El cielo más grande
5.- Viejos conocidos
Narrado por Tsuna
Me sentí avergonzado cuando Colonello-san me dio un beso en la mano, yo siempre he sido alguien tímido por lo que una acción tan repentina como esta, me pone más que nervioso.
- ¿Qué haces? – le preguntó Reborn un poco molesto
- Es solo un saludo – respondió mientras levantaba su mirada hacia la mía y me sonreía de una manera extraña
- ¡Eso no es lo que pregunté! – dijo furioso
Colonello-san lo miró sorprendido y poco a poco una sonrisa burlona se formó en su rostro. Reborn entrecerró los ojos, tomo mi muñeca y me jalo consigo al corazón de la fiesta.
- No puedo creerlo – dijo en voz tan baja que me sorprendió haberlo escuchado.
- ¿Reborn? – me agarró con más fuerza hasta producirme dolor y luego me jalo hacia él con fuerza, subió mi mirada con sus manos y me dijo:
- ¡No vuelvas a dejar que te toquen fácilmente! – sus ojos eran tan serios y fijos a los míos que no tuve otra opción que asentir un poco asustado.
Lo miré sorprendido. El me miró de la misma manera y luego chasqueo la lengua con fastidio. Me tomo la mano de nuevo y continuamos caminando.
Llegamos al centro de la fiesta. La gente se multiplicaba cada vez más. Aun no puedo creer que sea pariente de mi abuelito, yo soy tan tímido y solitario, no tengo tantos amigos.
- Reborn-kun – escuchamos a mi abuelito llamarnos y Reborn no tuvo más que acercarse a él. – ¿Están divirtiéndose?
Mi prometido sonrió.
- Es una fiesta esplendida, es tan suya.
- ¡Oh! – Mi abuelito comenzó a reír - ¡Me alagas! – sonrió y de pronto me di cuenta de que yo no existía en esta conversación.
No es que no me hubiera dado cuenta antes, pero a mi abuelito, el noveno, siempre pareció interesarle más Reborn que yo. No me siento celoso, entiendo que yo nunca podría ser tan bueno como el, pero me entristece un poco.
Creo que más que el hecho de que yo quisiera conocer a Reborn, la fascinación de mi abuelito a mi matrimonio con él desde hace mucho tiempo me llevó a querer complacerlo y entonces compartir un poco de esa admiración con mi esposo.
Pero la verdad es que me gusta Reborn. No debo llamarlo amor, aunque debo confesar que cuando lo vi por primera vez en el aeropuerto, la frase que llego a mi mente en ese momento fue: “Amor a primera vista”
Lo primero que me intereso en Reborn es su presencia y el cómo puede hacerse el protagonista de un cuento que no es de él. Tengo miedo, los sentimientos que estoy sintiendo por Reborn son nuevos y me asustan. Crei que lo que sentiría por el seria envidia, pero ahora…
Miré a Reborn, era hermoso, me ruborice al mirarlo, mi corazón estallaba dentro de mi pecho, sentía unos mareos extraños y de pronto todo mi cuerpo se puso caliente.
Su mano en mi muñeca me quemaba, tenía miedo de que el sintiera mis latidos por medio de mis venas.
Su mirada era extraña, miraba a mi abuelito con tanta admiración, quisiera que él también me viera así. No, quería que no solo me viera así, quería que me viera como yo lo estaba viendo, con un amor desorbitante.
Sacudí mi cabeza como negación. Tan solo lo primero ya era pedir demasiado. Reborn solo está conmigo por mi abuelo, quisiera que estuviera a mi lado porque él lo quiere.
Suspiré, pero ninguno de los dos lo notó, ambos estaban tan centrados en la charla del otro, yo no era más que un personaje secundario en esta escena.
- ¿Por qué suspiras? – una voz se hizo presente, al principio no sabía de quien se trataba, pero luego miles de recuerdos llegaron a mi cabeza.
- ¡Ah! – volteé a la dirección de la voz y choqué con el portador de esa voz.
Sus ojos grises siempre me habían parecido impactantes, pero ahora esos ojos se habían combinado con una sonrisa espectacular.
- Hi… ¡Hibari-san! – me zafé exitosamente del amarre de Reborn y me acerqué al único que fue mi amigo en Japón.
- Tsunayoshi – acarició mi mejilla con delicadeza. – Me alegro de verte de nuevo – asentí emocionado de su estancia ahí y luego sin poder controlarlo me lancé a abrazarlo con fuerza.
- ¿Hibari-kun? – mi abuelo reaccionó muy tarde - ¿Eres tú?
Me separé de él.
- Así es – se inclinó respetuosamente – es un regocijo verlo tan pronto – mi abuelito sonrió nerviosamente y asintió
- Igualmente…
- Tsunayoshi – me llamó Reborn que había permanecido en silencio mientras nos saludábamos – Ven aquí – me brindó su mano.
Me acerqué confundido y la tomé. Me agarro con tanta fuerza que pareciera que quería fusionarlas.
- ¡Oh! ¡Es cierto! – mi abuelo pareció recordar algo y de inmediato los presentó – Hibari-kun, él es Reborn-kun, Reborn-kun, él es Hibari-kun, aunque ustedes ya se conocen.
- Asi es – la sonrisa de Hibari-san de pronto desapareció y regreso a la seriedad de siempre junto a un anormal cúmulo de enojo. – Es un placer verlo después de tanto tiempo.
Mire a Reborn, su rostro estaba como un asesino tratando de ser discreto y luego sonrió orgulloso.
-Lo mismo digo
Vi que se tomaron la mano y sonrieron, pero había algo que me decía que las cosas iban mal. Sentí que podía escuchar una música de tensión, sus ojos no sonreían y me preguntaba por qué las cosas se habían tornado así, cuando apenas se habían conocido.
- No sabía que lo conocieras – me dijo Hibari-san
- Bueno yo…
- Soy su prometido.
Los tres miramos impresionados a Reborn, quien no parecía estar ni un pelo arrepentido de lo que acababa de decir, al contrario me sujeto con mayor fuerza y su mirada matadora se dirigió a Hibari-san que se veía realmente molesto.
- Reborn – susurré. Tenía un poco de miedo de que si hablara más fuerte Reborn se arrepentiría.
- ¿Hitman-kun? – una voz dulce de nuevo rompió la conversación
Vi a una mujer elegante que a simple vista se le notaba la nobleza y gentileza que seguramente la caracterizaba. Su cabello índigo, y los ojos del mismo color eran tan hermosos, tan vivos, dulces, brillantes y grandes que parecía verse un cielo hermoso y puro,
Aunque estaba embarazada, tenía un cuerpo delgado y frágil. Nos sonreía y nos dejaba ver sus dientes como perlas. Era sin duda la mujer más hermosa que hubiera visto en mi vida.
- Luche… – Reborn susurró claramente quebrado. Lo mire y abrí mis ojos con sorpresa al ver que mi estoico Reborn estaba como un débil pececillo.
- Eres tu Reobrn-kun – se acercó a aquel que habia aceptado ser mi prometido y lo abrazo cuidadosamente
- Luche – cerró los ojos y luego senti el calor con el que Reborn había correspondido a su abrazo.
CONTINUARA…