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La lucha del amor por maxi anime

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Notas del capitulo:

Hola a todo ¿Cuánto tiempo?

Me disculpo con todos sobre esto, la verdad me siento muy mal por el tiempo abandonado que tiene mis fanfictions, no tengo disculpas por el abandono pero de verdad lo siento mucho los últimos 4 años han sido una locura, más que nada por el estudio, si, no es excusa pero realmente han sido años pesados.

Sabaku no Judith, Dragón Escarlatta, Euridice, panditaEDS, Danna, J Aioria Y Estrella 31 muchas gracias por sus reviews,  leerlos me ha ayudado a poder continuar este fanfiction, si aún están ahí les prometo terminarlo, no sé si me tome un año o quizás dos semanas, pero no voy a abandonarles :D También les agradezco a Yuki y Yuuta quienes desde mis redes sociales me han ayudado mucho para continuarlo. A quienes no nombre lo siento es que son muchos y la verdad solo algunas recuerdo pero les prometo a todos voy a terminar estos fanfictions.

Las noticias sobre la resurrección de los God Warrios de Asgard pronto se expandieron por la región de los hielos eternos, por lo que no fue difícil de esperar que después de las grandes tormentas soldados de todos los pueblos conocidos se acercaran para verificar aquellos rumores.  Hilda de Polaris ya comenzaba a tomar la cuestión con cierto humor, ya que no solo los soldados querían ver aes guerreros,  también aldeanos de los diferentes poblados se acercaban al palacio para presentar sus respetos.

Como era de esperarse, el rumor llego hasta los God Warrior que entrenaban a los soldados en el coliseo, tras una larga deliberación decidieron acudir al castillo para encarar a la sacerdotisa ante la posibilidad de la existencia de nuevos Einherjar. Como era de esperarse para los God Warriors su camino hasta los aposentos de la suma mandataria fueron abiertos para ellos, los guardias se hacían a un lado dejándolos pasar, finalmente y sin obstáculos algunos llegaron hasta donde se encontraba la sacerdotisa en su trono.

— Señorita Hilda ¿Qué significan los rumores sobre la existencia de nuevos Einherjar? — pregunto Sigmund de Granir tan pronto entro a la gran sala.

 El rostro de los dioses guerreros palideció apenas entrar y Sigmund gritar, a la derecha del trono estaba ni más ni menos que su hermano Siegfried de Alpha Dube, y a la izquierda Thor de Phecda Gamma.

— No lo son Sigmund — respondió la sacerdotisa calmadamente levantándose del trono. — Ha ocurrido algo fuera de nuestro control.

— ¿Qué quiere decir señorita Hilda? — pregunto dando un paso adelante Frodi de Gullinbursti.

— Fue decisión de Odin — refuto. — No son Einherjar, depongan su decisión de atacar.

— ¿Qué fue lo que paso? — Pregunto Frodi acercándose lentamente hasta el trono.

— Un guerrero de una legión de Apolo revivió a los Santos dorados, pero la situación se le salió de las manos —  explico serenamente. —  Supe de esto en cuanto llegaron emisarios del santuario.

— Yo no reviví a los doce santos dorados — interrumpió la explicación el Apotropeo de la convalecencia apareciéndose repentinamente

— ¿Camus? – exclamo el guerrero de pelirrojo, Surt de Eikschnir, al ver a aquel hombre que apareció de repente.

— No soy mi hermano, aunque todo comenzó por él — refuto cambiando la mirada, podía notarse el odio en sus ojos al ver al dios guerrero de Eikschnir.

— Mientes, conocí a Camus desde niños, no tenía un hermano.

— Nos separaron los dioses en cuanto tuvieron oportunidad — refuto acercándose al trono, evadieron a Surt.

— ¿Quién te dio el derecho de perturbar el descanso de Camus? — pregunto Surt acercándose enfurecido.

— Ser su hermano me dio el derecho — se dio media vuelta mirando a Surt.

— Camus no es un objeto.

— Eres el menos indicado para hablarme de que Camus no es un objeto cuando lo utilizaste como tal — exclamo demostrando su enojo tomando a Surt por sus ropajes aprovechando este no llevaba su Robe. — Te aprovechaste de su nobleza para usarlo a tu beneficio.

— Apotropeo de la convalecencia — interrumpió Hilda la acción acercándose a paso firme.

