ¿Cierto?
El curso de ética es horriblemente aburrido…
¿Por qué jugar a que la mitad de mis compañeros va a permanecer dentro de lo que la sociedad se empeña en llamar ética?
Probablemente se vendan a la menor oportunidad por una buena cantidad de dinero…
-Matthew, ¿Podrías explicármelo tú?-
Miré directamente a los ojos grises de mi profesor sintiéndome extraño
¿Por qué un hombre tan joven había llegado a ser tan importante en una universidad?
Probablemente tendría unos treinta años, viviría en una casa de dos pisos junto a su esposa, una mujer que le esperaba día a día con la cena hecha… y que tal vez estaría embarazada de su primogénito
La típica familia perfecta…
-¿Matthew?-
Fruncí el ceño, pese a lo distraído que soy, es inevitable notar que él me mira demasiado… desde que comenzó el año e hizo su primera aparición cautivando a todo el alumnado
-Sucede… que de hecho no la encuentro importante- respondí consiguiendo sacar impresiones de sorpresa de mi curso
¿Y qué?
¿Acaso no puedo decir lo que realmente pienso?
“¿Qué? ¿Esto es un arranque de estupidez?”
-¿Cómo dices? ¿Podrías explicarte mejor?-
Me encogí de hombros
-No creo que sea demasiado relevante discutir sobre la ética, dado que difícilmente la mayoría de los profesionales se apega a ella cuando llega el momento de lucirla-
No hay esperanza…
No encuentro mucha esperanza en la sociedad…
-¿Piensas que la mayoría llegan a ser corruptos?-
Mordí mi labio, inseguro de qué decir
Una parte de mí creía que la gente era buena… que todavía hay muchas personas que luchan por hacer de este mundo un lugar mejor… pero la otra
La otra estaba convenciéndose que todo en esta vida se trata de obtener poder y pisotear a los más débiles
-Pienso que hay muchos que son corruptos por naturaleza-
Por un instante creí que me reclamaría y que, como la mayoría de nuestros profesores, se indignaría por haber puesto en duda sus sagrados conocimientos. Pero él me miró fijamente unos instantes y sonrió, volviendo a prestarle atención a la clase
-Un punto bastante interesante, es cierto que existen muchos profesionales que dado el… incentivo adecuado, venderían su “alma al diablo”-
Muchos rieron, provocando que el ambiente en el salón se relajara, pero yo solo miré por la ventana que se encontraba a mi lado izquierdo
Vender mi alma al diablo…
Por alguna extraña razón al escuchar aquello solo podía imaginar a Varick sentado detrás de su elegante escritorio…
Oh, probablemente eso sea lo más cercano que la mayoría pueda estar del diablo…
“No tanto, tú estuviste en su cama”
Me concentré en bloquear cualquier pensamiento relacionado con aquella situación, al principio no me había extrañado estar pensando en ello constantemente, lo quisiera o no había sido la… mejor experiencia sexual de mi vida
Pero con el tiempo comenzaba a hastiarme
No le había vuelto a ver, ni una sola jodida vez
Eso probaba el maldito punto de que él solo buscaba acostarse conmigo y cuando lo consiguió se largó
Inevitablemente pensé en Max y en Felipe… ¿Acaso los asesinos tienen esa clase de tendencias?
¿Largarse cuando quieren?
Bueno… tienen el poder de la vida de otros en sus manos… pueden hacer lo que quieran
-¿Matt?-
Di un respingo al notar la cercanía con mi profesor, él se había sentado frente a mí y me miraba con curiosidad
-¿Si?-
-La clase ya terminó, me preguntaba qué hacías mirando con tanta pasión por la ventana-
Me puse de pie rápidamente, era cierto, el salón estaba totalmente vacío
-Lo siento- me disculpé tomando mis cosas y arrojándolas a mi bolso
-¿Hay algo que te preocupa?-
Le observé sorprendido, jamás había sido bueno ocultando mis emociones y no iba a esforzarme ahora por conseguirlo
-¿A usted le importa que algo me preocupe?- cuestioné sin responderle
Mi maestro me dedicó una sonrisa juguetona, él sabía perfectamente que yo intentaba desviar el tema
-Bien, lamento si hice algún cuestionamiento demasiado personal-
-No se trata de eso señor Frazer-
-No me nombres así, cuando estemos solos puedes llamarme Will-
Sonreí algo incómodo, ¿De dónde salía tanta familiaridad?
