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Entre sombras por Sora Jigoku

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Notas del capitulo:

¡Hi desu~~! Capítulo dos, oh si~~ que bello suena, bueno espero que este siendo de su completo agrado… De nueva cuenta tendré que tomar cosas del juego creado por ShigeruMiyamoto, algunos de los enemigos de Kurogane y de Fye serán tomados de ahí, pero… ¡No se preocupen! No alteran en nada la historia y casi no tendrán nada que ver por aquí.

Sin más espero que les guste mucho~~ <3

¡Muchas gracias a Torao, Fye LoveForever, Any chan, Saint y hikari-san, ustedes son de las personas más lindas del mundo y su apoyo es de lo mejor que me ha pasado en la vida~ esto es para ustedes.

Enjoy It.







Capítulo 2: Tu mundo y mi mundo.

<Blanco> no siempre quiere decir bondad y <negro> no siempre representará a la maldad”

- Antiguo proverbio

- ¿Un demonio? ¡Estás de broma! – Exclamó Kurogane completamente sorprendido por esas palabras, su cabeza había buscado referencia entre “demonio” y la criatura que tenía enfrente fallando completamente

- ¿Por qué es tan difícil creer eso? – Sin guardar sus alas

En ese momento la habitación se encontraba en aquel punto de la noche en el amanecer está por llegar a la habitación sin que ninguno de los dos fuera consciente de eso.

- ¡Un demonio no hace lo que has hecho! – Aun sin creerlo del todo

- Soy un demonio, Kuro pipi – Sonriendo y acercándose al otro hasta quedar frente a frente – Pero no un “demonio” como los que hay en tu mundo… - Sonriendo de medio lado

- ¿De qué hablas? – Un poco más confundido que antes.

- Poseo magia cómo pudiste ver, pero no soy mago ya que también poseo estas alas… Soy lo que en tu mundo llamarían… - Buscando el término correcto para lo que era – Ah~ un “guardián”

- ¿Un guardián? ¿Qué proteges? – Kurogane era el tipo de persona que no se metía en la vida de las demás personas, cada quien tenía sus propios motivos para hacer las cosas… Pero ese ser tan hermoso frente de él simplemente lograba cosas que nadie más, como sacarlo de quicio de manera fácil y también lograba mover su curiosidad de una manera asombrosa.

- Mientras menos sepas será mejor – Por primera vez de manera seria.

- … - Notando esa seriedad – De acuerdo, ¿Puedo saber porque tus alas ahora son negras y antes eran blancas?

- Ah, supongo que es porque ahora estoy en tu mundo… Es algo que incluso a mí se me hace extraño – Volviendo a poner esa sonrisa sobre sus labios, esa que no demostraba nada y no permitía que nadie supiera lo que de verdad pasaba por su cabeza.

Entonces pasó, los rayos del sol comenzaron a emerger por detrás de las colinas del horizonte, de un momento a otro Fye salió a toda prisa de la casa de Kurogane.

El moreno al ver esta acción no pudo hacer otra cosa más que seguir al rubio, preocupado que algo malo hubiera pasado… Cuando lo alcanzo noto que tenía la mirada perdida en alguna parte del horizonte, por lo que se preocupo

- ¿Qué pasa? – Soltó en modo rudo, tomando al otro por los hombros.

- Nada… No es nada… - Siguiendo viendo perdidamente como aquel cielo negro de pronto comenzaba a aclararse con cada segundo que pasaba

- ¡Odio las mentiras! –Notando que aquello era una mentira claramente

- Es solo… - En aquellos labios, una sonrisa tierna de pronto se formó – Esta es… La primera vez que veo algo tan hermoso como un amanecer… - Verdaderamente admirado de la belleza de aquel espectáculo natural.

- … - No pudo decir nada más mientras su corazón se comprimía dentro de su pecho… Aquella sonrisa seguida de aquellas palabras lo había conmovido profundamente, de alguna manera sintió algo parecido a la pena por ver tal emoción por algo tan común para él - ¿De verdad nunca habías visto algo así? – Sin poder creerlo del todo.

- Kuro sama, mi mundo está lleno de completa oscuridad… - Borrando aquella sonrisa y volviendo a poner la que no demostraba nada, apartando la vista del sol – Esta es la primera vez que vengo a tu mundo… - De alguna manera sentía nostalgia por aquellos rayos de luz que ahora lo rodeaban, sus alas desparecieron de la nada, en ese momento no eran necesarias.

