Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La lucha del amor por maxi anime

[Reviews - 41]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola a todos, después de un largo tiempo, y si ya se, ya se,  debí actualizar antes, pero es que en mi mente habia una duda en parte de la trama en este fic XD, bueno mas abajo preguntare su opinión al respecto.  Bien, disculpen la demora, en responder Reviews y bueno, eso, la verdad no sé qué me ha pasado con este fic, además que escribí menos de lo habitual, pero así salió, espero mejorar para el próximo cap.

Gracias a todos los que aún me apoyan para que sigua escribiendo, sus reviews mantienen vivos los fics y a mis ánimos para seguir escribiendo, sin más demora, el cap.

Céline miro a Camus seriamente y luego su rostro cambio, tan pronto escucho el pedido de su hermano.  Se sentó un poco sorprendido por el pedido. Camus lo miro serenamente, esperando que pudiera cumplir con aquello, un pedido que parecía poder cumplirse, ya que antes lo había hecho ¿Qué tan difícil seria que lo hiciera nuevamente?

-No puedo- exclamo finalmente después de sentarse, acongojado, la expresión de su hermano y sus intenciones delataban que quería aquello por una buena razón, más bien para hacer un bien mayor- Como Apotropeo que soy, aquello para lo que fui entrenado, aquello para lo que fui instruido, siempre fue sanar, pero, revivir.

-Me regresaste a la vida, a mí, a Milo…a Isaac- exclamo sin entender por qué se negaba.

-No es tan fácil, hermano, toda alma necesita un cuerpo donde estar, el cuerpo al que pertenece, tu cuerpo, el de Milo, Shaka y Aioria, al morir estaban intactos, por ejemplo…Saga y Afrodita también tienen su cuerpo, pero si no lo tienen no hay forma que un alma sea regresada a la vida.

-¿Su cuerpo debe estar en el cementerio detrás del hospital?

-Sí, seguramente, lo que debe haber allí es hueso, nada más, nada menos, para que un alma viva necesita de todo el cuerpo, no solo huesos- aclaro.

-¿No puedes buscar un cuerpo para él?- pregunto sereno, sin perder su calma, aunque internamente estaba dolido, quería creer que su hermano podría cumplirlo.

-No puedo darle el cuerpo que alguna vez tuvo un alma, cada alma solo responde a un cuerpo…no puedo.

-Entiendo- exclamo bajando la mirada.

-Pero…puede que…algo pueda hacer- interrumpió- Podría revivirlo, darle una nueva vida…pero…

-¿Pero qué?- pregunto.

-Para darle un cuerpo, necesitaría generarlo, un cuerpo se crea a partir de dos células…eso creo que lo sabes, las células primordiales…para regresarlo debe realizarse la fecundación sobre…

-Se más claro…por favor- le pidió sin entender- De biología se tanto que podría ser doctor.

-Cuando se realiza la fecundación, se genera una nueva vida…un alma va a ocupar ese cuerpo que nueve meses después nacerá…entiendes  a donde voy.

-Debes llevar el alma a una mujer embarazada…

-No precisamente, sino a una que está en estado para poder tener hijos y no espera tenerlo…es algo complicado, pero normalmente ocurre así, yo implantaría el alma y ella de inmediato debería tener relaciones, no sé cuándo el ovulo llego a su posición, sé que dura veinticuatro horas antes de seguir su camino…

-¿No hay otra forma?- pregunto incrédulo.

-De que la hay, la hay…pero nunca la he tratado, para poder hacer lo que me pides…debo crear un cuerpo, desde cero…y eso se hace de a dos.

-Yo me ofrezco, hermano, lo voy a hacer con gusto, lo que le paso no fue justo…siento culpa de ello…era un niño pequeño…para todo lo que necesites…yo me ofrezco…lo voy a hacer.

-Tomare tu palabra…voy a estudiar la forma de cumplir aquello, pero…prométeme una cosa, de este templo no te vas a mover en mi ausencia…y mientras no esté, Milo no debe tocarte, nada de sexo.

