Kris estaba sentado con aquel pelinegro que había conocido en la disco, se sonreían coquetamente y se susurraban dulcemente cosas al oído, al parecer para él, las cosas se habían salido de control con aquel chico, ya que prácticamente se encontraban a diario y Kris poseía aquella sonrisa que hace mucho no veía en él. Lo único que yo tenía claro, era que Tao lo estaba cambiando.
Por su parte Kai y Kyungsoo actuaban normalmente, parecieran no recordar absolutamente nada de lo que había pasado. Pero, cuando sus miradas se encontraban, se podía notar que no solo lo recordaban, sino que esto había causado algo en el interior de ambos, algo poderoso.
Y yo, bueno… al parecer era el único imbécil que no había disfrutado de la noche, de su propio cumpleaños y todo por ese maldito enano que, para mi desgracia, no había podido sacar de mi cabeza. Ni él, ni su maldito novio habían salido de mi mente, la humillación estaba cada vez más impregnada en mi cabeza y sentía como si todos pudieran verla, sentirla, saborearla y disfrutarla.
Era una estupidez, por supuesto, ya que ni siquiera mis amigos conocían lo realmente ocurrido aquella noche. Para ellos, ese enano había gemido como la puta que era en mi cama, había disfrutado y rogado por más y más hasta el cansancio, me había pedido mi número, mantenernos en contacto. Para ellos yo, como el jugador que era, después de haber obtenido lo que quería me le había reído en la cara, le había dejado en claro que no era más que una de las putas nocturnas que conseguía por diversión y le había dejado botado con lágrimas escurriendo por sus ojos. Si, para ellos esa era la verdad, para mí, era aquello que más anhelaba, era lo que más necesitaba para sacar la ira que día a día crecía en mi interior.
Aquella noche, la que se supondría sería la mejor noche de mi vida, no fue más que un maldito dolor de cabeza. Después de que aquel enano se largara con mi presa, no podría simplemente volver a entrar al bar. ¿Cómo quedaría ante mis amigos? Maldita sea, mi imagen se iría al maldito caño y todo por un imbécil que se atrevió a rechazarme por irse con otro maldito enano al igual que él. Al observar estas posibilidades, no tuve más opción que regresar a casa con el rabo entre las piernas, a pie pues habíamos llegado en el auto de Kris y por sobre todo herido, herido en mi orgullo y humillado.
Por supuesto, no iba a permitir que las cosas se quedaran así. Noche tras noche fue a buscarle a ese mismo bar, dispuesto a cumplir mi promesa, mi fantasía, hacer que aquella estúpida mentira dicha a mis amigos se convirtiera en una maldita realidad. Sin embargo no le vi más, ni a él ni al maldito que estaba con él. Y para cuando decidí preguntar, me encontré con las sorpresa de que no habían sido más que reemplazos de turno, no trabajaban ahí y de hecho no habían vuelto a comunicarse con ellos después de recibida su paga.
A partir de ahí decidí que era el momento de dejar las cosas de lado, por algún motivo el destino había decidido que no deberíamos encontrarnos más y aunque mi orgullo me gritara de todas las maneras posibles que necesitaba una maldita venganza, era momento de ignorarlo, no podía mortificarme eternamente por alguien que jamás volvería a ver.
—¡Oye, Park!— aquel grito proveniente de mi mejor amigo me saco de mis pensamientos, una vez más me había perdido en los sucesos de estas últimas semanas. ¡Maldito enano que no salía de mi cabeza! —¿Estás seguro que te encuentras bien?
—Ya te he dicho que si, Kris. Solo estoy cansado— dije simplemente restándole importancia al asunto y buscando la manera de cambiar de tema, la cual encontré oportunamente. —¿Dónde está Tao?
—Tuvo que irse. Se despidió pero no le contestaste y después nos ignoraste a nosotros mientras buscábamos algún plan interesante— su voz sonaba molesta, pero sus ojos me demostraban su preocupación, yo no era así y a él le estaba afectando mi cambio de actitud.
—¿Y qué les parece mi casa? Mis padres no están y ahí una buena cantidad de cervezas en la nevera— intente parecer el mismo de siempre mientras sacaba aquella propuesta, tenía que lograr que Kris dejara de preocuparse.