- ¿Por qué estás aquí? – Mirando aquellos ojos de manera fija, su voz había sonado involuntariamente fría.

- Porque no es justo que mi mundo consuma al tuyo… - Sosteniendo la mirada, eso era gran parte de la verdad, pero también tenía otro propósito oculto.

- De acuerdo… ¿Qué es lo que debo hacer?

- Recuperar ciertos objetos por mí

- ¿Objetos? – Alzando una ceja

- No te puedo contar lo que son, recuerda que mientras menos sepas será mejor para ti

- ¿Al menos podré saber cómo diablos voy a recuperarlos?

- ¡Claro! Tienes que vencer a ciertas criaturas que están ahora por estos rumbos, no son muy agradables

- ¿Cómo piensas que voy a vencerlos? – Alzando una ceja, aquella forma tranquila en la que decía las cosas de verdad lo impacientaba de sobre manera

- Tal vez… - En sus manos formo de pronto un círculo azul del cual saco una espada larga, con el mango [1] de un color rojo y negro - ¿Esto te sirve?

- ¡Por supuesto! – Tomó de pronto la espada e hizo un movimiento con ella para sacarla de la funda negra en la que estaba guardada, era como si la espada se acoplara a él de una manera asombrosa. En realidad agradecía que hubiera sido una espada, gracias a su padre había aprendido lo básico sobre cómo usar esa arma.

- Parece que sabes usarla – volviendo a poniendo sus brazos detrás de su cabeza mientras sonreía

- Si, algo así – Al momento en que volvía a guardarla y colocaba la funda alrededor de su cintura - ¿Voy a hacer esto solo?

- No, yo estaré contigo…

- … - Silencio, esas palabras le habían hecho sentir de una forma extraña… Su corazón había dado un vuelco al pensar en ello

- Bien, la primer creatura está dentro del bosque – Cerrando los ojos y sintiendo aquella energía oscura – Vamos – Dicho esto comenzó a avanzar, hasta que notó que el otro simplemente lo observaba, poniéndolo nervioso – Oye, dónde no te des prisa tu mundo va a acabar destrozado por el mío

- ¿No llevas ningún arma? – Dudoso, sabía que usaba magia pero si las cosas se ponían peligrosas tendría que usar algo para defenderse a sí mismo.

- No, las armas de tu mundo son muy simplonas~ - Riendo un poco – De ser necesario usaré algo para defenderme

- De acuerdo – Entonces comenzó a seguirlo, ambos estaban caminando por el bosque.

­- Kuro chan… - Dijo de pronto mientras los dos caminaban

- Por última vez… ¡Deja de estar jugando con mi nombre como se te pegue la gana! – Detrás de él mirándolo molesto

- Una última advertencia para ti… La luz de esta parte de Hikari esta restaurada, pero… Los monstruos pueden seguir aquí hasta que no elimines a su jefe… - Aún calmado por completo.

- ¿Monstruos? – Confundido

- Criaturas creadas a partir de magia oscura… Son mortales… Ten cuidado

- Si, igual tu - Lo último había escapado de su boca

Ambos caminaban en silencio por el bosque, Fye enfrente intentando encontrar en donde podría estar escondido el demonio que posiblemente se había escapado de su mundo.

- ¿Por qué ahora estas con tu figura original? – Preguntó de pronto el moreno al darse cuenta de eso

- Ah, me siento más cómodo haciendo esto… Aquella forma es un poco molesta y en tu mundo no hay casi creaturas oscuras – Sin mirarlo avanzando.

Un ruido se escuchó de pronto delante de ellos, por lo que Kurogane sacó su espada. Una creatura con forma de tigre se acercó a ellos, era completamente negro con ojos rojos.

- ¿Crees poder con él? – Preguntó de pronto el rubio

- Por supuesto –Haciendo un movimiento con la espada –Quédate aquí

- Suerte, Kuro pipi –Sonriéndole de la misma manera mientras se sentaba en el suelo con los brazos cruzados

El tigre negro de pronto fijo su mirada en el rubio y comenzó a rugirle de una manera amenazante, al parecer no le agradaba el rubio.

- Oye… Tu oponente soy yo – En ese momento atacó a la bestia atravesándola con su espada sin hacerle ningún daño aparente ya que parecía ser de humo - ¿Qué demonios significa eso?

