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Medicina Vongola por sukichoco

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Notas del capitulo:

Holas!!

si era un One-shot pero decidimos convertirlo en un fic normal. 

esperamos que les guste y bueno sin mas 

¡¡DISFRUTEN!!

 

Medicina Vongola

2.- La nueva medicina.

 

Todavía me duele el cuerpo. Hibari-san se molestó muchísimo cuando de la nada me confesé. Gracias a dios logre escapar antes de que me matara.

“Odio que traten de burlarse de mi” eso fue lo que dijo.

Me siento al borde de mi cama y respiro cansado. No entiendo lo que le sucedía a mi cabeza en ese momento ¿Por qué rayos me confesé?

Me detuve a pesar un poco.

Quizás la propia medicina me hizo ver a Hibari-san más guapo e irresistible que nunca, esto lo digo avergonzado pero eso fue lo que vi. Por primera vez en mucho tiempo mi corazón nuevamente se había movido con tan solo ver a alguien.

Me sacudo los cabellos y trato de olvidar lo que paso, el sueño y lo que hice, todo debe quedar en un pasado imaginario.

- Buenos días Tsunayoshi-kun – mi demonio entra por mi habitación sin haber tocado antes.

- ¿Tu eres el culpable? – me levanto señalándolo y luego caigo sobre la alfombra al sentir el dolor en mis huesos. – Itte..

- Vaya.. ¿Porque estas tan adolorido? – me preocupa con su singular sonrisa que nunca se borra.

- ¡Hibari-san me dio de palos por tu culpa! – me levanto de nuevo

- ¿Mi culpa? – camina hacia el interior de la habitación y se lanza a la cama como un niño, luego se acomoda entre los cojines y come las golosinas que traía consigo desde el principio.

- Si, tu culpa – lo señalo violentamente y el comienza a reír

- lo único que hice fue darte un caramelo – sonríe maquiavélico – Además ¿Por qué te golpeo? – me sonrojo con su pregunta.

- No… no importa, el punto es que lo que pasó fue la culpa de la estúpida medicina que me diste

- Je je – me ve con una sonrisa burlona – ese caramelo en realidad era un relajante con efecto de afrodisiaco, es uno de los inventos de tu propia familia, me sorprende que no lo hayas reconocido – lo miro sorprendido y recuerdo.

Hace unos días Reborn me lo había dicho, pero por la cantidad de trabajo lo había olvidado.

- Esa cosa, realmente es peligrosa ¿Por qué la andas dando sin más? – le grito y el solo sonríe

- No es que la ande dando por ahí, solo se la he dado a unas cuantas personas y lamentablemente todas me han venido a gritar así como tú – pone una fingida cara triste que solo me provoca más irritación.

- Te odio – le digo entre dientes

- He venido para saber cómo fue la reacción – me dice mientras se levanta de la cama y se acerca a mí. – Entonces… ¿Qué paso mientras dormías? – recuerdo las imágenes de mi sueño y me sonrojo hasta las orejas

- No te importa – me acerco a la puerta para irme pero él me abraza por el cuello y me jala hacia adentro.

- Por lo que veo y por lo que me dijiste en cuanto entré ¿tuviste un sueño húmedo con tu guardián de la nube?  - tiemblo ante tan acertada deducción.

- ¡Déjame ir! – lo quito de encima.

- ¿Cómo fue? ¿Te gustó? – mi corazón late y mis movimientos se vuelven temblorosos y torpes.

- Ya te dije que no te importa – recuerdo la sonrisa de Hibari-san y me estremezco.

- Estas muy a la defensiva ¿Por qué no te relajas? – saca de su bolso una pastilla y me la muestra

- ¿Crees que caeré de nuevo para ser tu objeto de experimentos? – ríe

- Este es otro tipo de medicina, al parecer la otra fallo ¿Quieres probarla?

- ¡Estás loco! – lo ignoro y salgo de la habitación

- Te prometo que esta vez es una medicina normal – camina atrás de mí y yo camino cada vez más  rápido para que me deje en paz. – no volverás a tener sueños húmedos como la otra vez

- ¡Cállate! – le tapo la boca avergonzado ya que alguien podría escucharnos.

