Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Snowy Rainbow por Satommy

[Reviews - 19]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Espero les guste uwu♥

“¿Dónde estás? ¿Por qué no vuelves?”

 

La pregunta que siempre le acosaba en sueños nuevamente hacía acto de presencia en su mente perturbada. Se preguntaba si es que alguna vez tendría respuesta, si alguna vez la persona a quien estaba dirigida aquel cuestionamiento haría aparición delante suyo para darle la razón… ¿Tan mal había actuado? ¿Tanto al punto de haber eliminado cualquier rastro de su existencia?

Sus ojos hicieron una fuerte presión antes de abrirse pesadamente, dilatados y sin enfocar en ningún punto en especial la mirada. Le dolía la cabeza como si se la hubieran golpeado mil y un veces contra la pared aunque, tal vez fuera así, Jongin siempre hacía que su cuerpo bailase sobre la cama, chocando su frente contra la almohada en cada una de las estocadas que daba dentro de su cuerpo, haciéndolo sufrir y gritar por la fiereza y brusquedad de sus embestidas. Pero eso no era suficiente, nunca lo era. Aunque insistiera en ser sádico, buscando alguna reacción más “orgásmica” en su rostro o en su piel, no sentía nada en realidad, el placer que le recorría el cuerpo, el semen que salía disparado de su hombría era tan solo una de las tantas consecuencias y segundos efectos que le producía la cocaína, la única amiga que había logrado encontrar pero que estaba controlada por un amo, ese que lo llenaba de su semilla todas las noches como un trueque, un poco de su blanca nieve, por un poco de diversión sexual ¿Cuántas veces ya habían tenido sexo? Siempre era lo mismo, tal vez por eso Choi no regresaba, por aquella falta de respeto que le tenía a él y a sus sentimientos, por la inmoralidad de las palabras de amor que le escribía siendo que se entregaba en cuerpo a alguien más ¿pero es que realmente podía culparlo?

Sus lágrimas fueron cayendo incesantes por su piel, una tras otra hasta resbalar por el borde de su mentón y humedecer sus blancas sábanas que eran donde iban a parar.

Era impuro, estaba sucio. Era de lo peor. Por ello es que Minho jamás regresaría a su lado.

 

-Me debo ir, nos vemos en la noche

 

La voz de Kai resonó contra su oído, demasiado cerca, demasiado insinuante, su seguridad a verlo era tan clara y obvia, no era para menos, él era su diller y el dinero que le costaba el consumo solo se pagaba con aquel derecho sexual sobre su cuerpo.

 

“Por eso… no vuelves ¿verdad, Minho?”

 

Se cubrió el rostro con las sábanas húmedas que también le protegían el cuerpo desnudo del frío, ocultando su dolor y debilidad ante aquella persona que solo lo veía como su puta. Esperó en silencio, conteniendo sus sollozos con un molesto nudo en la garganta hasta que el sonido de la puerta principal sonó con un pequeño golpe, avisándole que estaba nuevamente solo en su departamento. Contó hasta tres esperando que se alejase lo más posible de su residencia, sorbiendo su nariz y sus ojos más hinchados porque se contenía como fuera de romper en llanto tan de pronto pero igual terminó haciéndolo. Un gimoteo de dolor en su alma salió disparado con fuerza desde sus pulmones. Dolía demasiado ¿por qué tenía pasar por eso? ¿Por qué no era capaz de dejar atrás ya aquel recuerdo? Se sumergía por si solo en la miseria de su vida, en la miseria que él se había molestado en acumular y volver su propio lugar de autocompasión, nadie más que él era el culpable de toda su situación… Quería salir, quería dejar de ser lo que era pero… ¿Dejar atrás a quien fue el amor de su vida? ¿Se podía hacer eso? Se apretó el corazón y tiró de la cama las telas de seda, su cuerpo necesitaba aire, necesitaba escaparse de aquel lugar, ese punto fijo.

 

Minho le había hecho el amor ahí también.

 

Sus ojos se le nublaron de nuevas lágrimas y corrió al balcón, deteniéndose con estrepitoso ruido al tropezar con una mesa de esquina, cayendo al piso adolorido y con un pequeño raspón sangrante en la pantorrilla ¿Por qué no saltar y olvidarse de todo? Sería tan refrescante hallar paz en todo ese maldito juego de la vida, pero era igual cobarde, no podía hacer más que vivir culpándose y lamentándose.

 

“Ven ya…”

 

Pidió como deseo ferviente y adolorido, en cuerpo y alma, se levantó del suelo, mirando a través de las mamparas el paisaje de la ciudad que se abría ante él, en algún lugar de ese basto mundo, estaba la persona que más necesitaba pero que no tenía planeado aparecer ya.