— Solo vine a aclarar la situación, Sigmund, tu hermano no es un Einherjer, si, fueron revividos por una fuerza de Odin.

— ¿Qué los diferencia? — pregunto petulante mirándolo con enfado.

— No tiene un tiempo límite más que lo que dure sus vidas desde el momento en que despertaron, no tienen marca alguna por si usan su cosmos.

— De todas maneras revivir a un guerrero está completamente prohibido – señalo Frodi seriamente. — Señorita Hilda ¿Qué hace el aquí?

— Los santos dorados y Atenea, al igual que yo, consideramos injusta la decisión de los dioses sobre el apotropeo de la convalecencia, de llámalo rebelde ante los dioses e ir contra el orden natural.  El, a pesar de tener los permisos para revivir a su hermano fue juzgado y su sentencia es la muerte.

— No están tan equivocados – exclamo Surt mirando con enojo. — ¿Dónde está Camus?

— Camus de Acuario se encuentra en el santuario – interrumpió poniéndose entre el sanador y el dios guerrero de Asgard el Santo de Libra.

— ¿Tú quién eres? – Pregunto Frodi al ver al santo dorado.

— Shiryu de Libra y mi misión es evitar que él se escape – señalo Shiryu a Celine – Apotropeo de la convalecencia, mi deber es asegurar que usted permanezca seguro en Asgard y no importe el tiempo, cumpliré mi cometido.

— Deberías cuidar que este, quien se dice llamar amigo de mi hermano, no salga camino al santuario — exclamo mirando con severidad al dios guerrero.

— Frodi de Gullinbursti ¿Qué paso con los otros dioses guerreros? – Interrumpió la mandataria mirando a los cuatro.

— Utgardar de Garmr había sacrificado su vida mucho antes de nuestras batallas y se convirtió en un Einherjet para ocultar la Robe de nuestro señor Odín — respondió bajando la mirada.

— Ignoramos que ocurrió con Balder de Hraesvelg y con Fafner de Nidhogg – acoto Sigmund. —  Ambos se encontraban guareciendo cámaras de Yggdrasill y debieron de fallecer en nuestros combates contra los santos dorados.

— Pero si según hemos escuchado, Odín por su mano ha revivido a los caídos en guerras, ellos debieron regresar de haber perecido — recapacito en voz alta Heracles — Si todos los dioses guerreros han sido revividos, de nuestra orden faltan tres, debe tener que ver con los siete zafiros por resguardar, nosotros somos cuatro, entonces entre ustedes hay cuatro desertores ¿Dónde están los otros?

— Haciendo guardia en los caminos que comunican con el castillo– fulmino Sigfried con la mirada al más alto. — Ninguno de entre los dioses guerreros de las estrellas de la osa mayor vamos a desertar.

— ¿Qué tan seguro te encuentras sobre ello?

En el santuario había regresado a su imagen habitual, con el renacer de los santos, todo se veía como en el pasado, cuando Seiya de Pegaso logro obtener su armadura. Pero también ahora no podían deambular con libertad, todos  tenían varias tareas que hacer, desde resguardar en los al rededores, mantenerse al tanto de los poblados aledaños y hasta ocuparse de entrenar nuevos aspirantes. El clima habitual del refugio tumultuoso había regresado, aunque por el momento ninguno santo, soldado o guardia podía ingresar a las doce casas.

Saga como el actual patriarca había adquirido un nuevo hábito para evitar conflictos por quienes intentaran llegar hasta el gran templo del patriarca, diariamente bajaba hasta el coliseo para escuchar a cualquier santo, guardia o aspirante, siempre seguido por el guardián de la primera casa, Mu de Aries. Como mandatario escuchaba a todos sin excepción, animaba a aspirantes desalentados y exigía a los santos de plata no volver a los cruentos hábitos del pasado, todo por mantener el orden  y evitar que aquellos que hicieran el camino de las doce casas descubrieran la verdad sobre los santos dorados.

La verdad era que entre cada templo los santos dorados daban por hecho que su tiempo en la orden era limitado y algunos ya estaban entrenando a sus siguientes sucesores. No dudaban que los dioses les dieron una nueva oportunidad de vida, pero sabían que cuando Camus de Acuario cumpliera los nueve meses de haber llegado al santuario ese día todos abandonarían sus cargos salvo uno, el recién ascendido a santo de oro Shiryu de Libra.

