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Cuerpo Frío, Corazón Caliente por takeohigurashi

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Notas del capitulo:

¡¡Bien!! Deben darle las gracias a Panda de que este fic se subiera el dia de hoy. Yo queria hacerlo dentro de 4 meses (jajajaja mentira)

Espero que les guste esta continuación. Ya que no tiene ni un mes que terminamos la primera parte >u<)

Espero sus opiniones y a los que se vayan sumando, bienvenidos. No tengan pena y dejen un comentario, me harian inmensamente feliz.

http://takeohigurashi.blogspot.mx/2014/11/cuerpo-frio-corazon-caliente-capitulo-1.html

 

 [Capítulo 1 – Ciudad Zwielicht – Aliados]

 

“Detrás de estas paredes, se ocultan la maldad detrás de bellas sonrisas. La belleza es eterna, pero a cuesta de la vida de muchos. Y la inocencia está prohibida, no si quieres sobrevivir”

 

***

 

[Jason]

 

El rudo movimiento del vehículo, que me hizo resbalar y golpearme contra el suelo, me despertó de mi sueño. Gemí por el dolor en mi brazo, pero lo sofoque en un suspiro prolongado. Me aferre a lo primero que pude y logre colocarme de pie, algo estaba sujeto a mi tobillo, tratando de apartarlo un tintineo se escuchó. Baje la mano hacia la zona, un grillete se cernía alrededor del tobillo, estaba demasiado apretado, una larga cadena se mostraba al grillete, prendida del suelo.

Ahora que lo veía con más claridad mis muñecas tenían unas bandas metálicas, emitían una pequeña luz verde en una parte, no veía más por la oscuridad del lugar. La única luz provenía de una ventana a mi costado, camine hacia ella, aunque el movimiento fue restringido cuando quise alcanzar el marco con grandes remaches, aun así podía ver a través de ella.

Abrí los ojos de par en par, tragando en seco, casi podía sentir mis piernas temblar. Todo pensamiento de esperanza desapareció de mi mente. Este es el fin, Jason.

Lleve mi mano hacia mi garganta, algo metálico hizo contacto con mis dedos y  me aparte. ¿Qué era eso en mi cuello?

Era una delgada banda alrededor del cuello, intente removerla, pero era inútil. Un collar de obediencia.

Viendo a través del vidrio pañoso (sucio) unas grandes puertas se abrieron frente a mis ojos, el muro de ciudad Zwielicht se erguía como una gran muralla, la cual mantenía alejados a sus enemigos y protegía la ciudad.

Me deje caer al suelo, bajando la mirada a mis muñecas

-         ¡¡Déjenme salir, malditos!! – grite, golpeando con mi hombro una de las superficies. Una pequeña abertura frente a mí, pude notar movimiento de alguien.

-         ¡¡Cállate, bastardo!!

-         Déjenme salir, ¿A dónde me llevan? Malditos… - mi voz se acallo al sentir una descarga recorrer todo mi cuerpo. Haciéndome caer al suelo, convulsionándome, me agite, apretando las manos y los dientes, tanto que sentí me sangrarían las encías.

En el suelo, aun con ganas de levantarme y golpear, porque no me iba a quedar quieto como un buen chico. Ese, obviamente, no era yo. Retorciéndome aun, comencé a arrastrarme para alcanzar a llegar a la rendija. Pero el sonido de algo parecido a un rociador comenzó, buscándolo con la mirada, en un segundo pude percibir  una extraña fragancia que flotaba en el aire. Rápidamente mi vista comenzó a nublarse, sintiendo la pesadez en mi cuerpo.

Malditos vampiros con sus estúpidos sedantes.