- Herbívoros, quítense de mi camino – la voz de alguien más nos sorprende y volteo para cruzarme de nuevo con la mirada de mi guardián.

- Hi… Hibari-san – quito mis manos de la boca de Byakuran y lo miro angustiado, mis latidos se incrementan rápidamente. Me hago a un lado.

Pasa sin mirarnos y yo no dejo de verlo hasta que me es imposible, se ve tan calmado y genial, pero vaya que es doloroso que ni siquiera me diera una mirada... ESPERA ¡¿QUÉ ESTOY PENSANDO?!

- Ya veo – la cara de Byakuran está muy cerca de la mía – te enamoraste de él – siento que mis oídos se tapan y yo comienzo a balbucear cosas sin sentido, tratando de negarlo por completo.

- Te equivocas… es solo que me da vergüenza lo que paso…. Eso es todo

- Pero tu cara no dice lo mismo – se aleja de mí y comienza a comer de nuevo las golosinas que traía.

- ¿Qué.. que tiene  mi cara? – le pregunto en busca de una respuesta sincera.

- Brilló – me contesta sonriente – tus ojos se llenaron de brillos, estabas fascinado. Además tu rostro se coloreo de un carmín suave y al parecer te duele el pecho ya que lo estas tocando – miro mi mano derecha que en efecto estaba apretando mi corazón ¿en qué momento paso?

- No es nada – trato de excusarme - mi cara siempre esta roja y mi mirada solo reflejaba aquella lámpara – señalo una que se encuentra pegada a la pared del pasillo – y mi pecho… yo solo me estaba rascando por un sarpullido que tengo.

- Las mentiras no son buenas

Camino de nuevo para perderlo y llego hasta mi oficina.

- Pruébala y yo le explicaré a Kyoya-kun lo que pasó – lo miro ceñudo y con un puchero

- Dile que fue un efecto de la droga – me sonríe entusiasmado y me entrega la pastilla. Realmente quiero que Hibari-san no se vaya con una idea equivocada.

La trago y me siento en la silla de mi escritorio, miro a mi alrededor, no veo que nada pase, realmente es un relajante normal.

- Iré ahora mismo a explicarle la situación. – sale de la oficina no sin antes regalarme una mirada llena de extraños propósitos.

Lo ignoro, seguramente, solo quiere ponerme nervioso.

 

Tecleo algunas cosas en mi laptop y de repente un fuerte dolor de cabeza se apodera de mí ¿Un efecto secundario?

Cierro los ojos y masajeo mis sienes. Es tan intenso. Me levanto de mi asiento para buscar a alguien que me ayude.

Tomo el picaporte y antes de girarlo alguien más lo abre.

Abro los ojos sorprendido de quien me encuentra. Es ni más ni menos que Hibari-san.

- Hibari-san – me mira extrañado y se acerca a mí.

- ¿Qué te sucede?

- No.. no es nada – trato de no mostrarme muy nervioso frente a el – solo iba a buscar a un doctor – me toco la cabeza de nuevo, cada vez el dolor es más agudo.

- No hay nadie – me dice serio – él bebe se los llevo a todos a cenar.

Lo miro sorprendido.

- ¿Qué? – me mira ceñudo diciendo con eso que no volverá a repetirlo. – entonces ¿Por qué estas tu aquí? – le pregunto aguantando el dolor

- Odio las multitudes – es cierto – y alguien tenía que estar cerca de la mansión – me dice frio

- Ya veo – siento que la cabeza se me partirá en dos – Itte… - me tiro al suelo y trato de calmar el dolor con mis manos.

Hibari-san no se ve preocupado pero se acerca a mí para verificar que todo esté en orden.

- ¿Cómo te duele? – no contesto, el dolor es tan grande. – Vamos al hospital – dice un poco molesto

- No es necesario It.. itte… - suspira y me levanta entre sus brazos.

El dolor persiste pero yo estoy más sorprendido y nervioso que este parece desaparecer. Mi corazón comienza a latir tan rápido que la respiración se me hace algo difícil.