Quienes ocuparían entonces el puesto de santos dorados eran pocos y solo 3 aspirantes estaban en el santuario: Seiya de Pegaso para ocupar el puesto de santo de Sagitario; Mei de Cabellera de Berenice, quien ocuparía el puesto de cáncer; y Kiki de aprendiz, quien tomaría cargo de la armadura de Aries. El resto de los futuros santos dorados no se encontraban en el santuario siquiera, a la espera que Hades recobrara su cuerpo original: Shun de Andrómeda, siguiente santo de Virgo; Ikki de Fénix, siguiente santo de Leo. Hyoga de Cisne, sucesor de Acuario, estaba desaparecido pero se lo presumía al igual que a los hermanos en el inframundo.

Saga camino los doce templos sintiendo la devastación sobre su cabeza, la destrucción en los templos de Aries, Géminis, Cáncer, Virgo y Capricornio aun eran visibles, mientras los demás templos estaban aun de pie mostrando su majestuosidad.

— Señor Saga, Señor Saga —  grito Kiki en el templo de Aries desde un risco, para segundos después aparecer delante del patriarca, mostrando con una grata sonrisa  que llevaba el casco de su maestro puesto

— ¿Ocurre algo Kiki? —  pregunto Mu mirando a su discípulo.

—  Nadie pasa por la casa de Aries —  grito contento.

—  Santo de Aries, con todo respeto le pido su permiso para llegar a mis aposentos —  exclamo Saga cortésmente mientras se ponía a su altura.

—  Pase con cuidado —  sonrió haciéndose a un lado. —  Maestro, Maestro ¿Cómo lo hice?

El par sonrió con la enérgica respuesta del futuro santo dorado, para tener nueve años Kiki tenía gran potencial aun inexplorado.

—  Muy bien Kiki —  exclamo Mu sonriendo.

—  Oh, Señor Saga, Señor Saga —  llamo al mayor sacando un papel de dentro de su ropa. El papel más bien parecía sobre, donde se podía leer al frente unas palabras escritos en grande “Para Saga, Urgente, secreto” — Esto estaba en Cabo Sunion.

— ¿Qué fuiste a hacer? —  alzo Mu una ceja incrédulo.

—  Estaba aburrido.

— Gracias Kiki —  exclamo tomando el pape y abrirlo, para así leer su contenido. —  Es de Kanon, dice que el santuario submarino continúa destruido e inundado, los siete generales se encuentran acompañando a Poseidón en su viaje para ayudar a los damnificados por los daños ocasionados en el pasado.

—   ¿Eso quiere decir que Poseidón no es malo? —   Pregunto Kiki subiéndose a los hombros del patriarca.

—   Kiki, bájate, eso no se hace.

—   Déjalo Mu —  respondió guardando el sobre. —  Kiki, continúa con su misión de resguardar el templo de Aries.

— Si patriarca —  exclamo bajándose. —  Nadie pasara por aquí.

Saga y Mu comenzaron el lento camino hasta los aposentos del patriarca, a su paso a pesar de ver desolación también vieron esperanza, cada santo se mantenía a la altura de la situación, Aldebarán cerrando el paso en el templo de Tauro, Death Mask en el templo del gran Cangrejo hacía lo propio, al igual que Aioria en Leo, Shaka en Vigo, Aioros en Sagitario y Shura en las ruinas de lo que fue templo.

En acuario la situación era totalmente diferente, el cosmos elevado del guardián del templo del escorpión celeste podría sentirse en todo el recinto, el cosmos del onceavo guardián apenas se llegaba a apreciar, no era para menos, las palabras de la apotropea del tratamiento habían sido claras Camus estaba teniendo una batalla dentro de su cuerpo que mientras más pasara el tiempo se intensificaría hasta el día del nacimiento de quien fue el alma del pequeño Mortimer, hoy llamado todos Henri.

— ¿Cómo se encuentra Camus? —  pregunto el patriarca apenas llego a cruzar el umbral del onceavo templo, esperando respuesta de los dos sanadores que residían desde su llegada al santuario, cumpliendo su deber de sanar.

—  Me temo patriarca que la batalla comenzó un periodo de agotamiento al santo de Acuario, ahora está imposibilitado de levantarse —  exclamo Michael, el Apotropeo más joven.

— ¿Aun con el cosmos de Milo siendo de ayuda?