Si hubiese sabido antes que el alcohol era el estimulante que Kyung y Kai necesitaban para dejar de actuar como idiotas, hace mucho lo hubiese utilizado. Ahora, mientras Kris y yo veíamos tranquilamente la película, de la cual ni el titulo conocía, ellos dos se hallaban en el sillón de al lado, mostrándose todo aquel amor que no era capaces de sacar a la luz mientras se encontraban lucidos. Sus besos húmedos sobrepasaban incluso el sonido de la televisión y, aunque quisiese negarlo, podía ver como Kris observaba la escena, con cierta aura de diversión, pero también llena de envidia.
Mi mente, se encontraba entre los molestos sonidos ahogados de mis compañeros y la película, que lastimosamente no se mostraba lo suficientemente interesante, y aunque mis ojos no se apartaban de la pantalla, no podía evitar tener un buen vistazo de todo lo que estaba ocurriendo justo a mi lado.
Sin embargo, mi intento de ignorarlos y todo lo demás se fue a la maldita mierda en el mismo instante en que oí el maldito gemido salir de la boca de Kyungsoo. No pude evitar desviar mi mirada hacía ellos sorprendido, por supuesto, mientras Kris hacía exactamente lo mismo.
Kai mordía nada sutilmente el cuello de Kyung, mientras este aferraba sus piernas a la cintura del otro, el cual, sin darme cuenta en que instante, ya estaba subiendo las escaleras que dirigían al segundo piso de mi hogar.
No pude evitar abrir los ojos casi todo el tamaño que estos me permitían, mientras escuchaba, a mi lado, la nada sutil risa de Kris, intentando tranquilizarse.
—Esos dos cada día me sorprenden más— la voz de Kris, aun envuelta en pequeñas risitas, me devolvió a la realidad.
—¿Qué carajos acaba de pasar?— pregunte, aun conociendo perfectamente la respuesta.
—No sería la primera vez que lo hiciesen— la voz, por fin tranquila, de Kris me dio a entender que era el momento de dejar la extraña situación de lado.
Aunque, pareciese que nuestros amigos, allá arriba, no estuviesen muy de acuerdo. Repentinamente, toda la casa se vio llena de aquellos molestos gemidos, los cuales hacían que me estremeciese completamente. Kris pareció notarlo, debido a que inmediatamente me vi envuelto por uno de sus brazos, mientras acariciaba sutilmente mis cabellos. Y aunque una risita burlona escapaba de sus labios mientras subía el volumen del tv, a mí ya no me importaba, en sus brazos lograba sentirme seguro.
Desperté sintiendo algo suave y mullido debajo mío. No quería abrir los ojos, así que volviéndome a acomodar estaba dispuesto a entregarme de nuevo a los brazos de Morfeo. Pero los últimos recuerdos de la noche anterior fueron los que lograron diera un brinco en la cama, mientras observaba todo a mi alrededor.
Me encontraba en el cuarto de mis padres, perfectamente acomodado e impecable, con excepción de la camisa de Kris, la cual se encontraba botada en el suelo, sin ningún tipo de consideración. Mi mente hizo un click en aquel instante y devolví mi mirada a aquel objeto que se encontraba allí tirado, observándolo fijamente.
No pude pensar con claridad, ni mucho menos entender que ocurría. Mire al otro lado de la cama y al observar que me encontraba solo, decidí levantarme en busca de mi amigo.
Salí de la habitación de manera sigilosa, y al ver la puerta de mi cuarto abierta decidí acercarme a observar. Mala idea, por supuesto, el imbécil de Kai había escogido mi habitación como su maldita cuna del amor. Definitivamente tendría que cambiar de sabanas ese día, además de enseñarles a esos dos la manera de usar el seguro de una puerta.
Apartando esas imágenes de mi cabeza, decidí continuar con mi recorrido. En el piso de arriba al menos, no había ni un solo rastro de Kris. Así que, sin pensármelo mucho decidí bajar a investigar, pero mis pasos se detuvieron a mitad de la escalera, mientras escuchaba perfectamente la voz de mi amigo, claramente siendo dirigida a otra persona.