- Ah~~ Al parecer sigues sin poder hacer nada sin mí, Kuro wuan –Entonces se levantó de donde estaba y se acercó a Kurogane – Tendré que darte otra de mis técnicas – Puso su mano sobre la espada y un brillo azul se hizo presente en él

- ¿Qué acabas de hacer?

- Simplemente vuelve a atacar – Aun sonriendo de esa manera que no demostraba nada

- … - En silencio simplemente volvió a atacar al monstruo pero esta vez logrando destruirlo - ¿Qué hiciste?

- Simplemente te di otra habilidad mía, Kuro sama

- ¡Sigues con eso!

- Bueno, vamos… Al parecer Babalant está más adelante… - Siguiendo avanzando

- ¿Babalant? – Confundido por aquel nombre que jamás había escuchado en su vida

- Es mejor conocido como el parásito de las Sombras, su nombre real es Babalant [2]

- ¿Cómo sabes eso?

- Yo soy residente del mundo de la sombra… y soy quién lo encerró por primera vez, pero cuando pasó esto fueron rotas las cadenas que lo mantenían preso permitiéndole venir a tu mundo

- ¡¿Y por qué carajo lo tengo que atrapar yo?! – Con una venita marcada en la cien

- Es tu mundo~ - Riendo – Y es necesario que lo derrotes para regresar este lugar a la normalidad.

- ¿No puedes volverlo a encerrar tú?

- Nope, me han quitado algo importante sin lo que no puedo hacerlo

- En resumidas cuentas… Eres un completo inútil

- Ah~~ vas a herir mis sentimientos si sigues así, Kuro pipi

Fye fue interrumpido cuando el otro lo puso contra un árbol, tomándolo por el cuello de su suéter negro y colocando su espada cerca de su rostro

- ¡Deja de estar jugando con mi nombre…! ¡Trata de tomarte esto en serio! – Viéndolo fijo

- … - Se había quedado en shock, esa era la primera vez que alguien lo trataba de esa manera, pero de alguna manera lo que le había quitado completamente el habla, era sentir el cuerpo del otro tan cerca, puesto que la sensación que le causaba era una que no había conocido jamás. Su corazón latía un poco más de prisa de lo normal.

- … - Por su parte el moreno también sentía algo extraño al hecho de tener contacto tan cercano con el otro… Sentía un fuerte y extraño sentimiento de nostalgia dentro de su pecho ­– Ahora, sigamos con esto – Lo soltó y el tono de su voz bajo un poco debido a esos extraños sentimientos.

- De acuerdo – Intentando retomar el curso de sus latidos.

Ambos caminaron en silencio puesto que ninguno de los dos sabía que decir después de ese “acercamiento” que acaban de tener.

- … - Fye se detuvo de pronto en seco y giro hacia la derecha la vista

- ¿Ahora qué? – Preguntó al notar eso

- Es por allá… - Sonrió al tiempo en que señalo hacía donde estaba viendo.

- … - Puso los ojos en blanco y comenzó a avanzar en esa dirección.

- ¿Por qué tienes tanta confianza en lo que te digo? – Pregunto de pronto el rubio sin dejar de sonreír – Todo lo que te he dicho bien puede ser mentira

- … - Se quedó completamente en silencio, eso era verdad… ¿Por qué estaba confiando en ese tipo tan extraño que estaba enfrente de él? – Porque si esto resultara ser una mentira podría atravesarte con mi espada

- ¡Ah! ¡Kuro wuan es tan rudo~~! Deberías guardar eso para los monstruos, no para mí

- ¡Je! Eres un demonio, ¿no?

- Sigues lastimando mis sentimientos – Haciendo un exagerado movimiento de estar triste

- ¡Y tú sigues jugando con mi nombre! ¡Demonio estúpido! – Noto que se estaban dirigiendo a uno de los lagos que estaban escondidos en la pradera – Oye, ¿Estás seguro que es por aquí?

- No es por aquí, he he… De hecho estamos al lado contrario de donde deberíamos estar

- ¡¿Entonces?! – Comenzó a sacar la espada con una vena marcada en su cien, señal de que estaba más que molesto.

- ¡Espera! Antes de que me cortes la cabeza… Creo que sería bueno descansar y comer algo, ¿no crees?

- ¿Tienes hambre? ¿En un momento como este?