Que yo recordase solo había cruzado un par de frases con él en los dos meses que llevábamos de semestre
-Gracias, pero tengo que irme- me despedí comenzando a caminar
-¿Sabes algo Matthew?-
Me detuve pero no me giré hacia él
-Hay algo que me llama mucho la atención en ti…-
-¿Qué es profesor?-
-El contraste que aparece a veces entre como luces y tu forma de hablar…-
Escuché pasos y temí que se estuviese acercando a mí, pero él tomó las cosas de su escritorio y avanzó hacia la salida
-No siempre encuentras un chico que luce como un ángel pero habla de una forma tan oscura, nos vemos Matt-
“Hipocresía pequeño… pueden fingir que les agradas pero en el fondo todos están buscando algo…”
.
.
.
-¿Te preocupa haber cambiado bonito?-
Three me sonrió con dulzura, como si fuese una madre explicándole algo a un niño de cinco años
-Bueno… no es eso… sino que, me sorprendo teniendo pensamientos que antes jamás hubiesen pasado por mi cabeza- intenté explicarme
Ella mantuvo su inocente sonrisa en su rostro… pero yo sabía que había mucho más detrás
Hasta el momento llevaba cuatro personas a quienes no podía “leer”; mi padre, Benjamín, tío Kevin… y Varick
Claro que no sabía si funcionaba o no con Max o Felipe porque cuando comencé a desarrollar esta habilidad, el gemelo se marchó y el ex novio de Benjamín ya no estaba…
De cualquier forma con Three ni siquiera necesito esforzarme, puede que parezca bipolar, pero cuando está ocupando una de sus dos personalidades es bastante fácil para mí saber lo que pasa por su mente… aunque personalmente prefiera su lado inocente
¿Tal vez que me considere una mezcla entre su mejor amigo y su hermanito pequeño ayude a que se abra conmigo?
Bueno, en cualquier caso ella es bastante especial y adoro la sinceridad que posee
-Bonito, tal vez solo estés dándote cuenta de algunas cosas y te sorprendas a ti mismo asimilándolas- explicó moviendo sus manos y haciendo que las decenas de pulseras que llevaba sonaran bastante
¿Realmente ella es una asesina?
Porque siempre he pensado que no deben ser tan… llamativos
“¿Y tú tío Kevin?”
Bien… ahí hay un buen ejemplo de excentricidad
-Tengo un mal presentimiento ¿sabes?- comenté distraídamente observando el tazón con chocolate caliente que había frente a mí
-¿Cómo qué?-
Como si viviese en una vida demasiado cómoda…
Como si se fuese a acabar la farsa en la que estoy viviendo…
Como si dentro de poco toda la realidad fuese a caer sobre mí…
-Como si el tiempo se me hubiese acabado…-
Sus ojos ahora verdes me analizaron cuidadosamente
-¿Le temes a Varick?-
La miré sorprendido, porque se supone que ella le debe lealtad a Rafael, Felipe y a mi propio hermano
-¿Qué? Puede que trabaje para un bando pero sé reconocer y admirar a alguien cuando es bueno en lo que hace, por eso adoro a Felipe y por eso también adoro a Varick- sonrió
Suspiré, cualquiera que le viera pensaría que era una niña de doce años recordando algo divertido que le ocurrió en la escuela… no una mujer de veintidós años confesando su admiración hacia asesinos de elite
-¿Qué pasaría si Rafael te escuchara hablar?- interrogué con cierta aprehensión
-Probablemente intentaría matarme- respondió con calma
Mis ojos se abrieron mucho
-¿Bromeas?-
-Hice un juramento, no sabes lo difícil que es pasar la prueba para entrar a la organización, estuve a punto de morir… si lo quiebro… bueno, si lo quiebro probablemente envíen a Andrew para que me mate-
Cerré mis ojos con fuerza e intenté tomarme aquellas palabras con calma
-Realmente… no puedo procesar que hables de tu vida de esa forma- intenté hacerle comprender
Pero ella se rio musicalmente
-Cuando vives de matar personas lo primero que aprendes es que el valor de tu vida es equivalente al del asesino más fuerte que puedas derrotar, en mi caso hay unos cuantos de los que debo cuidarme… por eso se crearon las organizaciones, para de alguna forma fomentar la unión y al mismo tiempo la existencia de seres como nosotros-
Me estremecí inconscientemente, poco a poco su mirada se volvía más fría y lúgubre… la otra personalidad de Three haciendo aparición
-Es bastante desolador escucharte hablar de esa forma de seres humanos- murmuré revolviendo lentamente el líquido en mi tazón
-¿Por qué? Nosotros escogemos lo que queremos ser, nos convertimos en los mejores para sobrevivir… y en el proceso de cierta forma dejamos de ser simples seres humanos… parte de nuestra “humanidad” desaparece… pero seguimos adelante con ello porque una vez que ingresas no puedes apartarte del camino. No existe algo como una nueva vida o algo así, incluso si decides retirarte existen muchos que te recordarán, y por supuesto, las personas que asesinaste te seguirán hasta que te reúnas con ellos en el infierno-
¿Eso era lo que le esperaba a la mayoría de la gente que me rodeaba?