******************

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los pequeños que estaban en una larga fila, comenzaron a pasar por el escáner, para después ser colocado en uno de los asientos del vehículo de las instalaciones de Crossing DNA Corp. Una hermosa y delgada mujer, que vestía una falda lisa y una blusa con mangas cortas, su largo cabello rubio en rizos era aplacada por una diadema, evidenciando su frente, y con un pintalabios rojo intenso los esperaba dentro, recargada sobre el asiento del conductor con una enorme sonrisa. Contando cabecitas hasta que el vehículo se vio completamente lleno, asintió, dando la orden al conductor. El vehículo comenzó a moverse.

-         Muy buenos días. Yo soy Mina, trabajo en las instalaciones de Crossing DNA Corp, y hoy seré su guía en este recorrido. Espero que lo disfruten. – sonrió de oreja a oreja, los niños sonrieron, alzando los brazos al aire.

Rápidamente ingresaron en un largo y oscuro túnel. Unas pequeñas luces se encendieron, iluminando el túnel. A los costados se veían las instalaciones y como algunos sujetos trabajaban arduamente, algunos estaban detrás de mesas de laboratorio, usando batas blancas. Otros estaban construyendo, al parecer en obras aun sin terminar. Las chispas de la soldadura.

Finalmente el vehículo salió del túnel, siendo cegados por la blancura de las luces. Las expresiones de asombros fueron muchas, al ver como grandes contenedores de acero, que llegaban hasta el techo de la instalación, aparecían en filas a ambos costados. Todos estos tenían una letra escrita en la parte del centro marcada con negro (A, B, O). Científicos encargados estaban revisando las pantallas, discutiendo entre ellos.

La mujer se detuvo, extendiendo los brazos a ambos costados, la sonrisa volvió a su rostro.

-         Bien. nuestra primera parada es… ¿alguien que sepa? – pregunto, uno de los niños del grupo levanto su brazo.

-         ¡Yo!

-         Adelante.

-         Estamos en la Cámara de Almacenamiento. Aquí es donde se guarda todo el alimento de la ciudad, ¿verdad?  - dijo el niño, apretando los labios. Mina sonrió, dejando salir un leve chillido de felicidad.

-         ¡Es correcto! – asintió, girándose, haciéndoles una seña para que la siguieran, mientras iban pasando, Mina continuaba con la explicación, señalándole a los hombres  -  Como verán, nuestros científicos trabajan arduamente para  mantener nuestra fuente de alimento a salvo, para que llegue a nuestros hogares día a día. Nuestros científicos son los más inteligentes, cuentan con  un alto coeficiente intelectual, están sumamente calificados. Además, como sabemos, ellos ocupa un puesto muy importante en nuestra compañía, son sujetos muy respetados de la ciudad, por su ardua labor. Ellos son nuestro motor.  – continuó, indicándoles cada uno de los contenedores, casi dando una vuelta sobre su talón  -  Aquí es donde toda la sangre humana viene a parar. La sangre es analizada y después de un largo proceso, está, pasa a ser almacenada en uno de estos contenedores.

-         ¿Cómo saben a qué contenedor pertenece?

-         Bueno, dependiendo del tipo de sangre. Si es A positivo, va al tanque con el A+, o si es O positivo, va al de O+.

-         ¿Qué se hace con la sangre contaminada por alguna enfermedad?

-         Esa sangre es almacenada en otro contenedor, con el objetivo de poder esterilizarla y cuando sea removido el virus, esta puede volver a formar parte del menú. Nuestras instalaciones tienen lo más avanzado en tecnología y sus métodos para curar enfermedades humanas no tienen comparación. Después de todo, el objetivo de Crossing DNA Corp es mantener la salud de sus clientes, buscando el bienestar. Ok, sigamos adelante.

****************

Dando pasos rápidos, siguiendo a la mujer, que era más rápida de lo que parecía con ese vestido y esos zapatos de punta. Ya casi terminaba el recorrido, después de ingresar a los laboratorios, obviamente solo mirando a través de un vidrio, en el que les enseñaron la disección de un were, continuaron con las bodegas, las oficinas, el comedor, la Sala de Juntas, y la Oficina del Presidente Bateman, que por razones de trabajo, no estaba disponible, pero les daba las gracias por su visita. Ahora solo quedaban dos lugares por ver; La fábrica Strom y la Zona de Contención.

