“tsk… que más me da” pensaba el rubio mientras se ponía en posición de pelea, ya que sabía que no podría salirse de esa hablando.
“solo debo cuidar que no lastimen a Al” fue su último pensamiento, cuando vio como el chico de las tonfas se lanzó a él para atacarlo.
El chico del comité disciplinario, corrió hasta el a una gran velocidad, pero para Ed no era la gran cosa, por los cual con su alquimia, hizo una serpiente gigante de tierra y la lanzo contra él, quien fácilmente la esquivo, subiendo a la cabeza de esta y haciendo que esta golpeara con el suelo, pero no conto, con que hubiera una segunda serpiente que le hizo un “1)Lariat” perfecto, por consecuencia del golpe lo mando a volar contra unos árboles del hermoso jardín, haciendo que unos cuantos de estos cayeran.
Luego de ello, el chico de la katana intento asestarle un golpe con la espada, pero Ed con su habilidad, materializo su arma tan típica, que constaba de una placa pegada a su brazo y en ella había una larga cuchilla, haciendo de eso, una batalla intensa, Yamamoto atacaba y se defendía, mas no lograba dar un golpe directo, solo unos cuantos rozones y cada que esquivaba sufría unos cuantos daños, ya que no lograba hacerlo por completo.
Sin lugar a dudas el chico rubio era muy bueno en eso, pero….
“ese no es un estilo de espada…” pensaba el chico de ojos ámbar, ya que el rubio manejaba muy bien la cuchilla, pero no tenía ningún estilo en especial, él siempre había sido bueno calculando los cambios de mano y el número de golpes de los espadachines a los que se enfrentara, pero… por alguna razón los golpes del rubio no tenían sucesión, atacaba como una bestia, sin descanso y parecía que no se lo pensaba mucho, bueno… cuando alguien ataca tiene que planear el movimiento pero… él lo hacía de una forma tan natural o instintiva, no sabía cómo describirlo.
Su batalla ya no pudo seguir, ya que se vio interrumpida por una pali-plateado eufórico que lanzaba dinamita a diestra y siniestra, importándole poco si lastimaba al “friki del baseboll” según él, cosa que al presente no le hizo mucha gracia.
-Hayato ten más cuidado- le reprendía el de ojos ámbar.
-cállate, no me llames por mi nombre y mejor ponte a pelear tenemos que proteger al Decimo- le decía este molesto.
Pues desde que había iniciado la pelea, no habían podido hacerle ningún rasguño al de ojos dorados, de hecho, ni siquiera habían podido moverlo del lugar en el que estaba, se mantenía en la misma posición.
Ni siquiera las ilusiones de Chrome y Mukuro habían funcionado, razón por la cual estaban conmocionados, se supone que sus ilusiones eran las mejores, pero el rubio actuaba como si nos las viera, ¿era acaso que estaba usando algún tipo de llama especial? O ¿él también era un ilusionista?, ya que podía crear cosas de la nada, cosa que para el peli-plateado era imposible, por lo cual pensó que eran ilusiones, aunque también estaba la contradicción de que los golpes se sentían bastante reales.
“maldita sea…” pensaba el peli-plateado al ver como Reborn les disparaba de una forma tan genial con León, su fiel arma, pero este las evadía poniendo una enorme pared frente a él, y más se enojó al ver como Mukuro se lanzó contra el nombrado para enterrarle su “tenedor gigante” (como lo había bautizado el sexy rubio) y este simplemente lo tomaba de un extremo y lo lanzaba contra el chico de ojos ámbar, conservando la misma posición.
“¡ese bastardo se está burlando de nosotros!” pensaba ante aquello, ya que conservaba esa posición de “superioridad”, según el de ojos esmeralda, pero luego noto algo que no había notado.
La razón por la cual el rubio no se movía de lugar, era por el pequeño niño que se escondía detrás de él, al parecer el pequeño no sabía defenderse, ya que se la pasaba temblando.
“¿Cómo no lo note?” se auto regañaba “si tomamos al mocoso esto será pan comido… es lo que se ganan por intentar lastimar al Decimo” pensaba con una mirada de: Estas perdido.
Miro al resto de los que se encontraban peleando junto a él, comunicándose con la mirada les dijo lo que había descubierto, estos que comprendieron al instante, no pudieron más que lanzar una mirada que no presagiaba nada bueno.
Ed que al notar el cambio en la mirada de los que los atacaban… se preocupó, ya que sabía cuáles eran sus intenciones, siempre en una pelea algunos se van por los más débiles, para reducir el número de enemigos y así poder atacar sin problemas a los que suponen mayor problema.
“bastardos cobardes…” pensaba con una gran ira, al ver como el chico de las tonfas corría alrededor de él, para luego ser atacado por el chico del cubierto gigante, al cual, simplemente pateo el tenedor y luego a él (Mukuro) para mandarlo a volar.
