Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mi señor por Hirra

[Reviews - 111]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Holaaaaaa 

He vuelto de entre los muertos jajaja mentira, bueno aqui les traigo otro capitulo mas de esta historia 

Por cierto, como estoy empezando a estudiar frances, por lo cual se me hizo conveniente poner ciertas partes en frances (claro, la traduccion esta consiguiente a la frase) bueno espero que esto no moleste a nadie 

 

 

TERCERA LLAMDA, TERCERA LLAMADA...COMENZAMOS XD

-¡Hipoooo!

Aun no entiendo por que grite con tanta desesperación su nombre, aquel niño, si solo era eso, un niño; aquel ser diminuto e insignificante fue capaz de alterarme de esa forma anormal en mí.

Di un paso al frente con desesperación dirigiéndome a la ventana, lancé la charola que llevaba con comida para él, trate de alcanzarlo con imprudencia sin darme cuenta de que eso era lo mas lo asustaba, lo vi caer en cuestión de segundo varios pisos hacia abajo, no muchos realmente, solo un par a lo mejor, pero a final de cuentas fue una estrepitosa caída.

Me acerque al filo de la ventana y lo vi, un charco de sangre se extendía a su alrededor, dure en shock unos segundos para después darme cuenta de la situación y llamar alarmado a mis súbditos.

Rápidamente fue traído dentro de la mansión y en cuestión de segundos, ya se encontraba atendido por uno de mis mejores doctores, no pude evitar sentir aquella presión en mi pecho al ver al pequeño castaño inconsciente; presione a mis siervos por rapidez, me angustiaba ver al menor de esa forma. En un descuido mental caí en cuenta de mis pensamientos, una vez mas me encontraba preocupado por un extraño, no fue la primera vez que hago algo como esto, no obstante aquella primera vez todo salió mal, ignore nuevamente aquellos pensamientos fugaces  ¿Qué rayos me estaba pasando? Estar alterado por un simple desconocido no es algo que el futuro Don deba hacer, menuda idiotez.

Pasaron un par de horas antes de que el doctor saliera de la habitación que le había asignado a Hipo, me acerque a el a paso calmado y elegante, como debía ser.

-¿Cómo se encuentra el chico? –pregunte deteniendo a unos cuantos pasos del medico

-Va a estar bien, por suerte no fue una caída grave

-Pero ¿y el charco de sangre?

–Oh si, sobre ello, tan solo se rompió un vaso del mentón- soltó una pequeña risa antes de proseguir- Suelen ser engañosas esas cosas, la sangre sale disparada al momento del corte que no es nada serio, ni siquiera necesito suturas, así que cicatrizara en una semana mas o menos

Por extraña razón solté un suspiro de alivio sorprendiéndome a mi mismo en el acto –Me alegro ¿Puedo pasar? –mencione señalando la puerta de caoba detrás suyo

-Si, claro, mi señor, adelante –se coloco a un lado para permitirme el paso

-Es todo puedes irte, si lo deseas ve a descansar

-Oh claro, mi señor, entonces…con su permiso –hizo una reverencia antes de retirarse por completo de la habitación

Me quedo un rato en la entrada de la habitación esperando a mi súbdito estuviera lo suficientemente lejos, una vez hecho, me acerque a la cama donde descansaba el que seria mi nuevo esclavo, con clama y lentitud me senté al filo de la cama, sin hacer el menor ruido o movimiento brusco, con sutil delicadeza fui acercándome mas y mas al joven frente mis ojos hasta que finalmente, pude observar su rostro a plenitud, sus labios estaban ligeramente entreabiertos, sus ojos descansaban plenamente ocultando aquellos misteriosos ojos verdes musgo, mire su rostro cubierto con unas cuantos heridas superficiales, baje un poco mi mirada y pude divisar una herida aun mayor en su mentón justo debajo de sus labios color rosa pálido, sus ropas habían sido cambiados por una pijama de color blanco, su cuerpo había sido lavado al igual que su cabello

-Con que rojizo ¿eh?–dije casi en forma de susurro mientras acariciaba unos mellones de cabello que caían por frente, seguí observándole por unos segundos, su cuerpo era increíblemente delgado, sus pestañas era exageradamente largas y su cabello era largo al grado de caer por sus hombros -Il n'est pas une femme, droite? (El no es una mujer, ¿verdad?)

La verdad que podría pasar por una mujer con facilidad, demasiada facilidad; solté una pequeña risa ante aquel pensamiento, estaba casi seguro de que se trataba de un hombre, o por lo menos eso quería creer, bueno si fuera un hombre o mujer no tendría ningún inconveniente, a final de cuentas todos los que llegan aquí, llegan con un solo propósito, satisfacer mis necesidades, y claro, también las de mis camaradas

Ignorando un poco mis palabras, concentre mi vista nuevamente en el adolescente, un gesto de dolor se pinto en su rostro seguido de un ligero temblor en sus parpados, los cuales fue abriendo lentamente dejando a la vista aquellos ojos verde musgo

-¿Cómo te sientes? –fue lo primero que proliferé en cuanto despertó, de inmediato sus facciones mostraron terror al verme –No es necesario que me mires así, no te hare nada ¿entiendes?

No menciono ni palabra, solo se limito en mirarme con miedo indescriptible, como si estuviera viendo al mismísimo demonio  

-Comment vous sentez? (¿Cómo te sientes?–le hable en mi lengua madre – Tu comprends? (¿Me entiendes?)

Hipo me dirigió una mirada confundida –Déjame ir, por favor

-No hasta que me digas el por qué tratabas de huir –mi voz se torno fuerte y un poco áspera, lo mire, su cabeza estaba baja, volví a hablar -¿Cómo es que terminaste aquí?