Mina se detuvo mientras a travesaban el largo pasillo, a la mitad, girándose hacia una larga baranda, que  les impedía caer al vacío. Los demás le imitaron, asombrándose ante la hermosa vista de la ciudad que el espacio les otorgaba. Los niños se emocionaron, subiendo en la baranda. Mina señalo hacia adelante, a varios metros abajo, un enorme edificio de color gris, sin ventanas, y que emitía enormes crujidos.

-         Si miran más abajo, podremos ver las instalaciones de la empresa Strom, quien es la encargada de proveernos de energía eléctrica de hecho. ¿Sabían que es la única compañía que  alimenta a toda la ciudad? ¿no es maravilloso?

-         ¡Sí!

Mina sonrió, indicándoles que la siguieran. Los niños detrás de ella. La mujer saco una tarjeta del bolsillo de su blusa, y lo inserto en una pequeña ranura de la pared, haciendo que el muro se desplazara y dos puertas corredizas dejaron al descubierto un elevador. Todos ingresaron en él, sin problemas, puestos que los ascensores de Crossing DNA Corp estaban capacitados para sostener pesos enormes puesto que los que trabajaban en la compañía eran un gran número y normalmente también los utilizaban para transportar materiales pesados.

Mientras bajaban, Mina intento romper el silencio de los 15 pisos que aún les restaban.

-         Ok, ya casi legamos al final del recorrido, así que un cuestionario. ¿sí?

-         ¡SÍ!

-         Ok, ¿Alguien sabe para qué existe la “Zona de Contención”?

-         ¡¡Alimento!!

-         Porque los humanos son entretenidos. -

-         ¡¡Reproducción!! – grito un niño de cabellos rojizos, provocando que sus compañeros comenzaran a reír. y que otros expresaran su descontento con otras expresiones como “¡Yugh!”, “¡Qué asco!”.

-         No, él tiene razón. A ver, dime, ¿Por qué es importante que los humanos se reproduzcan?

-         Mano de obra. Mi papi dice que es porque teniendo humanos, podemos obtener dos cosas importantes.

-         ¿Cómo cuáles?

-         Alimento y mano de obra were.

-         Así es. Nosotros hemos permitido que humanos y weres se mezclen, con el objetivo de mantener sus razas vivas. Para eso creamos la “Zona de Contención”. Ahí es donde mantenemos a los weres y humanos rebeldes que hemos capturados. Los protegemos de sí mismos, de que mueran en el exterior por enfermedades, dentro de la “Zona de Contención” están a salvo. Esta es la única forma de poder preservar nuestra fuente de alimento y a nuestros devotos trabajados weres  que hacen funcionar la fábrica Strom como pago por nuestra amabilidad de dejarlos vivir en nuestro paraíso. Es un trato justo, ¿no lo creen?

-         ¡¡SÍ!!

Las puertas del asesor se abrieron y los niños corrieron fuera, subiendo al vehículo que los llevaría a la “Zona de Contención”.

 

 

************************

 

[Ciudad Zwielicht – Entrada Principal (afueras)]

 

Después de informar a Dale y de esperar a sus subordinados, estaba perdiendo la paciencia, cuando finalmente vio como un grupo de uniformados se acercaban. Levantando la mano para indicarles que eran ellos.

Los hombres se giraron y antes de predecir lo que pasaría, levantaron sus armas, disparando, contra su equipo, nadie pudo reaccionar lo suficientemente rápido y comenzaron a caer. Tratando de protegerse con la puerta del vehículo, los disparos atravesaron esta, sintiendo el ardor en su pecho, cuando miro este, un enorme agujero aparecía, atravesando su cuerpo. La sangre comenzó a escurrir. Cayendo al suelo, de espaldas.

Unos pasos acercándose, se giró hacia el Fledermaus que estaba junto a él. Antes de decirle algo, el cañón de la pistola le apunto y tras presionar el gatillo, cerró los ojos.