Papá, mis tíos… todos serían perseguidos para siempre por el recuerdo de cientos de muertes…
No hay marcha atrás…
¿Qué tan angustiante puede ser eso?
Sabes que una vez que comienzas ya no puedes detenerlo, no importa lo que estés dispuesto a hacer… jamás se acabará
Jamás volverás a lo que eras antes, porque no puedes recuperar aquello que sacrificas para convertirte en un asesino
Ya no puedes hacerlo…
Pensé en Varick… ¿Cómo se habrá sentido realmente la primera vez que mató a alguien y traspasó la línea entre un ser humano y lo que es ahora?
Millones de personas podrían criticarle, diciendo que es un monstruo, que no tiene alma, que se pudrirá en el infierno…
Pero realmente él no parece afectado…
¿Somos nosotros los hipócritas?
¿Los cobardes que juzgamos regocijándonos en las normas de la moral?
¿Aferrándonos a lo único que parece hacernos superior a ellos?
Creyéndonos seres de bien, personas que sí merecemos un lugar en este mundo… negando que humanos como ellos siempre han existido, porque son personas hipócritamente buenas quienes les necesitan…
“Si no hubiese cobardes hipócritas sin la determinación suficiente para cometer sus propios crímenes no tendríamos que ir nosotros a hacer su trabajo sucio”
-No me respondiste a mi pregunta Matt-
Alcé mi rostro, no había notado qué tan sumido estaba en mis pensamientos hasta que Three tuvo que llamarme la atención
-Disculpa, estaba pensando en otra cosa, ¿Qué me preguntaste?-
Ella sonrió acomodándose un mechón de cabello detrás de la oreja
-¿Le temes a Varick?-
Tragué duro y me forcé a sonreír, pero en cuanto me encontré con su mirada me di cuenta que no podría mentirle
-Sí-
¿A quién intentaba engañar?
No le había visto en tres años e incluso cuando nos acostamos temí
Siempre que estoy cerca de él tengo miedo, porque no sé en qué podría convertirme si no me detengo
Estuve tres años buscando una vida normal, luchando por bloquear lo que había sucedido para no tener que enfrentarme a mis propias acciones y terminar sacando conclusiones que podrían cambiar mi vida
Pero resulta que no puedo tener una vida normal, no con el pasado de mis padres, con el presente de mi propio hermano o las decisiones de mi primo
-¿Por qué?-
Deslicé mis dedos por el borde de la mesa, entreteniéndome dibujando las curvas de las vetas en la madera
-Porque no conozco mis límites- susurré sintiendo mi pecho un poco más ligero
-¿Y te aterra la idea de descubrirlos?-
Exhalé lentamente
-Ni siquiera estoy seguro de que existan-
¿Por qué hablaba tan bajo?
Oh, claro, incluso exteriorizar mis más profundos pensamientos me hacía temer
Una vez que pronuncias los problemas en voz alta parecen materializarse frente a ti y eres incapaz de alejarlos… ya lo reconociste, enfréntalo
-¿Qué pasaría si él te buscase?-
Finalmente la miré, con una sonrisa irónica
-¿Bromeas? Varick jamás haría algo como eso- aseguré con confianza por primera vez en la hora y algo que debíamos llevar hablando
-¿Por qué no?-
Rodé los ojos
-Varick no necesita de nadie, no recurre a nadie, solo espera pacientemente atraer a gente que puede serle útil o no… como la luz a las polillas-
Me reí un poco por mi frase, me estaba comparando con una polilla
¿Qué tan estúpido podía llegar a ser eso?