—  La pelea dentro de su cuerpo está produciendo una gran extenuación —  explico mirando acongojado. —  Afortunadamente la sangre Sanadora impide daño físico pero mantener su cosmos luchando contantemente lo fatiga día a día.

—  Muchas gracias, Apotropeo de la prevención, mantenme informado sobre cualquier clase de situación que se presente ¿Han sabido algo de sus camaradas?

—  Celine continúa en Asgard y Santorini desaparecido.

Sin demora y agradeciendo las atenciones para el santo dorados Saga se retiró hasta los aposentos del patriarca donde la diosa Athena esperaba informes de todo lo que acontecía. Saga con gran serenidad explico los por menores de lo que ocurría en el santuario y las doce casas, y muy a su pesar el estado que no mejoraba de Camus de Acuario.

—  Celine lucho tanto por su hermano y ahora no puede siquiera estar cerca de el —  exclamo acongojada.

—  Es lo mejor por el momento diosa Athena, si Celine sale de Asgard será asesinado a pesar que tuvo el permiso de los dioses en su momento.

— ¿Hay noticias de Asgard?

—  No, mandare a Kiki a la brevedad.

—  ¿Por qué a Kiki? — pregunto Mu molesto.

—   Regresa a tu templo y encomienda a Kiki la misión de ir por una carta de Shiryu —    acoto sereno. Mu, aun completamente en contra de aquella orden obedeció, cuando se dio media vuelta Saga le tomo del brazo y acoto. —    Si crees la misión es muy peligrosa para él, mucho más peligrosa que llevar la armadura de libra por el santuario submarino para destruir los siete pilares cuando este era solo un aprendiz, que porte tu armadura.

—    Saga —    exclamo sorprendido.

El patriarca se dio media vuelta para mirar donde estaba la diosa y asintió con la mirada antes de terminar. —    Si no crees que la misión sea peligrosa, entonces no requerirá protección alguna. Recuerda también debes ponerle un tiempo límite, para que no se distraiga.

—    Si, Saga —    asintió con la mirada antes de comenzar el camino de retroceso de las doce casas.

Athena miro sin comprender todo lo que había pasado, presentía que Saga había planificado algo. Y estaba por decirle algo pero el mayor no tardo en comenzar el camino de retroceso hacia el templo de Aries, dejando todo en un gran silencio.

En la habitación principal del templo de Acuario, el guardián se encontraba en cama leyendo un libro. Sentirse cansado no era algo gratificante, odiaba estar en cama, odiaba estar sin hacer nada pero no tenía opción. Con el pasar de los días el agotamiento se hacía sentir, podía estar despierto, sí, pero no podía levantarse, al hacerlo inmediatamente sentía su cuerpo pesado, y se obligaba a recostarse nuevamente.

— Camus, te traje la comida — exclamo Milo entrando a la habitación con una bandeja, y de inmediato su cosmos invadió todo a su alrededor.

— Perdona las molestias Milo — exclamo dejando el libro a un lado. — Usas tu cosmos todo el día por mi causa, ha de ser extenuante para ti.

— Nada que un controlador de todo su cosmos no pueda hacer — sonrió dejándole la bandeja. — Cuando nazca Henri todo volverá a la normalidad.

— No todo Milo —  le interrumpió mirando son severidad. —  Quiero vivir en Siberia cuando Henri nazca y entregarle mi puesto a Hyoga.

— Si eso quieres no me opondré— expreso mirando con interés, retirarse de ser un santo dorado no era algo que alguna vez imagino, pero que Camus expresara aquello significaba ya había comprendido lo que implicaba que Celine los reviviera. — Aunque podríamos considerar un lugar de clima no tan extremo.

— En Siberia he pasado la mayor parte de mi vida ¿Qué tiene de malo?

— Que yo he pasado gran parte de mi vida en climas cálidos y también voy a involúcrame — dijo mirando son seriedad y coloco su mano en el vientre del galo sin pensarlo.

— Me he convertido en una carga para ti sin darme cuenta, lo siento Milo.

— No eres una carga, y no quieras dejarme de lado — espeto. —Te conozco lo suficiente, puedo leer tus intenciones a través de tu fría mirada, no quieras engañarme con un falso sentimiento de culpa.

— Milo.

— Quieres responsabilizarte, llevarte ese peso en tus hombros — exclamo mientras pasaba su mano por los cabellos del galo. —  Nunca has podido ocultarme nada  y no has de comenzar ahora.

