-¿Por qué-kora?, te enamoraste de Tsuna y no te quieres ir, ¿verdad-kora?- preguntaba Coronello estilo chibi y hurgándose la nariz, quitándole todo lo serio al asunto. Poco después estaba en el suelo ensangrentado por recibir dos golpes en la cara por Lal y quince balazos a la cuenta de Reborn.
Aquella declaración dejo muy rojo a Tsuna…
Ed había sido sacado un poco de onda con lo dicho por Coronello. ¿Qué?, ¿acaso pensaba que él era gay?, sí que estaba enfermo ese tipo.
Pero lo que llamo más la atención de Ed fue la reacción de Tsuna, pues este se había quedado completamente petrificado y con la cara muy roja.
“¿Qué le pasaba?” pensaba Ed uun poco extrañado, aunque la verdad le daba igual.
-No, temo decirte que no es para nada el caso- dijo con el tono de vos más gélido que tenía y un rostro inexpresivo. Después giro un poco la vista para ver a Tsuna.
Al cuál, ya se le había bajado el sonrojo, y ahora tenía una expresión herida y confundida.
“¿Eh?, ¿por qué me duele aquí?” pensaba Tsuna mientras tocaba ligeramente su pecho, justamente en el lugar donde estaba su corazón, con la yema de sus dedos. No sabía en absoluto lo que le estaba pasando.
Los mafiosos notaron el cambio en el rostro de su jefe, por lo que le mostraron una mueca de disgusto a Ed.
-Lo que pasa- empezó a explicar sin darse cuenta del cambio en el ambiente- Es que cada puerta es diferente. En la alquimia, existen lo que son los círculos de transmutación. Como lo dice el nombre, es un círculo, pero dentro, tiene que ir la construcción de la ecuación. Ninguna puerta es igual a la otra. Tal vez dentro de la puerta puedan existir cosas similares a las de otros mundos, pero la ecuación del circulo alquímico de ella actúa como un filtro o código, para que ninguna otra cosa que nos pertenezca ahí entre o salga. Solo los que tienen el conocimiento de ello, como ya les había dicho antes, pueden hacerlo.
-¿Y sabes el código para volver?- ahora era Yuni la que hablaba.
-Me temo que no- contesto Ed sinceramente.
Ante la respuesta negativa, Al mostro una mueca de decepción, mezclada con tristeza. Esto hirió en lo profundo a Ed.
-¿No qué eras muy listo?, Tsk… maldito bastardo, ¡no eres más que un inútil hablador!- decía Gokudera mientras lo apuntaba con un dedo acusador.
Aquello molesto en sobremanera a Ed, pero también a otro en especial.
-¡Mentira!, ¡Mi hermano no es un inútil y menos un bastardo!, ¡TÚ NO SABES NADA!- Grito Al con los ojos cerrados y levantándose estrepitosamente de su asiento y… aunque sus ojos se encontraran cerrados podían verse pequeñas gotitas de lágrimas.
“Dices eso…aun cuando tú tampoco lo sabes” pensaba con un poco de ironía Ed.
-¡Gokudera-Kun!, déjalo en paz- regañaba Tsuna a su autoproclamada mano derecha.
-¡MIS MÁS SINCERAS DISCULPAS DECIMO!- nadie sabía explicar cómo, pero… Gokudera ya se encontraba a lado de Tsuna mostrando una de sus típicas reverencias.
Algunos mostraron sus muecas de fastidio ante eso, otros lo ignoraron y unos cuantos se limitaron a una pequeña sonrisa ante la escena.
-No… Gokudera-kun…- decía avergonzado Tsuna- no es para tanto, solo se amable, ¿si?- pedía amablemente y con una sonrisa.
Y a Ed le dio un poco de curiosidad esa sonrisa.
-Si usted lo dice Décimo- decía agradecida la Tormenta de que su Jefe lo perdonara.
Tsuna solo sonrió y se calmó un poco, lo mismo hizo Al. El cual estaba muy feliz de que ese chico defendiera a su hermano mayor, ya que él no podía hacer mucho.