-No me gusta eso de polilla…-
Sentí como el poco ánimo que había reunido me abandonaba bruscamente y miré a Three esperando que ella no hubiese escuchado aquella voz
Porque tenía que tratarse de una alucinación
Tenía que serlo, después de todo este tiempo era imposible que Varick estuviese cerca
Pero la chica miraba a algún punto detrás de mí y sonreía con satisfacción
¿Qué? ¿No que ella le debía lealtad a alguien más?
¡Incluso si decía admirar a Varick no podía estar mirando con tanta… devoción!
Joder que podía incluso leer la palabra escrita tras ella, no era simple admiración, ella realmente adoraba al hombre que debía estar parado tras de mí
-Varick, que bueno que llegaste- saludó ella poniéndose de pie
Cerré mis ojos y decidí que por hoy quería ser un cobarde
En el instante en que intenté ponerme de pie para huir, sentí el peso de una mano sobre mi hombro
-¿Debo insistir en que te quedes?-
El cálido aliento del mayor contra mi oído fue lo suficientemente tentador como para relajarme y dejarme pegado a mi asiento
Malditas debilidades… malditos recuerdos que aparecen en el instante menos adecuado
Maldita Three y su traición
-Me agrada verte también Three-
Miré a mi pseudo mejor amiga herido
-Bueno, yo me voy- se despidió agitando su mano y fingiendo inocencia
-Traidora- murmuré muy bajo
Por supuesto debió escucharme pero me ignoró y corrió a la salida (más bien dio saltitos)
El de cabello oscuro avanzó hasta el lugar que minutos antes ocupaba la melliza y se dejó caer con una elegancia que envidiaría incluso un rey
-¿Puedo ordenar?- preguntó atravesándome con la mirada
Decenas de recuerdos acudieron a mi mente cuando me sentí perdido en ese mar verde y para mi frustración comprendí que no podría marcharme, que me quedaría sentado hasta que él mismo decidiera acabar esta especie de reunión
-Puedes largarte si gustas- respondí contradiciendo mis pensamientos
Él alzó una ceja pero un brillo divertido cruzó su mirada
¿En qué pensaba?
¿Tan divertida se le hacía mi actitud?
-Jamás pensé que esta sería mi bienvenida después de tanto tiempo-
Oh, yo recordaba ese tono que estaba en el punto medio entre la superioridad y un juego macabro
-Pues parece que la edad te está afectando porque esto no es una bienvenida- repliqué con seriedad
-¿Me odias?-
-Sabes que no-
-¿Entonces por qué me tratas como si fuese un criminal?-
Sonreí
-Eres un criminal Varick- le recordé
-Claro, claro, las leyes y toda esa parafernalia sin sentido-
Iba a decirle que las leyes que rigen esta sociedad (por muy podrida que se esté volviendo) no son en absoluto una parafernalia pero el mesero se acercó a tomarle la orden
Intenté aprovechar la aparente atención que le prestó al chico para analizarle. Su cabello estaba un poco más largo, pero era la única diferencia que pude encontrar a simple vista
Cualquiera pensaría que un hombre que se acerca a los cuarenta comienza a decaer físicamente, pero el Varick que tenía frente a mis ojos se veía exactamente igual al de hace tres años, los mismos rasgos perfectos, la misma mirada fría…
Como un maldito vampiro, incluso seguía aparentando unos cinco años menos de los que tenía
Una clara injusticia más en relación a la gente normal
Seguí con mi análisis en busca de cambios hasta que sus ojos se unieron a los míos y tuve que apartar la mirada, sorprendido infraganti
-En seguida se lo traigo señor- anunció el joven y se marchó rápidamente
Fijé mis ojos en la calle que se veía a través de la ventana, los automóviles pasaban rápidamente y a un ritmo constante…
-Se supone que debería decirte que te ves mayor, pero ciertamente no creo honesto hacerlo- comentó llamando mi atención
Me encogí de hombros sin apartar la mirada de la calle, podría ser muy aburrida pero siempre era mejor que perderme en esa mirada fría e intensa que no me dejaba conectar ideas
De cualquier forma sabía que aunque había cumplido veinte, me veía como un chico de dieciséis, no tenía por qué recordármelo
-Matt… ¿Temes hablarme?-
Sonreí inconscientemente
-¿Te preocupa aquello?-
-No realmente, yo diría que la palabra adecuada es enfado-
Me giré para observarle con incredulidad, su ceño estaba ligeramente fruncido
-¿Te enfada?- repetí sin creérmelo
-Recuerdo que antes te mostrabas bastante dispuesto a rebatirme cualquier cosa que yo dijera, ahora ni siquiera te atreves a mirarme- señaló
-Ha pasado un tiempo- intenté justificarme
-Ciertamente, pero ni siquiera te has sumergido en una ronda de preguntas asfixiantes… por lo cual me inclino a pensar que te sientes incómodo-
¿Incómodo?