-Así será- exclamo sonriente- hermano.

Apolo entro a la habitación y miro con una sonrisa al ver a los dos hermanos, al parecer hablando amenamente, al parecer todo lo dicho ya había sido hablado, los cinco minutos habían pasado y Céline cumplió con lo que debía cumplir.  El menor de los hermanos sonrío al ver a Apolo entrar, pero luego su hermano le pidió que callara, para que no dijera nada del pacto que ambos acababan de hacer.

-Y bien ¿Fue tan difícil?- pregunto Athena.

-Aun no lo acababa de comprender…te dirá que sí, que lo comprende, pero el muy listo aun no terminar de entender, lo sé, por su mirada y porque muy rápido me dijo, si lo comprendo.  

-A veces las cosas suelen ser difíciles de comprender, pero deben comprenderse con el tiempo- exclamo sereno el dios Apolo.

-Athena- interrumpió el Apotropeo- creo que usted debe hablar con mi hermano, sobre lo que pasara ahora, creo que no hay nadie mejor que usted para hacerlo, es su diosa…ya se lo dije, pero no lo entiende.

-Está bien, yo me encargare de eso- sonrío- ¿Qué es lo que no entiende?

-Que ya no es Santo de Acuario.

-Camus, creo que eso lo tenías comprendido en el momento que, junto a Saga y Shura, realizaron la exclamación de Athena.

-Lo se…Athena, pero siempre estaré a su servicio, sin importar si tengo o no cosmos… ¿Por qué no tengo cosmos Hermano?

-Porque estas débil aun…por culpa de tu amigo, el imprudente.

-¿Imprudente yo? ¿Quién lo tiene encerrado día y noche en este templo?- grito Milo- En todo caso el imprudente eres tú.

-Sí, ¿sabes porque? Porque fue imprudencia mía desde un primer momento que te quedaras con Camus, desde que despertarse…debí negarle tu acceso desde un principio, porque en vez de ayudarlo a recuperarse has hecho todo lo contrario.

-¿Quién te crees que eres?- pregunto enardecido- no eres nadie.

-SI SOY ALGUIEN- grito- soy su hermano mayor, y desde que lo reviví él está bajo mí cuidado y seguirá estándolo, quieras o no, el me pertenece.

-Claro que no, exageras.

-Hermano…tengo voluntad propia…no eres mi dueño, eres mi hermano.

-Eso es suficiente, tanto para ti como para mí, eres mi hermano y no estás en condiciones de objetar- exclamo mirando con frialdad- 

-Camus de Acuario, cuando hiciste la exclamación de Athena te declaraste como traidor a su causa- acoto Apolo- dejaste de ser un santo a su orden, al encargarse de ti tu hermano mayor, ahora estas bajo su tutela.

-Me niego- exclamo Milo indignado- Camus es un hombre, tiene edad para decidir con quién estar con quien no, no es un esclavo, un premio que se gana…

-No es un premio que se gana, si es verdad, pero dime  ¿Lo que tu hiciste está bien? Expusiste su salud por sobre tu deseo, escapaste con el aun sabiendo que no se había recuperado- objeto en Apotropeo- dime, Milo de escorpio ¿Lo que tu hiciste significa que con ello lo perdiste? ¿No es así?

-A esto no le veo solución- susurro Aioria.

-Camus se quedara aquí hasta que se recupere, porque así debe ser- culmino la discusión- Y una vez que termine, como su hermano mayor, en cumplimiento de mi deber, va a irse de aquí, lejos de ti, eres un peligro para el.

-No puedes hacer eso- Objeto.

-Está en su derecho, Milo de escorpio- interfirió Apolo- pusiste en peligro a Camus, ¿No has notado la gravedad de aquello? Por lo que escuche por poco muere de no aparecer Céline.

-Pero…Athena…

-Milo, por favor, tranquilízate- aconsejo la mandataria- estoy segura que Céline no separara a Camus de sus alumnos, sus amigos y de todos aquellos que lo quieren, y cuyo cariño es reciproco ¿no es así Céline?