-Eso deberías de saberlo tú –contesto aun con la cabeza baja.

-Te equivocas, el cómo llegues tú a aquí, a mí me tiene sin cuidadoAsí que dímelo tú

-¿Y como pretendes que yo lo sepa?

-Bien, si no quieres contestar mi pregunta no lo hagas, ahora solo dime ¿Por qué tratabas de huir?

-¿Cómo que por qué? Es obvio ¿no crees? –solté una risa sutil, si la pregunta había sido bastante estúpida

-Très bien (esta bien) –nuevamente me miro confundido –Es francés, mi madre me lo enseño cuando era joven –quede absorto en mis pensamientos cuando la palabra madre surco mis labios, hacia años que no lo mencionaba-…Mi madre –susurre –Bien es hora de que te levantes

-¿Eh?

-Tienes hambre ¿no? –el menor ya iba a negar con la cabeza pero fue interrumpido por un rugido preveniente de su estomago –Vamos

-No es necesario –contesto apartando la mano que le había extendido cordialmente –No quiero tus tratos amables

-¿Qué?

-¡Que no quiero tus malditos tratos amables! ¡Soy tu esclavo ¿no?! ¡Entonces no me trates tan cordialmente!

Le mire extrañado, sus palabras me habían tomado por sorpresa, esa reacción era normal, supongo pero no me la esperaba, en lo absoluto, había sido muy espontaneo

-¿Qué parte de que no voy a hacerte daño aun no comprendes? No voy a herirte, ni hacerte nada pero si eso es lo que quieres, bien, te tratare como el esclavo que eres –y dicho esto me acerque de forma abrupta su cuerpo, Hipo soltó un grito de exaltación combinado con miedo

-De…Detente, p…para –su voz sonaba entrecortado por el miedo, me detuve en seco y lo mire

-Deberías de obedecerme y confiar en mi, si digo que no te pasara nada es porque te lo estoy diciendo y asegurando, así que levántate y baja a comer –me incorpore nuevamente mientras peinaba mis cabellos platinados hacia atrás- Ni se te ocurra volver a escapar ¿entiendes? –no le di tiempo de contestar y salí presuroso de la habitación, acomode mi saco color azul marino y me dispuse al gran comedor.

Una vez ya en el comedor, gire a todos lados en busca de algunos de mis compañeros o sus concubinos pero no encontré a ninguno

-Seguro ya estarán estrenado al nuevo grupo que llego –dije para mi mismo, resignado me dirigí a la cocina y tome un poco de comida, serví dos platos, uno mas lleno que otro, y regrese al comedor, coloque ambos platos en la mesa y dispuse a sentarme esperando que Hipo bajara.

Pasaron unos minutos en los que yo ya había comenzado a desesperarme, estaba a punto de levantarme cuando vi al menor entrar por la puerta, traía las mismas pijamas blancas con las que había despertado

-¿Por qué no te cambiaste de prendas? –le cuestione mientras regresaba  mi asiento

-Yo…yo…no tenia nada mas, no encontré mis ropas –contesto mientras se encogía de hombros, parecía un cachorro asustado con la cola entre las patas

-Esta bien, ven acá –señale un lugar en la mesa al lado mío donde se encontraba el plato con mayor comida –Siéntate

Hipo asistió con la cabeza y temeroso tomo asiento, con lentitud comenzó a probar la comida, la mastico por un rato y después de unos segundos,  giro hacia mí con los ojos brillantes

-Esta delicioso –hablo con una sonrisa –En verdad delicioso

Ante tal acto de inocencia no pude evitar sonreír, me quede observando como comía presuroso el contenido del plato, una vez que termino, miro a este con ojos tristes ya que la comida se había acabado

-Si lo deseas puedo servirte mas ¿te parece? –me miro por unos segundos como dudando de su respuesta pero a final de cuentas accedió

-Si…por favor –contesto extendiéndome su plato

-Bien, vuelvo pronto –termine de decir antes de levantarme en busca de mas alimento, regrese poco después con una bandeja de comida y un vaso de leche tibia con galletas –Aquí tienes

Hipo se quedo un rato mirando la bandeja frente a sus ojos

-¿Qué sucede? Nunca habías visto la leche ¿o que?

-No…no es eso…es solo que…bueno…es extraño

-¿Ah si? ¿Por qué? –pregunte con una tierna sonrisa en mis labios

-Pues…es raro…esta es la primera vez en mucho, mucho tiempo que tengo una comida decente y es extraño que sea de parte de un hijo de la mafia y mas sabiendo que lo que me espera –su cabeza estaba baja y su voz sonaba como si estuviera al borde de las lagrimas, me acerque un poco y con suavidad acaricie su cabello

-¿Lo que te espera? ¿Qué es lo que te espera? –no respondió en ningún momento, pequeñas lagrimas comenzaron a caer por sus mejillas pecosas, algo en mi me estremeció y no pude evitar sentir lastima…no, no era lastima, quizás, empatía, no lo se, -Oye –hable acariciando su mejilla, nuevamente no hubo respuesta

Aun no entiendo que fue lo que hice, mi voz salió por si solo y actuó a su merced, pero esas palabras, esa pregunta hecha de forma ocasional llena de un valor tan importante, casi como un juramento, fueron las causantes de que mi vida diera un giro de 180s04;

-¿Te gustaría ser “ma sucré rose”?

Y así fue como inicio todo 

Notas finales:

jejejejeje espero que les haya gustado, eso es todo por ahora 

Dejes su reviews, en verdad se lo agradecele 

Bueno...

Hasta la proxima

Byeeeeee


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).