*********************

 

[Bosque de los Azules – Cascada]

 

Después de buscar por más de medio bosque, aun no lo encontrábamos.  Estaba seguro que estaba aquí, pero, ¿Dónde exactamente?

Llevábamos más de dos días buscando. Nos habíamos topado con algunos vampiros, pero nada que no pudiéramos encargarnos. Aunque tampoco había sido fácil.

Indicándoles a los demás chicos que se dividieran, para recorrer más terreno, pero sin perder la comunicación. Aun no era del todo seguro. Asintieron y después comenzaron a dispersarse por el terreno del bosque de los Azules.

Solo, sin estar rodeado de los demás, mi cabeza descanso un poco.

Desde la partida de Jason, más bien, captura, la Colonia había estado vuelta un caos. Temiendo lo peor, ser los siguientes, puesto que la traición de Trent no podía pasar desapercibida, comenzaron los problemas internos, peleándose entre ellos al temer que alguno fuera un secuaz de los vampiros.

De no haber sido por la valentía de Jason de mandarles aquella señal, todos habrían sido capturados. Eso les dio un pequeño rayo de esperanza. Pero como siempre, la paz no puede permanecer por siempre. Los problemas se acrecentaron. La desconfianza creció y hubo dos bandos; sospechosos y armados.

Apenas podía creer que pudieran con ellos. La Colonia había sufrido suficiente y con la partida de Jason era peor.

La verdad es que Jason hacía mucha falta, no solo para defendernos, sino para mantener el orden. Teníamos mas revueltas y habíamos tenido que volvernos más represores. No podíamos dejar que todos anduvieran a sus anchas, a pesar de la situación y que teníamos refugio y alimento, las revueltas eran constantes. Decidimos comenzar a volvernos más autoritarios. El primer piso de la Colonia pertenecía a los refugiados, para su recreación y el comedor. Segundo piso teníamos las habitaciones. Tercer piso, artillería, donde guardábamos las armas. Cuarto piso, Reservas, todos los alimentos y demás, necesario para sobrevivir.

Claro que eso no evitaba más conflictos. Pero ahora eran menores. Dado que Jason había desaparecido, decidimos un pequeño Consejo para la toma de decisiones.

Algo que tenía que añadir, era que esta excursión no estaba permitida por el Consejo. Era una búsqueda independiente. Después nos las arreglaríamos con las consecuencias, pero si encontrábamos a Jason, no sería necesario el Consejo.

Necesitábamos a nuestro líder.

Era tonta tal dependencia sobre una persona, si fuéramos otros la habríamos sustituido fácilmente. Pero Jason no era fácil de sustituir. Nadie se le podía comparar en cuanto a ser un estratega. Nos había mantenido con vida mucho más tiempo del que cualquier otro habría podido. Por eso su perdida dejaba un enorme bache en nuestra Colonia.

Removiendo algunos helechos y ramas que estaban regadas por debajo de mí. Hasta el momento habíamos encontrado varios cadáveres, incluido el de varios lobos. Pero ni rastro de Jason, lo que era un alivio.

Había habido una pelea, reciente, no pasando unos días. Y por lo visto, de la enorme cantidad de sangre, había sido muy grande. Un enfrentamiento entre vampiros y weres, solo ellos podrían dejar semejante desastre.

Teniendo sumo cuidado de la superficie, caminar a través de los bosques con esta humedad, era difícil.

Escuchando un ruido, me gire, levantando mi arma. Tragando en seco, sintiendo un nudo en la garganta.  Apunte mi arma hacia la mata de los helechos que seguían moviéndose.

-         ¡Muéstrate o te disparare! – advertí, sintiendo el leve temblor de mis manos.

Perdiendo la poca paciencia, con el dedo en el gatillo, sintiendo como mi corazón fuera a estallar, dispare. El disparo retumbo.