- Algo así, ¿qué dices? –“Y dices que el idiota soy yo… Lo estoy haciendo por ti”

- Si no me queda otra

- Buscaré comida, tu trata de hacer fuego, ¿vale?

- … - Le contestó con un simple chasquido de lengua y comenzó a buscar leña.

Después de unos momentos de calma, Fye había logrado atrapar alrededor de 15 pescados que estaban nadando en la laguna, mientras que Kurogane había logrado hacer una gran fogata y en ese momento ambos estaban comiendo en silencio.

- ¿Qué clase de monstruo es Babalant?

- ¿Ah? ¿Es que acaso Kuro tan tiene miedo? – Sintió de pronto como una roca se estampaba en su cabeza - ¡Auch! ¡Oye! ¿Eso por qué fue?

- Yo no conozco el miedo, demonio idiota… Te pregunto para saber a qué me enfrento

- ¡No es motivo para golpearme! –riendo – De acuerdo… Tiene un aspecto bastante desagradable… Solo diré que no has visto nada como él

- Parece que todo lo que viene de tu mundo es desagradable

- Tal vez… - Bajo la cabeza un poco y susurró muy bajito – Aunque yo no considero mi apariencia desagradable

- … - Escucho lo que había dicho el rubio pero no le dijo nada, porque se le hacía muy graciosa la forma en la que sus labios se formaba una línea recta de obvia molestia.

- Creo que viene siendo de movernos… - Dijo al tiempo en que veía hacía el cielo, de nueva cuenta asombrado del hermoso color azul que tenía.

- Estoy de acuerdo – Contestó el moreno poniéndose en pie.

De nueva cuenta ninguno de los dos hablaba, hasta que Kurogane se dio cuenta de que Fye estaba admirando el lugar de una forma que le hizo estremecer un poco. Parecía como un ciego que había recuperado la vista y trataba de guardar todo en su mente con supremo detalle

- Déjame adivinar, en tu mundo tampoco hay bosques

- Los hay – Contesto después de unos momentos – Pero yo no tengo permitido salir mucho del palacio.

- … - Se detuvo en seco y se le quedo viendo con duda en los ojos

- … - “Mierda…” Mientras menos sepas es mejor –Desvió el rostro y siguió avanzando.

- … - “¿Palacio? ¿De qué está hablando? ¿No tiene permitido salir? ¡¿Cómo es que está aquí ahora entonces?”

Más preguntas se formaban en la mente de Kurogane quién fingia que nada de lo que acaba de escuchar le importaba… Pero todo, ¡Todo! Lo que tenía que ver con ese rubio simplemente lo estaba sacando de quicio, quería saber qué diablos estaba pasando, pero su orgullo no le dejaría hacer ni una pregunta más.

- Es aquí dentro… - Anunció el demonio señalando una caverna muy grande.

- Acabemos con esto de una buena vez…

- Tan valiente~~ - Soltó una pequeña risita antes de entrar en la caverna que era de gran tamaño y estaba completamente oscura – Ah, olvidaba que eres residente del mundo de la luz… Debe ser difícil para ti ver en las sombras, ¿verdad?

- … - No contestó puesto que eso era verdad, no podía ver con claridad.

- Solucionaré eso – En ese momento más letras azules comenzaron a salir de sus manos expandiéndose por todo el lugar, creando visibilidad más clara

- ¡Flourite! – Se escuchó un quejido detrás de ellos.

Kurogane solo pudo ver como el rubio se giraba rápidamente y creaba un escudo azul con sus manos al tiempo que lo que parecían raíces trataban de atravesar dicho escudo para atacarlo.

Después de unos segundos, terminó siendo empujado por las raíces chocando contra la pared de la caverna

- Agh… - no puedo evitar quejarse, habían pasado más años de los que quería recordar desde la última vez que le golpearon

- ¡Flourite! – En ese momento, Kurogane pudo ver la apariencia de aquella cosa y por primera vez le dio la razón al rubio… Era bastante desagradable.

A lo que se podía ver a la tenue luz del lugar, era que de la tierra salían una especie de dos cabezas de lombriz.

- Al parecer tenía muchas ganas de verte, ¿Huh? – Le dijo al rubio que aún estaba en el suelo.

- ¿Qué puedo decir? Tiendo a causar ese efecto – Contestó comenzando a ponerse en pie, hasta que de pronto vio como Kurogane le hacía la señal de que de detuviera

- Déjame esto a mí, por algo me lo pediste, ¿no?