¿De verdad?
¿Qué esperaba? ¿Qué sonriera y le abrazara?
-¿Prefieres que te mande a la mierda?- espeté conteniendo mi rabia
-Vaya, incluso haces uso de un vocabulario que no pega con tu rostro… que interesante-
-No soy un jodido libro para que me encuentres interesante y lo digas con ese tono aburrido- siseé
-¿Entonces cuál es el problema?- ignoró completamente mi reclamo y por supuesto fue directo al punto
-Intento vivir una vida normal- sentencié
Él nuevamente alzó una ceja, pero el mesero reapareció con su orden y tuvimos que guardar silencio
Esperé con ansiedad a que el chico terminara con su trabajo y en cuanto estuvo lo suficientemente lejos como para no poder escuchar Varick se me adelantó
-Tú no eres normal-
Abrí mi boca para decir algo pero estaba tan anonadado con la seguridad en sus palabras que no fui capaz de hacerlo
-¿Disculpa?-
-¿Estás sordo? ¿De qué forma podría recordarte que eres todo menos normal?-
-No soy como tú-
-Por supuesto que no eres como yo, ¿Cómo podría interesarme que existieran dos personas como yo?... probablemente le mataría- añadió con diversión
Reprimí un escalofrío y opté por escuchar lo que tuviese que decirme
-El punto es, pequeño, que es bastante frustrante ver tus intentos por ser alguien normal-
Solo me había permitido un número determinado de veces recordar cómo me sentía cuando de sus labios salía aquel apodo, y escucharlo de nuevo no ayudó a mantener mi estabilidad
-Que tu padre se haya engañado a sí mismo fingiendo que podría serlo es bastante deplorable… más hasta cierto punto entendible. Pero ¿Tú?, ¿Tú que eres capaz de enfrentarte a mí con tanta fiereza? ¿Tú que no temes al gran Sebastian o a tu propio hermano?, tú que eres consciente de lo que puede llegar a hacer alguien entrenado para acabar con la vida de otros…-
Mis ojos se cerraron, recordando la escena que había visto aquella noche… el sonido de vértebras rompiéndose y la imagen que aquel hombre siendo atravesado con una barra de acero como si se tratase de un trozo de fruta…
-¿Cómo podrías tú ser alguien normal? No puedes pedirle a Dionisio que controle los mares… no puedes exigirle a Aquiles que renuncie a la gloria… no puedes pedirle a un asesino que salve vidas… no puedes pedirte a ti mismo olvidar de dónde vienes y con quien has escogido relacionarte-
Me sentí bastante atacado con lo que dijo y tuve que morderme el labio para no comenzar a decir cosas sin sentido producto del enfado que lentamente burbujeaba en mi sangre
-Bien, siguiendo con tu punto, ¿Qué debería hacer?- interrogué al cabo de varios minutos
-Dejar de fingir al menos-
-Puedo hacer lo que quiera con mi vida-
-Es cierto, pero sé que no quieres esto- señaló con sus manos nuestro entorno
-¡Qué tierno, te preocupas por lo que yo quiero!-
Nos quedamos mirando fijamente, yo sabía que estaba actuando de forma que rallaba en lo infantil y caprichoso, pero era inevitable
Verle frente a mí después de todo este tiempo hacía que automáticamente asumiera una postura a la defensiva
-Comienza a hartarme tu actitud herida Matthew-
Llevé a mis manos a mi cabeza, por supuesto, tenía toda la razón al quejarse, pero yo no sabía hacia dónde ir
-¿Por qué apareciste?- intenté volver al origen de todo esto
-¿Por qué no?-
Idiota…
-Tu desinterés y superioridad consigue frustrarme ¿Sabes?, al menos sé honesto con respecto a eso, es lo mínimo que puedes hacer…-
-Me culpas por algo de lo cual no soy responsable y peor aún, intentas manipularme para que haga cosas en retribución por ello-