De los helechos salto una liebre, haciéndome caer sobre mi trasero, gritando por la sorpresa. Casi quise golpearme internamente por ser tan cobarde.

Frotando el pulgar sobre mi sien, calmándome un poco. Necesitaba concentrarme y no hacer estupideces. Entrar en pánico no serviría de nada, ¿verdad?

Soltando un largo y prolongado suspiro, pasando la mano sobre mi frente. 

De nuevo los arbustos comenzaron a agitarse. Resople.

-         No voy a caer en eso otra vez. No soy tan tonto. – dije, poniéndome de pie. Notando el pequeño riachuelo que aparecía cerca de los helechos. Dando en la cuenta, la cascada estaba a pocos metros de aquí, así que era normal que un animal anduviera por los alrededores.  – Que tonto eres, Derek.

Cargándome el arma en el hombro, mientras me limpiaba el pantalón. Comencé a caminar por los alrededores. Buscando a mi equipo, habíamos acordado que nos veríamos en la Cascada, ya que era el único punto que era más conocido.

Era un lugar muy tranquilo, a pesar de los peligros rondando alrededor. En especial la luz que se filtraba por las copas de los enormes árboles. Me acerque al borde de la cascada, inclinándome, para tomar un poco de agua y limpiarme la cara y los brazos. El sonido del agua cayendo y fluyendo continuamente. Era tranquilo. Vivir en el bosque debería ser muy agradable.

Me quede mirando como el agua caía,  agitándose al caer, produciendo que pequeñas gotas salieran disparadas ante el disturbio. No fue sino hasta que vi como un objeto enorme caía desde lo más alto de la Cascada que reaccione. Era una persona.

-         ¡Maldición! -  dije, arrojando mi arma a un lado,  salte dentro del agua. nadando lo más rápido posible, hasta poder tomar el cuerpo de este y comenzar a jalarlo fuera del agua. el sujeto era pesado. Demasiado.

Llevándolo a la orilla, arrastrándolo. Aun recuperando el aliento. Había sido imprudente, pero si estaba vivo podría ser de ayuda, ¿no?

Lo recosté sobre la hierba, notando que no respiraba, un leve palpitar en su pecho. Comencé a realizarse primeros auxilios. Golpeando su pecho. No funcionaba. Tapando su nariz y soplando, junto nuestras bocas. Repetí lo mismo varias veces hasta que finalmente tosió, escupiendo el agua dentro de su interior, removiéndose.

-         ¿Estás bien? Oye, por favor, reacciona. – grite, palmeándole el rostro, quitándole los mechones rojizos de la frente, notando como abría los ojos, enfocándose en mí. Solté un suspiro de alivio. Antes de que pudiera decir palabra alguna, fuimos interrumpidos, cortando nuestro juego de miradas.

-         ¡¡Derek!! ¿estás bien? ¿Quién es él? – dijo Simon, apuntando su arma al chico. Le empuje a otra dirección, negando.

-         N-No tengo idea, yo… lo salve. – viéndolo pensarlo, asintió. Ayudándome a acomodarlo mejor. Revisando si no tenía heridas graves, pero no había ninguna.

-         Ya veo. Tenemos otro problema.

-         ¿Qué cosa?

-         Weres. Andan merodeando los alrededores.

-         Mierda. Lo que faltaba. Tendremos que retirarnos antes.

-         Pero no hemos encontrado a Jason, ¿Cómo vamos a…?

-         ¿Snyder? Cofcof… ¿Jason Snyder? – ambos nos giramos, viendo a chico pelirrojo tratar de incorporarse. Limpiándose la boca con el dorso.

-         Tú… ¿lo conoces? – él asintió a mi pregunto, su expresión se ensombreció levemente, pero creo que fui el único que lo noto, porque Simon solo le miraba, ahora tomando su pistola con mayor precaución.

-         Él… salvo mi vida. Cofcofcof… -   volvió a toser, escupiendo un poco más de agua.