—No tienes porque angustiarte, estoy bien— en algún momento pensé que se trataría de su madre, pero por supuesto lo descarte, el no tenía una buena relación con ella, con ninguno. —Se nos hizo tarde, nos quedamos en casa de Chanyeol. Eso es todo. No tienes de que preocuparte… Yo también te amo.
No conozco con certeza la razón, pero en el mismo instante en que escuche aquella frase, continúe mi camino escaleras arriba, volviendo a entrar en el cuarto de mis padres y buscando la camisa que, en algún lugar de la habitación, había dejado tirada. Además, mi amigo merecía algo de privacidad para hablar con su novio, para hablar con Tao.
Repentinamente, escuche como la puerta de la habitación se abría con demasiada rapidez y fuerza.
—¡Yeol!— el grito de mi amigo me dejo petrificado, por lo que inmediatamente voltee a observarle, sin tener tanto éxito por supuesto, pues antes de que pudiera reaccionar lo tenía encima mío, abrazándome como si no hubiese un mañana.
—K-Kris, ¿Qué ocurre?— intente controlar lo mejor que podía mi voz, mientras sentía como lentamente sus manos abandonaban mi cuerpo, rozándolo con delicadeza.
—Estaba hablando con Tao— inicio feliz, decepcionándome inmediatamente, aunque obviamente no se lo demostré. —¿Y a qué no adivinas que me conto?
—¡Vas a ser padre! Hombre, felicitaciones— no pude evitar burlarme, mientras mi amigo fruncía el ceño fuertemente, pero con aquella mirada de burla fija en mi rostro.
—Si he de tener hijos, que sean solamente tuyos, Channie— no pude evitar sonrojarme fuertemente y Kris no dudo en atacarse a reír sin contemplaciones. Malditos, malditos sean aquellos amigos míos.
—Más bien… ¿Para qué fue que te llamo Tao?— intente desviar la conversación, controlar mi sonrojo y parar, de alguna manera, la molesta sonrisa de Kris. Y funciono, apenas le recordé el hecho abandono su risa y se irguió de nuevo, con una sonrisa enorme decorando su rostro.
—Tao miro las listas de los aceptados en la academia— no pude evitar abrir mis ojos hasta que incluso dolieron, para que Kris estuviera tan feliz solo significaba… —Yeol, pasamos. Ambos pasamos.
No pude evitar sonreír como idiota, mientras me abalanzaba de nuevo a los brazos de mi amigo. La situación era simplemente irreal, mi felicidad rebasaba todos aquellos limites que había sentido jamás y simplemente no pude evitar que unas lagrimas de felicidad escaparan de mis ojos.
—¿Qué ocurre? ¿Por fin decidieron confesarse su amor?— la voz burlona de Kai me hizo regresar a la realidad, alejándome rápidamente del abrazo que tenia con Kris.
—De la misma manera en que Soo y tú por fin aceptaron sus sentimientos— Kai se puso rojo debido a las palabras de Kris y yo no pude evitar reír con burla.
—Fuimos aceptados en la academia— dije con una sonrisa adornando mi rostro. —Estamos dentro Kai, lo estamos.
La felicidad afloraba por cada uno de los poros de mi cuerpo y la adrenalina recorría cada parte de este, impidiéndome mantenerme quieto, mientras Kai, Kris y ahora Kyungsoo no podían evitar observarme con burla.
—Disfruten este año, porque cuando nosotros entremos ustedes no van a poder brillar, serán escorias a nuestro lado— la voz, aunque burlona, por parte de Kai, demostraba lo orgulloso que se encontraba de nosotros dos. Y aunque Kyung no dijo absolutamente nada, el simple hecho de acercarse y darnos un fuerte abrazo, nos dijo absolutamente todo lo que él estaba sintiendo en aquel instante, orgullo.
Y para mi esta oportunidad, era la prueba definitiva que mi vida continuaba, aquel enano definitivamente tendría que quedar en mi pasado. Una nueva etapa iniciaba en mi vida y con ello la oportunidad de cumplir mis sueños
—“Y poder olvidar para siempre a ese maldito enano”
Observe aquella puerta de bronce frente a mí y no pude evitar tragar con miedo, mientras Kris intentaba reconfortarme y me animaba a entrar a aquel recinto. Cuando al fin, me decidí a pasar los dos lobos que decoraban las puertas de la academia, me sentí mucho más tranquilo.
