Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Error por Sarabi22

[Reviews - 121]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bien, ya estamos en Octubre, sé que me queréis matar por no haber actualizado antes, no os culpo. Pero estás semanas he tenido muchísimo que hacer, no estoy de broma.


Espero que disfrutéis esta nueva entrega de Error, no puedo asegurar nada pero intentaré actualizar pronto.


Nos vemos abajo, ciao.

-          Yo… quiero mucho a mi nueva familia. – dijo el niño convencido. – Pero, estoy algo confundido… no odio a Nana o a Ieyasu, aunque ellos me odien, además mi padre me quería, creo, si no Nana se habría deshecho de mi en cuanto nací, estoy seguro.

-          ¡Aria! – la regañó Angelo. – ¡No le preguntes esas cosas!

-          Perdón. – dijo arrepentida, aunque Angelo fuera más pequeño que ella debía reconocer que a veces tenía más luces. – Bueno, te toca Hayato.

-          ¿Yo? – preguntó señalándose a sí mismo. – Bueno, Tsunayoshi-san, ¿Cómo es que hablas italiano tan bien si eres japonés? – ciertamente le picaba la curiosidad y ahora que lo pensaban a los demás también les picaba bastante.

-          Pues, como me ignoraban o me molestaban la mayor parte del tiempo, usaba mi paga para comprarme libros y CDs, la verdad como no tenía amigos podía concentrarme en estudiar idiomas. – respondió el chico, Angelo quién estaba a su lado le dio una palmada en la espalda.

-          Eso es pasado Tsuna, ahora nos tienes a nosotros. ¿Verdad? – preguntó mirando a los otros dos, Aria sonrió dulcemente y Hayato, aunque ruborizado, asintió rascándose la nuca. – También tienes a papá, a mamá, al tío Fon, a la tía Luce, a Collonelo, Lal Mirch, Mammon, Verde y Skull.

-          ¡Es verdad! ¡No te preocupes, no volverás a estar solo! – le dijo Aria con una resplandeciente sonrisa muy parecida a la de Luce. – Venga Angelo, es tu turno de preguntar.

-          Bien, entonces… - empezó el chico moreno a formular la pregunta para su hermano menor. Tsuna por su parte volvía a estar rebosante de felicidad, todos le querían, estaba tan, tan feliz que sentía que su corazón podría explotar por el desbordante sentimiento. Le gustaba sentirse querido

.

.

.

-          ¡Sieren! – llamó la mujer de ojos azules a su compañera quién estaba salteando unas verduras para la salsa mientras ella se ocupaba de vigilar el tomate, tuvo que levantar la voz debido al chisporroteo de la sartén y el trajín de la cocina. - ¡Están llamando a la puerta! – la avisó, la albina quitó la sartén del fuego y la puso en una tabla de madera, se limpió las manos en el delantal y fue al panel de control para abrir al coche negro que pedía paso.

-          Listo. – susurró para volver a su trabajo, le daba igual quién fuera tenía demasiado trabajo por hacer como para preocuparse por eso. Volvió a los fogones y terminó las verduras para, al instante siguiente de haberlas puesto en un plato en espera para ser sacado sobre la mesa junto a muchos otros, se dispuso a recogerse el pelo en un moño alto del que escaparon algunos mechones, se veía joven con el pelo recogido aunque realmente lo era, al misma edad que Reborn y unos meses más pequeña que Fon y Luce. – Luce ¿Está lista la salsa de tomate?

Mientras tanto Reborn terminaba de poner las mesas, los manteles, platos, cubiertos y servilletas de papel, también había puesto algunos platos, principalmente los que se servían fríos y varias fuentes de pan repartidas por las mesas.

-          No pensé que te vería haciendo algo así algún día. – comentó con un tono juguetón el hombre de la trenza mientras Reborn se giraba para fruncir el ceño. – Vamos, no te enfades por hoy. – le recomendó Fon a su amigo de la infancia con una pacífica sonrisa. – <<Kyoya no te escondas; sal, no muerde, aunque lo parezca. >> – le pidió al niño detrás suya, quién se asomó un poco para volver a esconderse cuando vio la cara molesta de Reborn.