-No voy a darle la respuesta que quiere escuchar, Athena- exclamo sin mirarla- con su permiso, me retiro, no me tardo hermano.

Céline salió lentamente de la habitación cerrando sus puños con fuerza al punto que sus uñas lastimaron la palma de su mano hasta sangrar, volvió sus pasos a la biblioteca donde buscaría aquello que requería saber para ver nuevamente la sonrisa de su hermano, ahora por una buena acción que este quería hacer.  Desde lejos otro Apotropeo lo vio, no dijo nada, solo se dedicó a mirar cómo se alejaba, maldiciendo al causante del sufrimiento de aquel que era más que un amigo para él.

-Camus de Acuario, pagaras por esto- exclamo furioso.

La diosa de la sabiduría vio salir al Apotropeo seguido de Apolo, todos mantuvieron silencio ante las palabras que acababan de escuchar, en especial los dos discípulos de Camus ¿Acaso aquel hombre, por ser hermano de su maestro, los separaría de él? Las miradas se centraron todas en Camus en ese instante, en el que el francés miraba los recortes sobre su cama. Mu se acercó y miro los titulares de cada recorte, los junto todos  en un solo manojo, que después guardo ordenadamente.

-Mu- exclamo sorprendido el galo.

-Como el santo, capaz de reparar las armaduras, también puedo ver en los ojos las intenciones de las personas, aquello que está en su interior y que no sacaran a la luz, no necesite leer tu mente para saber lo que ronda por ella.

-Siempre me sorprendió eso- acoto Aioria.

-¿Cómo creen que me doy cuenta que Kiki ha hecho una travesura? Solo lo miro a los ojos- explico sonriendo- de todas formas, como debe ser, el pasado debe quedar donde pertenece, Camus.

-Gracias Mu-

-No lo soporto- exclamo Milo con fastidio- ¿Quién se cree que es? No es un dios, no es nadie.

-Estoy segura que dijo lo que dijo en un arrebato, cuando todo se calme pueden hablar con él, Céline sabe lo importante que han de ser todos ustedes para Camus, el mismo lo dijo, sintió su sufrimiento cuando comenzó la guerra de Hades, no creo que él quiera separa a Camus de quienes realmente le hacen un bien con su recuperación ¿No es por eso que Hyoga y Milo estaban con él?

-Lo que usted diga, Diosa Athena- exclamo Milo aun molesto.

-¿Camus aun sabes cuándo estarás completamente recuperado?- pregunto al joven en la cama.

-Mi hermano me dijo que estaría completamente recuperado cuando pudiera usar mi cosmos congelante- respondió y miro su mano- pero…por más que lo he intentado no he podido hacer uso de mi cosmos…ni siquiera un poco.

-Yo tampoco he podido usar mi cosmos en su totatidad…cuando intente desatarme termine lastimándome.

-¿Desatarte?- pregunto Seiya .

-Sí, nos explicaron que un cuerpo muerto, al ser revivido sufre de espasmos, hasta que se normaliza, nos tuvieron atados varios días y cuando vieron que ya no teníamos los espasmos, nos soltaron, bajo la condición de no levantarnos de la cama.

-A Camus y a mí nos tuvieron atados hasta el día que nos escapamos- acoto Milo, después de la explicación de Aioria.

-Y ya vimos porque- Miro Hyoga molesto- un día que te desatan Milo, mi maestro casi se muere.

Milo miro con sorpresa la acusación del caballero de cisne, recapacito de sus palabras, tenía mucha razón en parte, pero tampoco era del todo su culpa, la mayor se depositaba solo y únicamente en aquel que los había traído allá, quien los había regresado a la vida, por más que Camus era su hermano.  Camus en cambio no fijo la mirada, todos tenían razón, Milo expuso su vida en un grave riesgo al escapar, él no estaba bien y se lo hizo saber, aun así el escorpión insistió en que ambos se fueran de donde los tenían, al parecer, prisioneros.