Diferentes chicos y chicas se encontraban a nuestro alrededor, cantando, bailando, ensayando para el momento en que tuviesen que presentarse frente a todos. Había una gran pantalla ocupando una de las paredes, donde se podía ver las muestras de talento de aquellas personas que uno a uno iban llamando al escenario.
Observe a Kris, quien miraba con ilusión cada una de las cosas a su alrededor, casi como si estuviese buscando algo y cuando lo encontró sonrió como pocas veces se le veía hacerlo, mientras a mi me dejaba una gran impresión.
—Hola chicos— Tao estaba enfrente de nosotros, mientras miraba lleno de amor a Kris, quien le devolvía aquella mirada sin ningún tipo de tapujo. Al parecer, Tao también se había presentado y al parecer había pasado a la ronda de eliminatoria. Eso explicaría porque estaba mirando las listas, el día que le informo a Kris de los resultados.
A pesar de que la conversación seguía a mi lado, decidí ignorarlos, al menos para mi propia salud, era lo más sensato. Observe la gran pantalla, donde dos chicos se estaban acomodando en el escenario. Y por algún motivo, algo me impidió poder separar mis ojos de ellos.
“Really I Didn´t Know” de Yim Hui Suk empezó a sonar en medio de la estancia, pero a diferencia de la original, aquel toque de violín y piano le daba un toque más angelical y eso sin duda alguna me llamo demasiado la atención. La canción por si sola es demasiado difícil de cantar, más aun si le cambias el tempo, sin lugar a duda aquellos chicos eran realmente arriesgados
Las voces comenzaron a sonar y al poco tiempo todos en la estancia se quedaron en silencio, incluso Tao y Kris prestaban atención a la pantalla. Por mi parte yo no podía salir de mi asombro, ante mis ojos y cantando de aquella manera tan malditamente angelical se encontraba Baekhyun. Byun Baekhyun, acompañado de su maldito y adorado novio, y aunque me doliera admitirlo, lo hacían de una manera estupenda.
Percibí como la mirada curiosa de Kris se posaba en mí, sin embargo, me vi incapaz de separar mi mirada de aquel enano, al poco tiempo Kris volvió su mirada a la pantalla, por lo que podía percibir, totalmente asombrado. Y como no estarlo, aquel enano que me había rechazado estaba ahí, presentando la audición en una de las academias de música más grandes a nivel mundial, el mismo que Kris y todos mis demás amigos, creían que yo había despreciado después de mi calentón aquella noche. Definitivamente, el mundo era demasiado pequeño o más bien, el mundo me estaba dando una nueva posibilidad de venganza.
Cuando la canción termino todos, incluyéndome, nos deshicimos en aplausos, incluso los jurados se mostraban realmente impactados y no pudieron evitar bañar en elogios a aquellos dos chicos. Mientras la sonrisa de Baek, cautivante como solo podía ser la suya, crecía e iluminaba más con cada nuevo alago. Aquella sonrisa se mostraba en pantalla, clara y radiante para todos aquellos que la estábamos observando. Claro, hasta que emocionado y sin poder contenerse, el pequeño salto dichoso hacía los brazos de su acompañante, quien tenía la sonrisa más estúpida que había podido ver nunca.
Muchas e incluso varios, se mostraron decepcionados ante la cercanía que se notaba existía entre esos dos y yo no podía hacer más que apretar mis puños con fuerza y extrema molestia.
Cuando aquellos dos volvieron a aparecer en la sala de espera, el lugar se volvió a llenar de aplausos, mientras Tao corría apresuradamente y abrazaba fuertemente a Chen, quien lo recibía dichoso. Mire a Kris, impresionado y buscando algún tipo de explicación, pero para mi mala suerte, él se veía igual de sorprendido que yo.
A lo lejos, Tao nos hizo señas para que nos acercáramos y Kris sin pensarlo demasiado lo hizo, dejándome a mi solo, incapaz de poder mover una sola de mis articulaciones. Kris llego y automáticamente le brindo un saludo a Chen, quien gustoso acepto su mano, ofreciéndole una sonrisa y después fue casi lo mismo con Baekhyun, quien mostraba una sonrisa tierna, nada que ver con aquella que me había mostrado en el bar.