- ¡Flourite! ¡Matarte! ¡Voy a matarte!

- Esa es mi frase – En ese momento el moreno se avanzó sobre aquella creatura sacando de la funda su espada.

Estaba apuntando directamente a una de las cabezas, pero una de ellas lo esquivo y llevo de nueva cuenta su ataque de raíces hacia el rubio, quien se movió de manera rápida evitando el ataque

- ¡Maldita sea! ¡Yo soy tu enemigo! – Eso le molesto pero no por ser ignorado, de alguna manera que no podía explicar… Le molestaba mucho ver la insistencia de sus ataques al rubio, estaba tan molesto que en ese momento por simple inercia del cuerpo blandió la espada en un rápido movimiento y de su boca escaparon las palabras – ¡Chiryujinenbu! – Al terminar de decir esas palabras de la espada escapó una onda de color rojo que corto una de las cabezas del enemigo haciendo que la otra cabeza lo mirara fijamente - ¿Ahora si piensas tomarme en serio?

- … - Fye simplemente se le quedó viendo bastante sorprendido, esa habilidad no era como las anteriores, es decir… Ese poder venia posiblemente del moreno, pero ¿Cómo? ¡Era un simple mortal!

- ¡Terminemos con esto! – Grito al momento en el que volvía a intentar su ataque pero aquel monstruo mando una de sus raíces hacía él.

- ¡Kuro!

El ojirojo se movió con una habilidad increíble, teniendo solo como herida un pequeño rasguño en el brazo

- ¿Eso es todo lo que vas a hacer? ¡Ja! ¡Por eso eres un paracito! –Al blandió de nuevo la espada con fuerza - ¡Chiryujinenbu! – Logrando cortar la otra cabeza del monstro haciendo que este comenzara a desaparecer, entre una gran esfera de humo. Sonrió de forma discreta, hasta que de pronto escuchó el sonido de unos aplausos.

- No esperaba que lo hicieras de esa forma… ¿Cómo lograste hacer esos ataques con tu espada? – Preguntó el oji azul mientras caminaba hacía el humo, tomando en sus manos algo que estaba en el suelo

- ¡A saber! Pensé que tu tenías algo que ver con eso – Observo con atención el objeto, notando que era una muñequera de metal con espirales azul brillante – Un momento… ¡¿Solo por eso me hiciste hacer esto!?

- “¿Solo por eso?” No deberías subestimarlo… Y no, yo tuve nada que ver con tu espectacular ataque – Formó una esfera azul alrededor de la extraña “muñequera” desapareciéndola aparentemente – Tal vez, tienes más potencial del que creías –“Y más del que yo esperaba” Estoy impresionado

- ¡Deja de burlarte!

- Estoy hablando de manera honesta, estoy completamente impresionado

- … - Se le quedo viendo, su corazón comenzó a latir de manera rápida de nueva cuenta. ¡Estúpido demonio idiota!

- Bueno, sería bueno salir de aquí – Agregó al momento en que comenzaba a caminar a la salida, la mirada del moreno sobre sí le estaba comenzando a incomodar de una manera que no podía describir… Sentía que incluso se podría sonrojar debajo de esa mirada y era algo que no quería.

- ¿Qué sigue?

- Iremos a tu casa

- ¡¿Qué?!

- No te recomiendo enfrentarte a una creatura de las sombras de noche… La oscuridad nos hace más fuertes –Sonrió de medio lado – El sol les da ventaja, además deberías descansar.

Chasqueó la lengua con fuerza y comenzó a seguirlo, le sacaba de sus casillas la forma de ser de ese chico –Si es que lo podía llamar de esa manera-

Cuando llegaron a la casa del moreno, todo estaba oscuro y lo único que les permitía ver era la luz de la luna que entraba por las ventanas.

- Hay más preguntas que quiero hacerte

- Vaya, Kuro-tan es curioso~ bueno, después de lo que hiciste por mí, haré lo posible por responder

- ¿Sabes dónde están la mocosa y el mocoso?

- ¿Tus amigos? No, no lo sé… Hay interferencia en el mundo

- ¿Interferencia?

- Sí, debido a que nuestros mundos están chocando… Todo está hecho un caos… Debería contarte la historia completa, ¿no?