Luego noto como el azabache se acercaba por atrás de forma rápida y sigilosa, para tomar a su hermano menor, cosa que le causó una ira que no pudo reprimir y esta vez, estallo.
Con su habilidad hizo un gran pilar, con el cual lo ataco, el prefecto lo esquivo con agilidad, pero no conto que del pilar aparecieran otros más pequeños a los lados, con los cuales lo golpeo de una forma feroz contra una de las paredes de la mansión, haciendo en la estructura de esta un gran agujero, el impacto sin duda mataría a alguien normal, para la suerte de Hibari, quien logro cubrirse con sus tonfas y aparte… como todos saben, no es una persona normal, resistió bien el ataque.
-maldito…- alcanzo a decir Hibari luego de recuperarse del golpe, bueno, no en su totalidad, ya que su ropa se encontraba desgarrada y manchada de sangre que obviamente, broto de el a causa de los golpes, pero aun así no mostro una mueca de dolor, sino más bien, una cara de completo desde al verse humillado de esa manera- TE MORDERE HASTA LA MUERTE.
Expreso su típica amenaza contra los herbívoros que conocía y había matado anteriormente, pero por más que su orgullo se viera pisoteado, debía admitir que no era un simple herbívoro, era más… un carnívoro… y él debía ser el único carnívoro en ese lugar, por lo cual se dejó la tarea de matarlo personalmente.
Pero antes de que pudiera lanzarse a atacarlo se pudo escuchar el grito de una mujer.
-¡¡¡KYAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!- el cual se pudo reconocer como el grito de la madre de la persona a la que debían proteger, la madre de su cielo, Sawada Nana.
Todos voltearon en dirección de dónde provenía el grito y pudieron ver una imagen que los dejo helados, la hermosa castaña se encontraba colgando de una de las ventanas del tercer piso.
Al parecer, cuando Ed lanzo a Hibari contra la pared e hizo el gran agujero, eso también causo que el edificio se cuarteara y abriera varias grietas, haciendo que se volviera inestable y que justamente en donde se encontraba parada la castaña mirando toda la escena, se rompiera el piso y cayera, pero alcanzo a sujetarse de una de las ventanas, haciendo de eso la, imagen que todos miraban con pavor.
-¡MAMA!- gritaba un hermoso castaño de ojos color miel llenos de miedo, al ver a su querida madre colgando y tratando de sujetarse lo mejor que podía para salvar su vida.
“¿mama?” reaccionaron a esa palabra los dos chicos rubios, quienes miraron también a la mujer.
- ¡TSU-KUN AYUDA!- gritaba la mujer por auxilio, al saber que no resistiría mucho, pues del lugar de donde estaba agarrada se iba rompiendo poco a poco.
-¡mamma resiste!- gritaba esta vez el niño con ropa de vaquita (que se encontraba escondido detrás de un árbol por la gran batalla) con lágrimas en los ojos, al pensar que su “mamma” podría morir.
-yo… no…- intentaba decir que no aguantaría más, pero no pudo, ya que el pedazo de metal al que se encontraba agarrada se terminó por partir, e hizo lo que toda mujer ama de casa en una situación como esa haría- ¡¡¡GYAAAAAAAAAAAA!!!- grito.
-¡¡¡MAMMA!!!- gritaron todos, ya que los que la conocían la llamaban así a petición de ella.
La castaña cerró los ojos fuertemente esperando el contacto con el suelo y los demás solo se quedaron parados como estúpidos, ya que todo había pasado demasiado rápido.
Pero grande fue la sorpresa de la castaña al saber que su contacto con el suelo, que se suponía seria doloroso, duro y frio, no fue como se lo esperaba, sino, todo lo contrario, fue agradable, suave y cálido.
Abrió un poco los ojos y noto que se encontraba acostada en medio de una plataforma, que en la parte de arriba se encontraba acolchonada.
Giro un poco su cabeza, y pudo notar que el pilar provenía de un lado del chico rubio al que por alguna razón que ella no comprendía todos atacaban, pero lo que sí pudo comprender era que aquel chico… la había ayudado.
-gracias…- susurro con verdadera gratitud y lágrimas en los ojos.
Todos solo miraron la escena anonados, para que luego el peli-plateado reaccionara.
-maldito… no creas que te lo agradeceremos, más te vale que te prepares- amenazo para luego sacar más dinamita y atacarlo.
Pero antes de que pudiera hacer algo, en medio del campo de “batalla” que anteriormente era el jardín, apareció su querido Decimo cubierto en llamas en su modo Hiper y dijo con aquella mirada afilada:
-es suficiente… deténganse…
Continuara…