-         ¿A qué te refieres? – intervino Simon, ahora con un tono más serio. Les interrumpí, ayudando al chico a ponerse de pie.

-         No hay tiempo para esto. Simon, tenemos que irnos ahora. Tú, vendrás con nosotros. Tengo preguntas que hacerte sobre Jason.

-         Esta bien, pero, ¿Por qué estamos huyendo? ¿aún quedan vampiros en el bosque?

-         No, peor, weres.

-         ¿Weres? ¿están aquí? – viendo como el chico cambiaba su rostro, sonriendo y animándose un poco más de lo normal. Lo mire extraño, frunciendo el ceño.

-         Si, debemos darnos prisa.

-         No, no hay problema.  – se colocó delante de nosotros, agitando las manos. Simon chasque la lengua, apartándolo del camino para que lo dejara pasar.

-         ¿Qué? Claro que lo hay. Los weres matan humanos, nos harán pedazos. Vamos.

-         ¿Qué? Los weres no mata humanos. Es contrario, son los humanos que matan weres. – Simon exploto, girándose, encarándolo, ambos estaban a dos segundos de agarrarse a golpes ahí mismo. Trate de calmar a Simon, pero este removió mi mano de su brazo, levantando el mentón para darse un aire más rudo. Sin embargo el chico tampoco cedió, se mantenía firme, las aletas de su nariz expendiéndose más con ira, apretando los puños a los costados. Decidí apartarme. Simon continúo.

-         ¿Y eso qué tiene que ver? solo son perros salvajes – el más alto se crispo, dándole un empujón.

-         ¡Oye! Estas insultando a mi familia. – viendo como caminaba hacia Simon, apunto de golpearlo. Intervine, metiéndome entre los dos. Cuando caí en la cuenta de sus palabras, mis brazos cayeron a mis costados. Podía sentir como el color abandonaba mi rostro, y mi lengua se secaba.

-         ¿familia? Oh, Dios. ¿eres un were? – el bajo la mirada, apretando la mandíbula. Lo vi girarse hacia mí, nuevamente su rostro ensombrecido.

-         ¿Qué si lo soy? ¿vas a dispararme? – iba a responder, cuando escuche como alguien cargaba su arma, detrás de mí. Simon apuntándole directamente  a su pecho.

-         Yo sí. – advirtió, el sujeto respondió gruñéndole. Mostrando como sus dientes se volvían más largos y filosos, mientras sus uñas se alargaban en una filosas uñas. Trague en seco, impresionado y aterrado ante la transformación. Esto era un were. Golpeándome internamente, los empuje.

-         Alto, los dos. Simon, baja tu arma.

-         ¿Qué? ¿has perdido la cabeza? ¡¡Es un were!! Sino lo matamos ahora, él lo hará.

-         Si fuera peligroso ya nos habría matado, tonto. Además, si Jason le salvo la vida, debe ser por una buena razón, ¿no? Yo confió en Jason. ¿Qué hay de ti? – viéndolo dudar, finalmente bajo el arma, chasqueando la lengua y hundiéndose de hombros, como un niño pequeño regañado.

-         Tsk, ¿Y ahora qué hacemos? ¿Esperamos sentados hasta que los weres nos encuentren? – pregunto, con cierta burla. Charlie iba a reprocharle algo. Pero negué, golpeando su hombro. Señalándole hacia adelante.

-         Eso no será necesario. Los weres ya nos encontraron. – dije, sintiendo mi sangre helarse ante aquellos enormes hombres, semi desnudos, que salían de la naturaleza, dejando atrás su forma animal, colocándose en dos pies, eran tan imponentes. Con esos músculos que daban a pensar su fuerza. Casi me roban el aliento. Podía sentir un escalofrió de solo verlos. Tomando el brazo de Simon, en caso de que pensara una idiotez, debía reconsiderarlo 20 veces.

Notas finales:

No olviden comentar. y para los que se vienen sumando, la primera parte en mi lista de fics.

Saludos, Takeo.


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