 

“Minho”

 

Un líquido viscoso le hizo volver en sí, a su presente. El semen que Jongin hubo vaciado dentro de su cuerpo estaba resbalando por entre sus piernas con ese cosquilleo desesperante que seguramente, si hubiera disfrutado de su sexo con él, estaría excitándolo de nuevo más fue lo contrario, el sentimiento de culpa y asco volvió a llenarlo, sus ojos hinchados de llanto volvieron a dejar caer sus lágrimas como pequeñas cascadas en su recorrido, humedeciendo todo, incluso las gotas cayendo a su pecho y cintura, perdiéndose solo a la altura de las caderas. Dolía analizar su realidad.

La ansiedad de la abstinencia le dio las fuerzas suficientes para moverse y a pasos torpes empezó a caminar a su habitación, vislumbrando el hermoso paquetito en su mesa de noche adornando aquel lugar junto a la fotografía del pelinegro aquel que aún lo perseguía. Sacudió la cabeza y trató de ignorarlo, necesitaba inhalar algo de cocaína para “revivir”. Cogió el pequeño envoltorio y lo abrió con delicadeza extrema, había una bolsita transparente dentro, junto otras tres más pero solo tomó una.

 

-Lo siento Minho…

 

Le dijo a la fotografía con la mirada baja, ni siquiera tenía el valor para mirarlo aunque no fuera más que una imagen estática que jamás podría responderle por más que esperara oír su voz de esos labios pequeñitos y que sus ojos cobrasen un color vivaz para regañarlo. No había manera, ni siquiera en sus alucinaciones lograba invocarlo, solo eran sus sueños los que lo traían a él.

Su mirada se enfocó otra vez, despertando de su trance y depresión, era como un parpadeó que lo traía a la realidad constantemente y su mente siempre huyendo, era un vaivén de nunca acabar, una montaña rusa entre muerto en vida y vivo muerto.

Cerró la puerta del baño al ingresar, su lavamanos pulcro como nada en su casa, hecho de un material tan duro y compacto que era el mejor sitio para poder aspirar la droga. Vació el polvito y con la uña del dedo meñique trazó una línea, inclinándose para poder saborear su medicina, su gran amiga.

 

Pero la sangre le fue traidora y goteó de su nariz, sus dientes chirriaron con fastidio, alguna de sus vasos sanguíneos se había reventado y ahora tendría que lidiar con ello y no tener energía para la mañana, justo hoy que debía volver a trabajar.

Pensó lo más frío que pudo, en realidad lo mejor que podía hacer era empezar a entrar en abstinencia, limpiarse la sangre, empezar de nuevo. A fin de cuentas, lo que peor le hacía era inhalar porquerías pues aunque tuviera dos horas de alegría, se veía luego todo un día de mierda que le atormentaba y hacía pesar el recuerdo de seguir vivo. Apretó los ojos y se sentó en el inodoro, le dolía la cabeza de manera palpitante y la sangre seguía cayendo, las gotitas se habían vuelto ahora toda una hemorragia y debía pararla de inmediato. Palpó a ciegas la pared y tomó el rollo de papel higiénico, tomó un extremo y lo giró rápido hasta envolver la mano en este, quitando luego todo el montón para presionarlo contra las fosas nasales, parando con el sangrado y echando la cabeza hacia atrás.

 

Todo se le nublaba, todo le dolía, la cabeza le reventaba llevaba ya diez minutos en esa posición, tratando de asegurarse que no había más sangre que quisiera derramarse fuera de su sucio cuerpo. Quitó el papel empapado de rojo carmesí y ya sin ánimos de meterse nada, se introdujo a la ducha, abriendo el grifo de agua fría para que todo lo que llevara encima se limpiara, siquiera podía fingir con ello que el agua se llevaba todo lo malo de su interior.

 

----

 

-Taemin, ¿estás bien? - Jinki se acercó a su cubículo con algunos papeles, poniéndolos en el lugar de “Urgente”- Sigues con esa cara de no haber dormido un año

-Sí… estoy bien – mintió, cogiendo aquella carpeta de manila para observar su contenido, un documento especificando las cláusulas de una minuta, ese documento previo que deberían de firmar antes de cerrar contrato - ¿Esto lo mandó Eunhyuk?

-¡Taemin! – el mayor le tiró un pequeño golpe en la cabeza, mirándolo mal – ¡Aunque sea tu primo no debes dirigirte así a él! Es tu jefe y el dueño de la compañía…

-No, mis tíos son los dueños – le corrigió tranquilamente, abriendo el programa para redacción - ¿Por qué sigues acá?

-Antes… ah, olvídalo – se encogió de hombros – No abuses del favor que tus padres te hicieron metiéndote a trabajar acá, debes acordarte que tienes que finalizar tus estudios

-¿Ya salió tu lado maternal nuevamente? – lo miró perspicaz – Prometo hacer algo pronto, mamá

 

Onew le hizo mala cara y se fue con pasos rápidos, había tratado más de un año en ser amigo de él pero siempre eran respuestas sarcásticas las que llegaba a tener, nunca escuchando algo más íntimo de su parte. Lee se volvió cuidadoso en extremo con su vida privada cuando terminó su relación con aquel tipo que se supone, amaba; también fue justo en ese mismo tiempo que empezó a cambiar con una personalidad más cerrada y sarcástica, no era del todo un pesado, pero sí negativo y depresivo… Él no era ni la sombra de lo que fue.