— Si lo he hecho — se jacto serio. — No sabias sobre Surt.

— ¡Oh! ¡Vamos! Es verdad que tarde en darme cuenta de la verdad pero dime ¿Cómo rayos sabría yo sobre la existencia de ese idiota? —  pregunto mirando indignado. —  En lo que yo sabía entrenaste solo a manos de un santo de plata al que superaste emanando un frio superior, eso es todo, finito.

— Eso quiere decir no sabes todo de mí.

— ¡Que gracioso! — exclamo mostrando su sonrisa socarrona. Lo contemplo unos momentos antes de colocar la charola con la comida en su regazo. — Ya, suficiente charla, debes comer.

— Milo, gracias.

Escorpio sonrió ante aquella muestra de gratitud mientras le acercaba el plato de comida, Camus se veía realmente agradecido, probablemente producto de su estado gestacional. Milo se perdía al ver al pelirojo sonriendo, podía observarlo todo el dia y no pediría ver otra cosa, le beso en la mejilla dejándose llevar por aquella embriagante sensación del momento.

— Milo — exclamo sonrojado al sentir aquella muestra de afecto espontanea, tan típica de él.

En el castillo del Valhalla no todo parecía estar tan tranquilo como en el apogeo del santuario. Y no era para menos, ante la desconfianza generada por la existencia de solo siete zafiros de Odín y doce guerreros calificados para ser esa Elite. Ninguno daba su brazo a torcer ante la incertidumbre generada por la falta de tres dioses guerreros de la legión que una vez fue el dios Loki, hoy sellado gracias a los santos dorados.

Aunque si existían duda en algunos de los propios guerreros, Bud de Alcor aún era la sombra de Z y tenía una responsabilidad que cumplir ante haber encontrado a aquel par de gemelos recién nacidos en la puerta de lo que fue su hogar. Syd de Mizar, aunque no había dado su posición ante la cuestión si había dejado claro querer ayudar a su hermano, como principal objeto evitar que se cumpliera el designio de asesinar a uno de los bebés. Phenril de Aliohto no entienda siquiera la situación que se le explico, solo obedecía una orden, la orden de Shiryu de Libra de no abandonar su deber como dios guerrero y así lo haría, aunque muchos ya lo tildaban como posible desertor por la relación tan fraternal que había desarrollado con el santo dorado.

Shiryu y Celine decidieron no cuestionar la situación, el santo dorado por ser realmente ajeno a la cuestión, solo le ordeno a Phenril no abandonar su deber, lo único que podía hacer. El Apotropeo en cambio no le importaba realmente la cuestión, era algo insignificante a su parecer, lo único que tenía en mente salir de ahí a la primera oportunidad que tuviera para ir en busca de lo que por derecho era suyo, su hermano menor.

Cuando Kiki llego al castillo portando la armadura dorada de Aries fue grande su asombro y temor al ver un ambiente que debería ser amigable tan tenso, las miradas de odio de unos a otros eran muy evidentes, por lo que rápidamente busco a Shiryu para irse en cuanto pudiera. Comenzó a correr por los extensos pasillos buscando al santo de libra, sin verlo, miro un reloj que llevaba en su mano, el tiempo se le agotaba, fue entonces cuando encontró a dos dioses guerreros, opto por preguntarles, quizas lo habrían visto.

— Disculpen — exclamo llamándole la atención.

—  ¿Un niño como santo dorado? —  exclamo el dios guerrero de cabellos pelirrojos y armadura de color rojo. —  Esto no me lo esperaba.

—  Soy Kiki de Aries, busco a mi compañero, Shiryu de Libra ¿Lo han visto? — pregunto manteniéndose serio, aunque realmente quería salir de ahí corriendo.

— Debió salir con el niño lobo — bufo su compañero mirando de manera amenazadora a Kiki.

—  ¿Dijiste que eres Santo de Aries verdad? — pregunto el pelirrojo poniéndose a su altura. — Sigmund, no seas así, el santo de Aries fue el que desde un principio se comportó de manera pacífica.

— ¿Qué hizo mi maestro? — pregunto curioso.

— Quizás él nos ayude con nuestro predicamento y nos diga que paso con nuestros compañeros — sonrió animado. — ¿Por qué buscas a tu compañero?

— Vengo en una misión y solo la cumpliré si lo veo — exclamo decidido.