Después de dudarlo unos segundos decidí acercarme, cuidadoso, rogando porque ninguno de esos dos pudiese hacer algo que lograra delatarme. Sin embargo, el recibimiento que tuve no fue el esperado. Chen se encontraba hablando con Kris y Tao, por lo tanto no me prestó ni la más mínima atención mientras me acercaba. Por el contrario, Baek si me vio y fuera de cualquier pronóstico, me sonrió. Una sonrisa cautivante y algo picara que casi me hace tropezar al instante de haberle visto, causando que una pequeña risita saliese de sus labios.
—Felicitaciones— hable con cautela, buscando alguna trampa, alguna jugarreta, pero parecía que su sonrisa era sincera. —Fue un excelente show por parte de ustedes dos. No duden que ya están dentro.
—Gracias, Chanyeol. Ojala y así sea— su sonrisa no desapareció ni un solo instante de su rostro, por el contrario pareció hacerse más grande y picara en el momento de pronunciar mi nombre. Me recordaba.
—Baek...— carajo, es que nunca se cansaba de interrumpirnos ese idiota. —¿Está todo bien?
—Tranquilo Chen— Baek no abrió la boca ni un solo instante. Fue Tao el que termino pronunciando aquellas palabras. —Es amigo mío, o bueno, amigo de Kris.
—Comprendo— dijo el enano, aun así tomando la mano de Baekhyun y acercándolo aun más a él, como protegiéndolo. El aludido ante eso, solo pudo reír suavemente, dejándose hacer por el imbécil de su novio.
Iba a decir algo, lo que fuera, sin embargo, la voz llamando a Kris a la audición nos distrajo a todos de la incómoda situación. Chen se disculpo por no poder quedarse a observar, argumentando que tenía algunos asuntos que resolver. Y así se fue, arrastrando a Baekhyun con él, mientras que lo único que yo podía hacer era observar.
Todo había salido estupendo, de eso estábamos seguros. Tao y Kris habían dado un excelente espectáculo de rap y yo no me había quedado atrás. Después de todo, ahora la oportunidad de cumplir mi sueño no era la única motivación que tenia para dar un verdadero show, el orgullo y el deseo de venganza volvieron a aflorar como dagas repletas de veneno, esparciéndolo por cada parte de mi cuerpo. Impidiéndome liberarme de aquel sentimiento, tenía que lograrlo, poder acercarme a aquel enano y terminar lo que inicie aquella noche poder por fin hacerlo mío.
Era el gran día, nuestro entrenamiento iniciaba en horas de la mañana y los tres ya nos encontrábamos frente a aquellas puertas de bronce que, para aquel instante, ya no me producían ningún sentimiento negativo, por el contrario, me ayudaba a sentirme grande, poderoso.
Antes de poder entrar, escuchamos aquella molesta voz llamando a Tao, haciéndonos detener a todos, mientras Jongdae (como había resultado ser el nombre del noviecito iluso) y Baekhyun lograban alcanzarnos. Mientras se encontraban sostenidos de las manos e intentaban controlar su respiración.
Ni siquiera Tao conocía con exactitud la relación que llevaban esos dos, Tao había conocido a Kim en China, donde al parecer había vivido varios años, era hijo único y vivía con su madre, su única familia. En el instante en que esta falleció, Jongdae se desbasto y aunque Tao y su familia le ofrecieron ayuda, él la rechazo para después desaparecer por un año entero. S reencontraron acá en corea, por esos pequeños accidentes del destino, unos días antes de mi cumpleaños, al parecer fue gracias a él que Tao pudo entrar a aquel bar siendo aun menor. Pero para aquel reencuentro ya se encontraba Baekhyun en la vida de Chen, este último, siendo reacio a hablar del tema de quien era Baekhyun en su vida.
Pero era bastante obvio, al menos para mí, el tipo de relación que ambos poseían. Actos como aparecer y desaparecer juntos cada rato, cogerse de las manos o aquellos típicos abrazos en los que siempre se enredaban lo dejaban claro. Aunque debía admitir, que nunca había visto un solo beso de parte y parte, pero debía ser el simple pudor al estar rodeados de personas con las que aun no se tenían confianza. Aun así Kim se aseguraba de marcar territorio, en especial cuando yo me encontraba cerca.