Fruncí el ceño, odiaba cuando comenzaba a analizar mi comportamiento
-No es…-
-Yo no te obligué a acostarte conmigo, así que deja de buscar culpables para algo que ni siquiera posee alguno-
No es tan fácil aceptarlo…
Había esperado bloquear aquello tal vez para siempre, y ahora él aparecía y hablaba del asunto como si se tratase de un simple revolcón que no tendría por qué volver a ocurrir
Y eso me dolía…
Una parte de mí se sentía herida al considerar aquella posibilidad, la otra parte se preguntaba en qué punto me encontraba…
¿Qué tan cerca de aquello que llamo límite estoy?
-Sigo sin entender por qué apareciste nuevamente- insistí en aquel tema porque no quería pensar en lo otro
Definitivamente no ahora…
No cuando mis palabras salían de mi boca con escaso control
-¿Aparecer? Yo siempre he estado aquí, ¿Se te olvida que soy el jefe de Evan?-
Bufé
-Si estabas tan cerca entonces pudiste “dejarte ver” antes ¿No crees?-
-Yo no soy quien se ha empeñado en evitar al otro durante estos años-
Me sonrojé contra mi voluntad y me odié por ello
Para él no era necesario estar cerca de mí, no lo necesitaba para saber qué pasaba por mi mente
-Me pregunto… si nos acostamos de nuevo ¿Desaparecerás por el doble de tiempo? ¿Te irás a vivir a otro continente tal vez?- se burló despiadadamente
-¡Basta! ¡No volverá a ocurrir!- exclamé golpeando la mesa
Pero la mirada que me dirigió consiguió arrebatarme la poca seguridad que había conseguido reunir
-No escupas al cielo Matthew…-
-Odio tu jodida seguridad- admití
-Demasiadas personas odian una mayor cantidad de aspectos de mí, así que no me sorprendes-
-¿Quieres que te sorprenda?-
-Quiero que dejes de estar a la defensiva conmigo, no voy a matarte-
Sonreí con amargura, de todas las cosas que él podía llegar a hacerme, matarme era la que estaba al final de mi lista de preocupaciones
Era irónico, incluso ingenuo, pero cierto
-No creo que vayas a matarme-
-¿Entonces por qué veo miedo en tus ojos? ¿Por qué desde que llegué no has dejado de mirar hacia cualquier lado, evitándome? ¿Por qué dejas escapar palabras violentas en un intento por atacarme y desviar mi atención?-
Me pegué al respaldo de la silla a medida que su tono se volvía más y más frío
Y fue como si el hielo se metiera bajo mi piel, congelando mi cuerpo…
-Tengo miedo- reconocí finalmente sin ser capaz de mirarle directamente a los ojos
-¿De qué?-
Suspiré profundamente
-De acercarme demasiado a ti… y no poder alejarme cuando mi mente me advierta que es peligroso… -
-¿Antes te sentiste así?-
Claro que sí…
Pero hice oídos sordos y terminé en tu cama…
-Alguna vez-
-¿Qué crees que es lo peor que pueda pasar?-
Sentí el tacto de su mano sobre mi rostro y me sorprendí bastante, no me esperaba algo así de su parte
Nuevamente ese mar verde… que comenzaba a inquietarme mucho más que antes
-Que me enamore de ti- susurré dejándome llevar por la electrizante sensación de su mano sobre mi barbilla
-¿Crees que pueda llegar a pasar?-
No había ningún tono reconocible en su voz, ni enfado, ni alegría, ni burla… NADA, y eso era lo más inquietante de todo
No tenía como averiguar qué esperaba que dijera o si estaba fastidiándole al reconocer cómo me sentía
-… por algo estoy a la defensiva ¿No?-
Su rostro se mantuvo inexpresivo, pero su mano siguió deslizándose por mi mejilla
-Enamorarte de mí sería un error demasiado cruel- aseguró
Mi pecho dolió un poco al escuchar aquello, no es que estuviese esperando una confesión o algo que me animara, estábamos hablando de Varick después de todo.
