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Volver a caer por SholeSuperKawaii

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Notas del capitulo:

Hooolas..! :DD aqui vengo con la actualizacion del fic :33 Gracias a todas las que pasaron a ller y dejaron sus comentarios..! *--* la Shole es fili con eso :'3 xDDD Este capitulo va dedicado para ustedes n-n

Bueno... ahora las dejo de molestar xDDD y las dejo leer :33

 

Que disfruten..! <3

Los primeros rayos del sol comenzaban a colarse por entre las cortinas de mi habitación, alumbrando tenuemente esta. Mi reloj de mesa marcaba las siete de la mañana, para luego comenzar a sonar. Como todos los días, me había despertado antes de que la alarma tintineara.

-          Makoto – escuché a mi madre llamar a la vez que golpeaba la puerta de mi cuarto – ¿estás despierto?

-          Sí, mamá – le avisé – en seguida bajo.

Después de eso. Escuché como sus pasos se alejaba por el pasillo, seguramente para ir a despertar a los niños.

Me levanté de la cama, tirando las frazadas hacia atrás y encaminándome hasta el pequeño balcón para abrir las ventanas y dejar entrar el fresco de la mañana. Tomé luego mis ropas y me dirigí al baño, para darme una buena ducha.

 

-          ¡Makoto! – me saludó Ran, quien estaba sentada en la mesa tomando desayuno junto a Ren.

-          Buenos días, Ran. Ren – les hice un ademán con la cabeza y les sonreí cálidamente.

-          ¿Cómo amaneciste, hermano? – volvió a preguntarme la pequeña.

Sentí como mi pecho se oprimía al escuchar esa formalidad. “Hermano”, se repetía esa frase en mi cabeza como una mantra, haciendo que la herida en mi corazón no lograra regenerarse ni que mucho menos pudiera se recuperarse. ¿Por qué todo tuvo que terminar de una forma tan…? No sabía cómo completar la frase. Ninguna palabra podía describir el sentimiento de impotencia que sentía en ese entonces. El que tus padres hayan tenido que hacer pasar a tu propia hija como carga suya, para evitar el “qué dirán” o simplemente para poder seguir tus estudios y no dejarlos de lado, para poder darle un futuro próspero a ella.

Pero lo peor de todo era que, ella no sabía nada.

-          ¿Hermano? – me llamó la niña de cabellos castaños y ojos aguamarina.

-          ¿Si? – respondí moviendo abruptamente la cabeza, saliendo de forma repentina de mis pensamientos.

-          Te pregunté que cómo habías amanecido – me dijo extrañada.

-          Lo siento, me había quedado pensando en un trabajo que tengo que presentar hoy en la universidad – le inventé una excusa, sonriéndole únicamente como solo a ella se lo hacía.

-          ¿Seguro? – esta niña siempre tan atenta a todo.

-          No te preocupes – le dije sin quitar aquella sonrisa de mi rostro.

El resto del desayuno la pasamos amenamente, conversando sobre cosas bastantes relevantes, como trabajos de la universidad y que esa tarde después de clases me juntaré con mis antiguos camaradas de natación; Nagisa, Rei y Haru.

 

-          ¡Mako-chan! – me saludó Nagisa cuando nos vio entrar con Haru en el restaurante, quien se encontraba junto a Rei sentado en una mesa junto a la ventana.

-          Nagisa, Rei – les devolví el saludo cuando llegamos junto a ellos. Haru solo se limitó a mirarlos – ¿cómo están?

-          ¡Bien, bien! – me respondió enérgico, agarrándome del brazo y haciendo que me sentara frente a ellos.

De repente, el teléfono móvil de Haru comenzó a sonar, haciendo que todos nos volteáramos extrañados, ¿Haru con su celular? ¿Qué tipo de brujería es esta?

-          ¿Aló? – dijo a la vez que se volteaba un poco dándonos la espalda, tratando de tener un poco de intimidad. Nosotros captamos la indirecta por parte del peliazul y seguimos hablando como si nada hubiera pasado.

-          ¡¿Cómo?! – lo escuché luego gritar un tanto alterado.

-          ¿Haru? – le pregunté un poco extrañado por su repentino cambio de humor, además de qué su imperturbable rostro mostraba una expresión de muy pocos amigos.

-          No es nada – me contestó mientras me miraba rápidamente y tapaba el auricular un momento para que la persona del otro lado no escuchara – escúchame muy bien Rin – volvió a dirigir su atención a su teléfono – no quiero volver a ver su cara por aquí. Ya bastante daño a hecho como para que se digne a aparecerse después de tanto tiempo – susurró.

Esa frase me dejó aún más intrigado, ¿qué se supone que pasó ahora? Para que Haru le hablara en ese tono a Rin, y me dijera a mí simplemente que “no pasa nada” debe ser algo importante.