-Es mi culpa- exclamo después de recapacitar- Milo quería que nosotros regresáramos al santuario…él no sabía que pasaría aquello, fue mi culpa.

-No, maestro, no diga eso, todos sabemos que fue culpa de Milo…

-Fue culpa de Céline por desatarme-

-Él no te desato Milo, de eso estoy seguro, no tuvo tiempo,  acababa de salir a buscar más vendajes, lo vi salir y me dormí…- exclamo pensante- Milo, te pareces mucho al amigo de mi hermano…se llama como una isla Griega…

-¿Santorini?- pregunto sentándose a su lado- Si, no me fio de ese tipo, te mira con malos ojos y según Hyoga no te quiere ¿Crees que él me soltara con la intención de que yo te lastimara? De ser así, hay que tener cuidado con él.

-Tiene sentido- acoto Shun- según Apolo, los apotropeos son sanadores, no atacan, eso dijo Apolo.

El silencio reino en la habitación, las preguntas rondaban alrededor de aquel que se nombraba como Santoriri, que según Camus tenía un extraño parecido a Milo, aunque claramente era diferente al santo de escorpio. Milo tomo la mano de Camus y se la beso delicadamente, el iba a estar ahí para él, siempre, sin importar cual fuera la situación, Camus de Acuario nunca  estaría solo y si tenía que luchar contra el apotropeo por Camus, lo haría, sin dudarlo, poniendo su vida en juego, porque así era el, el gran Milo de Escorpio, lucharía por aquel a quien amaba, sin importar que o quien se interpusiera en su camino.

El Apotropeo salio del sagrado templo directo a las ruinas de aquel viejo hospital, aquel que lo vio nacer, el cual también  vio como su hermano y el fueron traidor al mundo, por el deseo y el amor de dos seres humanos, aunque aquel que llamaría ser su padre era un ser humano despreciable. El lugar no cambiaría ni con los años, siempre el mismo polvo cubría cada cosa, cada lugar,  cada puerta, cada marco, hasta los restos de metal. Céline fue al sótano, caminando por un largo túnel que no tenía signos de haber tenido luces, el llamado túnel de la muerte según los reportajes de quienes habían sobrevivido a los tratamientos en aquel lugar. Siguió el camino, hasta que encontró un archivero, un viejo mueble de metal oxidado y que dentro había nada más ni nada menos que carpetas amarillentas, algunas totalmente humedecidas, abrió buscando cada uno buscando los archivos, hasta que encontró aquel que fueron todos los niños que fueron asistidos en aquel lugar.

Algunos corroídos por el tiempo,  incluso mordidos por las ratas, era difícil leerlos en su mayoría, pero claramente estaban los nombres de niños escritos en él, identificados además con su número de habitación y la edad que tenían al ingresas, sorpresas se dio cuando pudo leer la edad de los niños al fallecer y que no había un lugar de entierro descripto, más que un número. Con lo poco que pudo leer de lo escrito comenzó a caminar hasta llegar al segundo piso, el piso donde se mantenían a los niños enfermos en un pasado.

-Nombre Ostin, edad de ingreso: 9 años, edad de egreso: 10 años- miro el número de la habitación- No, no es esta- camino a la siguiente habitación en el expediente, el cual apenas pudo leer- Nombre, edad de ingreso: 5 años, edad de egreso: 7 años, tampoco es el- exclamo mirando al vacío- Mi hermano y sus deseos- siguió su camino hasta la habitación que seguía- Nombre: Kalet, edad de ingreso: 4 años, edad de egreso: 8 años…este niño vivió bastante- exclamo sorprendido y miro la habitación- Lo siento Kalet, no eres tú, mi hermano quiere a ese niño, no puedo darle a otro.

Cada habitación que paso fue una decepción tras otra, pronto la noche irrumpió en el antiguo hospital, a pesar de la oscuridad, Céline continúo con su misión de buscar la habitación de aquel pequeño que su hermano lo mando a buscar, miro al frente y pudo notar una neblina, que no llegaba más allá del metro y que poco a poco parecía tomar la forma de un niño, que estaba oculto tras la puerta. Busco rápidamente en entre las carpetas a su mano el número de habitación, asi sabría el nombre de aquel niño, grande fue su sorpresa al encontrarla y saber el nombre.