- Sería más entendible – Se sentó en una de las sillas de su propio comedor y observó como el otro lo hacía… Dejándolos de frente, esos ojos azules resaltaban más en esa oscuridad.

- “Luz y oscuridad son dos caras de una misma moneda” ¿Te suena?

- ¡Por supuesto! Es bajo lo que está regido esté mundo, me lo contó mi madre.

- Una mujer muy astuta entonces… Existe un mundo de oscuridad para que pueda existir un mundo de luz, pero estos dos no pueden encontrarse de frente nunca… - Por pura inercia tocó el anillo que siempre llevaba en la mano izquierda en “el dedo del compromiso” – Esa ley se rompió y ambos mundos están tratando de consumirse mutuamente…

- ¿Eso qué tiene que ver con la “interferencia”?

- Se dice que todos tenemos un “hilo rojo” [3] el cual nos lleva hacía nuestro destino… ¿Sabías eso?

- Eso me lo dijo mi padre

- ¡Tus padres eran muy sabios!

- ¿Eran? ¿Cómo sabes que están muertos?

- Puedo ver algunos hilos rojos de las personas… Y el lazo que debe llevarte a tus padres está roto, señal de que ellos ya no están en este mundo.

- ¡Esos hilos no son visibles para nadie!

- ¿Qué te puedo decir? Yo puedo verlos “algunos”…

- ¿Algunos?

- Sí, puedo ver los hilos que te conectan con tus amigos y familia, nada más… - Puso de pronto la mano sobre uno de sus ojos, el ojo derecho – Estos ojos no solo pueden ver en la oscuridad, mi poder me permite ver más cosas… Aunque claro está, yo no puedo ver mis propios hilos y tampoco puedo ver el hilo del dedo anular de nadie y por esta “interferencia” no puedo ver a dónde llevan los hilos con claridad.

- ¿Por eso sabes que están vivos?

- Eso es correcto, ningún otro hilo tuyo ha sido cortado.

- ¿Hay más?

- No puedo decirte más, Kuro wuan

- ¡Ah! Está bien… Aunque sigo pensando que eres un inútil

- He he… ¿Tienes más preguntas?

- Sí, pero sé que las demás no las vas a responder… - Se puso en pie – Así que iré a la cama…

- Buenas noches

- Espe… ¿No piensas descansar?

- Por supuesto, que sea un demonio no quita el hecho de que también me canso.

- ¿En dónde?

- ¿Qué tal si voy a la cama contigo?

- ¡¿QUÉ…?! – Esa era la primera vez que Kurogane sentía que prácticamente el color subía a su cara de una forma alarmante, ¿era consciente de lo que acaba de decir? Pero se vio invadido por la molestia cuando vio que el otro se reía a carcajadas.

- ¡Era broma! ¡Oh! ¡Debiste ver tu cara! – Trato de calmar sus espasmos de risa, sobre todo cuando el otro lo miraba de una forma completamente asesina

- ¡Maldito demonio! – Estaba avergonzado y enojado

- Lo siento, lo siento… - Suspiro deteniendo su risa – Me quedaré aquí, si no te molesta

- ¡Haz lo que se dé la gana! – Se dio la vuelta y camino hacía su cuarto completamente molesto, azotando la puerta lo más fuerte que podía… ¿Cómo podía molestarlo tanto? Era algo que ni siquiera entendía.

Botó la espada a un lado y se dejó caer en la cama… Ese día había sido completamente una mierda y lo había dejado completamente agotado. Tanto que ni siquiera fue consiente del momento en el que se quedó profundamente dormido.

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La luz del sol entró por la ventana, invadiendo sus parpados, al parecer otro día más daba comienzo. Abrió los ojos de golpe y notó que estaba metido en la cama, lo cual se le hizo muy extraño, porque él no recordaba haberse metido en la cama el día anterior… ¡El día anterior! Salió rápidamente de la cama y del cuarto, quedándose completamente quieto al ver que estaba ahí el rubio en la cocina, preparando algo que olía demasiado bien.

- ¡Ah! ¡Kuro sama! ¡Espero no haberte despertado! – Sonrisa

- ¿Qué diablos haces?

- El desayuno, ¿Qué más?

- Eso puedo verlo, me refiero a por qué

- Ah, bueno, hoy te espera un día pesado al igual que ayer…

- ¿Sabes dónde están los mocosos?

- Sí, por lo menos encontré a uno y para tu mala suerte está cerca del siguiente monstruo.