Lo vi que soltó un suspiro y relajó sus facciones, para luego volver a su expresión de siempre. Un sonrojo adornó sus mejillas mientras susurraba un “yo también te amo” para luego colgar. Sonreí internamente por aquello. La única persona que podía perturbar aquella expresión era Rin, el único que podía hacer que este se mostrara feliz, enojado, celoso, triste, era él, ¿y todo por qué? Porque pudo derrumbar aquella fortaleza que había creado el peliazul a su alrededor. A él es al único que puede mostrarse tal y cómo es.

Suspiré y un millón de recuerdos llegaron a mí. Aquellos momentos en los que pasé junto a Sousuke, los besos y abrazos, sus caricias, sonrisas y miradas, su voz… Dios, como extraño su voz. Las veces en las que decía mi nombre, como solo él sabe hacerlo, los “te quiero” que me susurraba  cuando nos sentábamos en la arena, con el atardecer de fondo, sus ”te extrañaré” que me decía cuando siempre me iba a dejar a mi casa después de una tarde completa junta, los “no quiero dejarte” que me susurraba a pesar de que al siguiente día nos veríamos.

-          No quiero dejarte – esa frase se repetía continuamente en mi cabeza, mientras una triste sonrisa se asomaba por mis labios, y sentía que mi vista mi vista se nublaba – mentiroso – susurré mientras sentía que un nudo se formaba en mi garganta. Oh, Dios, no puedo llorar. No ahora que estoy frente a mis amigos, ¿qué van a pensar al verme así por alguien que me dejó hace nueve años y que no he tenido ninguna pista de su paradero hasta ahora? ¿quién no le dijo nada a la hora que terminó con él? – Makoto, por favor madura de una vez – me repetí mientras me tragaba mis lágrimas y tomaba aire, para poder disolver aquel nudo en mi garganta y me limpiaba disimuladamente los ojos.

Ya es hora de olvidar todo, ¿no?

 

… Que solo quiero olvidarte, que cada uno pueda seguir su camino, recoger los trozos del amor que se rompió. Porque fui un ignorante por pensar que todo es mío y ahora solo me alimento de recuerdos…

La noche cayó sin que me diera cuenta, dejando relucir las estrellas en aquel azulado firmamento. Junto con la oscuridad de mi habitación, estaban cayendo lágrimas de mis orbes color verde mientras pequeños sollozos escapaban de mis labios. Una lágrima más, un momento que no pasé junto a ti.

Creí que esa tarde en la que todo terminó, en la que me dijiste que lo nuestro se acababa y me dejaste solo bajo la lluvia, que todo mi mundo se caería y lo sentí aún más cuando supe de la existencia de Ran. Como dije una vez, tengo los mejores padres del mundo, sin ellos, nunca hubiera podido seguir adelante con mi vida, no hubiera seguido mis estudios en una carrera profesional y no sería la persona que soy ahora.

Pero ni con toda la ayuda del mundo, ni con todo el apoyo de mis amigos y familia, ha podido cicatrizar aquella herida que aún permanece abierta en mi corazón. Aun a pesar de estar rodeado de tanta gente que dice que me quiere, me siento la persona más sola del mundo, pero siento, pero sé, que no debo seguir así. He tratado. Olvidarlo en estos momentos es uno de mis sueños más anhelados. Olvidarlo y volver a ser feliz.

… Y hoy que no estás quiero darte hasta mi vida, hasta lo imposible haría por ti. Volvería descalzo, por recuperar aquellos días. Pero vuelve, si tú no estás todo se me va, menos estas ganas de gritar que ya no puedo más. Vuelve, cuando entenderás que si tú te vas, te llevas mis sueños y no quiero despertar jamás…

 

El día de hoy había quedado de ir a la casa de Haru, ¿por qué? Simplemente porque me invitó. Aunque no voy a negar que me dejó bastante intrigado su actitud del día de ayer y el de hoy. Lo notaba un poco nervioso y furioso, pero cada vez que le preguntaba este no me decía nada y me cambiaba el tema de conversación, además de que ha estado bastante reservado en cuanto al tema que lo tiene acomplejado.

Quiero creer que no es nada importante, que tal vez es solo un problema con Rin, ya que con la persona que había estado hablando el día anterior había sido él, pero por la forma en la que se despidieron me hice pensar que el pelirrojo no es el del problema.

Solo espero que no sea nada grave.

 

-          ¿Hermano? – escuché la voz de la pequeña Ran al otro lado de la puerta de mi habitación, a la vez que golpeaba la puerta. Su voz sonaba un cuanto afligida.

-          ¿Qué sucede, Ran? – le pregunté cuando abrí la puerta, y divisarla al otro lado.

-          ¿Puedo hablar contigo? – dijo en un tono un tanto sospechoso.

-          Claro – asentí – pasa – me hice a un lado para dejar que la pequeña de aguamarina ojos entrara.