-Esto… ¿Y cómo harán para regresar a su mundo?- preguntaba ahora Tsuna con curiosidad. Aunque… no sabía por qué, pero tenía un pequeño sentimiento extraño al pensar, que la persona que hace unos minutos sus amigos y tutor iban a matar, se fuera.
-Tengo que ver como es la alquimia que usan en este mundo, estudiarla y descifrar su código, sino, tendré que adivinar en el peor de los casos- decía algo preocupado y se notaba en sus palabras, esto inquieto a Tsuna.
-¿Qué pasa si adivinan?- pregunto Dino, quién había notado la gravedad en el tono de vos de Ed.
-Qué las probabilidades de lograrlo solo son del veinticinco por ciento.
-¿veinticinco por ciento?, ¿no era el cincuenta?- decía ahora Aria.
-No, es el veinticinco. Es del 25 por ciento que moriremos en el proceso, 25 en que haya un rebote, 25 en el que ni siquiera logremos acercarnos al círculo real y el 25 de acabar deformados.
-Kufufufu vaya… que optimistas, ¿en ninguna lo logran?- decía en tono de burla Mukuro.
-No sabemos cómo son las leyes de la alquimia de este mundo, por lo tanto la probabilidad de lograrlo es casi nula. Estamos hablando de un juego al azar.- a cada palabra se notaba la impotencia en su voz.
“sin mencionar que no tenemos la piedra filosofal de la lagartija para activarlo” Ed no podía sentirse más frustrado.
Todos pensaron detenidamente lo antes dicho, ya todos habían resuelto sus dudas, o algunos tal vez sí, otros seguían igual de perdidos.
Aunque no estaban del todo seguros de la información que les habían dado… sentían que les estaban ocultando algo, pero no sabían decir con seguridad que era.
Aunque de momento, les bastaba con saber que no querían lastimar a su cielo, ya se encargarían después de saber que era lo que ocultaban.
-Bueno, supongo entonces que no tienen donde quedarse- decía Aria muy sonriente- quédense con nosotros hasta que sepan como volver a su mundo.
Esto sorprendió mucho a todos.
-¡¿Queeeeeeeeeee?!- dijeron los más alborotadores.
-Mmm… ¿qué pasa?- a Gamma le escurría una gran gota de sudor en la sien, su esposa nunca cambiaba- ellos no tienen donde quedarse, que se queden aquí. ¿Verdad Tsuna-kun?- insistía.
-Ah… si, b-bueno…. Me parece bien- termino de decir con una sonrisa.
Todos los demás también sonrieron, Tsuna siempre sería igual, ayudaba a amigos, enemigos, conocidos e incluso completos desconocido como lo eran Ed y Al. Ayudaba a todos por igual sin hacer distinción en nadie, así de inocente y puro era su cielo.
-¡¿En serio?! , muchas gracias- decía Al muy emocionado e que no tuvieran que dormir en la calle- ¿no es eso bueno Hermano? Jaja- decía muy sonriente.
-Sí, gracias.
-No es nada- decía Tsuna avergonzado, mientras se rascaba la nuca para dar un aire despreocupado.
Pero Reborn… aunque comprendiera la buena voluntad de su alumno, no podía evitar sentirse algo molesto por lo fácil que se dejó manipular por Aria.
“Esa mujer…” pensó con algo de enojo, mientras la miraba. Esta al sentir su mirada volteo y solo le devolvió una sonrisa juguetona.
-Bien, ya que está decidido, vayamos todos a dormir- mientras Aria decía esto, miraba a Ed con una sonrisa cómplice. Ante esto Ed se extrañó.
“¿Qué significa eso?” Ed fruncía un poco el ceño…
-Pero antes- decía la madre de Tsuna desde la puerta del pasillo- ¿Podrían decirnos sus nombres?- mientras aplaudía y daba una sonrisa radiante.
-Edward, Edward Elric, y él- dijo posando una de sus manos sobre la cabeza de su hermano, para propiciándole una caricia- es mi hermano menor, Alphonse- ante eso Al sonrió feliz.
-Soy Alphonse, Alphonse Elric, mucho gusto- Ed.
-Bueno Ed, Al, vayamos a dormir.
-Si- dijeron al unísono los dos hermanos.
Y así comenzó la historia de un jefe mafioso y un alquimista estatal…
Continuara…
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