-Mortimer ¿Te llamas Mortimer? Mi hermano tiene pésimo gusto- camino hasta aquella habitación, donde la neblina aún seguía y saco de su bolsillo una bolsa de color café oscuro, de la cual saco un polvo que tiro al aire, luego saco de su bolsillo una tablilla de color carmesí, metalica y la hizo sonar, el polvo lentamente fue acumulándose, tomando una forma, la de un niño- ¿Te llamas Mortimer? Solo responder con la cabeza.

El niño, totalmente pálido, de cabellos castaños, de contextura delgada, bajito, con una mirada angelica  lo vio con temor, estaba  vestido con un pantalón con tirantes de color gris y una camisa blanca, asintió con la cabeza, ante la pregunta y miro con temor hacia la puerta, donde señalo.

-Ya se, ya se, mi padre, Mortimer ¿conociste a mi hermano?- pregunto sin sacar la seriedad de su rostro, a lo que el pequeño le respondió que si con la cabeza-Bien, eso quería saber- golpeo nuevamente la tablilla, esta vez el polvo cayó al suelo y una niebla gris fue hacia la tablilla, donde a plena vista parecía absorbida.   Camino por los pasillos, de regreso a la entrada, bajo un piso sin mirar atrás, siempre derecho, sin importarle si veía sombras o más neblina que se le acercara. Antes de salir, dio un vistazo detrás si, para dejar atrás a aquel que seguramente lo estaba siguiendo.

Un hombre totalmente negro, una sombra que podría fácil llegar a los dos metros, fundiéndose con la oscuridad que lo rodeaba, tenía forma humana, que poco a poco fue adoptando, dejando ver largos cabellos negros, una mirada furiosa y un traje de médico. Céline abrió la puerta, sin temor, sin prestarle atención  a aquella figura, y cuando la estaba por cerrar lo vio delante de si, no se inmuto.

-Si vas a seguirme hasta el cementerio, estás en tu derecho- exclamo serio- pero, ten en cuenta una cosa, Mortimer se va a ir conmigo.

Céline regreso a su andar, sin darle importancia a aquella sobra detrás de sí, siguiendo un sendero hasta un campo, totalmente cubierto por hierba seca, miro hacia atrás, aquel espectro aun lo seguía, esta vez tomando una forma más humanamente real. Busco entonces en el expediente en su mano, aquel numero escrito con letras negras, sobre la edad de defunción y busco entre las tablas que sobresalían de allí aquel numero hasta encontrarlo. Una tabla de metro de  alto por medio metro de ancho era la lápida, había sido dañada por el clima, animales y plantas, pero claramente se leía el número, y comenzó a escavar debajo de ella, con sus manos. Escavo solo medio metro hasta toparse con un ataúd de madera, de apenas medio metro de largo, al que saco con gran cuidado, se inclinó en modo de respeto.

-Señor Apolo, Seños Aclepio, saben que hago esto por mi hermano, perdónenme- abrió el ataúd encontrando un esqueleto, que apenas había entrado en él, con las vértebras abiertas, miro hacia atrás, el fantasma a aun lo miraba- Experimentaste también con él, me repugna ser tu hijo, bastardo- Cerro el ataúd súbitamente y camino de regreso al templo, dejando la sombra atrás, la cual desapareció antes de que el campo del hospital desapareciera.

En el templo Céline dejo el ataúd en su habitación y fue a donde se encontraba su hermano, el cual lo esperaba con una sonrisa, sabiendo que le traería buenas noticias o al menos eso esperaba. Todos se habían ido horas antes, salvo los dos alumnos y Milo, pero no por eso estaba tenso el ambiente. Céline se acercó a la cama y le dio a su hermano aquella carpeta humedecida, donde apenas se podía leer lo que contenía.