Entró mientras veía hacia todo los lados, tratando de cerciorarse de que nadie la viera entrar. Me dio un pequeño tic en el ojo al ver su sospechosa actitud. “Quizás en que problema se habrá metido esta pequeña angelito” pensé enternecido. Si bien Ran podía tener un carácter de lo más fuerte, en el fondo era una niña que necesitaba protección y cariño, aunque trate de demostrar lo contrario.

-          ¿Qué fue lo que sucedió? – comencé preguntando mientras los dos nos sentábamos en mi cama.

-          ¡¿Eh?! – exclamó sorprendida, como si de verdad  la estuviera atrapando en alguna travesura – nada que ver – me comentó – es que… tú sabes que ya se acerca el día del padre – comenzó explicándome – así que te quería preguntar si me acompañarías a ir a comprar el regalo de papá.

-          Por supuesto – acepté sin dudarlo, a pesar de que aquello me dolió en lo más profundo de mi alma.

-          ¡Gracias! – exclamó a la vez que se lanzaba a mis brazos y yo le recibía el abrazo gustoso – ¡eres el mejor hermano del mundo! Te quiero mucho.

-          Yo también te quiero, Ran – le dije a la vez que le daba un pequeño beso en la frente – yo también te quiero.

El reloj ya iba a marcar las siete de la tarde, por lo que el cielo estaba teñido de un anaranjado color, matizado con toques de morados y rojos. Ran ya había abandonado mi habitación hace ya una media hora, luego de que nos pusiéramos de acuerdo de cuando salir junto a Ren para ir a comprar los regalos para el día del padre. En ese tiempo aproveché de darme un baño y preparar mis cosas para salir camino a la casa de mi amigo de infancia. Gracias a que quedaba a solo unos cuantos minutos, no me importaba salir un poco entrada la noche.

-          Makoto, ¿ya te vas? – me preguntó mi madre.

-          Sí – le contesté, mientras tomaba mi mochila.

-          Entonces llévale esto al pequeño Haru para que cenen – me entregó una pequeña bolsa donde traía un trozo de carne envasado y unas cuantas verduras en ella.

-          Gracias mamá – le sonreí, para recibir aquella misma acción por parte de ella. Me acarició la mejilla y se fue caminando hacia la cocina.

Mientras me encaminaba hacia la salida y me colocaba los zapatos, tomé mi teléfono móvil y marcaba el número de Haru, recordando que este me había dicho que cuando fuera saliendo le avisara. No tengo idea de porque quería que hiciera eso, pero yo como un buen amigo solo le hago caso.

-          ¿Haru? – hablé cuando sentí que en la otra línea mi amigo contestaba.

-          ¿Sí? – era la voz de él.

-          Ya voy saliendo – le avisé.

-          Bien, te estaré esperando en la cocina junto a Rin.

-          Bueno – acepté – nos vemos.

-          Nos vemos – y cortó.

Esto se me hizo aún más extraño, ¿qué estará pasando? O más bien, ¿qué me estará ocultando este par de… de novios?

Suspiré contrariado guardando mi móvil en el bolsillo. Inexplicablemente un mal presentimiento comenzó a crecer en mi pecho.

-          Solo debo estar sugestionado por la conducta de estos dos – me dije a mi mismo, tratando de tranquilizarme, mientras abría la puerta de mi casa saliendo de ella.

Ojalá nunca hubiera salido de aquel lugar…

-          Tachibana – aquella voz, SU voz. Oh no.

-          ¿Yamazaki? – mis lágrimas se agolparon en mis ojos. Por favor, no ahora. No después de tanto tiempo.

Mis ojos no me mentían. Frente a mí se encontraba la causa de mis incontables lágrimas, de que mi vida haya dado un giro de 360° y que ahora me encuentre así; débil y al borde del llanto.

¿Cuántas veces te anhelé? ¿Cuántas veces había deseado volver a verte, retroceder el tiempo para volver a aquellos tiempos en los que estábamos juntos y nada nos importaba, más que los momentos que compartíamos? ¿Cuántas veces había querido volver aquellos hermosos ojos aguamarina, escuchar su voz suave y masculina, aspirar su aroma y estar nuevamente entre sus brazos? Ahora que, después de nueve años está frente a él nuevamente, no sabe cómo reaccionar.

Simplemente, no sabe…

… A quien le cuento lo que siento, dicen que el viento del tiempo siempre borra un sentimiento. Pero no, me mintieron, yo a ti no he podido olvidarte. Mi corazón late pero lejos en otra parte de donde estamos tú y yo…

Notas finales:

Les gusto..? x3 les recuerdo que tengo una pagina en Facebook... por si quieren pasarse y dejarme algún comentario/recomendacion/consejo con respecto a este u otros fic's que puedan estar siguiendo *mios obviamente :v* ademas de que ahi hare capitulos especiales, subire fanarts y cosas asi (? xDDD

https://www.facebook.com/SholeSuperKawaii?ref=bookmarks

Bueno... gracias por leer n-n

Besos ya abrazos..! <3


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