—¿Entramos?— me había perdido de gran parte de la conversación, pero aquella frase pronunciada por Baek me devolvió a la realidad.
—Deja de estar tan ansioso pequeño— su mano revolviendo sus cabellos ayudaba a confirmar mis sospechas.De los tres, Kris era el que más cariño le había cogido al pequeño y se notaba a leguas que era mutuo el sentimiento. Tao más de una vez se había mostrado celoso ante la situación y debía admitir que a mí tampoco me entraba en gracia, odiaba ver a Kris colocándole tanta atención al pequeño, era realmente incomodo. Sin embargo, también resultaba bastante curioso que Kim se mostrara tranquilo ante la situación, siendo este el que era más sobreprotector con Baek. ¿Acaso era solo conmigo que tenía aquella molesta actitud?
—Pero… Kris…— el pequeño puchero, causo una mala mirada por parte de Tao y una risotada de mi rubio amigo.
—Tranquilo, tranquilo. Entremos entonces.
Tao se colgó posesivamente del brazo de Kris par así casi arrastrarlo dentro del lugar. Y Kim, quien aun no había soltado la mano de Baek, fue quien se vio arrastrado por un animoso y dichoso chico. Debía admitir, que si fuera por la inclusión de Kim a la escena, esta hubiese podido ser bastante tierna.
Los días fueron pasando tranquilamente, todos nos esforzábamos bastante e incluso se había empezado a formar una inseparable amistad entre ellos cuatro. Tao por fin había dejado de tener aquellos ataques de celos y había pasado a entender porque Kris había agarrado tanto cariño al pequeño, volviéndose incluso mucho más meloso que este mismo y eso sí, unos excelentes amigos.
Por mi parte, mis intenciones estaban claras en mi mente y no iba a dejar que cambiaran por culpa de idioteces. Fingía la amabilidad que debía fingir, actuaba de manera tierna y agradable, sin embargo, la idea de humillar a Baekhyun mientras lo tenía gimiendo en mi cama seguía vigente. Por su parte Chen parecía un chico realmente agradable, pero ni el terminaba de fiarse en mí, ni yo podía dejar de verlo como un obstáculo en mis planes, por lo que todo se reducía a simples pero contundentes actuaciones.
Aprovechaba para acercarme a Baek cada vez que Kim no se encontraba en los alrededores, hablamos y compartíamos momentos agradables, reíamos y nos divertíamos, debo admitir, incluso, que a veces me olvidaba de las verdaderas razones por las que me encontraba siendo cercano a él. Poco a poco, Baekhyun me declaro como uno de sus mejores amigos y aun con Chen sus caras de molestia cerca, Baekhyun y yo compartíamos buenos momentos, el tablero estaba volteado a mi total favor y no pensaba desaprovechar aquella oportunidad.
—Baek— aproveche que nuestros amigos iban un poco más adelante, era el momento justo, no sabía cuando se presentaría una situación similar.
—¿Qué ocurre Channie?— debía admitir que su ternura a veces me cautivaba, a veces me hacía replantearme el seguir con esto. Pero el recordar aquella noche me devolvía las ganas de destruirle. Voltee mi mirada al frente, para observar exactamente el instante en que Tao y Kris se fundían en un fogoso y apasionado, eso fue suficiente para llenar mi cuerpo de la molestia y el coraje que necesitaba.
—Quisiera… No, me gustaría que saliéramos este fin de semana, solo los dos, ya sabes, para conocernos mejor.
Baekhyun se detuvo repentinamente, y su mirada se poso en mi fría, calculadora, escrutadora. Por un momento, jure que iba a ser rechazado, pero nada me preparo para las palabras que siguieron a continuación, palabras que me hicieron replantearme todo lo que ya había planeado.
—Cuando te conocí en el bar, pensé que eras como los otros, cada uno de los chicos que han pasado por mi vida y no han sabido hacer más que daños y destruirme poco a poco…— se quedo callado y una lágrima asomo por su mejilla. Sabía que debía responder algo, aunque no estaba seguro de que, pero abrí mi boca dispuesto a hablar, cuando me vi interrumpido de nuevo, por una palabra que esperaba menos, al menos después de las anteriores. —Acepto.