- ¡¿Qué… que haces?! – le replico con las mejillas encendidas y el me monta en su hombro para llevarme al hospital.  – Ba… ¡Bájame por favor!

- ¡Cállate! – Aprieto mis labios – te llevaré

De pronto siento que el dolor desaparece, lo cual a mí mismo me sorprende.

- Espera, ya no me duele  - me baja y me mira enojado

- ¡Hibari-san! – una voz aliviada suena, es desconocida pero a la vez conocida.

De pronto llega un niño, más bajo que los dos y se abraza del cuello de Hibari-san mandándome a mi muy lejos.

- Estoy asustado – dice en el pecho de Hibari-san quien se mantiene inmóvil y sorprendido. – Llévame a casa – levanta la mirada y por fin sabemos de quien se trata.

Los dos lo miramos impresionados ¿De dónde salió? ¿Quién es este niño que se parece tanto a mí?

- Vámonos – se aprieta más al cuerpo de Hibari-san y levanta su cuerpo para llegar a los labios de mi guardián y entonces darle un beso tímido.

- ¡Agh! – lo miro con la boca abierta y mi corazón de pronto comienza a estallar dentro de mí. - Qué… ¿Qué haces? – lo separo del cuerpo de mi guardián y lo miro de frente.

- Itte… - suena igual a mí y su cara es idéntica a la mía, esos ojos, el cabello castaño, la altura, es como si fuera mi yo de hace diez años.

- ¿Quién eres? – le preguntó sorprendido y el me mira aterrado.

- Me llamo Tsunayoshi Sawada – se identifica con las piernas temblorosas

- ¿Eh? – nos miramos fijamente, es claro que soy yo, pero porque demonios está aquí.

- Herbívoro – recuerdo que Hibari-san esta atrás de mí y volteo asustado.

- Hibari-san – decimos los dos al mismo tiempo pero en diferente tono… un momento esto me suena…

Veo que se lanza a los brazos de mi guardián y comienza a besarlo con desesperación. A este punto Hibari-san parece a punto de matar a una decena de personas solo con la mirada que le dirige.

Trato de separarlos de nuevo, solo con fin de que no moleste más a mi guardián que se ve extremadamente enojado.

- ¿Qué haces? – Me dice mi yo pequeño – déjame estar a solas con mi novio – lo miro sorprendido ¿novio?

- ¿Quién es tu novio? – pregunta un molesto Hibari quien nos mira con deseo de sangre.

- Tú – dice con una sonrisa encantadora, lo cual me deja con la boca abierta totalmente aterrado

- Herbívoro – se dirige a mí enojado – llévatelo o los matare a ambos ahora – asiento y rápidamente lo arrastro conmigo hasta mi habitación.

Lo dejo en la cama y rápidamente me dirijo a cerrar la puerta.

¿Qué rayos voy a hacer?  ¿Por qué está pasando esto?

 

Narrado por la autora.

Había llegado sin otra intensión más que saludar a su dulce hermanito. Tocó la puerta de la mansión y espero pero nadie contesto.

Miró a sus subordinados en el coche y de nuevo toco el timbre. Nadie contestaba.

- Que raro, las luces están encendidas – se dijo y de nuevo lo intento.

La puerta se abrió pero no totalmente. Solo la abrieron, había algo extraño.

Miró a sus subordinados y les dio unas cuantas señas para que se pusieran a la defensa. El mismo Dino abrió la puerta, pero no había nada raro, solo una persona lanzando las cosas por todos lados.

- ¿Kyoya? – se acercó a él extrañado de su comportamiento.

- ¿eras tú? – lo miro molesto y se armó con sus tonfas

- Espera… Kyoya ¿QUÉ HACES? – y ese fue el grito que pudo dar el mismísimo jefe de los Cavallone antes de que Kyoya lo moliera a zorros.

 

CONTINUARA...

Notas finales:

Queremos aclarar que este es el nuevo fic que dijimos sobre el 1827 asi que bueno ya saben que sera tardado actualizar y todavia falta el R27 que pronto saldra.

Gracias por leer y agradecemos de antemano sus reviews

PD: Una critica por favor!


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