-          La última parte no hacía falta Fon. – le reprochó el del sombrero dirigiéndose a la cocina. – Los niños están en la habitación de Angelo.

-          ¿Te importaría llevarlo? – preguntó el de la trenza, al oír eso paró en seco su paso y lo miró como si le hubiera salido otra cabeza. – No me mires así, quiero saludar a Ren y él no sabe dónde está la habitación de Angelo. – respondió a la pregunta no formulada, el otro chasqueó la lengua, dejaría que se saliese con la suya porque seguramente encontraría la forma de hacer que Sieren lo regañase por no ser bueno con él, siempre se salía con la suya, además de ese estúpido apodo por el que se dirigía a su esposa. ¡Argh! Le estaba recordando demasiado a esa ocasión en la que por primera vez quiso matar a Fon.

-          Ya me las pagarás Fon. – le advirtió antes de echar a andar al cuarto de su hijo con el niño que acompañaba al chino detrás. El mayor sonrió y echó a andar hacía la cocina, donde encontró a su amiga Luce y a su querida Ren, ah, como le gustaba salirse con la suya.

Mientras tanto Reborn abría a la puerta de la habitación de sus hijos y pasaba con Kyoya detrás de él. Los niños pararon de hablar y se giraron a mirarlo, señaló con su pulgar a quién estaba detrás suya.

-          Os lo dejo aquí, no se peleen. – les advirtió y salió por la puerta antes de que el chico de ojos grises procesara lo que estaba pasando.

-          ¿Cómo te llamas? – fue la primera pregunta que escuchó, venía de parte de Angelo.

-          <<No les entiendo>> - dijo en japonés el pequeño, Tsuna, el único bilingüe de la sala tradujo la pregunta para Kyoya.

-          <<Te preguntamos cómo te llamas. >> – le dijo, el chico de ojos metálicos se quedó sorprendido y descolocado, ¿Sabía hablar su idioma?

-          <<Me llamo Hibari Kyoya. >> – le contestó al castaño sin salir de la impresión aún, el chico lo tradujo al italiano para los demás.

-          Dice que se llama Kyoya Hibari. – le comunicó, pronto el juego de las veinte preguntas quedó olvidado dejando sin siquiera formular la última pregunta de las veinte. – <<Me llamo Arcobaleno Di Notte Tsunayoshi. >> - le dijo al chico señalándose, fue señalando uno por uno a los demás niños quienes llegaron al tácito acuerdo de que Tsuna sería su traductor el resto del día. Le explicaron por qué tenía dos apellidos en vez de uno también explicó que había sido adoptado hace poco y que el motivo de la reunión era que conociera a sus tíos. Después de eso empezaron a contar anécdotas divertidas las cuales Tsuna traducía para Kyoya, así entre risas y dos idiomas pesaron el rato.

.

.

.

-          Ren. – llamó el moreno, a Sieren se dio la vuelta con tal rapidez que por poco se le cae lo que había en la sartén. – No te apresures, las prisas nunca son buenas en la cocina. – la chica dejó la lumbre y corrió a abrazar a Fon, el chino correspondió el abrazó al momento, Luce terminó lo que había en la sartén por la otra.

-          Yo de vosotros me separaría, si Reborn os ve creo que tendremos un par de balas perdidas por la cocina. – les aconsejó con picardía mientras servía el solomillo recién sacado de la sartén que Sieren había dejado sola. La pareja se separó sabiendo que la mujer del tatuaje tenía razón en cada palabra.

-          ¿Cómo has estado? – preguntó la de ojos verdes terminando de poner la guarnición en el plato de los solomillos.

-          Bien, China se ha vuelto un país un poco extraño. – le contestó el de la trenza mientras olía los platos calientes sobre la gran mesa, la cual se estaba quedando sin espacios. – Veo que sigues cocinando tan bien como siempre, puede que incluso mejor, parece que la alumna por fin ha superado al maestro.