-Tu amiguito se llama Mortimer, estuvo internado en el Hospital  dos años, falleció con cinco años, le teme al señor de negro, porque él fue quien propicio su muerte- explico sereno- Y también lo vigilaba celosamente…

Hyoga, Isacc y Milo miraron sin entender, aunque parecía que Camus cada palabra fuera una explicación de primaria. Tomando la carpeta, con temor, Camus comenzó a leer, aun acongojado por saber el pasado de aquel niño, Céline se lo dio el talismán, haciéndolo que lo apretara.

-¿Puedo hablar con el?- pregunto tímidamente.

-Solo de día, Mortimer ahora duerme- explico sonriendo- ahora, sobre ese tema… ¿Estas cien por ciento seguro hermanito?-

-Él lo merece…el tal señor negro iba a hacerme daño y él me puso a salvo.

-Ni un pelo te hubiera tocado, de todas formas, te dejare que juegues con él  hasta que te recuperes, una vez recuperado te mostrare las opciones pero…no estoy seguro, es peligroso.

-Por más peligroso que sea, lo voy a hacer hermano, Mortimer no debió morir, al menos no en aquel lugar, rodeado de tanta miseria y sufrimiento.

-Está bien, ahora descansa.

-¿Hermano? ¿Había mas niños?

-Si- exclamo saliendo de la habitación.

-Camus…mi amor…¿Quién es Mortimer?- exclamo Milo sorprendido.

-Cuando nos escapamos y lleguemos a aquel hospital, y yo me fui, camine para saber o disipar mis pensamientos y un…fantasma pequeño me hablo- respondió algo avergonzado- Hable un poco con él y luego me llevo al balcón donde me encontraste…él me dijo que había un hombre negro, al que le tenía miedo y al parecer, lo mantiene allí…yo solo queria, darle una nueva oportunidad de vivir, no puede seguir permaneciendo en aquel lugar…era un niño tan pequeño.

Milo sonrió, tomo el talismán con ambas manos y comenzó a hacerle caras, a hacerle burlas, para finalmente devolvérselo- Es noble de tu parte…¿ese es su historial?

-Eso parece… ¿Lo leemos?

-Claro, hay que saber a quién criticarle el pésimo nombre, Mortimer, suena a te vas a morir.

Continuara 

Notas finales:

Gracias por leer, si les gusto o no, les pareció tedioso por los diálogos, quieren más diálogos, menos diálogos,  mas trama narrativa, etc, el cuadro de abajo a su derecha es para eso, sus reviews mantienen vivo este fic y los otros, y es la paga para cada escritor por su trabajo, por más que nos guste escribir saber si les gusto o querrían algún cambio que si puede adaptarse al fic, al menos yo lo escucho.

Bueno, como verán, hay un nuevo personaje en le trama, Mortimer, y como dijo el buen Céline solo si se genera otro niño Mortimer puede volver a vivir, la pregunta es ¿Quieren Mpreg? Ya sé que es normal en mis fics, pero digamos que aún no termino de pulirme en eso y digamos que depende más de ustedes que de mí, no estoy completamente segura con esa idea y prefiero escuchar la opinión de quienes leen este fic.  Claro está, les guste o no el nombre, allá o no Mpreg, cuando Mortimer regrese a los vivos se dejara de llamar Mortimer, nueva vida requiere nuevo nombre y como vieron, a Milo no le gusta el nombre Mortimer.

Al fic le quedan un par de capítulos…unos cinco cuanto mucho,  así que no desesperen por el final y sigan la historia que pronto verán más actuación del Apotropeo que creo que todos odian y al que todos aman.

Abrazos, besos a todos los lectores y nos vemos en la próxima actualización.

Posdata: errores de ortografia por favor avisame, creo que me esta andando mal el word que no me esta corrigiendo los errores, al menos unos pocos no me los esta corrigiendo, me di cuenta cuando subi el cap de Locuras en la Mansion Kido, en la misma oracion esta escrito Cisne y Sisne, y no se que paso ahi.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).