 

----(FLASHBACK)----

 

-Tae…

-¿Eh? ¡Eh! No hacía nada, lo juro - el castaño aludido trató de ocultar su celular pero éste salió disparado de sus manos, dando tres volteretas en el aire y cayendo al piso con fuerza - ¡Ah! ¡Minho hyung!

 

Chilló como si hubiera sido un bebe el que se le había ido de las manos y se tiró al suelo a recoger el pequeño aparato, hablándole con rapidez y pidiendo disculpas continuamente.

 

-S-sigues ahí… perdón… lo lamento… - susurraba y una voz en la otra línea lo tranquilizó - ¿Te veré en la noche…? Sí, llegaré a las 6 a mi departamento… ¿de verdad? – sonrió amplio, asintiendo – Entonces nos encontramos en la estación… - escuchó algo más y su rostro se iluminó con ilusión – Yo también te amo, Minho

 

No pasó mucho para que cortase la llamada, quedándose atontado viendo la pantallita ya apagada del móvil, fue en ese momento que Jinki se aclaró la garganta para hacerlo reaccionar. Una ceja arqueándose en clara burla de su comportamiento de quinceañera.

 

-¿Tu novio?

-S-sí… - tartamudeó, mirando hacia otro lado para que el mayor no se burlase de él - ¿Qué pasa hyung?

-El jefe quiere los papeles en su mesa, pensé que ya los tenías listos pero parece que no…

-¡A-ah! Lo lamento… es que me llamó y… mañana cumplimos siete meses, yo… - frunció los labios en un puchero – Ahora los termino…

-¡Taemin! Apúrate que son importantes y…

 

Parpadeó sorprendido y empezó a reír, Lee ya había vuelto a su posición y escribía lo más rápido posible, al cabo de 5 minutos ya había terminado.

 

-Gracias – Jinki tomó el papel, evaluándolo – Perfecto… nos vemos luego

 

----(FIN FLASHBACK)---

 

-Bah… algo habrá pasado

 

Concluyó sin más, caminando hasta la oficina de su jefe para terminar de ayudarle con los preparativos de la reunión.

 

El castaño que quedó atrás apoyó la frente contra el escritorio, se sentía débil, tenía demasiada fatiga como para poder concentrarse y aun así, no tenía excusa alguna para salir de esa oficina. Sabía que debía buscar algún estudio para poder mantener su puesto en la compañía pero la universidad a la que había ingresado no era ya de su agrado… Siempre temió de entrar al campus de la Konkuk y ver a Choi después de lo sucedido, tenía la vacante reservada por si algún día se animaba a registrarse pero el tiempo aún pasaba y no le nacía el deseo.

Las horas se le pasaron interminables, después de hacer los documentos que debía y visitar algunas de las propiedades que la constructora de sus tíos habían adquirido, se fue caminando hacia su casa directamente desde la última locación a la que fue con la empresa.

Era la zona norte de la ciudad, un lugar que nunca frecuentaba pues su residencia, su familia y el trabajo quedaba hasta el otro lado así que jamás se había planteado visitar los aledaños de esa ruta hasta ese día. Observaba detalladamente las casas y las zonas comerciales, pequeñas calles concurridas con cafés, karaokes o tiendas de cosas variadas, ninguna terminando de llamarle la atención hasta que vio el cabello negro asomarse en el reflejo de la vitrina que estaba delante suyo y un rostro que más que conocido no solo por sus ojos, sino también por sus dedos y sus labios.

 

-Minho…

 

La mención de su nombre se volvió real y giró de instantáneo hasta donde él estaba conversando con otras dos personas, tal vez amigos de la universidad… ¿Aunque no se habría ya graduado? Sonrió con nostalgia y empezó a sollozar, por fin había vuelto a él, por fin el destino lo traía a su camino para un reencuentro y nuevas palabras, un comienzo fresco para una relación gastada de hace ya mucho tiempo. Esperó paciente a que la luz del semáforo cambiara y cruzó, justo en el momento que él salía con esos desconocidos del pequeño local. Se quedó de pie, justo en frente de ellos como para no pasar desapercibido y por primera vez después de un año, su mirada parda captó esas orbes negras hermosas que le hacían acelerar el corazón, pero no pasó nada.

 

Minho desvió su mirada.

Minho lo esquivó.

Minho caminó de frente.

Minho siguió con lo suyo como si él no existiera.

 

“¿Acaso… ya no me recuerdas, Minho?”


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).