-          ¡No te burles! ¡Me costó aprender! – le replicó la otra molesta mientras le amenazaba con una cuchara de madera que había usado para remover el ajo-blanco.

-          No lo hago. – respondió el otro con una sonrisa y las manos en alto, en ese momento Reborn entró en la cocina y cogió la cuchara que sostenía Sieren, la lamió.

-          Muy rico. – dijo mirándola con esa mirada penetrante y esa sonrisa de conquistador que guardaba para ella.

Luce ya no sabía si llorar o reír, por un lado Fon y Sieren habrían hecho una encantadora pareja, con divertidas riñas que duraban minuto y medio a lo sumo, llena de tranquilidad y confianza, un sereno y enamorado matrimonio, el sueño de toda mujer; en cambio con Reborn, con quién estaba Sieren casada, daban ganas de suspirar, la relación que tenían como matrimonio era algo así como una novela de suspense, podían pelearse y no hablarse durante días, de hecho pasaba, entonces cuando Reborn pensaba que ya había durado suficiente era guerra fría entre ambos donde ambos se hablaban con comentarios mordaces, si es que se hablaban, se la llevaba unos días, quizás hasta una semana, dejándole a ella con Angelo y volvían reconciliados. Sinceramente nadie pensó que ese matrimonio durara más de unos meses y allí estaban, tan distintos como el día y la noche y con un hijo en común. Negó con la cabeza ante ese pensamiento, cada vez que Fon y Reborn se encontraban era como si volvieran al pasado cuando Reborn aún la había conquistado y Fon estuviese más cerca de su corazón de lo que ninguna otra persona estaba, era como una estúpida guerra sin sentido ya.

-          ¡Basta! – exclamó la chica con un ligero enfado. – Bien señores, ya han hecho suficiente, ahora poned los platos u os tiró a la piscina con un bloque de hormigón atado a los pies.

-          Sí señora. – respondieron al unísono, se miraron y sonrieron encogiendo los hombros, y ahí estaba, después del numerito siempre había una amenaza de parte de la albina y una orden que los obligara a centrarse en otra cosa, se miraban y declaraban la paz por esa ocasión. Era como una especie de estúpido ritual que tenía ese extraño trío.

Llamaron al timbre de la verja, Luce se tomó la libertad de abrir viendo que no eran otros que Colonello, Lal, Mammon y Skull. Mammon se había ahorrado el transporte yendo con Lal y Colonello, Skull venía en una moto justo detrás de ellos.

-          Parece que todos estamos aquí. – le avisó a Sieren. Ella sonrió y se quitó el moño, apagó los fogones y le pidió a Luce que la ayudara con las copas, ya que ella iba con un plato en cada mano, ella se llevaría una copa para cada uno, ocho copas.

Notas finales:

Espero que os haya gustado, no sabía como hacer aparecer a Kyoya, así he tomado ventaja de que es japonés.


Si queréis regañarme por mi lentitud vale, hacedlo, me lo merezco. Pero, tengo fics que no he actualizado en un año y los que hayan leído eso fanfics y esperen continuación si me van a querer matar, no digo que me deis las gracias por actualizar, más bien soy yo quién os da las gracias por leer mi historia. Lo que quiero decir, gracias por seguir leyendo mi historia y sí, haré la pareja para Tsuna poruna encuesta, pero eso todavía queda muy lejos, primero tiene que conocerlos a todos y empezar a conocerse.


NO me gusta que a los dos días de conocer al otro se enamore perdidamente, lo siento no me parece en absoluto realista, y si me estoy tomando la molestía de escribir paso a paso como Tsuna supera su trauma infantil, porque no creo que nadie me vaya a negar que tiene un trauma y uno de los fuertes, mucho, el romance va a aparecer de un día para otro, no, de eso nada, además eso le da emoción, ya que en cualquier momento puedo cambiar de opinión y ponerle otra pareja, las votaciones continuaran hasta, practicamente el final de la historia, también podéis votar por Angelo, aunque os lo digo desde ya esa es una pareja poco probable.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).