- … – Estaba a punto de decir algo hasta que notó que muchos de los libros de su estante ahora estaban en el suelo - ¿Tu moviste esos libros?

- ¡Ah! ¡Lo siento! Planeaba devolverlos a su lugar antes de que te despertaras.

- ¿Estuviste leyendo? – Se acercó lentamente a ver qué era lo que rubio había estado leyendo.

- Si… - Comenzando a servir en los platos la extraña comida que estaba preparando, al parecer era un extraño guisado.

- … - Los libros que estaban en el suelo, eran historias fantásticas, algo como cuentos de hadas, pero eran demasiados… Casi había vaciado completamente el estante [lo que eran alrededor de 30 libros gruesos] - ¿Leíste todos estos?

- Sí… Todos los que están ahí – Con una sonrisa de satisfacción

- ¿Qué es lo que ves de interesante en esos libros? ¡Son una sarta de fantasías! – No quería que su voz sonara fría pero sin embargo, así había sondado, tal vez porque no entendía el hecho de que el rubio se pusiera a leer esas cosas.

- En el palacio de Celes solo hay libros de hechizos y guerras… - sonrió de manera muy amarga – Jamás había leído algo tan hermoso como esas historias –“Lo más cercano que tuve a ello… Fueron… Las historias que me contaba él…”

- Oh… - sintió como algo en su pecho se oprimió al ver la mirada que tenía el otro, se veía un poco triste – Yo…

- Está bien… Deberías comer antes de que se enfrié – Se movio a devolver los libros a su lugar.

- Son muchos libros, ¿dormiste algo?

- Creo que no, pero no hay problema, puedo estar bien sin dormir por varios días

- ¿Comerás?

- No tengo hambre.

- Ah, vamos a una pelea, ¿sabes?

- Mejor que bien – Volviendo a sonreír

- Supongo que a esto llaman “sin vergüenza” es la primera vez que veo a uno.

- Y tú eres demasiado inocente y trasparente, “sr. Cándido”

- … - Sin quererlo, comenzó a reír de una manera discreta.

Ambos se sentaron en la mesa, comentando sobre aquellos libros, ya que eran los que la mamá de Kurogane le leía cuando era niño y era agradable poder hablar sobre ello.

Pero su misión estaba lejos de terminar…

By:
[~ Sora Jigoku ~]

 

Notas finales:

¡Hi desu~~! Espero que les haya gustado este capítulo, porque creo que yo no estoy muy convencida. Lamento si ve aburrido, prometo que tendrá sus detalles buenos más adelante. En el siguiente capítulo habrá un pequeño rencuentro con otro de los personajes.

Muchas gracias por leer, por apoyar. Espero que estén de maravilla y sobre todo espero que pueda dejarme un review para saber si está quedando bien y si debo seguirlo pero por sobre todo: ¡Para estar en contacto con ustedes!

Adelanto:

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Capítulo 03: Entre el fuego y las flamas.

Pyrus – Susurró el rubio

- Quiero pelear contra ti, Flourite

- … - El moreno estaba por sacar su espada, ese comentario no le había dado buena espina.

Déjalo, Kuro tan, será como Pyrus diga – Salto una plataforma que estaba en frente del siguiente monstruo.

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¡Nos leemos!

¡Ciaossu!

Aclaraciones:

[1] Según mi información robada de internet, es la parte de la espada de donde puedes tomarla.

[2]Babalant, es el nombre del primer monstruo al que te enfrentas en el juego, es lo único que tome lo demás ha sido producido por ésta cabeza yaoista.

[3] Esto de los hilos rojos no tiene nada que ver en el juego [Como ya dije, no se parece casi en nada] Pero es una de las leyendas más bonitas que he escuchado y es de origen asiático [No estoy muy segura si es de Japón o de China porque he encontrado variaciones]

El mito del hilo rojo [Que yo leí] dice algo así: “A todas las personas antes de nacer se les colocan hilos rojos en diferentes partes del cuerpo, esto con el propósito de encontrar a las personas que debemos conocer en nuestra vida, habrá personas que serán simplemente una felicidad pasajera… Otros serán lecciones que debemos superar… Pero el hilo más importante es el que tenemos en el dedo anular –Que es el dedo en el que se ponen los anillos se compromiso y casados- porque éste… Será el que nos lleve a la persona que más amaremos”


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