— Te ayudare a buscarlo — Sonrió. — Soy Surt de Eikschnir, pero te ayudare con una condición.

— Ninguna condición, debo cumplir mi misión.

— Veras, tres de nuestros camaradas no volvieron a la vida y eso ha generado gran desconfianza entre nosotros. — Explico sin perder su sonrisa, mientras su mente tramaba su siguiente jugada. — Necesitamos que tus compañeros dorados nos digan que paso con ellos.

— ¿Qué estás planeando Surt?

— Nada — respondiendo dándole la espalda a Sigmund para comenzar la búsqueda del santo dorado de Libra.

No fue difícil encontrarlo, Surt era todo un estratega y solo debía pensar en el comportamiento demostrado por el santo de Oriente, era habido de leer, vigilaba al supuesto hermano de su amigo Camus y se había vuelto muy unido al dios guerrero de Épsilon, al mismo tiempo el hermano de Camus tenia movimientos que había estudiado bien al verlo. Tras una rápida caminante encontraron  a Shiryu en la biblioteca junto al dios guerrero de Épsilon, y en el mismo momento que Surt entro al lugar Celine se fue.

— Shiryu.

— Kiki — exclamo el pelinegro a punto de ir a seguir a Celine. — No tengo tiempo para jugar, yo debo…

—Si lo sé, lo sé, el patriarca me dijo que tenías una carta para mí, si me la das me regresare ahora mismo al santuario.

— Dragón no entiendo ¿Por qué no puedes dejar de vigilar a ese tipo? — bufo Phenril molesto.

— Oh, sí, aquí tienes Kiki — exclamo sacando dentro de sus ropajes una hoja prolijamente doblada y se la entregó a su cámara. — Debo irme, saluda a los demás.

— Si — sonrió viéndolo alejarse junto al dios guerrero de Épsilon, quien no parecía nada contento con la cuestión.

— Bien, te ayude a encontrar a tu amigo, ahora me debes ayudar a mí.

Continuara.

Notas finales:

Si han llegado hasta aquí MUCHAS GRACIAS

La verdad terminar mis fanfictions es mi prioridad ahora y me cuesta hacerlo, este solo capitulo tardo 2 meses y vieron es corto.

19 Capítulos y contando ¿Quién lo diría? Lo que si no se terminara en el capítulo 20, no se aun cuentos me tomen terminarlo, pero estoy con los ánimos de seguirlo.

Como en mis viejas épocas ahora la votación, algunos hábitos se arraigan no XD este fanfiction está pisando sus finales y me centrare solo en este hasta terminarlo ¿Cuáles les gustaría que siguiera?

NOS CONOCEMOS DE NUEVO: Algunos dioses y Semidioses no están de acuerdo con el castigo de los dorados En completo silencio y siendo guiados por Quiron y la diosa Afrodita, deciden revivir a los dorados y demostrar a los dioses su juicio fue equivocado y para ello hicieron dos sellos, un sello de las memorias y un sello del cosmos con un límite de tiempo impuesto, de llegarse acabar el tiempo nunca podrán recobrarlo.

APRENDIENDO A SENTIR: Después de su lucha, Shiryu no mata a Phenril y le promete no abandonarlo y tras volver de una última guerra lo acoge para enseñarle que no solo  hay seres humanos malvados, también hay buenos. Phenril recordara emociones que olvido, Shiryu será su mentor en el proceso y se terminaron enamorando.

HOROSCOPO: Algunos dorados creen ciegamente en el horóscopo y los que no creen  terminaran dudando. (Es eso gente muchos sucesos donde el horóscopo tiene mucho que ver)

LOCURAS EN LA MANSION KIDO: En un tiempo de paz, todos descansan en la residencia Kido. Sí, todo muy bonito hasta que llegan a la mansión Kido los dioses guerreros de la osa mayor trasformados en bebés y deben cuidarlos hasta que regresen a la normalidad y ahora los dorados acompañan a los de bronce en esta difícil batalla.

Los Fanfiction que se encuentran en la cuenta Maxianime no puedo continuarlos, no tengo archivos de respaldo para volver a publicarlos,  tampoco acceso a esa cuenta, por lo que temporalmente los descarto hasta que pueda encontrar la manera de acceder a ellos.

Sin más y perdonen tanta cantaleta me despido. Saludos a todos y nos leeremos próximamente en el siguiente capítulo.


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