La pelea se había prolongado por más tiempo del que a Senri le hubiera gustado, la muchacha, una completa loca según se había dado cuenta estaba tratando de asesinar al rubio con unas uñas más parecidas a garras de un sorprendente largo que habían hecho ya varias cortadas en el cuerpo y la ropa de Takuma. Senri se veía preocupado, era claro que aunque Takuma estaba tratando de darlo todo no estaba precisamente en su mejor forma, había perdido ya mucha sangre y seguía perdiéndola.
Pronto las garras de la mujer loca acabaron donde Senri menos deseaba verlas: atravesando el abdomen del rubio que amaba, el vampiro pegó un grito mientras que la chica reía como toda una loca, sacó las garras del cuerpo del chico y la sangre cayó como una lluvia mientras la espada caía al piso y las manos de Takuma se iban a cubrir su herida. Senri sintió pánico, la chica se preparaba para dar el tiro de gracia y no pudo menos que extender su mano hasta Takuma, nervioso y muerto de miedo, lo que eso causó fue que el rubio acudiera a su lado de manera sorpresiva. Senri lo miró. ¡lo había teletransportado! Eso era algo que no sabía que podía hacer y se sintió eufórico aunque aún estaba aterrado pues aunque la muchacha lucía confundida al inicio ahora que los había visto se precipitaba hacia ellos.
- ¡basta! – gritó Takuma y la chica salió proyectada por los aires hasta estrellar su cráneo contra el muro – nadie va a lastimar a quien amo – decía mientras buscaba levantarse pero Senri lo aferraba con fuerza sabiendo que estaba herido y temiendo por él.
- Yo lo hago…te hirió – dijo el castaño mientras se levantaba
El latigo de Senri castigó con fuerza el cuerpo de la chica mientras su amado seguía perdiendo sangre con toda velocidad, al final ella no podía moverse, Senri intentó tomar la espada de Takuma para terminar con la vida de ella encontrándose entonces con que la espada era tremendamente pesada, antes no le parecía así y supo que era porque esa espada era una con el alma de Takuma y ahora que el rubio estaba muriendo también se perdería la espada. Pensó en como terminar con la muchacha cuando Takuma se levantó y tomando la espada sin miedo ni ceremonia atravesó el cuerpo de ella dejando la espada clavada en el piso del salón con el cuerpo de ella de por medio.
- No escapará… - susurró sonriendo antes de perder el sentido…
Para cuando Takuma despertó estaba de vuelta en la habitación que compartía con Senri en la posada, era de noche y afuera no paraba de llover, una rama de un árbol cercano golpeaba la ventana haciendo un ruido un poco aterrorizante, Takuma se sentó en la cama sintiendo el terrible dolor en su costado donde las garras de ella lo habían atravesado sin piedad cual ninguna, el dolor lo hizo inclinarse y jadear y solo entonces sintió el movimiento a su lado: sentado sobre una silla y con la cabeza sobre la cama había estado Senri durmiendo y velando sus sueños, ahora con el movimiento despertaba y lo miraba con curiosidad, sonrió…un gesto así era complicado de ver en Senri y el vampiro rubio se sonrojó mientras las extrañas cosas pasaban y el castaño lo envolvía en un fuerte abrazo.
Fue entonces que la tercera cosa extraña ocurrió.
“¡Takuma! ¡Qué alegría verte bien! Me angustie mucho, mucho en verdad, creí que iba a perderte y hay tantas cosas que no te he dicho todavía… “decía la voz de Senri pero su boca no se movía
“tu voz esta en mi cabeza, tus pensamientos… “susurraba Takuma asustado. Senri se separó del otro también asustado
“ e.eso es bueno, entonces no tendré que decirlo y morir de vergüenza: Takuma-san…mientras peleaba dijo que esa mujer no lastimaría a quien amo… ¿ese soy yo? Porque… para mi quien amo es justo usted, estuve asustado, muerto de miedo de ser rechazado pero ahora estoy seguro de que este don nos fue dado por nuestra unión nueva…casi morimos juntos y… ¡y…!” decía Senri estrujando la manta entre sus manos pero al ser incapaz de seguir hablando solo bajó la cabeza pesadamente
“si, esa persona eres tú, me hace feliz que digas que me amas…no hay nada de que asustarse…eres mi destino “susurró en la mente del castaño el rubio mientras tomaba la mejilla del de ojos grises para verlo a la cara.
Esa fue la vez primera que se besaron, se besaron con amor y con emociones que ninguno de los dos podía manejar…después de eso pasaron meses entrenando con sus nuevas habilidades, lo más fácil de controlar era la telepatía pues podían hacerlo solo con pensar en los sentimientos que el otro les provocaba, lo difícil era lo individual…hasta que aprendieron que también ayudaba pensar en el otro para concentrar sus fuerzas…
Seis meses después cartas fueron y vinieron informando de la situación a sus familias, en pocos días ambas familias estaban ahí, el abuelo de Takuma con su porte serio y la madre de Senri con esa cara que imploraba por amor y atención…pero fueron fuertes juntos y tenía sentido que no pudieran sepáralos pues sus nuevos poderes procedían realmente de los sentimientos que tenían por el otro así que se arregló un matrimonio entre ellos que nadie podía evitar pues separarlos sería la perdida de dos de los mejores cazadores de nivel E que había por no decir que también los vampiros más fuertes…era…sorprendente sin duda alguna que sus poderes llegaran ya a esos niveles.
“Takuma…tengo hambre… “ susurraba la voz del castaño en la mente del otro que sostenía su tercera copa de sangre de la noche
“solo una copa más…ten paciencia…”