El cielo más grande
7.- La perfección al alcance de mis dedos.
Narrado por Tsuna
Me encontraba en mi departamento acostado, mirando al techo con suma reflexión. De pronto mis mejillas se acaloraron cuando recordé lo que había vivido unos momentos atrás y sin querer entré en un sentimiento de felicidad y nerviosismo.
Me acosté de lado abrazando mi almohada.
Hibari-san había confesado que me amaba desde hace varios años. Era algo increíble y que sin duda me avergonzaba.
Recordé los años pasados, cuando vivía en Japón acompañado de su amistad. Jamás pensé que aquel hombre estoico y apuesto se hubiera fijado en mí, nunca me di cuenta. Recuerdo que en aquellos años Hibari-san era muy perseguido por las mujeres que lo rodeaban y en consecuencia casi siempre me lanzaban miradas llenas de odio –recordé a Bianchi- ya que yo era la única “mujer” cercana a él.
- Hibari-san – susurré con tristeza.
Quizá si me hubiera dado cuenta de sus sentimientos antes de enamorarme de Reborn, me hubiera lanzado a sus brazos sin dudarlo.
- Maldición – me tapé con las sabanas y maldije a mi abuelo que ahora me había puesto en una posición bastante difícil.
Escuché que sonaba mi celular y sin mucha motivación me atreví a contestar sin fijarme en quién era el que me llamaba.
- ¿Hola?
- ¿Qué es lo que harás? – mi corazón se detuvo cuando pude escuchar la voz de aquel con quien recién estaba pensando.
- ¿Hi-Hibari-san? – me senté en la cama con rapidez completamente nervioso. Estaba tembloroso e indeciso si colgar o no.
- ¿seguirás las ordenes de tu abuelo? – me preguntó serio y ligeramente preocupado.
- Yo… no puedo negarme – le dije con las mejillas enrojecidas a tope.
- Me alegra escuchar eso – escuché que suspiraba aliviado
- ¡Hai! – seguí en la línea pero el silencio entre ambos era frio. – si eso es todo…
- Tengo algo que decirte – me interrumpió – Tu sabes que aquel otro hombre está solo encadenado a ti ¿verdad?
- … - baje la mirada con tristeza.
- Yo estoy en este juego solo y solo por una razón – sus palabras me llenaban de algo así como adrenalina – Te amo – sentí como algo apuñalaba mi pecho y por ende suspire sin querer – y esa es una suficiente razón
- … - me mordí los labios y sentí unas terribles ganas por llorar pero no lo hice
- Eso es todo. Que tengas una buena noche, mañana estaré ahí puntualmente – me confirmó
- Gracias – fue lo único que atine decir y luego colgué con los dedos temblorosos.
Deje el celular en la mesita de noche y puse mi cabeza en mis rodillas. Necesitaba hacer algo. Este hombre no merecía que yo lo rechazara… pero Reborn…
De nuevo el celular sonó y esta vez tuve el cuidado de mirar quien era. Saqué los ojos impactado de ver aquellas letras que decían Reborn.
Lo tomé cuidadosamente y tragué saliva con nerviosismo. Entonces me armé de valor y contesté.
- Dame-Tsuna – se escuchaba enojado.
- ¿Q-Que pasa Reborn? – le pregunté confundido y nervioso al mismo tiempo.
- Será mejor que te pongas en el pecho un maldito cartel que diga “propiedad de Reborn”
- ¿Eh? – me sentí como en un sueño escucharlo hablar así. Parecía bastante enojado y lo que me estaba diciendo… Reborn es demasiado cruel.
- Te digo que no dejes que ese estúpido de Hibari Kyoya te ponga un solo dedo encima ¿me entendiste? – sus palabras me llenaban de esperanza y una agridulce felicidad.
- Reborn tu eres… - me mordí los labios y mis lágrimas cayeron como ríos por mi cara
- ¿Qué dices? – sonreí para mí mismo, era imposible dejar de amarlo.
- Yo solo soy tuyo – le respondí tratando de controlar mi sonrisa. – Eres el único
- Así esperó – me respondió ligeramente tranquilo
Sentí el silencio que nos acompañaba, a diferencia de Hibari-san nuestro silencio era cálido, al menos para mí.
- Mañana te veré ahí – asentí para mí mismo
- Hai, te estaré esperando – mi corazón daba vuelcos de alegría, era mejor que una canción para dormir escuchar la voz de mí ser amado.
- Duerme bien – abrí mi boca sorprendido pero antes de decir algo, Reborn había colgado.
Me sentí eufórico y con ganas de saltar en la cama como si no hubiera un mañana. Creo que Reborn no entendía lo muy feliz que me estaba haciendo.
- Te amo Reborn – le di un beso a aquel aparato blanco.
Me acosté de nuevo y con una sonrisa estúpida en la cara, no pude dormir bien esa noche.
A la mañana siguiente.
- Es un placer tenerte por aquí Luche – dijo mi abuelo emocionado de la estadía en la mansión de aquella mujer tan bonita.