Pero no por ello podía matar cualquier esperanza antes de que siquiera se formase en mi mente
-No puedo darte el amor que la sociedad exige de una pareja enamorada, no puedo entregarte palabras venenosamente dulces cargadas de promesas que no serán cumplidas…-
Lo sé…
-… tampoco puedo fingir ser un ser cálido y emotivo, dedicándote momentos y compartiendo recuerdos que estarán cimentados de mentiras…-
¡Lo sé!
Quise gritar, pero solo me mantuve mirándole, notando con dolor la honestidad en sus ojos
Prefería mentiras…
Una parte de mí las prefería
-… ni siquiera puedo fomentarte a iniciar una farsa con el nombre de amor por diversión, no creo que lo merezcas… así que quiero que tengas claro que yo no soy alguien que pueda amar por el sencillo motivo de que no creo en ello-
Me tragué cualquier réplica y me obligué a sonreír
-Sé perfectamente que no puedes entregar algo como eso Varick-
-Entonces hazte un favor a ti mismo y no te enamores de mí, hay millones de personas en el mundo… -
“Ninguna es como tú”
Aparté aquel pensamiento de mi cabeza y seguí controlando mis expresiones lo mejor que pude
No podía… no, lo correcto era admitir al menos para mí mismo que no quería resignarme a ello
Había huido, intentando llevar una vida normal porque tenía miedo de avanzar hacia un acantilado
Tenía miedo de destruir todo lo que mis padres habían intentado entregarme
Tenía miedo de convertirme en alguien que no podría volver atrás, no un asesino, sino un ser que buscaría algo que sabía, no podría obtener
Sin darme cuenta, sumido en ese temor, todo había ocurrido sin mi consentimiento
Evan me lo había advertido, no podía enamorarme de Varick porque tarde o temprano terminaría exigiéndole cosas que jamás podría darme
Pero las esperanzas habían seguido allí, esperando pacientemente bajo una capa de temor hacia lo desconocido
Ahora resultaba que él había regresado, probablemente con un propósito, pero lo había hecho
Estaba frente a mí, sin soltar mi mejilla, aclarándome que enamorarme de él sería por decirlo menos, el peor error de mi vida
¿Qué debía hacer?
¿Aceptarlo y resignarme a ser su conocido?
¿Enfocarme en retroceder en nuestra extraña relación?
¿Pedirle que volviese a acostarse conmigo?
¿Largarme y no volver a verle?
La última opción era demasiado desagradable como para detenerme en ella…
¿Y si me arriesgaba?
¿Si por una vez tomaba el control y me enfrentaba a la incertidumbre?
¿Si saltaba al vacío?
Mientras siguiese teniendo el valor para hacerlo… ¿No sería mejor aprovecharlo?
-Hagamos un trato- sugerí después de varios minutos de silencio
Su mano se separó de mi rostro, pero solo para comenzar a delinear mi cuello
-¿Qué clase de trato?-
¿Había deseo en su mirada?
Intenté convencerme que no era cierto, pero su dedo sobre mi piel…
-Dado que aún no sé qué es lo que quieres de mí y que yo tampoco sé lo que busco de ti…-
-¿No lo sabes?-
Negué con honestidad
-No estoy ni cerca de estar seguro, pero supongo que luego de este encuentro huir no es una opción-
Él sonrió con malicia y aquel extraño brillo en su mirada que cualquiera podría confundir con deseo, se acentuó
-No lo es-
Tomé aire para poder hablar
-Quiero que intentemos algo así como una relación- solté con toda la determinación que pude
Definitivamente que me estuviese viendo de esa forma no ayudaba
Varick alejó completamente su mano y me miró con una mezcla de diversión y curiosidad
-¿Algo así como una relación?- repitió con cierta incredulidad
Claro, él acababa de decirme que no podía darme amor y yo lo primero que le respondía era que tuviésemos una relación…
Muy lógico Matt, felicitaciones
-No digo que seamos novios, no voy a pedirte amor ni cosas cursis como en las relaciones normales…-
¿Varick regalándome un peluche mientras paseábamos de la mano camino al cine?
