Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Antecedentes por Kunay_dlz

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Espero que se entienda.

 

 

Antecedentes

II

Hokuto Sumeragi

 

 

 

Bajo una cascada de agua helada un joven semidesnudo purificaba su alma, un mes entero ha transcurrido, como pago ante su carga no se despega de esa cascada… el invierno está por llegar y el joven parece no estar preparado, sigue ahí, viviendo de su energía espiritual, sobreviviendo con la energía natural que le rodea.

El sonido de la cascada es lo único que escucha, en ocasiones acompañado de sollozos del joven que nadie podría diferenciar, en parte por estar en un lugar alejado  de zonas pobladas y otra por no estar nadie haciéndole compañía. El rito de purificación se extiende cada vez que llora y, su llanto, siempre es por la misma razón.

--Te exiges demasiado, Subaru-chan. –dijo una voz dulce y matizada de reproche. “Esa voz… cómo la extraño” pensó el joven aún bajo el chorro de agua helada y con los ojos cerrados.

--¿No crees que hay una mejor manera de purificarte que estar bajo toda esa agua congelada, Subaru-chan? Podrías resfriarte. –Realmente es su voz. “Por favor… que no sea un sueño”.

Con sumo cuidado, el joven fue abriendo los ojos, temía que al abrirlos la ilusión terminaría, esa ilusión que le hace escuchar la dulce voz de su hermana… su amada hermana que aquel hombre mató.

--Ho-Hokuto-chan. –dice con un hilo de voz el joven que responde al nombre de Subaru.

Abre por completo sus ojos esmeralda, se iluminan con un poco del brillo que hace tiempo perdieron. La sorpresa ante lo desconcertante del suceso quedó de lado al lanzarse con entusiasmo a los brazos de su amada hermana. Se separa un poco para apreciar, al igual que él, sus ojos esmeralda, su rostro amable, su dulce sonrisa y su piel de marfil. Su hermana, su amada hermana estaba frente a él, podía sentir su calor y su preocupación.

--Subaru-chan, no te contengas, llora todo lo que quieras pero, ya no te guardes nada. –decía Hokuto mientras trataba de consolar al destrozado Subaru entre sus brazos.

--Hokuto-chan, lo siento, lo siento, lo siento… Hokuto-chan perdóname –gritaba entre sollozos el joven. –enserio lo siento… fue mi culpa… te extraño Hokuto-chan, me haces tanta falta… lo siento… los siento, perdóname… Hokuto-chan.

Los sollozos y las disculpas se mezclaban con gritos desgarradores y el llanto inconsolable del joven en el regazo de su hermana, esa hermana que había dejado el mundo de los vivos a temprana edad, dejando atrás a un joven con el pensamiento de haber sido el culpable.

--Subaru-chan, salgamos de aquí… podríamos pescar un resfriado, estás empapado y el sol se está poniendo una vez más. –decía Hokuto mientras acariciaba la espalda de Subaru.

--Hokuto-chan, ¿No estás molesta… conmigo? –dijo Subaru inseguro.

--Subaru-chan no veo por qué habría de estar molesta con mi hermano gemelo menor. –la ligera reprimenda hizo que Subaru recordara todas las veces que escuchó ese tono en su contra, la melancolía del recuerdo empezaba a florecer en él de nueva cuenta. –Subaru-chan, creo que ya fue suficiente llanto. Ven, salgamos del agua parece que ésta vez se congelará de verdad.

Con trabajo Hokuto sacó del agua que caía de la cascada a Subaru, lo llevó a donde estaba la ropa que usaría después de la purificación: su ropa ceremonial. Como niño pequeño, Subaru permitió que Hokuto lo vistiera.

--Hokuto-chan, aún no es el momento para usar esta ropa. –dijo Subaru apenas audible por el ruido de la cascada.

--Pero Subaru-chan, no puedes estar sin nada y si sigues con esa ropa mojada te dará hipotermia, debes tener más cuidado contigo mismo Subaru-chan. Mira, estás tan delgado incluso más que yo, no has comido bien ¿Verdad? –decía Hokuto mientras se sentaba bajo un enorme árbol y trataba de hacer que Subaru hiciera lo mismo.

--Hokuto-chan… perdóname. –dijo Subaru mirándola directo a los ojos.

--Subaru-chan, no hay nada que perdonar. Fue mi decisión.

--Pero Hokuto-chan yo…

--Subaru-chan, todo fue mi culpa… yo insistí en que convivieras con Seishiro-san, te animaba a que lo trataras, hacía cosas para que ustedes estuvieran juntos… yo fui la única culpable de que te rompieran el corazón. –dijo muy triste la joven –Y, aún sigo siendo la culpable de tu sufrimiento.

--Hokuto-chan… ¿Cómo lo sabes? –dijo sorprendido Subaru.

--Subaru-chan, ¿Cuántas veces tengo que repetirte que como tu hermana gemela mayor sé todo de ti?... Anda, dilo… si no lo dices no podrás completar tu purificación. –le decía Hokuto con una mirada comprensiva.

--Hokuto-chan… yo, te extraño, en verdad lo hago pero, sobre todo me odio… me odio porque a pesar de lo que te hizo… yo… yo… -un nuevo llanto lleno de resentimiento se escuchó  junto con el ruido de la cascada –Hokuto-chan, perdóname ¡Perdóname!

--… Dilo, te sentirás mejor. –animaba dulcemente la gemela.

--Yo debería odiarlo… me quitó a mi hermana… juré matarlo con mis propias manos… pero, pero… lo único en que pienso es en… sólo pienso cuanto le amo… ¡Perdóname! ¡Perdóname! ¡Perdóname! Hokuto-chan –evitando la mirada de su hermana continuó –solo pienso en que quiero verlo… y decirle lo que siento –soy un mal hermano ¿Verdad? Soy despreciable… yo debí haber muerto en tu lugar Hokuto-chan, yo…

--¡Basta Subaru-chan! –es la primera vez que Hokuto elevaba el tono de su voz –Eres el actual líder del clan Sumeragi, eres el poseedor de un gran poder espiritista, eres alguien muy importante para este mundo pero, –la voz volvió a dulcificarse –pero Subaru-chan, a pesar de eso también eres humano, –la desesperación en el llanto de Subaru se fue –tienes derecho a sentir, tienes derecho a ser egoísta y pensar en ti antes que en otras personas como lo has estado haciendo hasta ahora, tienes todo el derecho del mundo a equivocarte.

--Hokuto-chan… -dijo con lágrimas de un suave llanto surcando sus mejillas.

--No te arrepientas Subaru-chan, –dijo Hokuto mirándolo a los ojos –jamás te arrepientas de tus sentimientos y de las acciones a las que éstos te conduzcan… tal como lo hago yo. –le dedicó una sonrisa para continuar –No debes culparte de nada. Vive, vive y siente lo que quieras pero no te arrepientas. Si vas a llorar que sea de alegría, no llores por mí… por más lágrimas que derrames no regresaré a la vida. ¿Recuerdas cuál era mi propósito en la vida? –ante la pregunta Subaru se quedó en silencio –Mi propósito era verte feliz.

 

 

 

>>Continuará...

Notas finales:

Esta charla era necesaria. Aunque puede parecer extraña al principio.

Gracias por leer.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).