- Gracias por abrirme las puertas de su casa – respondió con aquella sonrisa de la que nadie se cansa – Estoy emocionada por comenzar a trabajar con Tsuna-chan
- Perfecto, de cualquier manera estaré atendiendo asuntos bastantes delicados en mi oficina – me miró como si yo fuera el culpable de ello – siéntete con la libertad de tu casa
Se despidieron con leves inclinaciones y luego ella y yo nos quedamos solos en la habitación de música.
- Bien ¿comenzamos? – me pregunto gentil
- Si
- ¿Has practicado alguna vez con el piano? – asentí
- Practique hace mucho tiempo en una escuela en Japon, aunque no soy muy bueno – ella me sonrió y luego se dirigió a aquel enorme instrumento
- Seguramente es porque te sentías presionado por aprenderlo – se sentó frente a él y levantó el cubierto – el piano se aprende cuando amas su sonido – luego comenzó a tocar una melodía que me era desconocida y conocida al mismo tiempo.
Cerré los ojos y recordé el sonido… no música que estaba emitiendo. Es la melodía de un hermoso recuerdo, mi madre tocándola mientras papa y yo la escuchábamos emocionados de lo hermosa que se veía tocando.
Sonreí, era la música de mi madre.
Cuando me di cuenta ya había terminado la melodía y Luche me miraba sonriente.
- Lo siento, no estaba dormido
- Lo sé – me dijo feliz – tienes el mismo oído que tu abuelo
Me sentí un poco avergonzado.
Me brindo su mano para sentarme junto a ella y comenzar a recordar lo maravilloso que es el mundo de la música.
Narrado por Reborn
El noveno nos había citado para discutir el compromiso de Dame-Tsuna. Era molesto pero había algo que me inquietaba al pensar en dejarle a ese niñato de Hibari Kyoya ese puesto.
- Bien – dijo el anciano cuando nos tenía a ambos senados frente a él. – díganme sus motivos por querer casarse con mi nieto ¿Hibari-kun?
El mencionado se veía tranquilo. Con las piernas y brazos cruzados dudo un momento pero finalmente habló.
- Porque lo amo – respondió seco sin ningún tipo de arrepentimiento.
El anciano lo miró un momento serio, al igual que yo me parecía imposible creer en algo como eso, pero Hibari Kyoya no necesitaba más para convencer a las personas. Estaba enamorado de Dame-Tsuna.
- Ya veo – el anciano asintió y sonrió complacido de la respuesta que había dado y luego me miró a mí.
- Supongo que quiere mi respuesta
- ¿Por qué te quieres casar con Tsuna?
- … - me quede un minuto pensando, el ingenio que tenía me había abandonado en un momento crítico pero finalmente las palabras salieron – Cuando lo conocí no tenía el mínimo interés en casarme con él, pero desde entonces he podido conocerlo un poco más.
Me miró dubitativo.
- Sinceramente pensé que sería un inútil, pero lo que he conocido de él no solo me dice lo contrario, sino que me ha dejado lo suficientemente intrigado como para querer conocer más de ese niño – no estaba mintiendo – quizá el casarme con él sea algo precipitado por ahora – me levanté – por eso le ruego que posponga la boda un poco más para que pueda casarme totalmente seguro de que lo amo
Los ojos de los dos presentes se quedaron atónitos. Me miraron como si fuera una clase de extraterrestre, pero lo que decía no era mentira, me había dado cuenta que ese niño era demasiado atractivo e interesante.
- ¡Vaya! – exclamó el noveno – nunca creí escuchar algo así de ti Reborn-kun – me dijo satisfecho – haré lo que me pides, pero espero que no sea tiempo perdido. – me advirtió
Al parecer la simpatía del noveno hacia mí me era una carta a mi favor. Miré por encima a Hibari Kyoya quien me veía molesto pero sin la mínima intención de rendirse.
- Gracias
Salimos de aquella habitación. Hibari Kyoya molesto salió de la mansión de inmediato echando humos, mientras que el noveno se retiró de igual manera a atender asuntos importantes.
Mientras yo también caminaba hacia la salida pasando antes por el baño. Una agradable melodía inundo mis oídos.
No podía haber otra persona en este mundo que pudiera tocar el piano de manera tan sofisticadamente.
Me di cuenta que el sonido provenía de cierta puerta entre abierta. Me dirigí a ella y me asomé sin vacilación.
Abrí los ojos impactado. Los hermosos dedos que tocaban con tanta perfección y hermosura eran los de…
- ¿Reborn-kun? – me habían pillado y por ende la música paró.
No me atreví a mover los ojos de aquella silueta que ahora me miraba feliz.
- Reborn – su voz emocionada, sus dedos recién librados de la presión de las teclas y su cara iluminada de amor. Me hizo sentir una punzada en el corazón, algo que no había sucedido desde hace mucho tiempo atrás.
- ¿Escuchaste? ¿No fue una perfecta interpretación? – asentí robóticamente, ahora los ojos de ese niño se habían quedado atrapados con los míos
- Fue hermosa – acepté y Dame-Tsuna me miró sorprendido luego se mordió lo labios y se puso rojo como un jitomate después se volteó avergonzado.
Sonreí. Era demasiado perfecto, Dame-Tsuna, era demasiado perfecto.
CONTINUARÁ…