Por favor… ese pensamiento es demasiado surrealista incluso para mí
-¿Entonces qué es lo que quieres?-
Apreté mi puño debajo de la mesa, intentando coordinar mis ideas y de paso darme algo de valor
Al menos no me había enviado al diablo en cuanto mencioné mi idea, ¡Eso era un logro!
Definitivamente tenía que contar como uno…
-A ti, pero no quiero ser un revolcón más que puedas enviar al diablo cuando se te plazca-
Observé como volvía a perder expresión alguna, ¿Estaba pensándolo?
¿Realmente estaba pensándolo?
-Si… acepto este trato tuyo… ¿Cuánto duraría?-
Me encogí de hombros
-Deberíamos redactar algo ¿no?, no pretendo que sea eterno, pero al menos poner un tiempo mínimo…-
El de cabello oscuro asintió levemente
-¿Podré acostarme con otras personas?-
¡NO!
-No frente a mí- mastiqué cada palabra sin mirarle directamente
-Deberías pensar en un trío, no es mala idea- sugirió divertido
Rodé los ojos
-No lo creo-
Fue su turno de encogerse de hombros
-¿Tengo que presentarme frente a tus padres?-
-Como si fuesen a dejarte pasar más allá del umbral de la puerta- repliqué
¿Estaba tomándome el pelo?
-¿Una relación eh?-
Sentí mis mejillas calentándose pero intenté parecer serio
-Digamos que… acepto, ¿Te das cuenta que tendremos que acostarnos y no podrás huir?-
-Por algo lo propongo ¿no?-
-¿Y que una vez que mis enemigos se enteren serás el blanco perfecto?-
Bien… eso no era muy placentero
No me agradaba la idea de sujetos vengativos buscando hacerme daño solo para llegar hasta él
Ya había pasado por Claire y su venganza hacia mi padre
-Si no puedes garantizar mi seguridad entonces no habrá trato- respondí algo inseguro
Varick fácilmente podría enviarme al carajo por ello
-Es algo razonable- consintió sorprendiéndome
Dejé escapar el aire de mis pulmones lentamente, bastante aliviado
“Como si esta locura pudiese aliviarte de alguna forma”
-¿Cuáles serían las razones válidas para terminarlo antes de tiempo?- cuestionó
Me lo pensé detenidamente, la idea me había surgido de la nada y no había tenido tiempo para analizar el asunto
-Deberíamos dar un plazo para pensar en ello detenidamente, antes de redactarlo formalmente, pero de momento… nada de violencia-
-Bien, yo no estoy dispuesto a aceptar órdenes, no me agrada la posesión y los intentos por controlarme-
Inmediatamente pensé en la mujer esa con la que había roto su regla…
¿Seguiría acostándose con ella?
-Está bien-
Tuve que hacer acopio de todo mi autocontrol para lucir calmado
Otros minutos pasaron en silencio, mientras consumíamos lo que habíamos pedido
Mi mente trabajaba a marchas forzadas, intentando convencerme de no arrepentirme
Yo lo había sugerido, tenía que ser consecuente con mi idea ¿no?
Había saltado… ahora tendría que prepararme para soportar la caída y preparar un aterrizaje
“Sabes que no es una buena idea… podrías arrepentirte demasiado pronto”
Intenté no pensar en las miles de razones por las cuales NO debería haberle propuesto aquello, y enfocarme en lo que esperaba obtener
“Como si realmente pudieses obtenerlo…”
-Bien Matt…- comenzó el mayor provocando que le mirase
-Creo que tenemos un trato-
Su sonrisa podría engañar a cualquiera, pero no a mí
Era la sonrisa depredadora que ponía Two cuando encontraba un objetivo particularmente interesante…
La sonrisa que significaba que no iba a darse por vencida hasta que lo obtuviera, no iba a detenerse por nada… ni nadie
-Genial- me escuché decir
Pero por dentro comencé a dudar… mucho
Ahora entendía de lo que hablaban al mencionar que habías hecho un pacto con el diablo
.
.
.